domingo, 21 de julio de 2024

CRÍTICA DE STREAMING,,"Un detective sUelto en Hollywood:" Y "BAJO EL PUENTE: LA VERDADERA HISTORIA DEL ASESINATO DE REENA VIRK


Una comedia de acción sin la gloria de su antecesora
Hernán FerreirósEddi Murphy y su papel clásico de detective
Un detective sUelto en Hollywood: Axel F
(estAdos Unidos/2024) dirección: Mark Molloy. GUion: Will
Beall, Tom Gormican, Kevin Etten. MúsicA: Lorne Balfe. FotoGrAFíA: Eduard Grau. edición:
Dan Lebental. elenco: Eddie Murphy, Judge Reinhold, John Ashton, Paul Reiser, Bronson Pinchot, Joseph Gordon-Levitt, Taylour Paige, Kevin Bacon.
dUrAción: 118 minutos.
disponible en NETFlix

Eddie Murphy obtuvo su primer reconocimiento popular tras su incorporación a Saturday Night Live, el decano de los programas de sketches de la TV norteamericana, cuando tenía apenas 19 años, en 1980. Apenas dos años más tarde, dio su salto al cine con 48 horas, incuestionablemente la mejor película de su extensa carrera y la que definió el subgénero de la buddy-movie para los años 80. Su tercer largometraje, Un detective suelto en Hollywood (1984), fue uno de los grandes éxitos de la década y lo convirtió en una superestrella.
El joven y para entonces ya veterano intérprete resultó la elección ideal para interpretar a Axel Foley, un detective de Detroit con más calle que respeto por las normas cuya proverbial oratoria puede sacarlo de -o meterlo en- infinidad de problemas. Originalmente, el rol había sido pensado para el lacónico Sylvester Stallone, quien seguramente habría dejado que las armas de fuego hablaran en su lugar. La incorporación de Murphy corrió la película hacia el humor y, a la vez, consolidó otro de los géneros definitorios de los 80: la comedia de acción. El protagónico fue reescrito para el actor, quien también le transfirió su impronta, incorporando sus propias ideas en el rodaje.
Es probable que Murphy se haya inspirado en el extraordinario rol que le tocó en su debut, ya que Foley comparte mucho de su ADN con Reggie Hammond, el coprotagonista de 48 horas, quien es un pequeño delincuente también capaz de salir de cualquier traspié con su inventiva, hablando hasta por los codos. Estos dos personajes definieron la imagen pública de Murphy y fueron el modelo de muchos de los roles por venir.
Tras el éxito de Un detective… vino una secuela no tan lograda que resultó un mayor éxito en la taquilla y, luego, unos 10 años después del primer film, una tercera parte catastrófica que sepultó la franquicia e inició la sostenida decadencia de la carrera del actor, solo interrumpida ocasionalmente por algunos films festejados, que aparecen de modo cada vez más esporádico. Corresponde reportar que esta cuarta parte no es una de esas bienvenidas interrupciones.
