lunes, 1 de julio de 2024

EL ANÁLISIS DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO


¿No sería lindo que hubiera de todo para todos?
Juan Carlos de Pablo PREGUNTAS A RobERT HENRy NElSoN


En un programa de televisión en el cual entrevistaron a familias muy pobres, le preguntaron a un chico qué era lo que más deseaba. No retuve el texto, pero la idea quedó grabada en mi mente. Palabra más, palabra menos, dijo “que todo fuera gratis”. Impecable versión, por la inversa, del principio de escasez, que le da sentido a buena parte de la reflexión en materia económica. La escasez, ¿es algo inherente a la realidad en la Tierra o es un producto fabricado por algunos seres humanos para vivir a costa del resto?
Sobre esta cuestión conversé con el estadounidense Robert Henry Nelson (1944-2018), quien, según Art Carden, fue un académico pionero en los estudios que se ubican en la intersección entre economía y teología. También se destacó por sus trabajos referidos a administración de los recursos naturales, el uso de la tierra y la política de medio ambiente. Su perspectiva fue importante e in suficientemente aprecia da. En 2001 publicó el libro La economía como religión. De Samuel son a Chicago y más allá, en el que aclaró que el estudio de la economía como religión no debe confundirse con el estudio de la economía de la religión. La obra no es pos moderna desde el punto de vista de los métodos, pero sí pos fundacional desde el de los resultados.
–Una década antes había publicado otro libro sobre esta cuestión.
–Ene fecto; MaxLynn Stackhou se dijo que en Alcanzan do el Cielo en la Tierra: el significado teológico del análisis económico, publicado en 1991, contribuí a iniciar una fresca autoconciencia entre los cientistas sociales, con respecto a las profundas constelaciones de valores que subyacen por debajo de lo que hacemos.
–¿Qué rescata, principalmente, de la obra publicada en 2001?
–Muchos de los economistas clásicos no solamente estaban guiados por supuestos teológicos, sino que también visualizaban el campo de estudio en términos mesiánicos. Por ejemplo, suponían que la principal razón del dolor y el sufrimiento humanos, se debían a que vivimos en un contexto de escasez. Las profundas tradiciones religiosas que conformaron la cultura occidental, inevitablemente circunscribieron el análisis económico mucho más de lo que los principales economistas están dispuestos a admitir. Los economistas se visualizan a sí mismos como científicos, pero se parecen más a los teólogos. El rol básico que cumplen los economistas en la sociedad contemporánea, es similar al que cumplían los primeros cristianos y otros religiosos en su momento. Recuérdese que, en las épocas antiguas, los teólogos no solamente se ocupaban de los misterios divinos, sino también de algunas cuestiones que hacían a la vida diaria. Por ejemplo, se interesaban por el justo precio y la usura.
–En la primera clase de mi curso de “Economía 1” explico el principio de escasez, según el cual no hay de todo, para todos, gratis.
–En la Argentina. También lo comenzaría así, si lo dictara en Colombia, Alemania o Japón. Quizá tendría algún problema si lo ofreciera en Arabia Saudita o Qatar, donde –superficialmente al menos– el derroche está a la vista de todos. Aunque, muy probablemente, si profundizáramos el análisis también encontraríamos facetas del principio de escasez.
–Mucho se discute sobre el origen del referido principio.
–Me parece claro que es un subproducto de la desobediencia de Adán y Eva al mandato divino. Cuando Dios los echó del Paraíso, les dijo: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Una implicancia de esta explicación es que no es cierto que hace cinco siglos no había economistas ni problemas económicos. Quizá no había economistas, como los conocemos ahora, pero en el Egipto de los faraones y en la Antigua Grecia había problemas económicos.
–Tanto en el plano del diagnóstico, como en el de las soluciones, existen explicaciones alternativas.
–Propias de la utopía. Los anarquistas sostienen que la escasez es una creación del Estado, por lo cual su abolición terminaría con aquella. También existen utopías de inspiración socialista.
–Que supongo que a usted le parecen incorrectas.
–Inofensivas, si solo sirven para matizar una conversación entre amigos o parientes, pero peligrosas cuando se intentan llevar a la práctica. ¿Cuántos millones de inocentes seres humanos perdieron la vida cuando llegaron al poder partidarios del Hombre Nuevo o barbaridades por el estilo?
–¿Cuál es el rol de los economistas?

