Pablo Blanco. “Voy a votar a favor porque el Gobierno necesita estas herramientas”
El senador radical confirmó que apoyará en general los proyectos, pero insiste en rechazar Ganancias y la privatización de Aerolíneas
Gustavo Ybarra
Se ubica en las antípodas ideológicas del presidente Javier Milei, al que le reprocha sus insultos contra la dirigencia política y le reprueba su obsesión por bajar el déficit fiscal sin importar el costo social de sus políticas. Sin embargo, el senador Pablo Blanco (UCRTierra del Fuego) le hizo un guiño al Gobierno y anunció que apoyará en general, aunque con disidencias en particular, los proyectos de Ley Bases y de reforma fiscal.
“Voy a votar a favor en general porque creo que el Gobierno necesita estas herramientas y los gobernadores necesitan más fondos por coparticipación”, anticipó Blanco en un reportaje en el que insistió en oponerse cion a la privatización e Aerolíneas. Sobre la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias, dijo que se encuentra en una dura disyuntiva entre el reclamo de los gobernadores radicales, que necesitan fondos, y la solidaridad con los senadores del resto de las provincias patagónicas, que advierten que votarán en contra del impuesto si no se contempla, como existía antes, una la alícuota diferenciada para la región por zona desfavorable.
–¿Cómo va a votar la ley de bases y la reforma fiscal?
–En principio, en general a favor ambas, con disidencias parciales. En la Ley Bases no estoy de acuerdo con la delegación de facultades, con la privatizaciones de Aerolíneas, de los medios nacionales y del Correo y vamos a ver como se modifica el RIGI, porque el bloque ha hecho una serie de pedidos de modificaciones juntos al senador (Martín) Lousteau. Así que veremos cómo queda eso. En términos generales estoy de acuerdo con el RIGI. En materia laboral también se plantearon algunas inquietudes, como contemplar el tema de los bloqueos a las fábricas.
–Esto significa que, a priori, no está dispuesto a bloquear la sanción de los proyectos.
–En general no, porque creo que el Gobierno necesita estas herramientas y los gobernadores también necesitan aumentar los fondos de coparticipación.
–¿Por qué se opone a la privatización de Aerolíneas?
–No estoy de acuerdo con la privatización de Aerolíneas porque nosotros ya vivimos la experiencia de la privatización en Tierra del Fuego, y en el lugar donde yo vivo, que no es Ushuaia, es Río Grande, hemos tenido serias dificultades para viajar por pérdidas de frecuencias. Tierra del Fuego es una isla y para ir por otro medio hay que cruzar por territorio chileno, cruzar el Estrecho de Magallanes, y distinta es la situación de Ushuaia, que tiene otra frecuencia porque es una plaza turística importante. Lo importante es que Aerolíneas siga como está.
–El Gobierno no parece dispuesto a ceder. Si no acepta cambios, ¿cómo votaría los artículos de privatización?
–Lo que estamos pidiendo es que se abra para que no haya que votar el capítulo en su conjunto o todas las empresas en su conjunto. Yo estoy de acuerdo con que se privatice o se incorpore capital privado a Aysa; estoy de acuerdo con Yacimientos Carboníferos, pero no estoy de acuerdo con el Correo, con Aerolíneas Argentinas y con los medios nacionales. Vamos a esperar que se pueda votar por empresa.
–Como patagónico ¿qué posición tiene con relación al impuesto a las ganancias?
–Ganancias hay una postura que está conversándose entre todos los patagónicos. Aparentemente no hay modificación por parte del Gobierno. Si es así, lo más probable es que votemos en contra todos los patagónicos.
–¿Qué es lo que piden los senadores de la Patagonia?
–Volver a la diferenciación que había con la región patagónica antes de la modificación de la ley y la inclusión de algunos montos que se puedan deducir. Mi caso es diferente al resto de las provincias patagónicas porque Tierra del Fuego está exenta del impuesto, acá no se paga Ganancias. Pero se trata de una postura solidaria con el resto de las provincias.
–Si el Senado eliminara la restitución Ganancias, ¿le pediría a los diputados de la UCR que no insistan con reponer el impuesto?
