Economía niega una crisis y cree en su plan para salir del cepo
En el Palacio de Hacienda afirman que en el corto plazo puede haber volatilidad cambiaria, pero que el mercado se dará cuenta “a base de resultados” de que la macro está ordenada
Francisco JueguenCerca del ministro de Economía, Luis Caputo, no se preocupan por el salto del dólar
En el quinto piso del Ministerio de Economía,cercadeldespachodeLuis Caputo, no se preocupan por el salto de los dólares “libres”. Allí sentencian: “No habrá sorpresas”. Y luego aclaran que la salida del cepo cambiario será “un proceso”. Traducción: el mercado va a estar al tanto y no será a través de una devaluación brusca, algo que los actores ven como un fantasma a la vuelta de cada esquina. Esas visiones se multiplican con el paso del tiempo porque –creen en el mercado– las restricciones cambiarias son cada más difíciles de eliminar con un dólar oficial que se atrasa, sin el arribo de “dólares frescos” y con el Banco Central (BCRA) sin poder acumular más reservas en plena cosecha del campo.
El mercado no ve aún una hoja de ruta clara y la promesa de un nuevo régimen monetario que hizo el presidente Javier Milei el viernes por la mañana fue la profundización del que ya existía. Lo nuevo, esperan muchos, podría llegar demasiado tarde: en 2025. Para quienes esperaban una segunda etapa con un relanzamiento de medidas fiscales, monetarias y, sobre todo, cambiarias hubo sabor a poco con los anuncios de Caputo y Santiago Bausili. El impuesto PAIS, cada vez más importante en la recaudación, no se irá inmediatamente, sino en los próximos meses, más allá de las promesas de Caputo de eliminarlo tras la aprobación de la Ley Bases.
En Economía creen que el mercado es injusto. “Los fundamentals mandan”, advierten. Repasan que hay superávit fiscal (el Ejecutivo acumula cinco superávits financieros consecutivos, algo que no pasa desde 2008), comercial (sobre todo gracias a la caída de las importaciones por la recesión) y de cuenta corriente. Y, luego del anuncio del viernes, el Gobierno buscará ahora dejar de emitir como consecuencia de los pasivos remunerados. Eso es lo que les ofrece el equipo económico a los banqueros, con quienes además está negociando una solución a los llamados puts (seguros de liquidez) en manos de las entidades. “La reunión fue espectacular”, dijeron en Economía. “La reunión con los bancos fue mala”, dijo un exbanquero. Públicamente, las entidades que agrupan a los bancos respaldaron al Gobierno, pero en off las expectativas entre el equipo económico y esos actores aún no están alineadas al 100%.
“No pasó nunca esto. No entienden la potencia de hacer las cosas bien. Creen que ‘esto es Argentina’ y ‘las vimos todas’. Y esta no la vieron nunca porque nunca pasó (...). Conclusión, se darán cuenta a fuerza de resultados”,reafirmanenEconomía. Luego admiten que en el camino –en el corto plazo– puede haber volatilidad, pero “para que haya crisis tiene que estar desordenada la macro; justo lo opuesto a lo que tenemos hoy”.
“La reacción de los mercados es la típica volatilidad que se produce frente a un escenario de excesivas ganancias de estos meses, sumado a un nuevo programa monetariofiscal que pocas veces se ha visto en la Argentina. Como todo cambio, se genera incertidumbre hasta que los agentes económicos se adecuan al nuevo escenario”, cierran.
Sin embargo, los nervios no son gratuitos: la brecha cambiaria superó el 50%, cuando unas semanas atrás había alcanzado el 15%. Vale recordar que llegó a estar en 200% con Alberto y Cristina. Los dólares libres ya están por encima de los que dejó aquel dúo en el poder, pero retrasados en términos reales (con relación a la inflación del período).
El mercado es especialista en correr el arco. Que el superávit financiero no es sustentable, que la inflación no puede seguir bajando, que la Ley Bases llegó tarde y recortada, que el régimen monetario y cambiario está agotado y que el BCRA –que se apuró en bajar tan velozmente la tasa– ya no puede comprar dólares en plena cosecha gruesa. O, simplemente, que el dólar se atrasó frente a la inflación. Ese combo de razones se cristalizan cuando se encienden las luces rojas en el mercado y crece el “ruido”.
