miércoles, 17 de julio de 2024

Posta de Sinsacate, el lugar donde velaron a Facundo Quiroga (CÓRDOBA ) Y MUCHA HISTORIA MÁS






Posta de Sinsacate, el lugar donde velaron a Facundo Quiroga
La Posta de SinsacatePosta de Sinsacate
“No ha nacido todavía el hombre que ha de matar a Quiroga”, dijo el Tigre de los Llanos antes de lanzarse a atravesar esa porción del norte cordobés, a 53 km de la capital, donde fue asesinado
Mariana Otero
En el pueblo cordobés de Sinsacate (en lengua sanavirona “población del cacique Chin”), a la vera del Camino Real que unía el virreinato del Río de la Plata con el Alto Perú, todavía se conserva la posta que vio pasar a las tropas patriotas, al general José de San Martín al frente del Ejército del Norte y a algunos personajes centrales de la historia argentina: los generales Manuel Belgrano, Juan Lavalle y los hermanos Reynafé, entre otros.
La posta tiene unos 50 m de largo. La galería consta de 17 columnas.
La posta de Sinsacate es una joya arquitectónica plantada en un antiguo casco de estancia que fue remodelado por el arquitecto Buschiazzo en 1946, cuando se la declaró Museo Nacional. Cinco años antes, en 1941, había sido declarada Monumento Histórico Nacional. En 1950 fue unificada con el Museo Jesuítico de la Estancia Jesús María, a 3,5 km, y desde hace cinco años están bregando por volver a ser independientes administrativamente, como antes. Unas 12.000 personas la visitan por año.
Junto a la de Yatasto, en Salta, es la posta más grande y hermosa que se preserva en el Camino Real y la mejor de las diez que se jalonaban el norte de la provincia de Córdoba, según revelan testimonios y documentos históricos.
Está ubicada a sólo 53 kilómetros de la ciudad de Córdoba y sorprende su estructura al llegar por el camino, aún de tierra, por el que pasaron los ejércitos independentistas.