–Voy a insistir hasta último momento para poder buscar una solución. Porque estoy medio entre la espada y la pared entre la necesidad de los gobernadores del partido al que yo represento, de los cuales ninguno es patagónico, y el compromiso que en su momento se asumió con los representantes patagónicos de ir todos juntos en el mismo sentido. Y los números están (para eliminar el artículo). Tengo esa contradicción, entre la solidaridad patagónica y la necesidad de los gobernadores, aunque, dicho sea de paso, un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que si se aprueban tal cual está Ganancias y Bienes Personales, las provincias en lugar de recibir más recursos van a recibir menos. Me parece que esto va a hacer motivo de discusión en la semana para tratar de arribar a una solución antes de la sesión. Tenemos la ventaja de que entre la firma del dictamen y la sesión hay una semana de diferencia, así que se puede seguir conversando.
–¿Cree que sería razonable que se firme dictamen esta semana o hay que seguir discutiendo?
–Creo que si esta semana responden si se aceptan o no todas las propuestas, porque andan algunos proyectos de dictamen, pero no se sabe si son oficiales; si lunes o martes están, no creo que dé para mucho más. Me parece que se ha discutido bastante y, de acuerdo con lo que se acepta o no, tomar una determinación. En principio, como están las cosas, votaría a favor de los dos proyectos con mi disidencias particulares.
–Usted tiene serias diferencias con el gobierno de Milei, pero igual le va a aprobar sus proyectos.
–Tengo muchas diferencias. No le tengo la confianza suficiente, por eso no le apruebo la delegación de facultades. No se la aprobé a Alberto Fernández, tampoco las voy a aprobar ahora. El radicalismo, desde 2000 a la fecha, no ha aprobado en el Senado ninguna delegación de facultades. A mí me parece que no las necesita. Más si tenemos en cuenta que todavía tiene vigente el decreto 70/23. Y no sé qué sentido tiene la Ley Bases cuando tiene un DNU que hace y deshace.
–¿Qué balance hace de estos seis meses de Milei en el gobierno?
–Creo que uno puede compartir algunas cosas, como es el objetivo del déficit cero, de la estabilidad en la emisión monetaria. Pero no coincido con los tiempos que utilizó el Gobierno. Fíjese lo que está pasando ahora en Tierra del Fuego con la tarifa del gas. Un centro deportivo que hace un mes pagaba 200.000 pesos ahora tiene que pagar 1,8 millones. Hay un ajuste tarifario, y eso que se suspendieron algunos aumentos que pegan de lleno al domiciliario y a la actividad comercial. De seguir adelante esto muchos negocios y emprendimientos turísticos van a tener que cerrar, porque es impagable. Tampoco comparto la política exterior, Eso de andar peleándose con todo el mundo. No comparto que no haya diálogo con distintos sectores políticos, que el Presidente hable con algunos empresarios del mundo y no hable con los gobernadores. A lo mejor uno se formó en otro marco político, pero me parece que la política indica que debería tener un diálogo más fluido con los gobernadores, con el Poder Legislativo, y no las expresiones que tiene de crítica, de falta de respeto y agravios permanentes.
–¿Nota diferencias ente Milei y Victoria Villarruel?
–Es abismal. Ni hablar entre Villarruel y la presidenta anterior (se refiere a Cristina Kirchner, antecesora de la actual vicepresidenta). Pero entre Villarruel y el Presidente… Por lo menos es una persona que tiene trato independientemente de que piense de una manera u otra, se puede hablar, ella busca la conversación, ella busca canales de entendimiento, ver de qué manera se puede llegar a una solución, lo que no veo de parte del Ejecutivo, salvo en algunos funcionarios.
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El atasco legislativo complica el programa fiscal y el frente externo
Milei ató el traspié de la Ley Bases a la inflación y la suba del riesgo país; Ganancias, el escollo central
Se ubica en las antípodas ideológicas del presidente Javier Milei, al que le reprocha sus insultos contra la dirigencia política y le reprueba su obsesión por bajar el déficit fiscal sin importar el costo social de sus políticas. Sin embargo, el senador Pablo Blanco (UCRTierra del Fuego) le hizo un guiño al Gobierno y anunció que apoyará en general, aunque con disidencias en particular, los proyectos de Ley Bases y de reforma fiscal.
