jueves, 25 de julio de 2024

ELECCIONES, TRIUNFOS Y ORGULLO DE ESTUDIANTES


La esperanza de Venezuela
Enrique Krauze


Algo extraordinario está ocurriendo en Venezuela. María Corina Machado, valerosa líder con una larga trayectoria de oposición, ha logrado congregar en torno de ella al pueblo que inunda ahora mismo las calles, las plazas y caminos del país para superar pacíficamente en las elecciones del 28 de julio al régimen imperante desde hace un cuarto de siglo.
El atropello del que fue objeto Machado al invalidarse su candidatura no hizo más que fortalecer su legitimidad y popularidad. Ahora marcha con Edmundo González (diplomático y académico de 74 años, candidato de oposición que no fue vetado). Todas las encuestas creíbles los favorecen. Pero el panorama es de altísimo riesgo.
“Gloria al bravo pueblo/ que el yugo lanzó/ la ley respetando/ la virtud y honor”, reza la primera estrofa del himno venezolano. Ese bravo pueblo finalmente ha tomado conciencia del saldo real del régimen, no con estadísticas sino de una manera desesperada y directa. Eso expresan a Machado por dondequiera que va: desean que las familias se reunifiquen y las abuelas conozcan a sus nietos; anhelan un alivio a la miseria, la represión y la inseguridad; quieren que la libertad y la concordia abran paso a la reconciliación nacional.
Las estadísticas son aterradoras. Y prueban que la destrucción de Venezuela no comenzó con la muerte de Chávez, sino que es obra de ambos: Chávez y Maduro, el original y su caricatura. En 1998, el PBI per cápita de Venezuela era el segundo mayor de América Latina. Hoy es inferior al de Haití. En aquel año, bajo la empresa estatal Pdvsa, la producción petrolera alcanzó los 3,5 MM de barriles. Hoy produce 0,75 MM. La infraestructura y los servicios (educación, salud, etcétera), que Chávez mantenía con sus “Misiones” gracias a un barril que alcanzó los 150 dólares, colapsaron enteramente. Hacia 2018, un exterfugios: ministro de Chávez calculaba que 300 BDD habían sido robados de los ingresos en 20 años (de un total de 800 BDD). ¿Cuál será la cifra actual? Quizá la tragedia mayor –y la expresión final del fracaso– es la emigración: más de 8 millones de venezolanos (25% de la población) viven desperdigados en América Latina, Norteamérica y Europa.
Políticamente, el régimen ya no es propiamente populista, pero tampoco es de izquierda, como Chile o Brasil. Venezuela es una dictadura político-militar afín a Rusia e Irán y sobre todo a Cuba, su hermana confederada. El instrumento específico de poder ha sido la cooptación y la represión (partidos, candidatos, empresarios, académicos, radio, televisión, periodistas, estudiantes). Hace tiempo que en Venezuela no existe la separación de poderes, la libertad de expresión, las garantías individuales y la confianza en el sistema electoral.
Después de la última manifestación masiva de 2017 contra el desconocimiento de la Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre de 2015 (único poder independiente de mayoría opositora que quedaba en Venezuela), la oposición languideció en el desánimo, la deserción, el destierro y la división interna. Los líderes posibles resultaron fallidos. En ese momento extremo, apareció Machado.
“Esto no lo para nadie”, ha repetido en sus mítines, transmitiendo un admirable valor personal. Impedida de salir de su país, con sus tres hijos exiliados, con el recuerdo de la empresa de su padre expropiada por Chávez, el programa de esta ingeniera industrial de 56 años y convicciones liberales es importante pero lo son más su temple y su ejemplo: encarna la esperanza.
Maduro y el grupo gobernante se resistirán a ceder el poder, y recurrirán a toda suerte de subinhabilitar a González; impedir el voto de los venezolanos en el extranjero; limitar las condiciones para permitir el registro de nuevos votantes o de personas que han cambiado su domicilio; designar centros de votación en sitios de difícil vigilancia; manipulación del sistema electrónico; coacción a votantes bajo amenaza de retirarles los programas sociales, etcétera. Pero la ola democrática crece y el agravio a su voluntad de cambio puede detonar la violencia y la represión en las calles. A sabiendas del peligro, hay sectores sensatos del oficialismo (en las gubernaturas, en el ejército) que estarían de acuerdo con una solución negociada, pasadas las elecciones. Pero día tras día la cuerda se tensa. El aparato represivo de Maduro ha atacado ya directamente al equipo de campaña de Machado. Todo puede pasar.
La solución razonable sería la salida de Maduro y su claque del poder y del país, y un acuerdo general de convocar a elecciones generales. Esas elecciones resultarían en una nueva Asamblea Legislativa, que renovaría la Fiscalía y el órgano electoral. No es una utopía. De lograrse, las familias venezolanas se reunificarán. Volverá la inversión productiva. Cuando los populistas hablan de detener la migración venezolana atendiendo a las “causas de fondo”, se refieren a la pobreza. Lo que no dicen es que la “causa de fondo” de esa pobreza ha sido la falta de democracia y libertad.
En 1998, Hugo Chávez prometió que Venezuela “navegará en el mismo mar de felicidad del pueblo cubano”. Su promesa se ha hecho realidad, pero el pueblo venezolano ha decidido que no le gusta navegar en ese mar. En vez de “Patria, socialismo o muerte” (el grito de Chávez) prefiere “Patria, libertad y vida”. Y las conquistarán. La pregunta dolorosa es, ¿cuándo y a qué costo?
Ojalá la ola democrática logre el milagro de detener la destrucción de ese entrañable país