Domingo Cavallo escribió en las últimas horas que el equipo económico no tiene “apuro” en remover el cepo. Caputo lo admite. No hay fecha; “hay condiciones”. Cavallo le pidió al Gobierno evitar la confrontación con el chileno Rodrigo Valdés y releer a los funcionarios del Fondo. ¿La opción? Eliminar el dólar blend –y la derivación de casi US$9000 millones en lo que va del año hacia el mercado CCL [ese 20% no entra en las reservas]– y compensar su efecto sobre el tipo de cambio efectivo de exportación con un ajuste del tipo de cambio oficial de alrededor del 10%. Significaría ubicarlo cercano a $1000 por dólar. Con una reducción del impuesto PAIS del 17,5% al 7,5% –la prometida por Caputo– “se podría evitar el impacto inflacionario del aumento del costo de las importaciones”. Es –calificó Cavallo– una devaluación “perfectamente compensada”. Caso contrario, seguirán perdiendo dólares, algo que siempre pone nervioso al mercado.
En el quinto piso del Ministerio de Economía,cercadeldespachodeLuis Caputo, no se preocupan por el salto de los dólares “libres”. Allí sentencian: “No habrá sorpresas”. Y luego aclaran que la salida del cepo cambiario será “un proceso”. Traducción: el mercado va a estar al tanto y no será a través de una devaluación brusca, algo que los actores ven como un fantasma a la vuelta de cada esquina. Esas visiones se multiplican con el paso del tiempo porque –creen en el mercado– las restricciones cambiarias son cada más difíciles de eliminar con un dólar oficial que se atrasa, sin el arribo de “dólares frescos” y con el Banco Central (BCRA) sin poder acumular más reservas en plena cosecha del campo.
El mercado no ve aún una hoja de ruta clara y la promesa de un nuevo régimen monetario que hizo el presidente Javier Milei el viernes por la mañana fue la profundización del que ya existía. Lo nuevo, esperan muchos, podría llegar demasiado tarde: en 2025. Para quienes esperaban una segunda etapa con un relanzamiento de medidas fiscales, monetarias y, sobre todo, cambiarias hubo sabor a poco con los anuncios de Caputo y Santiago Bausili. El impuesto PAIS, cada vez más importante en la recaudación, no se irá inmediatamente, sino en los próximos meses, más allá de las promesas de Caputo de eliminarlo tras la aprobación de la Ley Bases.
En Economía creen que el mercado es injusto. “Los fundamentals mandan”, advierten. Repasan que hay superávit fiscal (el Ejecutivo acumula cinco superávits financieros consecutivos, algo que no pasa desde 2008), comercial (sobre todo gracias a la caída de las importaciones por la recesión) y de cuenta corriente. Y, luego del anuncio del viernes, el Gobierno buscará ahora dejar de emitir como consecuencia de los pasivos remunerados. Eso es lo que les ofrece el equipo económico a los banqueros, con quienes además está negociando una solución a los llamados puts (seguros de liquidez) en manos de las entidades. “La reunión fue espectacular”, dijeron en Economía. “La reunión con los bancos fue mala”, dijo un exbanquero. Públicamente, las entidades que agrupan a los bancos respaldaron al Gobierno, pero en off las expectativas entre el equipo económico y esos actores aún no están alineadas al 100%.
“No pasó nunca esto. No entienden la potencia de hacer las cosas bien. Creen que ‘esto es Argentina’ y ‘las vimos todas’. Y esta no la vieron nunca porque nunca pasó (...). Conclusión, se darán cuenta a fuerza de resultados”,reafirmanenEconomía. Luego admiten que en el camino –en el corto plazo– puede haber volatilidad, pero “para que haya crisis tiene que estar desordenada la macro; justo lo opuesto a lo que tenemos hoy”.
“La reacción de los mercados es la típica volatilidad que se produce frente a un escenario de excesivas ganancias de estos meses, sumado a un nuevo programa monetariofiscal que pocas veces se ha visto en la Argentina. Como todo cambio, se genera incertidumbre hasta que los agentes económicos se adecuan al nuevo escenario”, cierran.
Sin embargo, los nervios no son gratuitos: la brecha cambiaria superó el 50%, cuando unas semanas atrás había alcanzado el 15%. Vale recordar que llegó a estar en 200% con Alberto y Cristina. Los dólares libres ya están por encima de los que dejó aquel dúo en el poder, pero retrasados en términos reales (con relación a la inflación del período).