“Voy a votar a favor en general porque creo que el Gobierno necesita estas herramientas y los gobernadores necesitan más fondos por coparticipación”, anticipó Blanco en un reportaje en el que insistió en oponerse cion a la privatización e Aerolíneas. Sobre la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias, dijo que se encuentra en una dura disyuntiva entre el reclamo de los gobernadores radicales, que necesitan fondos, y la solidaridad con los senadores del resto de las provincias patagónicas, que advierten que votarán en contra del impuesto si no se contempla, como existía antes, una la alícuota diferenciada para la región por zona desfavorable.
–¿Cómo va a votar la ley de bases y la reforma fiscal?
–En principio, en general a favor ambas, con disidencias parciales. En la Ley Bases no estoy de acuerdo con la delegación de facultades, con la privatizaciones de Aerolíneas, de los medios nacionales y del Correo y vamos a ver como se modifica el RIGI, porque el bloque ha hecho una serie de pedidos de modificaciones juntos al senador (Martín) Lousteau. Así que veremos cómo queda eso. En términos generales estoy de acuerdo con el RIGI. En materia laboral también se plantearon algunas inquietudes, como contemplar el tema de los bloqueos a las fábricas.
–Esto significa que, a priori, no está dispuesto a bloquear la sanción de los proyectos.
–En general no, porque creo que el Gobierno necesita estas herramientas y los gobernadores también necesitan aumentar los fondos de coparticipación.
–¿Por qué se opone a la privatización de Aerolíneas?
–No estoy de acuerdo con la privatización de Aerolíneas porque nosotros ya vivimos la experiencia de la privatización en Tierra del Fuego, y en el lugar donde yo vivo, que no es Ushuaia, es Río Grande, hemos tenido serias dificultades para viajar por pérdidas de frecuencias. Tierra del Fuego es una isla y para ir por otro medio hay que cruzar por territorio chileno, cruzar el Estrecho de Magallanes, y distinta es la situación de Ushuaia, que tiene otra frecuencia porque es una plaza turística importante. Lo importante es que Aerolíneas siga como está.
–El Gobierno no parece dispuesto a ceder. Si no acepta cambios, ¿cómo votaría los artículos de privatización?
–Lo que estamos pidiendo es que se abra para que no haya que votar el capítulo en su conjunto o todas las empresas en su conjunto. Yo estoy de acuerdo con que se privatice o se incorpore capital privado a Aysa; estoy de acuerdo con Yacimientos Carboníferos, pero no estoy de acuerdo con el Correo, con Aerolíneas Argentinas y con los medios nacionales. Vamos a esperar que se pueda votar por empresa.
–Como patagónico ¿qué posición tiene con relación al impuesto a las ganancias?
–Ganancias hay una postura que está conversándose entre todos los patagónicos. Aparentemente no hay modificación por parte del Gobierno. Si es así, lo más probable es que votemos en contra todos los patagónicos.
–¿Qué es lo que piden los senadores de la Patagonia?
–Volver a la diferenciación que había con la región patagónica antes de la modificación de la ley y la inclusión de algunos montos que se puedan deducir. Mi caso es diferente al resto de las provincias patagónicas porque Tierra del Fuego está exenta del impuesto, acá no se paga Ganancias. Pero se trata de una postura solidaria con el resto de las provincias.
–Si el Senado eliminara la restitución Ganancias, ¿le pediría a los diputados de la UCR que no insistan con reponer el impuesto?
–Voy a insistir hasta último momento para poder buscar una solución. Porque estoy medio entre la espada y la pared entre la necesidad de los gobernadores del partido al que yo represento, de los cuales ninguno es patagónico, y el compromiso que en su momento se asumió con los representantes patagónicos de ir todos juntos en el mismo sentido. Y los números están (para eliminar el artículo). Tengo esa contradicción, entre la solidaridad patagónica y la necesidad de los gobernadores, aunque, dicho sea de paso, un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que si se aprueban tal cual está Ganancias y Bienes Personales, las provincias en lugar de recibir más recursos van a recibir menos. Me parece que esto va a hacer motivo de discusión en la semana para tratar de arribar a una solución antes de la sesión. Tenemos la ventaja de que entre la firma del dictamen y la sesión hay una semana de diferencia, así que se puede seguir conversando.
–¿Cree que sería razonable que se firme dictamen esta semana o hay que seguir discutiendo?
–Creo que si esta semana responden si se aceptan o no todas las propuestas, porque andan algunos proyectos de dictamen, pero no se sabe si son oficiales; si lunes o martes están, no creo que dé para mucho más. Me parece que se ha discutido bastante y, de acuerdo con lo que se acepta o no, tomar una determinación. En principio, como están las cosas, votaría a favor de los dos proyectos con mi disidencias particulares.