Quien haya visto las películas anteriores puede hacerse una idea del argumento, que sigue el mismo diseño: Foley, detective brillante, pero díscolo, cuyo desdén por la autoridad tiende a ocasionar retrocesos en su carrera y destrozos en las ciudades, persigue un caso desde las calles salvajes de Detroit a los corredores del dinero y el poder de Los Ángeles, donde es mucho más competente que la policía local, que tiene demasiados recursos, demasiado respeto por la letra de la ley y pocos artilugios callejeros para enfrentar eficazmente a los malhechoGodfrey res. En este género, la trama policial suele ser apenas una excusa para el lucimiento del histrionismo cómico de la estrella. La primera película, sin embargo, tenía la densidad argumental justa y un villano apropiadamente repugnante (interpretado por el autor de teatro experimental Steven Berkoff y llamado Victor Maytland, de donde tomó su seudónimo el más conocido de los directores de cine porno argentino).
En este nuevo film, no hubo demasiadas molestias ni siquiera para crear la ilusión de una investigación policial. Resulta que Foley tiene una hija a la que no ve hace años, que vive en Los Ángeles y es amenazada por una banda de delincuentes de alta gama. Acto seguido, corre a su rescate.
La película no está exenta de autorreferencias: en un momento el detective reconoce que su viaje de 1994 a Los Ángeles -fue el año de estreno de la malograda tercera parte- fue el peor de todos. Al promediar el metraje aparece una más significativa y acaso involuntaria. Foley ingresa a un costoso hotel de Beverly Hills, donde se dispone a utilizar su inagotable locuacidad para conseguir un cuarto gratis. Sin embargo, a poco de presentarse como un exigente crítico culinario, se detiene y dice: “Estoy cansado de esto, ¿cuánto sale una habitación?”. En esta insólita renuncia al mejor atributo de su protagonista la película expresa exactamente cómo se la percibe: demasiado cansada y vieja como para lograr algo por la vía del ingenio.
Aunque Murphy intenta revivir su antiguo carisma, solo obtiene una imitación desangelada de sí mismo, de sus gestos cómplices, de su actitud despreocupada, de su famosa carcajada. Los intercambios supuestamente cómicos tienen el ritmo del humor, pero no los chistes. El film presenta a los personajes recurrentes con la anticipación de una gran sorpresa, como asumiendo que su presencia reconocible basta para aportar algo a la trama, pero solo están para repetir gestos y latiguillos del pasado, tan agotados como el decorador de interiores supergay Serge quien, tras 40 años en Los Angeles, aún no sabe pronunciar los nombres de pila de los norteamericanos. La actualización a la normativa actual de las relaciones entre razas en esta historia sobre el contraste entre un policía negro acostumbrado a los bajos fondos y el micromundo blanco de privilegio de Beverly Hills tampoco es aprovechada para hacer humor sino simplemente enunciada: “Ya no podés comparar a una persona de color con un mono” dice Foley a uno de sus compañeros, como si fuera el remate de un gag que, sin embargo, nunca fue construido. Esta película se conforma con reciclar escenas de la primera, como si la imitación fuera el mayor logro.


