martes, 30 de julio de 2024

ANTON CHEJOV Y SUS OBRAS




El escritor que halló oro en la vida cotidiana
A 120 años de su muerte, la obra del creador ruso mantiene toda su vigencia
Por Daniel GigenaAnton Chejov, maestro de la narrativa y el teatro
De Vladimir Nabokov a Virginia Woolf, y de Tennessee Williams a Katherine Mansfield (su “heredera espiritual”, según Irène Némirovski), pasando por George Bernard Shaw, Nikita Mijalkov, Arthur Miller y Marco Bellocchio, el consenso sobre el carácter excepcional de la obra del escritor y médico ruso Antón Chejov (1860-1904) es universal. Genio de la narrativa breve –dejó seiscientos cuentos– y del teatro moderno, creó personajes inolvidables en ambos géneros: el joven médico Dmitri Iónovich, el tío Vania, Olenka, Irina Nikolaevna, las tres hermanas Rozorov. Se acaban de cumplir 120 años de su muerte, a los 43 años.
Entre finales del siglo XIX y el XX, Chejov renovó, al igual que Edgar Allan Poe y Guy de Maupassant, la manera de escribir cuentos. Médico egresado de la Universidad de Moscú, trabajó en pueblos y también viajó a la isla de Sajalín, donde estaba instalada una colonia penal que se podría considerar “precursora” de los gulags y campos de concentración del siglo XX. Volcó su experiencia a la escritura. “La medicina es mi esposa legal; la literatura, solo mi amante”, le confió Chejov a un amigo, el periodista Alexei Suvorin, en 1888.
En su época, la obra del autor de “La dama del perrito” no gozó del reconocimiento unánime que tiene hoy. “Tras cinco años de deambular por los periódicos he logrado compenetrarme con esa opinión general de mi insignificancia literaria –le escribió a su amigo Dmitri V. Grigoróvich en 1886–. Enseguida me acostumbré a mirar mis trabajos con indulgencia y a escribir de manera trivial. Esa es la primera razón. La segunda es que soy médico y siento una gran pasión por la medicina, de modo que el proverbio sobre las dos liebres [‘El que persigue dos liebres tal vez cace una, y muchas veces, ninguna’] nunca quitó tanto el sueño a nadie como a mí”. Chejov admiraba a Shakespeare y Cervantes y, entre sus compatriotas, a Turguénev y Goncharov.
“El género cuento experimenta, en manos de Chejov, una transformación sustancial –dice la escritora Sylvia Iparraguirre. Su influencia en el género y en los cuentistas del siglo XX es decisiva, desde la neozelandesa Katherine Mansfield, que tuvo una especie de conmoción al leerlo y quiso escribir toda su obra siguiendo a Chejov, hasta el estadounidense Raymond Carver, que hizo de la insignificancia de la anécdota su estilo y modo de ver el mundo. Chejov empieza escribiendo frente a una tradición de enormes escritores titánicos, con novelas universales, como Tolstoi, Dostoievski o Gógol. Sin embargo, elige la brevedad”.
Para Iparraguirre, autora de Clases de literatura rusa, los cuentos del “escritor más ruso de los escritores rusos” forman una comedia humana. “Una comedia de hombres, mujeres, niños, viejos, jóvenes, enfermos; la sustancia humana aparece desnuda en sus cuentos, con una enorme cercanía y una enorme ternura. Y también son tragicómicos: lo característico del estilo de Chejov, no solo en sus cuentos sino también en su teatro, es ese cruce de tragedia y comedia. Como dice Nabokov, escribía cuentos tristes para personas con sentido del humor. En medio de la tragedia y del sufrimiento humano, aparece algo que convoca al humor. Su modo de ver los personajes es único: hay una subjetividad que está muy cerca de los personajes y a través de ellos llega a la subjetividad del lector sin intermediaciones, sin requisitos de estilo, sin que uno lo note. Puede hacer de una minucia una historia, de un cochero que acaba de perder a su hijo y no tiene a quien contárselo salvo a su caballo, de una corista estafada por su amante y la supuesta esposa engañada, de un niño vendido por su abuelo como aprendiz de zapatero. Chejov era un hombre de ciencia, un médico que conoció a los pobres de Rusia, sus tragedias y sus pequeñas alegrías; de esa materia está hecha su literatura”.
Realismo vigente
Para el que practica un tipo de escritura realista, Chejov es un paradigma, dice el escritor Guillermo Saccomanno. Lacónico y pesimista, el autor de nouvelles como La sala número seis y Mi vida capturó la belleza de la emoción en situaciones caricaturescas, mezquinas o banales. “Tenemos la impresión de que sus relatos podrían escribirse hoy en día”, sostuvo el estadounidense Richard Ford, que se dio el gusto de seleccionar los “cuentos imprescindibles” del autor.
Maestro de la narrativa breve, también lo fue del teatro, pese a que las primeras representaciones de sus obras, a finales del siglo XIX, no fueron bien recibidas (ni, según el autor, tampoco bien dirigidas). La adaptación al cine de sus cuentos, novelas cortas y obras teatrales comenzó a inicios del siglo pasado y agrupa decenas de películas de directores rusos y de otras nacionalidades como Douglas Sirk, Kenneth Branagh y Valeria Bruni Tedeschi.
“Para asomarse al universo de la existencia de Chejov, el abordaje más recomendable es la biografía escrita por Henri Troyat –dice a a este diario el ensayista y académico Jorge Dubatti, que prologó la edición de Losada del teatro completo de Chejov–. Gran escritor francés de origen ruso, Troyat investiga en el epistolario de Chejov y rescata de sus cartas a amigos, escritores, artistas, cada latido de su vida y su producción literaria y teatral: sus ideas sobre la escritura, sus procesos, sus objetivos, sus vacilaciones, sus miedos”.
“Chejov vale por su propia producción, pero también por su impacto en el arte mundial posterior –resalta Dubatti–. Podemos considerarlo un ‘instaurador de discursividad’, en términos de Michel Foucault, es decir, el creador de toda una forma de concebir y practicar la literatura y el teatro. Con cuentos como ‘Gente sobrante’ y obras como Tres hermanas, abre las puertas al minimalismo, poética que otorga relevancia ficcional a lo aparentemente insignificante, que identifica lo humano no con los grandes discursos, sino con el balbuceo. De allí el homenaje que Carver, el gran minimalista norteamericano, le hace a Chejov en su cuento ‘Errand’, traducido como ‘Tres rosas amarillas’. Carver imagina la muerte de Chejov vista al sesgo, por un joven botones del hotel donde agoniza”.
Un símbolo
Dubatti destaca un incipiente simbolismo en la obra de madurez del autor ruso, uno de los más apreciados por el público argentino. “En El jardín de los cerezos, que dio a conocer en el año de su muerte y cuyo título debería traducirse como ‘La finca de los guindos’, hay una acotación perturbadora, antirrealista, que aparece en el Acto II y se repite en el cierre del Acto IV: ‘De pronto se oye un sonido lejano, como del cielo, el sonido de una cuerda que se rompe, un sonido triste, que vibra y se apaga lentamente’ –observa–. ¿Qué es ese sonido? Desconcierta a los personajes. Sin duda se trata de un símbolo, una concesión de Chejov al simbolismo que se vale del teatro para la enunciación metafísica del universo. ¿Es esa cuerda que se corta el símbolo del fin de una época en la historia social? ¿Es la cuerda que mantiene atado a la vida Chejov? Un jeroglífico radiante. Si hubiese seguido escribiendo, tal vez Chejov habría girado hacia el simbolismo. Lo cierto es que quienes amamos El jardín de los cerezos asistimos a las puestas con la enorme expectativa de cómo el director o la directora resolverán esa presencia enigmática que Chejov inscribe dos veces en su obra”.
El traductor y especialista en literatura rusa Alejandro Ariel González tradujo del ruso al español noventa cuentos de Chejov para la editorial Losada. “Si bien corresponden a distintos períodos, en su mayoría son de su primera etapa, en la que se destaca la nota cómica –dice González–. Varios de los cuentos de esa época son casi chistes, anécdotas, pero ya se percibe a un escritor consciente de la dificultad de escribir después de Tolstoi y Dostoievski. Su poética no estará centrada en la revelación de grandes misterios, en el abordaje de cuestiones últimas como Dios, el destino de Rusia, de Europa, de la humanidad, sino en pequeñas escenas naturalistas donde los humanos se muestran con todas sus flaquezas y debilidades. Una literatura no ambiciosa desde lo programático que produce la sensación de que en sus cuentos no ocurre nada. En rigor, sí ocurre, solo que el narrador ya no lo dice, apenas lo sugiere, y es el lector quien repone el vacío de información. Eso lo llevó a crear una de las dos grandes corrientes del cuento moderno. En una prevalece el hecho excepcional, sensacional, descabellado, al estilo de Poe; en otra, el hecho cotidiano, común, pero que la literatura es capaz de transfigurar en algo significativo”