–Usted tiene serias diferencias con el gobierno de Milei, pero igual le va a aprobar sus proyectos.
–Tengo muchas diferencias. No le tengo la confianza suficiente, por eso no le apruebo la delegación de facultades. No se la aprobé a Alberto Fernández, tampoco las voy a aprobar ahora. El radicalismo, desde 2000 a la fecha, no ha aprobado en el Senado ninguna delegación de facultades. A mí me parece que no las necesita. Más si tenemos en cuenta que todavía tiene vigente el decreto 70/23. Y no sé qué sentido tiene la Ley Bases cuando tiene un DNU que hace y deshace.
–¿Qué balance hace de estos seis meses de Milei en el gobierno?
–Creo que uno puede compartir algunas cosas, como es el objetivo del déficit cero, de la estabilidad en la emisión monetaria. Pero no coincido con los tiempos que utilizó el Gobierno. Fíjese lo que está pasando ahora en Tierra del Fuego con la tarifa del gas. Un centro deportivo que hace un mes pagaba 200.000 pesos ahora tiene que pagar 1,8 millones. Hay un ajuste tarifario, y eso que se suspendieron algunos aumentos que pegan de lleno al domiciliario y a la actividad comercial. De seguir adelante esto muchos negocios y emprendimientos turísticos van a tener que cerrar, porque es impagable. Tampoco comparto la política exterior, Eso de andar peleándose con todo el mundo. No comparto que no haya diálogo con distintos sectores políticos, que el Presidente hable con algunos empresarios del mundo y no hable con los gobernadores. A lo mejor uno se formó en otro marco político, pero me parece que la política indica que debería tener un diálogo más fluido con los gobernadores, con el Poder Legislativo, y no las expresiones que tiene de crítica, de falta de respeto y agravios permanentes.
–¿Nota diferencias ente Milei y Victoria Villarruel?
–Es abismal. Ni hablar entre Villarruel y la presidenta anterior (se refiere a Cristina Kirchner, antecesora de la actual vicepresidenta). Pero entre Villarruel y el Presidente… Por lo menos es una persona que tiene trato independientemente de que piense de una manera u otra, se puede hablar, ella busca la conversación, ella busca canales de entendimiento, ver de qué manera se puede llegar a una solución, lo que no veo de parte del Ejecutivo, salvo en algunos funcionarios.
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El atasco legislativo complica el programa fiscal y el frente externo
Milei ató el traspié de la Ley Bases a la inflación y la suba del riesgo país; Ganancias, el escollo central
Delfina CelichiniVictoria Villarruel
Los consensos para aprobar la Ley Bases y el paquete fiscal se alejaron con el correr de los días. Tres semanas después de que ingresaron al Senado, el diálogo entre el Gobierno y la oposición se empastó a punto tal que incluso aquellos que parecían dispuestos a acompañar sin chistar las iniciativas volvieron a la carga con una catarata de reclamos. El último miércoles, cuando el oficialismo decidió llamar a un cuarto intermedio para postergar nuevamente la discusión legislativa, la reacción de los mercados ocasionó un primer cimbronazo al proyecto económico de Javier Milei, eje de flotación de la administración libertaria.
El Presidente reconoció “el empantanamiento” de las iniciativas en el Senado durante la entrevista que le concedió al periodista Luis Majul en LN+. “El mercado estaba esperando la aprobación de la Ley Bases. La contracara de esto es que los precios de los bonos cayeron y el riesgo país subió”, explicó el primer mandatario. Ese día, las acciones argentinas que cotizan en el exterior habían caído hasta 10% y el riesgo país superaba la barrera de los 1400 puntos básicos. “Es mejor si se aprueba, pero si no se aprueba nosotros podemos seguir adelante. En lugar de bajar la inflación más rápido, va a bajar más lento”, advirtió Milei.
Dos días después, el jefe del Estado viajó a Córdoba con su gabinete para celebrar el 25 de Mayo. El acto careció de pacto: el único gobernador que asistió fue el anfitrión, Martín Llaryora. No obstante, el libertario relanzó la idea de un gran acuerdo nacional y ajustó los conceptos originarios. Sin determinar fechas, ató la creación de un Consejo de Mayo –con representantes provinciales, legislativos, sindicales y empresarios– a la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal. Anunció que, tras ello, avanzará en una reducción “significativa de impuestos”. Una nueva zanahoria.
