lunes, 8 de julio de 2024

LECTURA..".La vida por delante" Y " CIERTOS CHICOS "....




Lecturas: La felicidad y sus destellos, en clave literaria
Un libro de cuentos de Magalí Etchebarne y la última novela del chileno Alberto Fuguet, dos modos de acercarse a las formas de la dicha
Verónica Boix

No es fácil narrar la felicidad. Aunque se la busca de manera incesante en la vida y el melodrama se haga con ella un festín, la literatura prefiere esquivarla. Aun así, a lo largo del tiempo hay escritores que saben eludir el clisé y encuentran cómo mostrar la cualidad impostergable y escurridiza de ese estado. Basta recordar entre los clásicos “Felicidad”, cuento de la neozelandesa Katherine Mansfield, para observar cara a cara a una mujer feliz, justo antes de desmoronarse. Ese contraste hace más profunda la experiencia.
En nuestros días el desafío se redobla, ya que la complejidad y el escepticismo contemporáneos hacen casi imposible imaginar un relato feliz. Contra todo pronóstico, una cierta esperanza, hecha de capas sensibles, se abre paso en los cuentos de La vida por delante, colección de relatos de la argentina Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983) que acaba de ganar el prestigioso Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve. Son cuatro historias que no se privan de mostrar la oscuridad de los vínculos, pero que contienen esos destellos nítidos y llenos de la belleza que encarnan la dicha cercana.
"La sensación que transmiten los cuentos se debe a la escritura de Etchebarne que es certera, simple y llena de resonancias"
Pueden detectarse desde el primer cuento, “Piedras que usan las mujeres”, la historia de una hija que cuida a su mamá, enferma terminal, mientras la recuerda en otros momentos de su vida. Es un relato que habla de crecer y sus consecuencias, de la familia, del valor del cuidado del otro. En ese hilo de la memoria, quedan a la vista las experiencias que son refugio, juego, salvación. Con ternura, y sin excluir el dolor, da con la forma de una felicidad concreta, pero tan evanescente como el tiempo. “Temporada de cenizas” podría ser su continuación porque una mujer, junto a su media hermana, van a tirar las cenizas de la madre al mar. Entre ellas logran hacer “una trenza de mujeres emparentadas por un hombre”, dice la narradora. Y se deja llevar por la liviandad de esos días de playa, fuera de temporada, fuera de la rutina como un paréntesis que le permite verse distinta, encontrarse con otros, en definitiva, creer de nuevo en la fuerza de la vida.
Magalí Etchebarne
Los cuentos, llenos de frescura, exhiben con naturalidad las heridas de sus protagonistas y sus momentos más vibrantes. El contraste aparece en “Un amor como el nuestro”, el viaje inesperado que hace una mujer rota por su pasado con una escritora de best sellers. Se hicieron amigas por mail, y juntas deciden disfrutar una semana en Cataratas. Quizás el cuento menos esperanzador de la antología sea “Casi siempre desesperados”, que retrata el deterioro de una pareja que a pesar de todo, persiste en la desolación.
"Tomás y Clemente son dos universitarios que estudian a finales de la década de 1980 en un Santiago atravesado por la dictadura de Pinochet"
La sensación que transmiten los cuentos se debe a la escritura de Etchebarne que es certera, simple y llena de resonancias. Lleva a pensar en la obra de una autora como la finlandesa Tove Jansson. Por la textura simple de las frases, pero también por el modo en que ambas autoras encuentran en el mundo cotidiano las huellas de una felicidad plácida. Como ocurre en El libro del verano, la novela de la escritora nórdica que relata las vacaciones de una nena y su abuela en una isla diminuta. A través de la mirada infantil, las anécdotas fluyen en la alegría inocente del descubrimiento. O bien en Juego limpio, que se adentra en la relación íntima y amorosa de dos mujeres artistas.
Más pop y vertiginosa, la nueva novela del chileno Alberto Fuguet (Santiago de Chile, 1963), Ciertos chicos, crea una felicidad excéntrica y llena de música. Tomás y Clemente son dos universitarios que estudian a finales de la década de 1980 en un Santiago atravesado por la dictadura de Pinochet. Ellos, sin embargo, son dos chicos originales, llenos de sueños y muy decididos a vivir en libertad su deseo. La historia los sigue en paralelo; es decir, no se conocen, pero todo anticipa que son el uno para el otro. En esa expectativa, la felicidad se anuncia mucho antes de concretarse. Quizá por eso resulta una de esas raras historias que se salen de los relatos de la marginalidad traumática, para revelar que, aún fuera de los parámetros de una época, se puede tener una experiencia dichosa.

Hay otras felicidades en las que todo sucede interiormente, más etéreas y por eso casi imposibles de narrar. Un ejemplo sutil aparece en Encuentro con Munch, la crónica de la escritora argentina Sylvia Iparraguirre que narra un viaje a Noruega, al que fue invitada para ser madrina de un barco. Allí le ocurre una experiencia extraordinaria cuando observa por primera vez las pinturas de Edvard Munch. La obra despierta en ella una felicidad que la lleva a sentir y bordear lo indecible, en la vida y en la escritura.


456 PÁGINAS
28900 $
Ni cursis, ni melodramáticas, hay algo que aúna estas narraciones: la destreza para hablar de la felicidad sin excluir los otros momentos que la rodean. Quizá sea precisamente eso lo que permite observar con fuerza ese estado en fuga, justo antes que desaparezca


La vida por delante

Por Magalí Etchebarne

Páginas de Espuma

113 páginas

$ 20.990

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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