–No eliminar la escasez y recrear el Paraíso en la Tierra; de la misma manera que no es el rol de los médicos solucionar el problema de la muerte. Los economistas tenemos que responder a versiones concretas de la siguiente pregunta: ¿qué alternativas son factibles, con los recursos y la tecnología que contamos, sabiendo que no hay de todo, para todos, gratis? Óptimo es lo mejor de lo factible, no lo mejor de lo mejor.
–¿Por qué dice versiones concretas?
–Porque la relación entre el análisis económico y la teoría económica no es mecánica y mucho menos biunívoca. Si lo fuera, bastaría con introducir todos los conocimientos en una computadora para que nos dijera cuál es la mejor decisión posible.
–Deme algún ejemplo.
–Todo economista profesional lleva en la sangre el principio de escasez, y, por ende, está particularmente alerta al derroche. En un mundo donde sobraran los recursos no habría problema con llevar adelante las ideas más fantasiosas; en un mundo de recursos escasos la contrapartida de un derroche es mayor escasez para otros seres humanos. Esta es la razón por la cual, como principio general, los precios tienen que reflejar los costos, que a su vez reflejan los recursos utilizados en la producción de los diferentes bienes.
–No todos los problemas son de escasez.
–Tiene razón, también existen los problemas de distribución. Pero al respecto los economistas también tenemos algo importante que decir. Solo a John Stuart Mill se le ocurrió separar por completo las leyes de la producción de las leyes de la distribución o, si se prefiere, recomendar la eficiencia en el ámbito de la producción y la equidad en la de la distribución.
–Tampoco nos vayamos al otro lado, y pensemos en la inflexibilidad de la distribución, planteada por Vilfredo Pareto.
–Tampoco. Pero la experiencia de buena parte del siglo XX muestra las consecuencias que tiene, sobre la producción y el crecimiento, el entusiasmo de las políticas públicas por reducir la desigualdad en la distribución del ingreso a través de medidas impositivas, subsidios a la demanda de ciertas mercaderías y servicios, etcétera, ignorando los incentivos y los desincentivos, base decisoria de los seres humanos. La reacción que se está produciendo en varios países, no solamente en la Argentina, es una muestra de ello.
–Don Robert, muchas gracias. •
De cara al próximo encuentro anual, los directivos de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) afirmaron que la velocidad de los cambios tecnológicos hace que se tenga que poner a la persona, de forma integral, en el eje de las transformaciones; la visión sobre los primeros meses del Gobierno y sobre el desafío de la educación
“La transformación que estamos viviendo es una transformación humana, una transformación de habilidades”. Luis Guastini, el ejecutivo que presidirá el 27° encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), coincide con Silvia Bulla, presidente de la institución, que uno de los grandes desafíos de la Argentina es el de promover una educación más centrada en dar herramientas para un aprendizaje de por vida que en los cambiantes conocimientos técnicos. Cuando se piensa en los cambios que avanzan a gran velocidad y que impactan en la vida laboral, dicen los directivos, se piensa más en los aspectos tecnológicos, pero el desafío fundamental es poner el foco en la persona.
Guastini, CEO y presidente de ManpowerGroup, y Bulla, quien preside la firma Danisco Argentina dialogaron con a pocos días del LA NACION encuentro que lleva por lema “Creer para crecer” y que será el 2 y 3 de julio en el Regimiento de Patricios.
“Pasaron seis meses de un gobierno que implementó medidas macroeconómicas que empiezan a dar resultados desde el punto de vista de los objetivos trazados, que eran muy necesarios. Sigue siendo necesario seguir con resultados macroeconómicos sostenibles y quedan desafíos, como los sociales”, afirmó Bulla, quien explicó que la decisión de no hacer el evento en algún hotel tradicional del centro porteño –como
en años anteriores– responde al objetivo de “hacer un encuentro más inclusivo”. Y agrega que el catering estará a cargo de Mordisco, un emprendimiento gastronómico del ámbito de la economía social.
–¿Por qué “Creer para crecer”?
Luis Guastini-: Queríamos que el encuentro fuera un camino en el que arrancáramos con una reflexión sobre cuál es nuestro propósito como líderes para transformar las organizaciones y generar impacto. En ese camino veíamos el concepto de creer. Creer en nosotros mismos, en nuestras habilidades, en los otros que nos acompañan y en la capacidad de los líderes de mancomunar esfuerzos. Y creer que cuando las fuerzas parece que flaquean o nos sentimos desilusionados, hay una fuerza superior que nos impulsa. El camino arranca por el corazón para ir a la acción y termina en la transformación, y ahí está el propósito de crecer, de hacer crecer a las organizaciones, a la gente y a nuestro querido país.
–¿Cómo evalúan el momento económico del país? En estos días se conocieron datos de la actividad en caída, del desempleo en alza y, a la vez, es un tiempo de expectativas en quienes gobiernan.
Silvia Bulla–: Pasaron seis meses de un gobierno que implementó medidas macroeconómicas que empiezan a dar resultados desde el punto de vista de los objetivos trazados. Es necesario seguir con resultados macroeconómicos sostenibles y quedan desafíos, como los sociales. El de la educación, por ejemplo, que no un tema más en una lista, porque es un camino para la salida de la pobreza. Para transitar hacia una salida en todo sentido debe haber un programa que incluya la educación como prioridad, con este foco que está poniendo el Gobierno en la alfabetización y con foco en el desarrollo de habilidades básicas para el trabajo.
