ZHEN BIAN
EL DISEÑADOR CHINO CREÓ UNA LÁMPARA INFLABLE Y PLEGABLE QUE FUE PREMIADA POR INNOVADORA
Vivian Urfeig — Lúdico e irónico La luminaria fue destacada por su enfoque experimental detrás de la idea y la mano de obra artesanal; con una estructura de aluminio tensionado, el diseñador asegura que se puede desmontar en cinco segundos.
Un poco por provocar, otro tanto por innovar y mucho, muchísimo, por marcar contrastes, el diseñador chino Zhen Bian desarrolló una lámpara inflable que le valió el primer premio de los SaloneSatellite Awards de Milán. Sin pretensiones en cuanto al formato o la tecnología de punta, más bien todo lo contrario, el proyecto que germinó como una tesis en la Universidad de Artes y Diseño de HfG Karlsruhe, en Alemania, floreció en el marco del Salón Internacional del Mueble de Milán. Zhen cargó en su valija apenas tres diseños para montar su stand en el SaloneSatellite, la plataforma de lanzamiento de voces emergentes sub 35. Sencillo y con grandes letras que componían Studio Ololoo, se la pasó inflando y desinflando artefactos en los 5 metros cuadrados adjudicados para captar la atención. Desde Ningbo, en Zhejiang, China, hasta el predio ferial milanés por el que pasaron más de 360 mil personas, no se cansó de explicar los atributos de Deformación bajo Presión, la luminaria que combina de manera innovadora TPU inflable con una estructura de aluminio tensionado. “Es plegable, liviana y se desmonta en 5 segundos”, listaba Zhen junto a su socia, Jaco Qian.
Mientras la inteligencia artificial se postula como la gran protagonista del año, el diseñador que cuando era chiquito armaba robots Gundam, apeló a su memoria emotiva para cautivar al exigente jurado con un artefacto tan lúdico como irónico. Paola Antonelli, al frente del comité evaluador, ponderó su enfoque experimental detrás de la idea y la mano de obra artesanal de la lámpara. Con el visto bueno de la curadora del Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA de Nueva York, Zhen repasó el proceso constructivo. “Me inspiré en el fenómeno de los materiales blandos deformándose después de ser presionados, y exploré la tensión y la deformación”, le contó a durante la premiación, en la nacion Milán, donde recibió su galardón de las manos de Marva Griffin, curadora y fundadora del SaloneSatellite.
Mangas japoneses, miniaturas para pintar, cajas y cajas de modelos de Gundam dejaron su huella en Zhen que, al decidir su carrera, diseño industrial apareció primera en la lista. “Nunca me canso de inventar, de crear y probar. Crecí en una época donde la computadora no estaba tan instalada, y jugar con las manos fue clave en mi carrera. Ahora, los niños del este de Asia tienden a jugar en línea, con menos oportunidades de sumergirse en ese tipo de exploraciones”, apunta el diseñador que realizó una pasantía con Marcel
Wanders. “Es mi héroe del diseño, lo admiro. El día que me incorporé a su estudio fue el más feliz y emocionante de mi vida”. Junto a Wanders jugó en primera, aprendió y se empapó de las soluciones de diseño más innovadoras del sector. Asegura que el mejor consejo que le dio el diseñador de Países Bajos fue “sé honesto contigo mismo. Siempre pienso en eso cuando enfrento desafíos o dudas sobre mí mismo. ¿Qué es lo que realmente quiero? es la pregunta que formulo cada vez que necesito destrabar alguna decisión”.
Su mamá, enfermera, y su papá, conductor de ambulancia son “bastante conservadores, aunque siempre me impulsaron y estimularon para que disfrute la literatura, la música, las artes. Cada tanto descubro que mi mamá aún no puede aceptar del todo al hombre de pelo largo, barba y ropa rara en el que me convertí”, bromea. Todo empezó como un ejercicio para el trabajo final de la carrera cuya consigna era enrollar y presionar una pieza de poliuretano termoplástico (TPU), flexible, elástico y resistente. “Cuando la luz atravesaba el material se generaba una reflexión hermosa”, repasa Zhen, que se inspiró en el fenómeno de “los materiales suaves deformándose después de ser presionados, un punto de partida para explorar la tensión y la deformación, y luego articular la función de un producto”.
Así surgió la luminaria de poliuretano reciclable. El cuerpo inflado está sujeto por anillos que forman las articulaciones. La estructura se estira por hilos delgados que le permiten mantenerse en cualquier posición por fricción. “La altura se ajusta a gusto, manualmente. Y lo mejor: se libera el aire para plegar, almacenar y transportarla fácilmente”, dice Zhen, que aplicó la misma lógica a un taburete portátil, inflable y resistente.
Sobre el contraste entre las novedades hiper tecnológicas y la inteligencia artificial que avanzan a un ritmo descomunal, cree que son “buenas herramientas, eficientes y capaces de generar formas hermosas. Pero ese no es el punto hoy. El diseño interpela la imaginación y la creatividad. Observar y experimentar, en eso tenemos que entrenarnos porque la disciplina está en constante evolución. Requiere innovación real más que superproducción industrial”, remata el protagonista de la incubadora del futuro que brilló en la vidriera más codiciada, de donde surgen los próximos Messi del diseño industrial. A lo largo de 25 años, pasaron por el SaloneSatellite más de 14 mil promesas, muchas de ellas hoy dominan la escena internacional después de participar del laboratorio de investigación que explora y reflexiona sobre los desafíos que plantea el futuro del diseño.
