Río Negro redobla la apuesta en su pelea por el GNL con Bahía Blanca
Tras la adhesión de la Legislatura al RIGI, Weretilneck rivaliza con Kicillof y espera que YPF construya la planta en su provincia
Paz García Pastormerlo
SAN CARLOS DE BARILOCHE.– “Estamos sentando las bases de la industria del gas y petróleo para los próximos tiempos”, decía en febrero de 2015 el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, durante su primer mandato, cuando la provincia cancelaba un pasivo histórico que mantenía desde hacía 30 años con los municipios productores de hidrocarburos. Lo cierto es que Weretilneck lleva casi una década construyendo poder y generando consenso para quebrarle la muñeca al puerto de Bahía Blanca y que Río Negro se quede finalmente con el ansiado proyecto de construcción de una planta de GNL. Y estas son horas decisivas para esa pulseada que reparte más de 30.000 millones de dólares.
Federalizar el desarrollo y rechazar la concentración de grandes proyectos en la provincia de Buenos Aires han sido ejes salientes de las dos gestiones de Weretilneck como gobernador. Reiteradamente señaló que la zona portuaria de Bahía Blanca ya ostenta el polo petroquímico, un gigante en la producción de etileno.
En diciembre de 2019, técnicos de YPF visitaron ese puerto bonaerense y pusieron la mira en unas hectáreas cerca de Punta Alta. A partir de allí, distintas voces de Juntos Somos Río Negro (JSRN) se alzaron para que la planta de licuefacción de gas (lo convierte de gaseoso a líquido) se instalara en el puerto de San Antonio Este o en el de Punta Colorada de Sierra Grande.
Ahora, luego de que la Legislatura rionegrina aprobara el viernes pasado la adhesión al Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), el gobernador confía en que el presidente de YPF, Horacio Marín, le levante el pulgar a Río Negro.
“Nos comprometimos con la adhesión al RIGI y garantizamos el cumplimiento de otros requisitos clave, como exenciones de tasas municipales, permisos ambientales y garantías de terrenos en los puertos. Río Negro se posiciona como la opción más sólida para albergar esta planta de GNL”, afirmó.
Y agregó: “Con optimismo, estamos a la espera de la evaluación de YPF sobre nuestra respuesta y la capacidad de Río Negro para cumplir con los requisitos establecidos. Un gran paso que refleja nuestro firme compromiso con el futuro energético y económico de la región”.
Punta Colorada, la opción
Unos 330 kilómetros al sur de Viedma y a 34 km de Sierra Grande, Punta Colorada –el puerto donde podría instalarse la planta de gas licuado– representa el último pueblo de la costa del golfo San Matías antes de la provincia de Chubut. La terminal portuaria fue habilitada en 1977 y funcionó para la mina Hipasam hasta 1992. Después fue reactivada por la compañía MCC y operó hasta 2016 con embarques de hierro al puerto de San Nicolás de los Arroyos.
Punta Colorada volvió a ser noticia en 2021, cuando la empresa australiana Fortescue anunció que desembolsaría 8400 millones de dólares para generar hidrógeno verde a escala industrial. La iniciativa se encuentra a la espera de una ley que regule el desarrollo de esa actividad en el país.
Además de la planta de licuefacción, cuyo destino todavía es incierto, YPF desarrollará en Punta Colorada un puerto de aguas profundas para la exportación de petróleo crudo proveniente de Vaca Muerta. Para ello, recientemente la empresa comenzó la construcción de los primeros 130 kilómetros del oleoducto Vaca Muerta Sur. Esa primera etapa conectará las localidades de Añelo, en Neuquén, con Allen, en Río Negro. Luego faltarán 437 km hasta Punta Colorada.
Además de la terminal marítima, YPF estudia construir allí también una planta de licuefacción onshore para 2031. En total, se proyecta un volumen de exportación de gas cercano a los 120 millones de metros cúbicos, equivalentes a lo que produce actualmente la Argentina.
