Crisis educativa. Cuál es el inquietante número del Censo 2022 que enciende alarmas en el aprendizaje
Además de los resultados de las pruebas PISA que confirmaron esta semana que el estancamiento lleva 20 años, ahora el Indec comprueba que subió la cantidad de argentinos que no asistieron al sistema de enseñanza formal
Lucila Marin
El Censo 2022 revela un dato inquietante: 2.426.129 personas que nunca pisaron una escuela
El 1,1% de la población de entre 5 y 29 años que habitan en viviendas particulares nunca asistió a un establecimiento educativo reconocido del sistema de enseñanza formal. Así lo revelaron nuevos datos del Censo 2022 publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que seguirá a cargo de Marco Lavagna en la nueva administración.
Se trata de un dato que inquieta, ya que desde 1960 venía decreciendo; en este último relevamiento se verifica un aumento, ya que en 2010 quienes no asistieron a una institución educativa representaban el 0,7% de la población. Un desafío que deberá enfrentar el nuevo gobierno nacional, que en el área específica estará a cargo de Carlos Horacio Torrendell. También aumentó, de todo modos, la población de ese rango de edad que asistía (al menos en 2022) a un establecimiento escolar. Mientras que en el censo de 2010 la cifra era un 63,5%, el año pasado subió casi 5 puntos y se ubicó en 68%
Asistencia escolar según años censales
Población de 5 a 29 años en viviendas particulares, por condición de asistencia escolar. Total país.
Fuente: Indec - Censo 2022
A nivel país, del total de la población, son 2.426.129 personas que nunca pisaron una escuela.
La foto de 2022, revelada en el último informe del censo, muestra también el máximo nivel educativo alcanzado, en este caso para la población mayor a 25 años. De las mujeres, solamente el 25,1% reportó haber terminado el secundario, son 41,2% las que declararon contar con esos estudios incompletos. Un 33,8% dijo haber llegado al nivel superior o universitario, aunque los datos no aclaran si cumplieron completamente esa instancia.
Un 25,3% de los hombres indicaron haber completado el nivel secundario, mientras que el 49,3% reportó haber llegado a esa instancia, pero sin finalizarla. En tanto, según informaron, un 25,4% alcanzó el nivel superior o universitario, completo o incompleto.
Los resultados finales del Censo 2022 presentan estas categorías y no incluyen a las personas que se identificaron como no binarias gracias a la “x” que se había incorporado por primera vez en los formularios en el capítulo dedicado a conocer el género de los argentinos. Señalan que “de acuerdo con la evaluación de calidad y consistencia de los resultados definitivos, y para cumplir con los estándares de calidad estadística requeridos por el Indec”, fue redistribuida entre las categorías mujeres y varones.
PISA 2022
Este escenario se suma a los resultados de las pruebas PISA 2022, que impulsa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revelados esta semana. Aunque el impacto de la pandemia parecería ser menor que en los demás países, la Argentina no mostró grandes cambios respecto de los resultados obtenidos por esa evaluación en 2018. “La buena noticia es que la pandemia parecería no haber impactado tanto. Al mismo tiempo, estos resultados permiten desprenderse de esa excusa. Los rendimientos ya eran malos en 2018″, señala Julio Durand, director del Doctorado en Educación Superior Universitaria en Universidad Austral.
Siete de cada 10 estudiantes argentinos de 15 años no logran resolver un cálculo matemático básico. En lectura y ciencia, son cinco de cada 10 alumnos los que no alcanzaron los niveles básicos de desempeño: identificar la idea principal de un texto o reflexionar sobre su propósito.
A nivel regional, el país quedó por debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, México, Perú y Colombia en las tres áreas evaluadas. “La Argentina perdió el liderazgo hace mucho. Nuestros resultados primero cayeron y luego se estancaron. En el caso de los demás países primero mejoraron y luego se estancaron”, sintetiza Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y académico asociado de Argentinos por la Educación.
“Quedamos rezagados. El punto de partida en las pruebas [de la OCDE] de lectura es en 2000 y en las de ciencia y matemática es a partir del 2006. Antes había menos países latinoamericanos y dentro de ellos estaba entre los que mejores se desempeñaban”, coincide Alejandro Ganimian, especialista en evaluaciones educativas y profesor de la Universidad de Nueva York.
Este año, en dos de las tres asignaturas evaluadas, los estudiantes de 15 años de la Argentina se ubican por debajo de lso de países que hace poco se desempeñaban de forma similar como México o por debajo, el caso de Perú. En tanto, los líderes de la región, Chile y Uruguay, le sacan amplias ventajas. La Argentina solo logra superar a Paraguay y a países de América Central.
“A mayor nivel socio-económico, la Argentina tiene el peor desempeño de América Latina. Esa brecha entre el nivel socio-económico y los resultados lo que muestra es la mala política educativa. En 2015 los más pudientes de la Argentina tenían resultados similares a los más pobres de España. Las pruebas de la Unesco 2019 muestran que los sectores medios de Perú correlacionaban con el nivel alto de la Argentina”, agrega Narodowski.