El mercado es especialista en correr el arco. Que el superávit financiero no es sustentable, que la inflación no puede seguir bajando, que la Ley Bases llegó tarde y recortada, que el régimen monetario y cambiario está agotado y que el BCRA –que se apuró en bajar tan velozmente la tasa– ya no puede comprar dólares en plena cosecha gruesa. O, simplemente, que el dólar se atrasó frente a la inflación. Ese combo de razones se cristalizan cuando se encienden las luces rojas en el mercado y crece el “ruido”.
Domingo Cavallo escribió en las últimas horas que el equipo económico no tiene “apuro” en remover el cepo. Caputo lo admite. No hay fecha; “hay condiciones”. Cavallo le pidió al Gobierno evitar la confrontación con el chileno Rodrigo Valdés y releer a los funcionarios del Fondo. ¿La opción? Eliminar el dólar blend –y la derivación de casi US$9000 millones en lo que va del año hacia el mercado CCL [ese 20% no entra en las reservas]– y compensar su efecto sobre el tipo de cambio efectivo de exportación con un ajuste del tipo de cambio oficial de alrededor del 10%. Significaría ubicarlo cercano a $1000 por dólar. Con una reducción del impuesto PAIS del 17,5% al 7,5% –la prometida por Caputo– “se podría evitar el impacto inflacionario del aumento del costo de las importaciones”. Es –calificó Cavallo– una devaluación “perfectamente compensada”. Caso contrario, seguirán perdiendo dólares, algo que siempre pone nervioso al mercado.
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Respaldo de los bancos tras el anuncio oficial
Tras la reunión con el BCRA, apoyaron la iniciativa del Gobierno; negociarán por los seguros de liquidez
Tras la reunión con el BCRA, apoyaron la iniciativa del Gobierno; negociarán por los seguros de liquidez
Sofía Diamante
Los representantes de los bancos se fueron ayer con más certezas de la reunión que mantuvieron en el Banco Central (BCRA), aunque eso no se refleje de manera lineal en el mercado cambiario. Los banqueros fueron recibidos por el presidente de la entidad, Santiago Bausili, y por el ministro de Economía, Luis Caputo, luego de las dudas que había generado la conferencia de prensa del viernes.
Los funcionarios les explicaron cómo será la migración de la deuda remunerada (los pases) del BCRA al Tesoro, que tiene como fin sanear el balance de la entidad, aseguraron que el peso no desaparecerá y que “será una moneda fuerte”.
Por la tarde, las entidades que agrupan a los bancos respaldaron al Gobierno. “Las entidades privadas de capital internacional nucleadas en ABA, los bancos privados nacionales nucleados en Adeba y la banca especializada agrupada en ABE expresan su apoyo a los anuncios del gobierno nacional con relación al comienzo de una nueva fase en el programa económico donde se apunta a eliminar una segunda fuente de emisión monetaria relacionada con los pasivos remunerados del Banco Central”, indicaron, y agregaron: “Adicionalmente, manifiestan su voluntad para encontrar una solución conjunta a los compromisos existentes en los contratos de put emitidos por el BCRA, de manera de facilitar la programación monetaria”.
Caputo inició el encuentro ratificando el compromiso fiscal, que se profundizará hacia delante, ya que deberá ser lo suficientemente holgado como para financiar los intereses que generará la nueva letra, que hasta aquí eran cubiertos por el BCRA, lo cual implicaba mayor emisión endógena. “El superávit es clave para esta etapa de la política monetaria”, les dijo a los 80 banqueros que se acercaron al Salón Bosch del BCRA, a las 10, en una exposición que duró 40 minutos.
El ministro también confirmó que continuará el dólar blend para los exportadores, que permite liquidar las divisas en un 80% en el mercado oficial y el 20% a través del contado con liquidación (CCL), lo que significa una cotización más alta (alrededor de $1000). También señaló que seguirá el crawling peg (devaluación controlada) del 2% mensual.
El presidente del BCRA, por su parte, hizo foco en que esta nueva letra mejorará el balance de la entidad y le permitirá recuperar el instrumento de la tasa de interés como política monetaria. Al sacar los pases del BCRA, Bausili podrá subir la tasa sin que eso signifique una mayor emisión futura para pagar los intereses que generan los pasivos remunerados, porque esa tarea le corresponderá al Tesoro.