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Scaloni, perseverancia e inteligencia emocional
Verónica Dobronich
El fútbol argentino celebra una vez más. Lionel Scaloni, director técnico de la selección argentina, ha llevado al equipo a conquistar la Copa América 2024 reafirmando su liderazgo y consolidando su legado. Detrás de este triunfo hay una historia de perseverancia, tolerancia a las críticas y una extraordinaria capacidad para transformar la desilusión en ilusión a través de la inteligencia emocional.
Cuando Scaloni asumió el mando de la selección en 2017, las críticas no se hicieron esperar. Muchos dudaban de su experiencia y capacidad para dirigir a un equipo de tal magnitud. Pero Scaloni nunca dejó que las dudas ajenas afectaran su visión. Su perseverancia y determinación fueron inquebrantables. Trabajó incansablemente para construir un equipo competitivo, centrado en un enfoque táctico claro y en la cohesión grupal.
A lo largo de su carrera como entrenador enfrentó numerosos desafíos. Cada tropiezo fue una oportunidad para aprender y crecer. Bajo su conducción, la Argentina logró 4 títulos en fila: la Copa América 2021 en Brasil, la Finalíssima 2022 en Wembley, el Mundial de Qatar 2022 y la Copa América de Estados Unidos 2024. No se quedó en su zona de confort, siguió siempre buscando mejorar, ajustar y perfeccionar su estrategia.
Su capacidad de tolerar las críticas y aprender de ellas fue crucial en su camino al éxito. En un país donde el fútbol es casi religión, cada decisión es analizada y discutida al extremo. Scaloni supo escuchar, discernir las críticas constructivas de las destructivas, y usar esa retroalimentación para fortalecer al equipo. Este enfoque lo ayudó a mejorar como entrenador y le permitió ganar el respeto y la condemostró fianza de sus jugadores. Al mostrar que las críticas podían ser motor de cambio positivo, cultivó un ambiente en el que todos estaban dispuestos a mejorar y adaptarse.
La inteligencia emocional de Scaloni fue un factor determinante en su éxito. Su autoconciencia le permitió mantener la calma y la claridad en los momentos más tensos. La autorregulación fue esencial para evitar reacciones impulsivas y mantener una comunicación efectiva con el equipo. Su empatía le permitió entender y apoyar a sus jugadores en sus momentos de vulnerabilidad, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo. Las habilidades sociales de Scaloni, en especial su capacidad para escuchar y comunicarse de manera asertiva, fueron fundamentales para mantener al equipo unido y enfocado en los objetivos comunes.
Es así como el director técnico que la perseverancia, la tolerancia a las críticas y la inteligencia emocional son herramientas poderosas para alcanzar la gloria en el fútbol. Su capacidad para liderar con empatía, aprender de los fracasos y mantener una visión clara y optimista ha llevado a la selección argentina a nuevas alturas. La Copa América 2024 no es solo un trofeo más; es un testimonio del increíble viaje de un entrenador que supo convertir la desilusión en ilusión y guiar a su equipo con un liderazgo emocionalmente inteligente. El seleccionado albiceleste se ha convertido en el primero de Sudamérica en ganar de forma sucesiva una Copa América, un Mundial y otra Copa América, consolidando así una era dorada bajo la dirección de Scaloni.

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Orgullo de estudiantes
Los argentinos Ian Gottlieb Godoy y Martina Bahiana Basgall Sequeira fueron incluidos en la lista de los 50 mejores estudiantes del mundo para el Global Student Prize 2024, una iniciativa de Chegg. org y Fundación Varkey, que también impulsa el Global Teacher Prize.

En esta 4ª edición, participaron unos 11.000 estudiantes de menos de 16 años, de 176 países, con buenos resultados académicos que se destacan por proyectos con impacto real en el aprendizaje, en la vida de sus pares y en la sociedad. En septiembre se conocerán los nombres de los 10 finalistas y luego al ganador. En 2022, Nicolás Monzón quedó entre ellos y en 2023 fue el turno de la misionera Victoria Rojas.
Ian completó el bachillerato artístico de la Universidad Nacional de La Plata. Hoy cursa el primer año de ingeniería química en esa institución, un combo llamativo que él explica destacando la capacidad de ver las cosas desde una perspectiva creativa, que le brindó el arte, en particular la escultura. Entre otros premios, consiguió con su equipo por dos años consecutivos la mayor calificación en la instancia local del NASA Space Apps Challenge. También es un apasionado por la natación, tanto que estuvo entre los 8 mejores del país en su categoría. Versátil, su amor por la ciencia y la tecnología lo condujo asimismo a desarrollar una aplicación para la detección y el monitoreo de incendios en la Argentina.
Con 17 años, Martina es incansable. Tiene 9,36 de promedio y cursa el quinto año del colegio Carlos Pellegrini. Además de involucrarse en distintas iniciativas ligadas al cuidado del ambiente, es coordinadora de la Escuela de Educadores Ambientales, Jóvenes por el Clima Argentina, e integra el Consejo Consultivo y Participativo de adolescentes del Ministerio Público Tutelar porteño. También es voluntaria de la Fundación Líderes de Ansenuza, Techo
Argentina y la Cruz Roja. Entre más de 10.000 estudiantes de 150 países, fue seleccionada para viajar a Estados Unidos para participar de la Yale Global Scholars, donde estudió política, derecho y economía. El año que viene planea estudiar Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
Tanto Ian como Martina ya saben a qué dedicarán los 100.000 dólares del premio: él, a la radio de su universidad, en la que busca promover inspiradores proyectos sociales; ella contribuirá con todas las ONG en las que participa. Sus valiosos esfuerzos los llevan a destacarse y confirmar que la educación es la mejor plataforma para el desarrollo personal y comunitario.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA


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