Esta vez, Perú se encuentra entre uno de los países que más mejoró en las tres áreas. Desde 2000, en lectura, avanzó desde 317 a 408. La Argentina, en cambio, retrocedió de 418 a 401. Puntualmente en esta área tuvo un desempeño similar a Camboya: los alumnos de bajo rendimiento mejoraron, pero no lo hicieron los de mejor desempeño. En matemática, en cambio, quienes tenían mejor rendimiento también mejoraron, pero aquellos estudiantes con peor rendimiento empeoraron. Lo mismo sucedió en Brasil.
Pruebas PISA
Evolución del puntaje promedio en matemática, lectura y ciencias por grupo de países
Fuente: Ministerio de Educación de la Nación
Uno de los datos llamativos de los últimos resultados de las evaluaciones PISA fue que mejoraron los desempeños de los estudiantes de menores ingresos. En cambio, los de los estudiantes de 15 años de mayores ingresos no cambiaron respecto de 2018, es decir, se estancaron. Eso explica por qué la brecha entre el desempeño de los estudiantes de diferentes niveles socioeconómicos se redujo.
En matemática, el área en que este año se decidió hacer foco, aquellos estudiantes que se encuentran en el quintil socio-económico más bajo se desempeñaron parecido a los de Brasil, pero la brecha se agranda al compararlos con los más pudientes. Lo mismo sucede con Colombia, los menos favorecidos tienen un mejor desempeño no tan alejado, pero la brecha va aumentando a medida que lo hace el nivel socio-económico. Los estudiantes de mayor nivel socio-económico en la Argentina se desempeñan como los de mejor nivel en Turquía, Estados Unidos y Francia.
En tanto, la Ciudad de Buenos Aires, uno de los tres distritos que optó por la evaluación distrital, en matemática y ciencia, los alumnos de 15 años mostraron en la prueba de la OCDE que se desempeñan por arriba de todos los países latinoamericanos. En lectura, en cambio, quedaron a la par de Chile.
Se trata de exámenes que fueron tomados a estudiantes de 15 años, son resultados que no solo muestran el estancamiento educativo sino también preocupantes para alumnos que están a punto de egresar del nivel secundario. “Hay un mal desempeño y además un abandono alto que puede tener otros ingredientes. No se está en condiciones de entrar a estudios posteriores y no estar preparado para aprovechar eventuales oportunidades laborales”, advierte Durand.
“El bajo rendimiento de la Argentina en las Pruebas PISA es una señal de alerta sobre la calidad de la educación en el país, que viene midiendo muy mal en las últimas dos décadas. Para abordar esta problemática, se requiere un enfoque integral que abarque tanto reformas a corto como a largo plazo en el sistema educativo. A largo plazo, la clave está en crear un sistema educativo que no se enfoque en aprobar exámenes solamente, sino que realmente los prepare para la vida y el trabajo en un mundo en constante cambio”, considera la especialista Laura Lewin respecto a los cambios necesarios a largo plazo.
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En Mar del Plata, los aumentos rondan el 30% en relación con octubre pasado; hay un 70% de ocupación en hoteles
Darío PalavecinoPaseos por la costa y pocos gastos
MAR DEL PLATA.– Borrar y corregir, siempre para modificar una cifra por otra más alta. Obligada costumbre en las pizarras y cartas de menú ante costos en alza y precios de materias primas con aumentos que no dan respiro. Y que, aseguran por aquí, se marchitarán recién con el cierre de este fin de semana largo, porque todos esperan una nueva etapa en el país que impactará fuerte en los precios, justo cuando la temporada estival está a la vuelta de la esquina.
Nada es igual en esas cartas y vidrieras para los pocos turistas que anduvieron por aquí durante el último feriado, que siguió al domingo de balotaje. Y ni hablar para los que estuvieron por última vez a comienzos de octubre, cuando comer costaba hasta 30% menos que ahora.
Aun así hay vida en estos espacios gastronómicos, muy concurridos a partir del arribo de miles de visitantes que ocupan hasta casi el 70% de las plazas hoteleras de la ciudad. Nada malo para este escenario de incertidumbre económica. Con aquellos, varios propietarios o inquilinos que levantaron persianas de departamentos y casas que esperan por estos días por las reservas para enero y febrero que tardan en llegar.
Los operadores del sector admiten que estas escapadas y seguramente los días que vendrán de plena temporada estarán marcados por las crisis económicas. “Nos preparamos para estadas más cortas y seguramente menor volumen de gasto”, señala un empresario del ramo hotelero.
Pedir valores para los momentos pico se vuelve cada vez más difícil, salvo que la referencia del dólar aporte alguna certeza. Propietarios de inmuebles confirman a la nacion que solo con esa condición están logrando cerrar primeras reservas, con pedidos más fuertes que abarcan la última semana del año y buena parte del arranque del próximo.