Según destacó recientemente la secretaria de Energía provincial, Andrea Confini, a diferencia del puerto de Bahía Blanca, el rionegrino “es un puerto de aguas profundas que no necesita dragado, que tiene todo por desarrollarse, no tiene tráfico marítimo, puede ofrecer el reparo necesario que necesitan los buques y tendrá las dos primeras inversiones: Vaca Muerta Sur y el primer floating de YPF y Petronas”.
La disputa con Kicillof
Por su parte, el gobernador bonaerense Axel Kicillof advirtió en las últimas horas que se trata de “las inversiones más importantes de la historia argentina y no pueden ser banalizadas hasta parecer una competencia entre distintas provincias”. En respuesta a las exigencias de YPF respecto del RIGI, anunció que enviará un proyecto de ley para la creación de un Régimen Provincial de Fomento de Inversiones Estratégicas vinculadas a grandes inversiones, la producción y el trabajo en la provincia de Buenos Aires.
“La pelota está del otro lado. Esperamos una respuesta y dejamos algo en claro: vamos a hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para que se pueda concretar esta inversión en Bahía Blanca”, insistió Kicillof.
Las cartas están dadas y, según pudo confirmar tras los la nacion dichos de Kicillof, YPF y Petronas definirán a fin de mes si la planta de gas natural licuado se construirá en Bahía Blanca o en Punta Colorada. Aunque resta conocer la decisión final, Weretilneck confía en haber dado los pasos merecedores en la pulseada.
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Brasil citó a su embajador y crece la tensión
El gobierno de Lula lo convocó en medio de los cruces con Milei.
Marcelo Silva de Sousa
La canciller Diana Mondino y el embajador de Brasil, Julio Bitelli
BRASILIA.– El gobierno del presidente brasileño, Lula da Silva, llamó a consultas a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, para evaluar el futuro de la relación bilateral con la Argentina, una semana después del viaje del presidente Javier Milei a la cumbre conservadora de Santa Catarina, en la que se mostró con el exmandatario Jair Bolsonaro.
Fuentes de la cancillería brasileña explicaron a que la la nacion citación de Bitelli no tiene tono de represalia o protesta contra el gobierno argentino, aunque convocatorias de esta naturaleza son poco frecuentes y suelen tener ese carácter. “La relación es muy importante. Muchas personas quieren escuchar personalmente al embajador”, dijo, al intentar bajar el tono del conflicto, un diplomático brasileño que acompaña de cerca la relación entre la Argentina y Brasil.
La misma fuente explicó que el objetivo del viaje de Bitelli, quien llegó el domingo a Brasil para una semana de reuniones, es evaluar el rumbo de la relación bilateral, en medio de una escalada de tensión en la relación entre los presidentes Milei y Lula, quienes hasta ahora nunca conversaron.
Según publicó O Globo, la relación de tirantez entre los dos países es un conflicto entre los dos jefes de Estado, que se intensificó en las últimas semanas después de que el presidente Lula dijera que Milei debería disculparse por las ofensas que le hicieron en la campaña de 2023. El mandatario argentino no se disculpó y calificó a Lula de “izquierdista con ego inflado”.
No es el primer conflicto del presidente libertario con países cercanos a la Argentina. En los últimos meses se endureció la relación con España, que también llamó a consulta a su embajadora en la Argentina, a la que luego retiró en forma definitiva de Buenos Aires.
Bitelli se reunió ayer con el canciller de Lula, Mauro Vieira. La orientación que recibió el embajador brasileño fue trabajar para “preservar el estado de las relaciones como relaciones de Estado”, confiaron fuentes del gobierno de Lula.
“Para nosotros el vínculo con la Argentina es prioritario y tiene que estar por encima de cualquier situación coyuntural”, señaló un alto funcionario de Itamaraty, con el ánimo de restar dramatismo a la situación.
El embajador brasileño en Buenos Aires conversó también brevemente con el presidente Lula, quien ayer compartió un almuerzo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, de visita en Brasil.
Bitelli planea reunirse esta semana con ministros del Ejecutivo brasileño para trabajar en las diferentes agendas de cooperación entre países. “Los presidentes tienen visiones distintas. La preocupación es que eso no llegue a perjudicar la relación. Lula tiene claro que la relación entre los dos países debe continuar densa e importante como es”, dijo el propio embajador en Buenos Aires este lunes al portal de noticias brasileño G1.