Obras

Cuento1884: Cuentos de Melpómene
1886: Relatos abigarrados
1887: En el crepúsculo
1887: Discursos inocentes
1888: Cuentos
1889: Los niños
1890: Gente sombría
1893: La sala número seis
1894: Relatos y cuentos
1897: Campesinos y Mi vida

Teatro

En cuatro actos1887: Ivánov
1889: El espíritu del bosque (primera versión de Tío Vania)
1896: La gaviota
1899: Tío Vania
1901: Las tres hermanas
1904: El jardín de los cerezos
1923: Platónov


En un acto1884: En el camino real
1886: Sobre el daño que hace el tabaco
1887: El canto del cisne
1888: El oso
1888: Petición de mano
1889: Un trágico a pesar suyo
1889: La boda

1889: Tatiana Répina
1891: La noche antes del juicio
1891: El aniversario

Crónica1895: La isla de Sajalín

Miscelánea1921: Cuaderno de notas
2002: Sin trama y sin final
2005: Unos buenos zapatos y un cuaderno de notas. Cómo hacer un reportajen. 4
2008: Correspondencia (1899-1904), con Olga Knipper
2019: Sobre literatura y vida. Cartas, opiniones y pensamientos

Obras sobre Chéjov

Biografías1946: La vida de Chéjov, de Irène Némirovsky
1968: Chéjov. El médico escritor, de Enrique Salgado
1984: Chéjov, de Henri Troyat
1986: El otro jardín. Vida y obra de Antón Chéjov, de Heino Zernask
1989: Antón Chéjov. Vida a través de las letras, de Natalia Ginzburg
1997: Antón Chéjov. Una vida, de Donald Rayfield

Testimonios ]2010: Chéjov en vida. Una biografía en documentos, de Ígor Sujij

Ensayos ]2001: Leyendo a Chéjov, de Janet Malcolm

Filmografía]1959: Exageró la nota. Cortometraje de dibujos animados producido por los estudios Soyuzmultfilm y dirigido por Vladímir Degtiariov.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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