–Y en ese punto, ¿qué pueden hacer las empresas y quienes las lideran y qué hacen realmente?
L G –: En todo el mundo estamos en un contexto muy particular, con grandes transformaciones. La irrupción de la tecnología está transformando mucho los modelos de negocios. Las habilidades que se requieren para trabajar replantean los modelos y el rol de las empresas y las organizaciones en la sociedad. Décadas atrás se pensaba que la responsabilidad del desarrollo de las habilidades estaba reservada solo al Estado y que eso se lograba con la educación formal. Que con lo que ahí se adquiría alguien estaba en condiciones de trabajar hasta que se jubilara. Hoy sabemos que eso no es así. Y la responsabilidad que antes parecía exclusiva del Estado está repartida. Las empresas tienen un rol muy importante en la empleabilidad y las personas tienen una responsabilidad muy grande en estar continuamente aprendiendo. Estamos en un momento en el cual se nos permite, de una forma que antes no se había dado, poner a la persona como centro de las organizaciones. Hablamos de tecnología y enseguida pensamos en el software, en la computadora. En realidad, la transformación que estamos viviendo es una transformación humana, una transformación de habilidades. En el encuentro vamos a hablar de varias empresas que llevan adelante actividades muy interesantes. Y vamos a ver ejemplos de cómo cada vez más, tras la pandemia, estamos más integrados; nuestras creencias, nuestra espiritualidad empiezan a formar parte de nuestra identidad como personas en una organización.
–¿Cómo ven el rol del Estado en cuanto a la problemática social? Es una etapa en la cual la concentración parece estar en los objetivos macro y el déficit cero.
SB–: Vemos una preocupación genuina de las personas que están el Gobierno por el tema social. Tienen una mirada diferente de cómo actuar en las situaciones concretas de la realidad y el cambio causa algunos problemas. Pero vemos que sí se le da importancia a la parte social, de una forma diferente.
–En las leyes que tanto le costó lograr al Gobierno hay cuestiones para el mediano o largo plazo y temas puntuales para la vida de las empresas, como los laborales, ¿cómo ven esas medidas?
SB–: Cuesta tener una sola idea porque son muy amplias las leyes y cubren muchos aspectos de la economía y de la relación entre empresas y empleados. Sí creemos que es importante escuchar a todos; a las pymes, que tienen el desafío de crecer y les es complejo sumar personas a su plantilla, sabiendo los costos que implica y el desafío si hubiera un juicio futuro. Las grandes multinacionales, a la vez, tienen que traer inversiones, y ahí a veces cuesta por el lado de la sostenibilidad de las decisiones.
LG–: En lo laboral, creemos que las normas tienen que dar certeza y ser sostenibles. Para eso se necesita consenso; de lo contrario tenemos movimientos pendulares sin saber nunca qué va a ocurrir. Hay una discusión más trascendente y es sobre la necesidad de que se adquieran las habilidades demandadas. Vamos a trabajar en el encuentro la agenda del cambio tecnológico y la agenda de la coyuntura global.
–¿Cuáles son esas habilidades que hoy se necesitan?
LG–: Las más demandadas y difíciles de conseguir son las que llamamos blandas o las menos técnicas. Las empresas se dieron cuenta de que, por la velocidad con la que se vuelve obsoleto el conocimiento técnico, es más importante, por ejemplo, la capacidad de estar continuamente aprendiendo. El conocimiento debe acompañarse con habilidades como la creatividad, la empatía, la capacidad de comunicarse. En la educación actual, salvo excepciones, el momento en el que se define si aprobamos o no, es un momento extremadamente individual, es un momento en el cual nos sentamos frente a un papel para rendir y demostramos conocimientos. Y cuando termina ese proceso educativo pasamos al mundo laboral y lo primero que nos dicen es ‘acá valoramos el trabajo en equipo’.
–Hay un tema que atraviesa la política y en muchos casos a las organizaciones, que es la corrupción.
SB–:Para nosotros es un área de preocupación; la institucionalidad siempre lo fue. Hemos sido muy claros en el tema de la Corte Suprema, como ACDE y como parte del Foro de Convergencia Empresarial [en un comunicado se cuestionó la postulación del juez Ariel Lijo].
–¿Quién es Cristo para ustedes? ¿Y cómo viven su fe en sus tareas?
SB–: Es el centro de mi vida. Empiezo la mañana escuchando el Evangelio y eso me setea la agenda más que otras cosas. Es una piedra angular de mi vida, de mi familia, de mi existencia, todo lo que sucede lo paso por el tamiz de su mirada.
LG–: ¿Viste los trompos que se tomaban de un hilo y se tiraban? Quedaban moviéndose en un eje y eso es lo que se me viene a la cabeza a partir de la pregunta. Es el eje. Mi experiencia personal me demostró que cuando se deja todo en manos de la providencia pasa algo fantástico, porque sentís que nada te para. •

Renovar la cultura empresarial
El 27° Encuentro ACDE propone, entre otros temas, poner la mirada sobre el desafío humano frente la inteligencia artificial. Será el 2 y 3 de julio y habrá oradores como Roberto Murchison, Pablo Ardanaz, Santiago Bellomo, Liliana Parodi, Mateo Salvatto y Rafael Grossi, del Organismo Internacional de Energía Atómica. Más datos: www. encuentroanualacde.com.ar

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.