“Lo que explicaron hoy [por ayer] a las entidades financieras está bien y en línea con el trabajo de saneamiento de las cuentas del BCRA. Para los bancos, pero fundamentalmente para los depositantes, los cambios no generan ningún tipo de inconveniente. Quedamos a la espera de las normas del Ministerio de Economía y del BCRA que completan los temas técnicos. Respecto de la letra de reprogramación monetaria, reiteraron que la emitirá el Tesoro, pero que los pesos resultantes estarán depositados en el BCRA, que es como siempre quien ‘garantiza’ la liquidez del sistema. O sea que lo que va a haber es una cuenta de respaldo de la emisión de la letra. El Tesoro no va a gastar ese dinero, sino que lo va a tener depositado en el BCRA”, dijo Claudio Cesario, presidente de ABA.
“Este un cambio operativo, tal como explicaron en la conferencia de prensa. Le permite al BCRA manejar la tasa de política monetaria con independencia de las necesidades de financiamiento del Estado. También señalaron que los flujos de recaudación vienen bien y que ellos no van a emitir pesos, por lo que se va a ver una apreciación paulatina de la moneda y será en el marco de la competencia de monedas”, agregó.
Los detalles de la implementación de la medida se publicarán el jueves, luego de la tradicional reunión de directorio de la entidad.
En la charla técnica, los banqueros preguntaron si habrá también una suba de tasa de interés, pero los funcionarios no respondieron. Los analistas señalan que la disparada de los dólares paralelos, que treparon más de 11% en junio, comenzó cuando el BCRA aceleró la baja de tasas al 40% nominal anual.
El ministro y el presidente del BCRA aseguraron que la entidad va a respaldar íntegramente la letra de reprogramación monetaria (Leremo), lo cual significa que el riesgo de la emisión de esta deuda seguirá en manos del BCRA y no del sector público, lo cual hubiera complicado la operatoria de las entidades bancarias, que tienen un límite de exposición a deuda del Tesoro.
Los funcionarios dijeron que no hablaron sobre esta instrumentación con las calificadoras de riesgo, pero aseguraron que cuentan con el apoyo del FMI, que el viernes pasado, luego de la conferencia, mandó un mensaje de beneplácito.
Otra duda que surgió entre los presentes es si las provincias pueden gravar con Ingresos Brutos la Leremo, algo que hacen algunos gobiernos con los pases y genera un costo adicional para los bancos. La respuesta fue que no, con lo cual esto tendría un impacto colateral en los ingresos de los fiscos provinciales. En el equipo económico dijeron que no se habló de ese tema, pero al menos tres bancos lo mencionaron.
Entre los banqueros que participaron de la reunión estaban Eduardo Elzstain (Banco Hipotecario), Fabián Kon (Galicia), Juan Cuattromo (Banco Provincia), Guillermo Laje (Banco Ciudad), Pierpaolo Barbieri (Ualá), Claudio Cesario (ABA), Francisco Gismondi (Adeba) y Marcelo Mazzón (Abappra).
La reunión al momento no logró aplacar la volatilidad del mercado financiero, que comenzó a reflejarse con mayor presión sobre los tipos de cambios paralelos y con la venta de bonos. “El Gobierno tiene una necesidad rápida de poner la economía a crecer rápido y de que entren dólares. Para ambas cosas se necesita quitar el cepo”, dijeron en un banco, en reserva
Los representantes de los bancos se fueron ayer con más certezas de la reunión que mantuvieron en el Banco Central (BCRA), aunque eso no se refleje de manera lineal en el mercado cambiario. Los banqueros fueron recibidos por el presidente de la entidad, Santiago Bausili, y por el ministro de Economía, Luis Caputo, luego de las dudas que había generado la conferencia de prensa del viernes.
Los funcionarios les explicaron cómo será la migración de la deuda remunerada (los pases) del BCRA al Tesoro, que tiene como fin sanear el balance de la entidad, aseguraron que el peso no desaparecerá y que “será una moneda fuerte”.
Por la tarde, las entidades que agrupan a los bancos respaldaron al Gobierno. “Las entidades privadas de capital internacional nucleadas en ABA, los bancos privados nacionales nucleados en Adeba y la banca especializada agrupada en ABE expresan su apoyo a los anuncios del gobierno nacional con relación al comienzo de una nueva fase en el programa económico donde se apunta a eliminar una segunda fuente de emisión monetaria relacionada con los pasivos remunerados del Banco Central”, indicaron, y agregaron: “Adicionalmente, manifiestan su voluntad para encontrar una solución conjunta a los compromisos existentes en los contratos de put emitidos por el BCRA, de manera de facilitar la programación monetaria”.