La Casa Rosada busca acelerarla aprobación de los proyectos. El Gobierno necesita exhibir robustez política a los mercados y a los organismos multilaterales de crédito, principalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI). A diferencia de la intransigencia de unos meses atrás, el Poder Ejecutivo está dispuesto a resignar contenido con tal de lograr una primera victoria parlamentaria.
El único punto no negociable, y por el que se obturó el diálogo con la oposición, es el capítulo que reinstala la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Según pudo saber de fuentes inobjetables,administración libertaria necesita reimplantar este tributo para completar su programa económico, que incluye la promesa de eliminar el impuesto PAIS, las retenciones y el gravamen a los débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque).
Sin embargo, la reticencia de los gobernadores y senadores patagónicos atenta contra los planes del Poder Ejecutivo. Para acompañar las medidas, piden definir a la región como “zona desfavorable”, que contemple un 22% de aumento del mínimo no imponible. La negativa del Gobierno de aceptar esta diferenciación sembró las bases de la rebelión. La semana pasada, el santacruceño José Carambia se ausentó el día que el oficialismo pretendía dictaminar. Lo mismo pasó con la neuquina Lucila Crexell, quien dio el presente por la mañana, pero tras el cuarto intermedio se convirtió en inhallable. Con el radical Martín Lousteau amotinado en el rechazo, los libertarios no lograron reunir las ocho firmas de Legislación General, una de las tres comisiones encargadas de dictaminar, para obtener un despacho de mayoría. El kirchnerismo tiene siete integrantes.
“No aflojan con Ganancias”, resumió uno de los patagónicos sobre la actitud del oficialismo. Quieren que el texto que se lleve al recinto cuente con las modificaciones que proponen para el tributo. Sin esos cambios, se muestran reticentes a apoyar en general las iniciativas. “Si uno vota en general hay chances de que Diputados vuelva al texto original si el Senado no logra en particular rechazar Ganancias con dos tercios. Lo cual nos pone entre la espada y la pared”, completó la fuente.
En su cruzada contra Ganancias, a los patagónicos los acompañan los 33 kirchneristas y los senadores de Unidad Federal, Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Carlos Mauricio “Camau” Espínola (Corrientes). En total, suman 41 adhesiones, siete menos de los 48 necesarios para voltear el capítulo con una mayoría especial, difícil de revertir en Diputados.
Esta encerrona se combinó con los errores evitables de un oficialismo que pretendió acelerar a fondo sin los votos para hacerlo. En paralelo, las internas del Gobierno erosionaron el diálogo con la oposición y generaron un cóctel explosivo.
Si bien la vicepresidenta Victoria Villarruel fue recientemente incluida en las negociaciones, su vínculo con los emisarios de la Casa Rosada todavía sigue muy tirante. El último miércoles, cuando el oficialismo tuvo que postergar el debate en comisiones, la titular del Senado se reunía en su despacho con los opositores “heridos”.
Villarruel es la única que empatiza con los diferentes espacios políticos de la Cámara, pero le arrebataron cualquier margen de maniobra para llegar a acuerdos. José Rolandi, vicejefe de Gabinete, fue el protagonista de las tratativas, aunque el nuevo revés desdibujó su rol así como el de su superior, Nicolás Posse, alrededor de quien arrecian rumores sobre su salida de la administración libertaria
Los consensos para aprobar la Ley Bases y el paquete fiscal se alejaron con el correr de los días. Tres semanas después de que ingresaron al Senado, el diálogo entre el Gobierno y la oposición se empastó a punto tal que incluso aquellos que parecían dispuestos a acompañar sin chistar las iniciativas volvieron a la carga con una catarata de reclamos. El último miércoles, cuando el oficialismo decidió llamar a un cuarto intermedio para postergar nuevamente la discusión legislativa, la reacción de los mercados ocasionó un primer cimbronazo al proyecto económico de Javier Milei, eje de flotación de la administración libertaria.