Un verdadero desafío el presupuesto a definir para estas vacaciones. En especial para un destino como Mar del Plata, que por historia tiene una fuerte presencia de clase media y media baja entre los viajeros. “Más caro que la última vez, igual o más barato que en Buenos Aires”, asegura Mario Di Doménico, de San Isidro, que vino con su esposa y otro matrimonio, con los que almuerza en un restaurante de la calle Alem.
Ellos y otros que asomaron por estas horas tienen primeras referencias para imaginarse lo que vendrá. Porque tienen claro que nada de lo que pagaron tendrá el mismo costo cuando vuelvan, aunque sea mañana mismo, ya con nuevo gobierno nacional.
“Llegaron precios nuevos de todo: de los vinos, de las carnes, de las verduras, todo…”, reconoce el responsable de un restaurante de la zona del puerto, donde aseguran que intentaron tocar lo menos posible la carta de platos y precios. “Aun con todo estos ajustes, Mar del Plata se mantendrá como el destino con mejores precios de la costa”, afirma.
Comprar para llevar y comer en casa aparece como la opción más económica, siempre y cuando se disponga de comodidades en casa o departamento. Cada empanada ronda entre los $500 y los $700, con promociones de una porción de tres más una gaseosa de medio litro que se ofrece, en la zona de Playa Grande, por $3000.
La pizza siempre es una salvación por menor costo y rendimiento. La de mozzarella, clásica, parte desde los $4000. Y ofrece posibilidad de mejorarla con algunos agregados, de acuerdo con el gusto y bolsillo, para llegar a una americana (con panceta y huevos fritos) o una de champiñones en casi $8200.
Nostalgias de salmón
Para comer por el puerto hay que pensar entre $7000 y $10.000 por cubierto. Una abundante porción de rabas para compartir, que es una entrada casi obligada, se cobra $7500. La paella es de lo más caro: $11.800. Y un pescado a la plancha con guarnición va desde $5500 hasta $8000, según sea merluzón, lenguado, abadejo o chernia, orden establecido de menor a mayor costo. “¿Salmón rosado? Imposible”, admite el encargado de un restaurante del Centro Comercial que suspendió esa variedad. En Pinamar, esta semana y en un local cercano al mar, un filet acompañado por una salsa y verduras grilladas se ofrecía a $15.500.
Los más chicos se sienten cómodos y a gusto entre comidas rápidas. Un pancho grande, aderezado con dos salas especiales y papas pay, anda en los $1700. La mitad de lo que puede costar la hamburguesa completa más económica, ya que hay propuestas de hasta $6000.
Para beber hay valores bastante comunes entre distintos locales. Una gaseosa pequeña se paga entre $900 y $1000, una cerveza de tres cuarto litro orilla los $2800 y una botella de mismo tamaño de vino de la casa parte desde los $3500.
Desde temprano, en particular aquellas que tienen mesas al aire libre con reparo, las parrillas tenían buen movimiento en el arranque del fin de semana largo. Para una parrillada para dos hay que pensar en unos $12.000 a $15.000. Si no se pueden pedir porciones de asado ($5800), vacío ($6900), entraña ($8500) o matambre tiernizado ($7500), aptos para compartir, pero no para plato único. Las ensaladas van desde clásica a $2500 a especiales que pueden llegar a $4500.
Los postres pueden ser al paso y el favorito, por lejos, es el helado, que Mar del Plata tiene y muy bueno. Por kilo se pagan desde $6000 hasta $8800. Por cucurucho o vaso de cuarto kilo hay que desembolsar entre $2500 y $3900. ¿Alfajores? El más clásico y famoso de la ciudad está a $830 por unidad.
La salida de bares, clásica para la juventud y opción para todo público, tiene en las cervecerías una opción favorita y abundante. La pinta se paga desde $1200 hasta $2000 y la coctelería, que gana cada vez más terreno en esas barras, tiene tragos básicos de $2200 a $2800.
Y en ese paseo, escala obligada de mañana, cualquier momento de la tarde o sobremesa tras la cena, el café. Entre $900 y $1200, según el lugar y si se trata de los muy prolíferos locales que ofrecen especialidades. En el desayuno hay opciones de $1300 a $1500 con una o dos medialunas. O de $2000 a $2500 con porción de torta.
La sorpresa les llegará a los que vinieron en automóvil y tendrán que cargar combustible para el regreso. En pleno descanso los encontró otro aumento de 18%, que aquí es más notorio por la diferencia de precio con los surtidores de la metrópoli. Desde el viernes último en Mar del Plata, y según la petrolera, se paga el litro de nafta súper desde $468 hasta $539; de $567 a $636, la variedad premium, y de $594 a $677, el diésel grado 3.
“El contexto es de incertidumbre por el cambio de gobierno y las nuevas medidas económicas, pero Mar del Plata resiste todo”, asegura Bernardo Martín, presidente del Ente Municipal de Turismo, y augura una buena temporada con primeras señales para Navidad y Año Nuevo, ya que ambas festividades (con feriados en lunes) darán forma a otros dos fines de semana largos
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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