Caputo inició el encuentro ratificando el compromiso fiscal, que se profundizará hacia delante, ya que deberá ser lo suficientemente holgado como para financiar los intereses que generará la nueva letra, que hasta aquí eran cubiertos por el BCRA, lo cual implicaba mayor emisión endógena. “El superávit es clave para esta etapa de la política monetaria”, les dijo a los 80 banqueros que se acercaron al Salón Bosch del BCRA, a las 10, en una exposición que duró 40 minutos.
El ministro también confirmó que continuará el dólar blend para los exportadores, que permite liquidar las divisas en un 80% en el mercado oficial y el 20% a través del contado con liquidación (CCL), lo que significa una cotización más alta (alrededor de $1000). También señaló que seguirá el crawling peg (devaluación controlada) del 2% mensual.
El presidente del BCRA, por su parte, hizo foco en que esta nueva letra mejorará el balance de la entidad y le permitirá recuperar el instrumento de la tasa de interés como política monetaria. Al sacar los pases del BCRA, Bausili podrá subir la tasa sin que eso signifique una mayor emisión futura para pagar los intereses que generan los pasivos remunerados, porque esa tarea le corresponderá al Tesoro.
“Lo que explicaron hoy [por ayer] a las entidades financieras está bien y en línea con el trabajo de saneamiento de las cuentas del BCRA. Para los bancos, pero fundamentalmente para los depositantes, los cambios no generan ningún tipo de inconveniente. Quedamos a la espera de las normas del Ministerio de Economía y del BCRA que completan los temas técnicos. Respecto de la letra de reprogramación monetaria, reiteraron que la emitirá el Tesoro, pero que los pesos resultantes estarán depositados en el BCRA, que es como siempre quien ‘garantiza’ la liquidez del sistema. O sea que lo que va a haber es una cuenta de respaldo de la emisión de la letra. El Tesoro no va a gastar ese dinero, sino que lo va a tener depositado en el BCRA”, dijo Claudio Cesario, presidente de ABA.
“Este un cambio operativo, tal como explicaron en la conferencia de prensa. Le permite al BCRA manejar la tasa de política monetaria con independencia de las necesidades de financiamiento del Estado. También señalaron que los flujos de recaudación vienen bien y que ellos no van a emitir pesos, por lo que se va a ver una apreciación paulatina de la moneda y será en el marco de la competencia de monedas”, agregó.
Los detalles de la implementación de la medida se publicarán el jueves, luego de la tradicional reunión de directorio de la entidad.
En la charla técnica, los banqueros preguntaron si habrá también una suba de tasa de interés, pero los funcionarios no respondieron. Los analistas señalan que la disparada de los dólares paralelos, que treparon más de 11% en junio, comenzó cuando el BCRA aceleró la baja de tasas al 40% nominal anual.
El ministro y el presidente del BCRA aseguraron que la entidad va a respaldar íntegramente la letra de reprogramación monetaria (Leremo), lo cual significa que el riesgo de la emisión de esta deuda seguirá en manos del BCRA y no del sector público, lo cual hubiera complicado la operatoria de las entidades bancarias, que tienen un límite de exposición a deuda del Tesoro.
Los funcionarios dijeron que no hablaron sobre esta instrumentación con las calificadoras de riesgo, pero aseguraron que cuentan con el apoyo del FMI, que el viernes pasado, luego de la conferencia, mandó un mensaje de beneplácito.
Otra duda que surgió entre los presentes es si las provincias pueden gravar con Ingresos Brutos la Leremo, algo que hacen algunos gobiernos con los pases y genera un costo adicional para los bancos. La respuesta fue que no, con lo cual esto tendría un impacto colateral en los ingresos de los fiscos provinciales. En el equipo económico dijeron que no se habló de ese tema, pero al menos tres bancos lo mencionaron.
Entre los banqueros que participaron de la reunión estaban Eduardo Elzstain (Banco Hipotecario), Fabián Kon (Galicia), Juan Cuattromo (Banco Provincia), Guillermo Laje (Banco Ciudad), Pierpaolo Barbieri (Ualá), Claudio Cesario (ABA), Francisco Gismondi (Adeba) y Marcelo Mazzón (Abappra).
La reunión al momento no logró aplacar la volatilidad del mercado financiero, que comenzó a reflejarse con mayor presión sobre los tipos de cambios paralelos y con la venta de bonos. “El Gobierno tiene una necesidad rápida de poner la economía a crecer rápido y de que entren dólares. Para ambas cosas se necesita quitar el cepo”, dijeron en un banco, en reserva
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