El discurso de Javier Milei en el Congreso | Un pacto fundacional innegociable
El Presidente no ahorró descalificativos ni acusaciones, en un mensaje sin
Claudio Jacquelin
Javier Milei, durante la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso..Alfredo Sábat
Javier Milei no defraudó ni sorprendió con los objetivos y las formas expuestos en su discurso de apertura del período de sesiones ordinarias del Cogreso. No cambió en nada sustancial. Y menos aún traicionó el contrato electoral con el que llegó a la Presidencia. Sí impuso novedades con los detalles propositivos que, en este caso, son lo que importa. Y sus planteso son, una vez más, a todo nada. Sin concesiones.
La convocatoria a la dirigencia política nacional y provincial y a expresidentes a adherir a un pacto refundacional de diez puntos de “políticas de Estado”, basadas en lo económico, por firmarse el 25 de Mayo, resume su propuesta de Gobierno, su método de llevarla a cabo y sus objetivos maximalistas de transformar el país de raíz, de una vez y “para siempre”. Cueste lo que cueste.
Al mismo tiempo fijó límites y volvió a señalar enemigos, algunos de los cuales tuvieron nombre y apellido, que no habían abundado en su boca hasta aquí, como Sergio Massa o Cristina Kirchner.
El colectivo de los réprobos lo compusieron los políticos, los sindicalistas, los empresarios prebendarios, los dirigentes sociales que “lucran con el hambre”. Quienes no acepten su “última oferta”, como él la llamó, estarán en ese espacio. Serán los integrantes de la casta defensora de la decadencia, los privilegios y los negocios espurios, que empobrecieron el país a los largo de los últimos 100 años. Polarización al extremo y sin mediaciones.
Con la contundencia y la crudeza que lo trajo hasta aquí, Milei estipuló las condiciones: “No vinimos a negociar nada. No vinimos a entrar en eltoma y daca de la política”, insistió. Y agregó: “Se enfrentan a un animal distinto. [...] Ante los osbtaculos no freno, acelero”
Javier Milei dio su mensaje desde un atril y se diferenció de otras aperturas de sesionesPrensa Senado
Con esas premisas tendió una mano a los que hasta acá se resistieron a sus propuestas, mientras en la otra llevaba el acta de rendición incondicional. La legitimidad de origen y el caudal de apoyo que conserva son el punto de apoyo para seguir adelante y acorralar a quienes se opongan o cuestionen su proyecto. Las nuevas tablas de la ley de las fuerzas del cielo. No parece importarle que sea el presidente que llega con el mayor índice de rechazo a su primera asamblea legislativa de los últimos cuatro primeros mandatarios.
No hubo anuncios de nuevas iniciativas legislativas concretas porque no consideró que necesitara hacerlo. A pesar de que aún no hay por ejemplo una ley de presupuesto que marque el rumbo y rija la gestión durante este años, por lo cual está vigente el que presentó su apuntado Massa en 2022.
Milei reiteró que su hoja de ruta y sus proyectos están en el mega DNU, que continúa en discusión en el ámbito político y en la Justicia, y la ley ómnibus que el Presidente había ordenado retirar ante las objeciones que tuvo durante el tratamiento en particular. Para que no quedaran dudas, puso como condición previa para el Pacto de Mayo que los gobernadores dieran su apoyo a esas dos columnas basales de su administración y que fueran aprobadas por el Congreso, sin dar lugar a cambios.
Además, advirtió que si no le aprueban sus iniciativas en el Congreso gobernará con los recursos con los que cuenta el Ejecutivo: decretos y resoluciones. Y subrayó que no vino a buscar el conflicto y la confrontación, pero, como si hiciera falta, aclaró que no le teme al enfrentamiento: “Si buscan conflicto, conflicto habrá”.
Para reafirmar que no busca el conflicto fue que ofreció el “camino del acuerdo”, que es la suscripción del Pacto de Mayo, aunque dijo “no tener esperanzas” en que lo fueran a hacer por sus mezquindades”. Y los “desafió” (sic) a demostrarles que él estaba equivocado.
La larga exposición de los males del país y de agravios a quienes consideró los responsables de eso (muchos de los cuales estaban presentes) fue el camino con el que pavimentó la presentación de su propuesta de acuerdo refundacional. Y la partición de las aguas. No ahorró descalificativos ni acusaciones en su descripción.