“Lo mejor posible”
El representante de Itamaraty en la Argentina aseguró que su viaje a Brasilia tiene como una de las principales metas conversar sobre cómo “llevar adelante la relación de la mejor manera posible”.
Lula, quien se siente ofendido por el mandatario argentino tras ser llamado diversas veces “corrupto” y “comunista”, puso como condición un pedido de disculpas de Milei para que haya un primer diálogo entre mandatarios, algo que el gobierno argentino aclaró que no sucederá.
Luego del intercambio de tensas declaraciones por las redes, Milei canceló su participación en la cumbre del Mercosur, organizada en Asunción, y viajó ese fin de semana a Santa Catarina para asistir a la reunión de la extrema derecha internacional, junto al expresidente Bolsonaro. En el encuentro, Milei no se refirió al presidente Lula, lo que fue interpretado como un gesto tendiente a descongelar la relación.
El llamado de Bitelli se definió a fin de la semana pasada, confió a una alta fuente diplomática la nacion brasileña, en un tono “mucho más tranquilo” que el que llegó a especularse eventualmente como respuesta a una participación de el mandatario argentino en la cumbre conservadora que pudo haber causado mayores cortocircuitos.
Durante su viaje al sur brasileño hace poco más de una semana, Milei no tuvo reuniones con autoridades del gobierno de Brasil.
El presidente argentino fue la principal atracción de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el 7 de julio pasado, reunión organizada por la familia del expresidente ultraderechista Bolsonaro (2019-2023), adversario político de Lula y a quien Milei calificó como un “perseguido” por la Justicia del país vecino.
El desempeño del líder de La Libertad Avanza en suelo brasileño fue motivo de cierto alivio en el gobierno de Lula, ya que Milei se contuvo de elevar el tono contra el presidente del país vecino y tampoco abordó la relación bilateral entre la Argentina y Brasil en el evento conservador.
Sin embargo, el viaje causó incomodidad entre diplomáticos brasileños. Visitar un país y no reunirse con su presidente es considerado una descortesía en lenguaje diplomático.
Y, más allá de la falta de contacto con autoridades del gobierno de Lula, el viaje precedió al faltazo de Milei a la cumbre del Mercosur que se celebró horas más tarde en Asunción, Paraguay, otra decisión que causó malestar.
Consultada sobre si el llamado del embajador Bitelli a Brasil tiene un carácter de protesta, una fuente con diálogo diario con el presidente de Brasil prefirió ser ambigua: “La interpretación es libre”.
En medio de esta situación de fuertes tensiones, esta semana llegó a Brasilia el designado embajador argentino en estas tierras, Daniel Raimondi, quien aún no tiene fecha para presentar credenciales ante el presidente Lula.
BRASILIA.– El gobierno del presidente brasileño, Lula da Silva, llamó a consultas a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, para evaluar el futuro de la relación bilateral con la Argentina, una semana después del viaje del presidente Javier Milei a la cumbre conservadora de Santa Catarina, en la que se mostró con el exmandatario Jair Bolsonaro.
Fuentes de la cancillería brasileña explicaron a que la la nacion citación de Bitelli no tiene tono de represalia o protesta contra el gobierno argentino, aunque convocatorias de esta naturaleza son poco frecuentes y suelen tener ese carácter. “La relación es muy importante. Muchas personas quieren escuchar personalmente al embajador”, dijo, al intentar bajar el tono del conflicto, un diplomático brasileño que acompaña de cerca la relación entre la Argentina y Brasil.
La misma fuente explicó que el objetivo del viaje de Bitelli, quien llegó el domingo a Brasil para una semana de reuniones, es evaluar el rumbo de la relación bilateral, en medio de una escalada de tensión en la relación entre los presidentes Milei y Lula, quienes hasta ahora nunca conversaron.
Según publicó O Globo, la relación de tirantez entre los dos países es un conflicto entre los dos jefes de Estado, que se intensificó en las últimas semanas después de que el presidente Lula dijera que Milei debería disculparse por las ofensas que le hicieron en la campaña de 2023. El mandatario argentino no se disculpó y calificó a Lula de “izquierdista con ego inflado”.
