miércoles, 31 de julio de 2024

Maduro se radicaliza,Llamó a defender al régimen y desafió a Machado y a González Urrutia; hay 14 muertos por la represión y los enfrentamientos; la líder opositora dijo que es “prioridad” proteger a los asilados en la embajada argentina


Maduro se radicaliza: ordenó un patrullaje militar y policial en toda Venezuela y llamó al “pueblo a movilizarse en las calles”
Llamó a defender al régimen y desafió a Machado y a González Urrutia; hay 14 muertos por la represión y los enfrentamientos; la líder opositora dijo que es “prioridad” proteger a los asilados en la embajada argentina
Daniel Lozano
Nicolás Maduro, junto a Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, en el Palacio de Miraflores, en Caracas.
CARACAS.- El presidente Nicolás Maduro compareció en televisión, biblia en mano, para insultar a los manifestantes que clamaron el lunes en 200 lugares distintos de Venezuela contra uno de los mayores fraudes de la historia de América Latina, según denuncian. “Terroristas de extrema derecha”, “drogadictos” y “delincuentes”, dijo, pese a que habían bajado desde los barrios populares de la capital y de otras zonas humildes en el país para reclamar lo que consideran su triunfo, con el candidato Edmundo González Urrutia a la cabeza. La misma gente que su revolución asegura defender.
El “presidente pueblo”, uno de los títulos que le ha adjudicado la propaganda bolivariana, dejó en claro con sus palabras que ya estaba en marcha el contraataque chavista, incluso ordenó que se abriera una ventana en la VEN app (aplicación gubernamental) para que los chavistas puedan delatar a quienes protestan. También ordenó patrullaje militar y policial en todas las ciudades de Venezuela y “el pueblo movilizado en la calle”. Un supuesto pueblo chavista que apenas congregó a unas decenas en el llamado a la manifestación de ayer para detener a la patria.
El presidente Nicolás Maduro, junto a la primera dama Cilia Flores, en el balcón del Palacio de Miraflores, en Caracas. 
La respuesta a las protestas fue salvaje: 13 civiles -entre ellos dos menores de edad- y un sargento murieron en la represión chavista y en los enfrentamientos. Además, 749 personas fueron detenidas, algunas de ellas con parecida brutalidad a la empleada en otros ciclos de protesta.
Mientras, en las calles de Caracas, reinaba el silencio estremecedor al caer la tarde, 24 horas después de la jornada que hizo historia, cuando “bajaron los cerros”, el mito venezolano que tanto asustaba a Hugo Chávez. Guardias nacionales y paramilitares habían impuesto el pánico en las horas previas, un déjà-vu maldito para los venezolanos. Se trataba de una especie de toque de queda no oficial, pero que Maduro insinuó al ordenar la militarización con un nuevo Plan República.
Operativo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el Chacao, en Caracas. 
La revolución había activado el plan terror, con papel destacado para los colectivos revolucionarios. Los paramilitares de Maduro, con la connivencia de la policía y con licencia para matar, se enfrentaron el lunes a las miles de personas que se habían rebelado contra su destino. Jóvenes nacidos en tiempos de revolución que nada le deben y que “celebraron” con un día de retraso el 70 aniversario de Hugo Chávez al derribar seis estatuas del “comandante supremo”, además de la quema y destrucción de cientos de cartelones electorales de Maduro, el hombre más detestado por su generación.
Todos esos jóvenes de los barrios populares y de la Venezuela profunda están convencidos de que ésta es su última oportunidad y de que si se confirma el fraude deberán emigrar siguiendo la senda de los ocho millones que ya se han repartido por medio mundo.
Arresto de una manifestante en el Chacao, un barrio de Caracas. 
La verdad hace más fuertes a todos ellos. La oposición ha recuperado el 90% de las actas de votación, con parecidos datos a los hechos públicos el lunes con la victoria avasalladora de Edmundo González Urrutia, 67%, y casi cuatro millones de ventaja sobre Maduro (30%).
