domingo, 15 de septiembre de 2024

VIDA DIGITAL






Cómo traducir un PDF de 160 páginas sin pagar nada
El teléfono ofrece muchas funciones sin cargo que después, en la computadora, necesitamos pagar. Pero con un poco de tiempo y conocimiento se pueden encontrar atajos lícitos
Quería al pasar del inglés al español un documento sin perder su diseño y formato y sin poner la tarjeta de crédito; en ese proceso descubrí una herramienta super útil y gratis creada por un ingeniero alemán
Ariel Torres
Hace unos días, un querido amigo me preguntó cómo era posible que su teléfono le hubiera traducido un documento en PDF de 168 páginas del inglés al español de forma casi instantánea, mientras que en su notebook esa opción no aparecía por ningún lado.
Traducir hoy en una computadora conectada con Internet es gratis, si son unas pocas carillas. Si queremos traducir mucho texto, hay que pagar. ¿Y por qué no cuesta nada con el teléfono? Porque los smartphones recolectan datos sobre nosotros que las compañías monetizan. Por lo tanto, no solo ofrecen sin cargo servicios que de otro modo tendrían un costo, sino que al ofrecerlos nos mantienen más tiempo usando el teléfono. Negocio redondo. Como las computadoras son mucho más discretas, para ciertas cosas hay que poner la tarjeta de crédito.
Ahora bien, en tecnología hay otras dos formas de sustituir el dinero, además de concediendo datos personales. Una es invertir tiempo. La otra es disponer de una moneda llamada conocimiento. Cualquiera que use Linux sabe que es definitivamente más hermético que Windows o Mac. Pero es gratis.
No precisamente el monitor de sistema al que estás acostumbrado; htop en una Raspberry Pi que funciona como server de música
OK, sabía que tiempo no tenía. En este oficio, las soluciones vienen con un temporizador. O resolvés en media hora. O no sirve. Me quedaba una sola carta. No había tenido que traducir tanto texto en PDF nunca antes, así que era un desafío más que interesante. Me puse a investigar.

La primera parada fue en Google Translate, claro. Pero, previsiblemente, el servicio impone un límite en el tamaño de los archivos (supuestamente, 10 MB; pronto me iba a enterar de que ese valor es un poco engañoso). El que necesitaba traducir era de más de 17 MB.
Por su parte, la versión gratis de ChatGPT no fue de mucha ayuda. Se tomó a bien esto de traducir 168 páginas, por aquello de que su modelo conversacional se basa en la humildad, pero enseguida empezó a advertirme, casi con un poquito de histeria, que el texto era demasiado largo. Lo traducía por partes, sin dejar de ofrecerme constantemente resúmenes, sumarios y sinopsis. Cuando se los rechazaba, me preguntaba varias veces si realmente quería seguir traduciendo. A ese ritmo, iba a terminar para la Navidad. De 2025.
Existía otro modo, los Docs de Google. Para eso, primero subís el PDF a Drive, lo abrís desde ahí con Docs y, efectivamente, lo traduce, si se lo pedís. Pero rompe todo el formato. Y la idea era disponer del PDF exactamente como me había llegado –con el diseño, las imágenes y las ilustraciones originales–, pero en español.
Perdidos entre las numerosas ofertas de traductores comerciales online (incluido el Acrobat de Adobe, que también hay que pagar), encontré varios foros de discusión donde los usuarios proponían soluciones teóricamente sin cargo. Pero algunas requerían compilar e instalar código fuente, algo para lo que en ese momento no tenía tiempo. Otras terminaban pidiendo la tarjeta de crédito; traducir 168 páginas costaba casi 150 dólares, por ejemplo.
No es que me incomode pagar, pero, por un lado, me irritaba la idea de que la solución estuviera a un paso (Google Translate) y no poder usarla, y, por otro, me había empecinado en demostrar que con un poco de conocimiento técnico uno siempre encuentra un atajo lícito.
Por otro lado, cuando una búsqueda ofrece tantos resultados, quiere decir que esa función es muy demandada. Y cuando es así, las trampas abundan. Tampoco tenía tiempo de pisar una mina antipersonal en ese momento.
Divide y reinarás
La respuesta pronto se hizo evidente. Tenía que dividir el PDF de 17 MB en varios archivos, dárselos a Translate y finalmente volver a unir esos fragmentos. Así que ahora el problema se había trasladado de traducir a segmentar. Y tampoco es que abunden los programas para dividir PDF de forma sencilla y sin cargo.
Entra en escena PDF24, un impresionante conjunto de herramientas para operar sobre PDF creado por el ingeniero en sistemas alemán Stefan Ziegler. No conocía la plataforma y la promesa parecía demasiado buena para ser cierta, así que usé Virus Total para chequear si no escondía algo malicioso. La plataforma de seguridad no detectó nada, de modo que hice la prueba de dividir (Split) el PDF original en dos (un archivo de 10 y otro de 7 MB). Lo hizo de una forma impecable y casi instantánea (en rigor, es algo muy simple, y en Linux hay varias herramientas para la terminal que hacen esto, pero estaba apurado y en una máquina con Windows).
Las herramientas que ofrece PDF24; a cambio, solo muestra avisos; también se puede descargar la aplicación para Windows
Le di el archivo de 10 MB a Translate, que primero se colgó, después me dijo varias veces que el traductor no estaba disponible en ese momento, y finalmente caí en la cuenta de que el límite de 10 MB era algo impreciso y que todos esos errores eran en realidad espurios. La solución casi seguro estaba en darle archivos más pequeños. Volví a usar PDF24, pero esta vez dividí el archivo en nueve partes. Ahí Translate los aceptó, y cuando tuve los fragmentos traducidos y chequeados (de nuevo, impecable), usé la función unir (Merge) de PDF24 para obtener el documento original, ahora en español y en PDF. Todo el proceso me llevó menos tiempo que el que habría necesitado para completar los campos para pagar con la tarjeta de crédito. Quod erat demonstrandum.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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