El Presidente reconoció “el empantanamiento” de las iniciativas en el Senado durante la entrevista que le concedió al periodista Luis Majul en LN+. “El mercado estaba esperando la aprobación de la Ley Bases. La contracara de esto es que los precios de los bonos cayeron y el riesgo país subió”, explicó el primer mandatario. Ese día, las acciones argentinas que cotizan en el exterior habían caído hasta 10% y el riesgo país superaba la barrera de los 1400 puntos básicos. “Es mejor si se aprueba, pero si no se aprueba nosotros podemos seguir adelante. En lugar de bajar la inflación más rápido, va a bajar más lento”, advirtió Milei.
Dos días después, el jefe del Estado viajó a Córdoba con su gabinete para celebrar el 25 de Mayo. El acto careció de pacto: el único gobernador que asistió fue el anfitrión, Martín Llaryora. No obstante, el libertario relanzó la idea de un gran acuerdo nacional y ajustó los conceptos originarios. Sin determinar fechas, ató la creación de un Consejo de Mayo –con representantes provinciales, legislativos, sindicales y empresarios– a la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal. Anunció que, tras ello, avanzará en una reducción “significativa de impuestos”. Una nueva zanahoria.
La Casa Rosada busca acelerarla aprobación de los proyectos. El Gobierno necesita exhibir robustez política a los mercados y a los organismos multilaterales de crédito, principalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI). A diferencia de la intransigencia de unos meses atrás, el Poder Ejecutivo está dispuesto a resignar contenido con tal de lograr una primera victoria parlamentaria.
El único punto no negociable, y por el que se obturó el diálogo con la oposición, es el capítulo que reinstala la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Según pudo saber de fuentes inobjetables,administración libertaria necesita reimplantar este tributo para completar su programa económico, que incluye la promesa de eliminar el impuesto PAIS, las retenciones y el gravamen a los débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque).
Sin embargo, la reticencia de los gobernadores y senadores patagónicos atenta contra los planes del Poder Ejecutivo. Para acompañar las medidas, piden definir a la región como “zona desfavorable”, que contemple un 22% de aumento del mínimo no imponible. La negativa del Gobierno de aceptar esta diferenciación sembró las bases de la rebelión. La semana pasada, el santacruceño José Carambia se ausentó el día que el oficialismo pretendía dictaminar. Lo mismo pasó con la neuquina Lucila Crexell, quien dio el presente por la mañana, pero tras el cuarto intermedio se convirtió en inhallable. Con el radical Martín Lousteau amotinado en el rechazo, los libertarios no lograron reunir las ocho firmas de Legislación General, una de las tres comisiones encargadas de dictaminar, para obtener un despacho de mayoría. El kirchnerismo tiene siete integrantes.
“No aflojan con Ganancias”, resumió uno de los patagónicos sobre la actitud del oficialismo. Quieren que el texto que se lleve al recinto cuente con las modificaciones que proponen para el tributo. Sin esos cambios, se muestran reticentes a apoyar en general las iniciativas. “Si uno vota en general hay chances de que Diputados vuelva al texto original si el Senado no logra en particular rechazar Ganancias con dos tercios. Lo cual nos pone entre la espada y la pared”, completó la fuente.
En su cruzada contra Ganancias, a los patagónicos los acompañan los 33 kirchneristas y los senadores de Unidad Federal, Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Carlos Mauricio “Camau” Espínola (Corrientes). En total, suman 41 adhesiones, siete menos de los 48 necesarios para voltear el capítulo con una mayoría especial, difícil de revertir en Diputados.
Esta encerrona se combinó con los errores evitables de un oficialismo que pretendió acelerar a fondo sin los votos para hacerlo. En paralelo, las internas del Gobierno erosionaron el diálogo con la oposición y generaron un cóctel explosivo.
Si bien la vicepresidenta Victoria Villarruel fue recientemente incluida en las negociaciones, su vínculo con los emisarios de la Casa Rosada todavía sigue muy tirante. El último miércoles, cuando el oficialismo tuvo que postergar el debate en comisiones, la titular del Senado se reunía en su despacho con los opositores “heridos”.
Villarruel es la única que empatiza con los diferentes espacios políticos de la Cámara, pero le arrebataron cualquier margen de maniobra para llegar a acuerdos. José Rolandi, vicejefe de Gabinete, fue el protagonista de las tratativas, aunque el nuevo revés desdibujó su rol así como el de su superior, Nicolás Posse, alrededor de quien arrecian rumores sobre su salida de la administración libertaria
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