También reafirmó y explicitó su ideario y las tradiciones en las que abreva: el liberalismo alberdiano y el menemismo. Y como antagonista, puso al kirchnerismo y al populismo, a pesar de los parentezcos que suele expresar con las formas de esta categoría política.
Paciencia y confianza
Se ofreció a sí mismo como el artífice y garante del cambio, aunque en la enunciación utilizara la primera persona del plural. Y dijo a estar decidido a llevarlo adelante a cualquier costo, incluido el “ostracismo”, según afirmó. Lo reiteró: está en el cumplimiento de una misión trascendente.
Sobre el final cerró la parábola que había abierto al principio, cuando dijo que se estaba ante el momento más crítico de la historia reciente, al pedir “paciencia y confianza” para atravesar la actual situación, para luego advertir que todavía no se han visto todos las consecuencias “del desastre” recibido, por la “orgía populista”.
Fue toda una admisión de que tiene un desafío demasiado grande por superar en lo inmediato y que todo depende de la “paciencia y la confianza” que la sociedad tenga. Otra vez, sin mediaciones.
Los aplausos que recibió de los propios que estaban en las bancas y de los “ciudadanos comunes” invitados, desde los palcos, sobresalieron sobre las críticas o malas caras de opositores que la transmisión oficial omitió mostrar.
Los funcionarios Petri, Francos, Karina Milei y Posse aplauden desde uno de los palcos el discurso del PresidentePrensa Senado -
La puesta en escena que rodeó a la presentación presidencial resultó una más de las singularidades que ha impuesto desde su llegada a la política y con las que sigue logrando generar atracción, impacto, adhesiones totales de los suyos y rechazos absolutos de los que el Presidente elige como enemigos.
Milei sabe que opera en un entorno de fragmentación política creciente, acelerándolo y profundizándolo, sobre el que impacta fuertemente en la dirigencia, tanto dialoguista como opositora, con tres elementos centrales.
Por un lado, aprovecha la inercia de su inesperada irrupción y su supersónico ascenso al poder que siguen desconcertando a la política. Por otro, se apalanca en el apoyo mayoritario que conserva, pese a alguna caída. Y, finalmente, explota su carácter y sus acciones permanentemente disruptivos, que les corren el blanco a todos y los ponen a la defensiva. Anoche volvió a demostrarlo.
Opositores en problemas
Las reacciones de varios gobernadores cambiemitas y hasta del peronismo, que adhirieron o no rechazaron de plano las premisas y “ofertas” lanzadas anoche seguramente lo habrán confirmado en su camino así como en la visión que tiene del escenario en el que actúa.
El paisaje que ofreció esta semana el macrismo expresa ese campo cada vez más fértil sobre el que se desenvuelve el presidente libertario. El acuerdo entre Pro y los libertarios sigue demorándose al ritmo de las dilaciones y el proceso de coptación individual que se permite imponerle Milei desde su actual posición de fuerza.
En tal contexto, la división forzada por la ministra y todavía presidenta del Pro, Patricia Bullrich, entre los que apoyaron al Gobierno y los que se solidarizaron o no quisieron dejar solo al gobernador de Chubut Ignacio Torres fue emergente de circunstancias viejas y prolegómeno de nuevas fisuras que el oficialismo celebra.
Máximo Kirchner y Wado De Pedro, en la Asamblea Legislativa
Uno de los puntos salientes de esta nueva realidad fue el almuerzo del jefe del bloque macrista de Diputados, Cristian Ritondo, con el Presidente en la Casa Rosada, sobre el que abundan versiones contradictorias respecto del conocimiento de Mauricio Macri de ese encuentro, que refuerzan la imagen de crisis que se vive en el submarino amarillo.
El expresidente afirmó a varios interlocutores que había sido un facilitador de la reunión, mientras desde las cercanías de Ritondo sostienen que se concretó sin mediación alguna del fundador del Pro, después de un intercambio entre él y el jefe del Estado, que lo invitó a almorzar sin aviso previo. Entre los proyectos mileístas parece asomar con fuerza la producción de una remake de “Pollitos en fuga”, que Macri se desvela por evitar.