&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

El mundo oculto del crimen con aciertos en el relato
Paula Vázquez PrietoLa escritora Rebecca Godfrey (Riley Keough)
bAjo el pUente: lA verdAderA HistoriA del AsesinAto de reenA virk
(estAdos Unidos/2024). creAdorA: Quinn Shephard. elenco:
Riley Keough, Lily Gladstone, Chloe Guidry, Vritika Grupta, Archie Panjabi, Javon ‘Wanna’ Walton, Izzy G., Aiyana Goodfellow, Ezra Faroque Khan.
disponible en disney+
La primera exclamación del espectador ante la nueva serie de Disney+ podría ser “¡Ah, otra serie de misterio con chicas asesinadas!”. Y sí, algo de eso hay, pero también el abordaje de la creadora Quinn Sheppard -actriz, guionista- sobre la novela de Rebecca Godfrey implica una serie de bifurcaciones y desdoblamientos que ponen en el centro de la discusión al propio género, desde su origen como “crimen verdadero” hasta su construcción como narrativa de ficción policial. Ese es quizás el primero de los méritos que hace que Bajo el puente sea interesante más allá de los resortes conocidos y las tentaciones sensacionalistas de esos crímenes adolescentes. El segundo es, sin lugar a dudas, su elenco, sobre todo la notable interpretación de Lily Gladstone -reciente nominada al Oscar por Los asesinos de la lunay el opaco personaje al que da vida Archie Panjabi (La Kalinda de The Good Wife), retorciendo el arquetipo de la madre de la víctima, eje sacrificial de la mayoría de estas historias.
Ambientada en los años 90 en la isla canadiense de Victoria, la historia comienza con el regreso de Rebecca (la escritora-personaje interpretada por Riley Keough) a su ciudad natal para escribir un libro sobre “las chicas de Victoria”, adolescentes problemáticas convertidas por las autoridades policiales y gran parte de la comunidad en material descartable. La mayoría se concentra en Seven Oaks, un orfanato público que alberga no solo chicos sin familia sino aquellos de los que su familia no puede o no quiere ocuparse. Rebecca llega al hogar para hallar la punta del ovillo de su relato y se acerca a Josephine Bell (Chloe Guidry), la reina del lugar, rebelde admiradora del mafioso John Gotti que quiere volar a Nueva York para escribir su propia historia. La curiosidad de Rebecca se arraiga también en su pasado: ella fue una chica problemática y la trágica muerte de su hermano Gabe es el recuerdo que permaneció de aquella adolescencia enterrada.
En sintonía con la llegada de Rebecca, una nueva tragedia parece sacudir a Victoria. Reena (Vritika Gupta), una adolescente de 14 años, hija de una familia de inmigrantes indios, desaparece una noche. Algunos indicios sugieren el castigo de Josephine y sus laderas por las mentiras de Reena y sus desesperados intentos de pertenecer al grupo. La familia radica la denuncia, nadie parece prestarles atención, y será la oficial Cam Bentland (Lily Gladstone), de origen indígena e hija adoptiva de un comisario, pronta a marcharse a Vancouver y huir de los fantasmas de Victoria, la que sigue la pesquisa para encontrar la verdad. Lógicamente, Cam y Rebecca se encuentran, enredadas en la investigación pero también en una historia compartida del pasado, atravesada por la memoria de Gabe. Lo que organiza el relato es la tensión de las perspectivas: la de Cam como investigadora, la de Rebecca como narradora de ¿ficción?, y la de los involucrados como devenidos personajes de una realidad de la que no es posible escapar cuando termina la función.
Como la mayoría de los policiales contemporáneos, Bajo el puente se bifurca en el tiempo. Una línea temporal en el presente muestra la pesquisa por el destino de Reena, otra en el pasado revela detalles de su vida, la tensa relación con su familia, la amistad con las chicas del orfanato. Es en ese cruce donde hay algunos hallazgos. Suman Virk (Archie Panjabi), la madre de Reena, es devota de los Testigos de Jehová, rigurosa en la educación de su hija y en la conducción moral de su familia. No le permite depilarse, ni escuchar rap, ni vestirse a la moda. La rebeldía de Reena es previa a las chicas de Seven Oaks, catalizadores de un descontento sustancial a su propia adolescencia. Las peleas entre madre e hija son un elemento que horada el relato y esparce una sombra sobre los destinos adolescentes en Victoria, provengan del hogar que provengan. La sinuosa interpretación de Panjabi ofrece a Suman una inquietante ambigüedad, algo más que su intransigencia moral o su firme devoción religiosa, un misterio subyacente que nunca parece agotarse.
De todos modos, la clave interpretativa le pertenece a Gladstone, una actriz de profundidad dramática y asombrosa singularidad que saca a su personaje del molde tradicional de la policía -en un gesto más parecido al de Kate Winslet en Mare of Easttown que al de Jodie Foster en la última de las True Detective, más previsiblepara convertirse en otra más de esas jóvenes atrapadas en la isla, cuyo mundo familiar se asemeja a una agobiante prisión. Es su mirada la que representa la mayor complejidad para el relato, y el espejo posible que descubre en la figura de Reena, tensada entre una incipiente rebeldía y los mandatos tradicionales de su crianza.
Otras de las líneas carecen de la misma fuerza: Keough no logra sacar a Rebecca de un cúmulo de tópicos de la escritora-investigadora, y algunas derivas de la historia de los Virk resulta poco relevante. Pese a ello, la serie concentra su fortaleza en el mundo oculto que subyace al crimen, en el que todas las chicas de Victoria ofrecen un abanico de heridas y pérdidas que intentan suplantar con la fantasía del “gangsta rap” o la salida triunfal a Nueva York. Las máscaras que las protegen son también las que las mantienen atrapadas.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.