Un poco por provocar, otro tanto por innovar y mucho, muchísimo, por marcar contrastes, el diseñador chino Zhen Bian desarrolló una lámpara inflable que le valió el primer premio de los SaloneSatellite Awards de Milán. Sin pretensiones en cuanto al formato o la tecnología de punta, más bien todo lo contrario, el proyecto que germinó como una tesis en la Universidad de Artes y Diseño de HfG Karlsruhe, en Alemania, floreció en el marco del Salón Internacional del Mueble de Milán. Zhen cargó en su valija apenas tres diseños para montar su stand en el SaloneSatellite, la plataforma de lanzamiento de voces emergentes sub 35. Sencillo y con grandes letras que componían Studio Ololoo, se la pasó inflando y desinflando artefactos en los 5 metros cuadrados adjudicados para captar la atención. Desde Ningbo, en Zhejiang, China, hasta el predio ferial milanés por el que pasaron más de 360 mil personas, no se cansó de explicar los atributos de Deformación bajo Presión, la luminaria que combina de manera innovadora TPU inflable con una estructura de aluminio tensionado. “Es plegable, liviana y se desmonta en 5 segundos”, listaba Zhen junto a su socia, Jaco Qian.
Mientras la inteligencia artificial se postula como la gran protagonista del año, el diseñador que cuando era chiquito armaba robots Gundam, apeló a su memoria emotiva para cautivar al exigente jurado con un artefacto tan lúdico como irónico. Paola Antonelli, al frente del comité evaluador, ponderó su enfoque experimental detrás de la idea y la mano de obra artesanal de la lámpara. Con el visto bueno de la curadora del Departamento de Arquitectura y Diseño del MoMA de Nueva York, Zhen repasó el proceso constructivo. “Me inspiré en el fenómeno de los materiales blandos deformándose después de ser presionados, y exploré la tensión y la deformación”, le contó a durante la premiación, en la nacion Milán, donde recibió su galardón de las manos de Marva Griffin, curadora y fundadora del SaloneSatellite.
Mangas japoneses, miniaturas para pintar, cajas y cajas de modelos de Gundam dejaron su huella en Zhen que, al decidir su carrera, diseño industrial apareció primera en la lista. “Nunca me canso de inventar, de crear y probar. Crecí en una época donde la computadora no estaba tan instalada, y jugar con las manos fue clave en mi carrera. Ahora, los niños del este de Asia tienden a jugar en línea, con menos oportunidades de sumergirse en ese tipo de exploraciones”, apunta el diseñador que realizó una pasantía con Marcel
Wanders. “Es mi héroe del diseño, lo admiro. El día que me incorporé a su estudio fue el más feliz y emocionante de mi vida”. Junto a Wanders jugó en primera, aprendió y se empapó de las soluciones de diseño más innovadoras del sector. Asegura que el mejor consejo que le dio el diseñador de Países Bajos fue “sé honesto contigo mismo. Siempre pienso en eso cuando enfrento desafíos o dudas sobre mí mismo. ¿Qué es lo que realmente quiero? es la pregunta que formulo cada vez que necesito destrabar alguna decisión”.
Su mamá, enfermera, y su papá, conductor de ambulancia son “bastante conservadores, aunque siempre me impulsaron y estimularon para que disfrute la literatura, la música, las artes. Cada tanto descubro que mi mamá aún no puede aceptar del todo al hombre de pelo largo, barba y ropa rara en el que me convertí”, bromea. Todo empezó como un ejercicio para el trabajo final de la carrera cuya consigna era enrollar y presionar una pieza de poliuretano termoplástico (TPU), flexible, elástico y resistente. “Cuando la luz atravesaba el material se generaba una reflexión hermosa”, repasa Zhen, que se inspiró en el fenómeno de “los materiales suaves deformándose después de ser presionados, un punto de partida para explorar la tensión y la deformación, y luego articular la función de un producto”.
Así surgió la luminaria de poliuretano reciclable. El cuerpo inflado está sujeto por anillos que forman las articulaciones. La estructura se estira por hilos delgados que le permiten mantenerse en cualquier posición por fricción. “La altura se ajusta a gusto, manualmente. Y lo mejor: se libera el aire para plegar, almacenar y transportarla fácilmente”, dice Zhen, que aplicó la misma lógica a un taburete portátil, inflable y resistente.
Sobre el contraste entre las novedades hiper tecnológicas y la inteligencia artificial que avanzan a un ritmo descomunal, cree que son “buenas herramientas, eficientes y capaces de generar formas hermosas. Pero ese no es el punto hoy. El diseño interpela la imaginación y la creatividad. Observar y experimentar, en eso tenemos que entrenarnos porque la disciplina está en constante evolución. Requiere innovación real más que superproducción industrial”, remata el protagonista de la incubadora del futuro que brilló en la vidriera más codiciada, de donde surgen los próximos Messi del diseño industrial. A lo largo de 25 años, pasaron por el SaloneSatellite más de 14 mil promesas, muchas de ellas hoy dominan la escena internacional después de participar del laboratorio de investigación que explora y reflexiona sobre los desafíos que plantea el futuro del diseño.
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