El otro capítulo destacado se produjo ayer, nomás, cuando el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tuvo su discurso fundacional en la apertura de sesiones de la legislatura porteña, con el que marcó distancias profundas con su predecesor, Horacio Rodríguez Larreta. Un discurso que solo subrayó interpretaciones suspicaces del episodio del día anterior cuando un roedor irrumpió en una recorrida suya por la ciudad y, ante móviles periodísticos, lanzó con una semisonrisa la frase que a nadie pasó inadvertida: “Ordenemos lo que larrata desordenó”. Cacofonías y causalidades.
Risas y nerviosismo entre los gobernadores que escucharon a Milei
Por otro lado, la crisis de liderazgo y el fracaso de su último gobierno sigue golpeando a los opositores peronistas. Al tiempo que no alcanzan a cuajar aún los intentos de reedición de la otrora poderosa liga de gobernadores.
Los mandatarios provinciales acorralados por el recorte de fondos de Milei oscilan entre la confrontación con la Nación, los diálogos bilaterales y multilaterales cargados de desconfianza y sospecha entre ellos y con los funcionarios nacionales, y la mirada sobre su electorado, que en muchos casos se solapa con el del presidente. Confusión y desesperación. Se confirmó con sus reacciones ante el discurso presidencial.
Milei les ofrece a los argentinos liberarlos de ellos, de los males que han provocado y del sistema con el que, les dice, solo se han beneficiado ellos.
Los nuevos 10 mandamientos, el decálogo mileísta va indudablemente en esa dirección. Aunque no haya dicho aún como lo va a hacer y con quiénes si es que los que tienen la mayorías legislativas no aceptan firmar el contrato de adhesión que ayer les propuso. Con puño de hierro. Sin caricias ni guantes de seda.
Milei propone adherir a un pacto fundacional innegociable o ser parte de la casta que arruinó el país y la vida de los argentinos. A todo o nada.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
El Presidente fijó la vista en la carpeta azul donde tenía impreso el discurso y no se apartó del texto; con Santiago Caputo planeó la “sorpresa” del “Pacto del 25 de Mayo” para intentar encolumnar a parte de la política detrás de su plan
Maia Jastreblansky
Santiago Caputo, el asesor estrella de Milei, uno de los asesores detrás del discurso presidencial
En los 73 minutos que Javier Milei dio su discurso, prácticamente no levantó la mirada. El Presidente fijó la vista en la carpeta azul donde tenía impreso el texto y leyó sin grandes inflexiones en la voz. No levantó el tono, pese a la virulencia de sus palabras contra la “casta”. Para cuando convocó al “Pacto del 25 de Mayo” ya había dicho las peores cosas de los políticos que tenía enfrente sin distraerse ni un segundo y había apuntado contra “los informadores ensobrados”, los “empresarios prebendarios”, y los “sindicalistas que entregan a sus trabajadores”.
Tampoco hubo en el hemiciclo demasiadas provocaciones hacia el Presidente. Más allá de los carteles que pegó la izquierda y algún comentario aislado desde alguna banca, Milei no tuvo que soportar episodios que pudieran sacarlo de eje. Sí hubo una arenga continua desde los palcos del tercer piso donde se ubicaron seguidores libertarios que vivaban al Presidente, cantaban contra la “casta” y reclamaban “motosierra”. Solo en algún momento muy puntual Milei miró sobre sus anteojos para dedicarles una sonrisa.
Una sola vez Milei se ocupó de subrayar un pasaje: fue cuando embistió contra el exgobernador de Jujuy, Gerardo Morales y arremetió contra toda la UCR. “Por si no se escuchó por los aplausos: ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos”, enfatizó cara a cara con los legisladores.
Puño levantado de Javier Milei a los que lo ovacionaron desde los balcones
Desde uno de los palcos del primer piso lo miraban dos figuras clave, que son los que cocinan la estrategia política y técnica en las bambalinas del Gobierno: el vicejefe de Gabinete, Jose “Cochi” Rolandi y el asesor estrella, Santiago Caputo.
Este consultor todoterreno trabajó en las últimas semanas en la Casa Rosada no solo craneando la narrativa detrás del “pacto del 25 de Mayo” sino también tendiendo los primeros puentes políticos de cara a la cita de Córdoba junto al ala política del Gobierno, encarnada en el ministro del Interior, Guillermo Francos, y en el flamante subsecretario de Gestión Institucional de la secretaría general de la Presidencia, Eduardo “Lule” Memem.