No es el primer conflicto del presidente libertario con países cercanos a la Argentina. En los últimos meses se endureció la relación con España, que también llamó a consulta a su embajadora en la Argentina, a la que luego retiró en forma definitiva de Buenos Aires.
Bitelli se reunió ayer con el canciller de Lula, Mauro Vieira. La orientación que recibió el embajador brasileño fue trabajar para “preservar el estado de las relaciones como relaciones de Estado”, confiaron fuentes del gobierno de Lula.
“Para nosotros el vínculo con la Argentina es prioritario y tiene que estar por encima de cualquier situación coyuntural”, señaló un alto funcionario de Itamaraty, con el ánimo de restar dramatismo a la situación.
El embajador brasileño en Buenos Aires conversó también brevemente con el presidente Lula, quien ayer compartió un almuerzo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, de visita en Brasil.
Bitelli planea reunirse esta semana con ministros del Ejecutivo brasileño para trabajar en las diferentes agendas de cooperación entre países. “Los presidentes tienen visiones distintas. La preocupación es que eso no llegue a perjudicar la relación. Lula tiene claro que la relación entre los dos países debe continuar densa e importante como es”, dijo el propio embajador en Buenos Aires este lunes al portal de noticias brasileño G1.
“Lo mejor posible”
El representante de Itamaraty en la Argentina aseguró que su viaje a Brasilia tiene como una de las principales metas conversar sobre cómo “llevar adelante la relación de la mejor manera posible”.
Lula, quien se siente ofendido por el mandatario argentino tras ser llamado diversas veces “corrupto” y “comunista”, puso como condición un pedido de disculpas de Milei para que haya un primer diálogo entre mandatarios, algo que el gobierno argentino aclaró que no sucederá.
Luego del intercambio de tensas declaraciones por las redes, Milei canceló su participación en la cumbre del Mercosur, organizada en Asunción, y viajó ese fin de semana a Santa Catarina para asistir a la reunión de la extrema derecha internacional, junto al expresidente Bolsonaro. En el encuentro, Milei no se refirió al presidente Lula, lo que fue interpretado como un gesto tendiente a descongelar la relación.
El llamado de Bitelli se definió a fin de la semana pasada, confió a una alta fuente diplomática la nacion brasileña, en un tono “mucho más tranquilo” que el que llegó a especularse eventualmente como respuesta a una participación de el mandatario argentino en la cumbre conservadora que pudo haber causado mayores cortocircuitos.
Durante su viaje al sur brasileño hace poco más de una semana, Milei no tuvo reuniones con autoridades del gobierno de Brasil.
El presidente argentino fue la principal atracción de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el 7 de julio pasado, reunión organizada por la familia del expresidente ultraderechista Bolsonaro (2019-2023), adversario político de Lula y a quien Milei calificó como un “perseguido” por la Justicia del país vecino.
El desempeño del líder de La Libertad Avanza en suelo brasileño fue motivo de cierto alivio en el gobierno de Lula, ya que Milei se contuvo de elevar el tono contra el presidente del país vecino y tampoco abordó la relación bilateral entre la Argentina y Brasil en el evento conservador.
Sin embargo, el viaje causó incomodidad entre diplomáticos brasileños. Visitar un país y no reunirse con su presidente es considerado una descortesía en lenguaje diplomático.
Y, más allá de la falta de contacto con autoridades del gobierno de Lula, el viaje precedió al faltazo de Milei a la cumbre del Mercosur que se celebró horas más tarde en Asunción, Paraguay, otra decisión que causó malestar.
Consultada sobre si el llamado del embajador Bitelli a Brasil tiene un carácter de protesta, una fuente con diálogo diario con el presidente de Brasil prefirió ser ambigua: “La interpretación es libre”.
En medio de esta situación de fuertes tensiones, esta semana llegó a Brasilia el designado embajador argentino en estas tierras, Daniel Raimondi, quien aún no tiene fecha para presentar credenciales ante el presidente Lula.
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