En el grupo de dirigentes de la oposición que acompañó a la líder opositora María Corina Machado y a González Urrutia en su concentración en Caracas faltaba Freddy Superlano, el líder de Voluntad Popular, partido del exprisionero político Leopoldo López, detenido con violencia horas antes por agentes chavistas, junto a dos acompañantes. Era la confirmación de que el gobierno está dispuesto a profundizar la persecución de los factores demócratas. Horas antes cayó en las redes policiales Rafael Sivira, dirigente juvenil de La Causa R.
Los agentes de Maduro también hostigaban a dirigentes universitarios y sindicalistas. Más tarde se llevaron a otro de los dirigentes de Vente Venezuela, Ricardo Estévez.
Guardia policial en las calles de Caracas, Venezuela.
Nada se sabe tampoco de los 23 estudiantes de policía que fueron detenidos el domingo por negarse a votar por Maduro. Y tampoco se conoce, aunque sí se teme, si la Fiscalía cumplirá las órdenes de Jorge Rodríguez, hermano de Delcy y presidente del órgano legislativo chavista, quien exigió desde el estrado parlamentario la detención inmediata de Machado y de González Urrutia.
“María Corina Machado tiene que ir presa… Y también Edmundo González Urrutia, porque él es el jefe de la conspiración fascista que están intentando imponer en Venezuela. Esa es la verdad”, arengó Rodríguez, que acusó a los dos líderes y a los miembros del Comando Con Venezuela de “intentar sembrar una guerra civil en Venezuela, eso fue lo que intentaron” el lunes.
María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, en la protesta de este martes en Caracas. 
El general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y cabecilla del generalato chavista, acusó a la oposición de orquestar un golpe de Estado y dejó muy claro a todo el que le escuchaba que la élite más favorecida con los negocios revolucionarios no va a respetar el resultado electoral.
“Los vamos a joder”, adelantó Diosdado Cabello, número dos de la revolución mientras que Maduro recuperaba el fake sobre la pertenencia de Edmundo a la CIA, uno de los inventos chavistas durante la campaña.
El gobierno progresista de Costa Rica se tomó muy en serio estas amenazas. “Hemos sido informados de que existen órdenes de arresto y captura en contra de Machado y González en Venezuela. El gobierno de la República anuncia que estamos dispuestos a otorgar asilo político y refugio a los dos y a cualquier otro perseguido político en Venezuela, en especial aquellas personas que se encuentran refugiadas en la embajada de la Argentina en Caracas”, informó el canciller Arnoldo André. El ofrecimiento no fue aceptado por Machado.
“Agradezco la generosa hospitalidad del gobierno de Costa Rica como reacción a la brutal represión del régimen de Maduro en contra de los ciudadanos que defendemos los resultados de la elección presidencial. Nuestra prioridad es la protección de nuestros compañeros asilados en la embajada de la Argentina. Mi responsabilidad es continuar esta lucha junto a la gente”, escribió Machado en X.
“Venezuela está en un momento crítico. Estoy extremadamente preocupado por el aumento de las tensiones en Venezuela, con inquietantes informes de violencia. Cientos de personas han sido arrestadas, entre ellos niños. Esto me preocupa profundamente. Estoy alarmado por la violencia de individuos armados que apoyan al gobierno”, anunció Volker Türk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Maduro respondió directamente a Türk: “Me da vergüenza haberlo recibido”.
A la represión interna se sumó un vendaval de apoyos desde fuera de los regímenes autoritarios del planeta. Desde Moscú, el Kremlin animó incluso a la oposición a que aceptara su derrota. “Los golpistas y guarimberos [protestantes] de turno están en el bando de los que odian y destruyen, en el de los enemigos de Venezuela y de nuestra América”, señaló el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que junto a Nicaragua, China e Irán han mostrado su satisfacción por los “resultados”.

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