Milei quiere evitar que se mencione la palabra “acuerdo” para no exhibir debilidad ni un estilo transaccional. Lo que está haciendo el Presidente con la convocatoria a la ciudad de Córdoba para firmar un listado de diez compromisos es intentar encolumnar a parte de la política detrás del mismo plan que tiene desde el primer día. No se trata de la búsqueda de un punto intermedio, sino de un llamado a que la “casta” lo siga en sus ideas inamovibles. “No tengo demasiadas esperanzas. Quiero que me demuestren que estoy equivocado”, les dijo Milei, sin inmutarse, a diputados y senadores.
Cuando terminó su discurso, el mandatario repartió saludos con los diputados libertarios y le dedicó abrazos a algunos funcionarios. Entre ellos, a su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina, al ministro de Economía, Luis Caputo; a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. El abrazo más largo, no obstante, fue para la ministra de Seguridad y referente de Pro, Patricia Bullrich.
Las 48 horas previas a su discurso, Milei las pasó encerrado en Olivos. El jueves se dedicó a escribir una primera versión y hoy pulió el texto definitivo. Ya en la previa a la apertura de sesiones, cerca del Presidente advertían que sus palabras cerrarían con una “sorpresa” política, que en todo momento se mantuvo bajo un estricto hermetismo.
Las personas que conforman el primer anillo de contención del Presidente fueron quienes lo vieron en la intimidad de las horas previas a su primer discurso de frente al hemiciclo del Congreso. En la primera parte del día, pasaron por Olivos su consultor todoterreno; la secretaria General de la Presidencia y hermana del jefe de Estado, Karina Milei, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que luego se reunió con los diputados de La Libertad Avanza en la Casa Rosada para pulir la estrategia parlamentaria para las sesiones ordinarias que se inauguran hoy.
Quienes trataron con Milei en las horas previas a su presentación aseguraron que lo vieron “tranquilo”. El Presidente partió pasadas las 20 de la quinta presidencial con dirección, primero a la Casa Rosada y luego al Congreso. Al llegar, se fundió en un abrazo con la vicepresidenta Victoria Villarruel, que lo escoltó hacia el recinto tomada de su brazo. Todos gestos que buscaron ahuyentar los rumores de una mala relación entre ambos. La gestión libertaria se mueve con la premisa de negar cualquier rispidez interna.
El abrazo de los Milei: el Presidente se saluda con su hermana Karina, su asesora a la que él llama "el jefe
Santiago Oría, el realizador audiovisual que retrata todos los movimientos de Milei, ajustó todos los detalles de la transmisión. Antes de empezar a hablar, Milei salió del atril especialmente para estrechar la mano del senador cordobés Luis Juez (Pro). Al entrar al recinto, saludó a sus diputados e intercambió un abrazo con Bertie Benegas Lynch y con Lilia Lemoine.
Al igual que hizo en el día de su asunción, Milei había publicado un mensaje en hebreo dando una pista del sentido de su mensaje. Compartió en sus redes sociales un pasaje de la Biblia que hace alusión a viejas y nuevas leyes. “Dios pide a Moisés que haga nuevas tablas de ley en lugar de las tablas que rompió”, es la traducción del fragmento del Éxodo 34:1-25 que compartió el líder de La Libertad Avanza (LLA).
Su mensaje llega cuando el Gobierno termina de definir la estrategia legislativa para volver a impulsar las reformas que quedaron frustradas con la ley Bases. En las últimas semanas, hubo dos ideas que circularon con fuerza en la sede de gobierno: la de reflotar la ley Bases y la de fragmentar su contenido en varias leyes puntuales, tema por tema.
Finalmente se definió partir el paquete de reformas en dos tiempos. Ni bien arranque el período de sesiones ordinarias, el Poder Ejecutivo enviará al Congreso una primera parte (se habla de cinco capítulos de la ley Bases) con modificaciones. Habrá agregados y omisiones, como el capítulo de las retenciones, que generó resistencia en algunos gobernadores.
La idea que tiene la mesa chica de Milei es que, si prospera el “Pacto de Mayo” con los compromisos políticos redactados por los libertarias, se pueda remitir una segunda tanda de reformas, con los capítulos más espinosos, como la reforma laboral y previsional.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.