Sinsacate es una de las más importantes Postas del Camino Real del norte cordobés.
La construcción de muros de piedra asentados en adobe es preciosa, con una imponente galería de 17 columnas de ladrillo y techo de algarrobo, caña y tejas.
Al costado de la galería, una escalera conduce al lugar desde donde los maestros de posta advertían la llegada de los visitantes por la intensidad del polvo que levantaban las carretas y los caballos. Ese indicio permitía tener el alojamiento preparado, el guiso, el pan, el agua caliente para el mate y el mote (maíz blanco hervido y escurrido).
"Horrible atentado" titulaba un periódico de 1835 al anunciar la muerte de Quiroga....Gentileza Posta de Sinsacate
El edificio tiene varias habitaciones y un parque arbolado de flora autóctona de una hectárea y media donde hay restos arqueológicos que podrían haber sido corrales de piedra o viviendas para los esclavos de la antigua estancia.
En el extremo norte, se levanta la capilla histórica de una nave única con espadaña de tres campanas. Tiene, además, un profundo arco cobijo de ocho varas de algarrobo. Allí fueron velados los restos del caudillo riojano Facundo Quiroga, asesinado el 16 de febrero de 1835 en Barranca Yaco, distante a ocho kilómetros.
Posta de Sinsacate.
La iglesia, en buen estado de conservación, data de 1760. En su interior se exhiben algunos antiguos cuadros. Otros están en proceso de restauración, al igual que la imagen de la virgen del altar. También hay piezas únicas del siglo XVIII, como el Cristo crucificado que pisa una calavera con dos tibias.
La posta había ganado buena fama en tiempos de las guerras civiles e independentistas. Según consta en documentos históricos, los viajeros deseaban parar allí.
Un mapa de 1816, que se conserva en el museo, revela no sólo cómo eran los caminos desde Córdoba hacia el norte sino las comodidades que tenían en Sinsacate. Allí hay anotaciones curiosas.
El director del museo e historiador, Carlos Alfredo Ferreyra, destaca el testimonio de un espía inglés que dejó escrito que era “la mejor posta en todo el camino hasta Potosí”.
La iglesia de la Posta de Sinsacate.
La historia
La estancia como tal se llamaba San Pablo de Sinsacate. En el siglo XVIII pasó por dificultades económicas y llegó a estar en manos del monasterio de Santa Catalina de Siena, y del convento de San Francisco. Siguió luego un largo pleito judicial donde pretendió ser parte la Compañía de Jesús; aunque sin conseguirlo. Sin embargo, es común leer que fue parte de la estancia jesuítica de Jesús María. Según esa versión, los jesuitas habrían construido la capilla antes de que fuera posta. En 1762, la estancia fue adquirida por Juan Jacinto de Figueroa, por lo que perteneció durante varias generaciones a su familia. De hecho, cuando Quiroga fue asesinado, quien fue a buscar su cuerpo a Barranca Yaco fue el Maestro de Posta, Pedro Luis Figueroa. En efecto, hacia 1768, el sitio se había convertido en posta tras la creación del Camino Real, por orden del rey de España Carlos III.
Facundo Quiroga encontró la muerte en Barranca Yaco
El camino era un sistema de postas y correos que unían el virreinato del Río de la Plata con el del Alto Perú y por el que pasaban los ejércitos y las mercancías. Las postas daban alojamiento, comida y asistencia a los viajeros.
Ferreyra recuerda que estos establecimientos tenían que cumplir ciertos requisitos como tener 50 caballos, habitaciones, dar de comer, tener un maestro de postas que supiera leer y escribir y conociera las operaciones matemáticas; y tenían que ofrecer postillones, niños que llevaban y traían los caballos de posta en posta.
Carlos Alfredo Ferreyra, director del museo
“Esta posta tenía varias particularidades. Una es la capilla, un servicio espiritual que en la época era valorado. En segundo lugar, la calidad de la construcción hacía que los viajeros pararan regularmente en esta, más que en otras”, apunta Ferreyra. Tenía herrería y talabartería. Allí se podía cambiar la caballada, reparar los carruajes, los correajes y sogas.
Un viaje al pasado
El museo es un viaje al pasado; con un recorrido simple y un guión doble en sus salas de exposición. Por un lado, cuenta la historia de la Independencia y de las guerras civiles ya que los ejércitos se hospedaban allí. Durmieron San Martín, Belgrano, Güemes, Lavalle, Remedios del Valle y el General Paz, entre otros. Por otro, exhibe una interesante exposición sobre la “Caminería histórica”, lo que permite saber cómo se viajaba y cómo eran los caminos.
El 16 de febrero de 1835, en este recodo del antiguo Camino Real cae asesinado junto a su comitiva el Brigadier General Juan Facundo Quiroga. Iba acompañado por su secretario José Santos Ortiz, el correo José María Lueges y un puñado de leales gauchos.
En una de sus paredes se exhibe una curiosidad que permite conocer cómo era la estancia en el siglo XVII antes de convertirse en posta: el inventario.
Según consta en ese documento, era extraordinaria. Tenía perchel para secar el trigo, bodega con su lagar para pisar la uva, dos alambiques para destilar y ocho bordalesas. “Si la estancia era tan buena, la posta –que recibía dinero de los viajantes– claro que era buena”, apunta Ferreyra.
En la sala que antiguamente se utilizaba como comedor puede apreciarse la bella imagen de la Virgen del Carmen que donó el Museo de Luján en la década de 1940 y que originalmente pertenecía a Dolores Fernández, la esposa de Facundo Quiroga, cuyos restos fueron velados en la capilla, que hoy se utiliza para charlas y eventos culturales.
El museo de la Posta de Sinsacate dedica una importante sección a la "caminería". Exhiben un "break" que perteneció a la familia de Juan Manuel de Rosas. Estaba en la estancia El Pino (actual zona de La Matanza). En sus ejes se lee el nombre del Restaurado y la frase "Victoria- Buenos Aires -1858".
Posta de Sinsacate. Camino Real s/n, Sinsacate. T: (3525) 40-2240. La entrada es gratuita. Abierto de martes a domingos y feriados, de 10 a 18. Hay una tienda de recuerdos.

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