sábado, 16 de noviembre de 2024

EL ESCENARIO Y MARCELO COLOMBO


Un juego solo para dos
Claudio Jacquelin
Cristina Kirchner y Javier Milei
Pocas cosas estaban más anunciadas que la confirmación de la condena por corrupción contra Cristina Kirchner. Sin embargo, debía concretarse para que se activara una nueva dinámica en el panorama político, que no será inocua, ni dejará la escena como estaba 24 horas antes.
Acaba de suceder y confirma que ninguna previsión alcanza para dimensionar el impacto y el efecto de un hecho hasta que no ocurre. Así Gabriel García Márquez construyó una de las novelas cuyo título se ha convertido en el lugar común más transitado por el periodismo.
La primera evidencia que se verifica ahora es que la expresidenta condenada vuelve a ser la protagonista excluyente, a título individual, de todo lo que está más allá de la fuerza de atracción del oficialismo y vuelve a obturar a otros emergentes. Y lo es tanto por lo que ha construido, representó y sigue representando para sus fieles y sus adversarios, como por lo que el oficialismo ha hecho y hace para que eso siga ocurriendo.
Dos escenas conforman el díptico que refleja esa realidad. Por un lado, Cristina Kirchner se muestra en plena vigencia política: refuerza las recorridas por barrios populares del conurbano bonaerense, aparece (tras la lectura del fallo en su contra) para escenificar un apoyo de sus fieles (aunque no fuera, precisamente, una pueblada), se apresta a asumir al frente del PJ y está a punto de empezar visitas al interior del país para construir la imagen de que su liderazgo es nacional y no solo bonaerense. Como lo es, en realidad. Nada que ya no estuviera ensayado para cuando este momento llegara.
Del otro lado, aparece el Gobierno dispuesto a sostener la centralidad cristinista y refuerza su victimización. No le bastó a Javier Milei con aplaudir el fallo y tratar de apropiarse de una parte de esa decisión, al afirmar que fue posible porque su Gobierno no se entromete en la Justicia. Como si Cristina Kirchner no hubiera sido juzgada en primera instancia aún antes de que él fuera el candidato presidencial favorito.
El Gobierno decidió ir por más con la efectista decisión de disponer el quite de la jubilación y la pensión de privilegio que cobra la expresidenta. Aún a sabiendas de la incierta aplicabilidad de esa medida y de que lo más probable termine en una judicialización con resultado dudoso, pero consciente del rechazo que esos beneficios provocan en la mayoría de la sociedad.
Aquí aparece una de las preguntas más relevantes para tratar de descifrar cuál es el juego que han decidido jugar y están jugando Milei y su gurú Santiago Caputo con Cristina Kirchner: ¿es uno de los últimos clavos al ataúd kirchnerista, como dijo el Presidente que se proponía hacer, o es un aporte a la victimización para sostenerla (en su retroceso) como la principal rival política?
Tal vez, la interpretación de un excristinista que hoy está cerca de Axel Kicillof no esté errada: “Milei reinstala que Cristina no solo fue corrupta, sino que le sigue robando al Estado con su jubilación de privilegio. Así, refuerza el apoyo a él de los antikirchneristas (furiosos y dudosos). Pero, al mismo tiempo, frena una renovación, al cristalizar el respaldo a ella, ya que ningún peronista puede decir que no es otro gesto de crueldad y persecución política y personal”. Un canto al statu quo.
En el macrismo y el radicalismo dicen algo similar, aunque desde otra perspectiva: “El Gobierno le hace el juego a Cristina para quedar ellos solos. O estamos con ellos o somos cristinistas”. En la misma línea, un peronista no kirchnerista sostiene: “Es una forma de polarizar con alguien debilitado y, al mismo tiempo, impedir que se forme una coalición antimileísta. Mientras Cristina esté en pie es impensable construir un cinturón republicano”.
No parece estar equivocado: la supervivencia de un kirchnerismo debilitado y la fragmentación del resto de los no mileístas es el objetivo de máxima del oficialismo. En la fragilidad ajena está su fortaleza. A todo admirador de la Roma imperial, como se dice Caputo el joven, le fascina la máxima “divide et impera”.
El razonamiento se completa con la especulación de que “el mileísmo busca forzar una candidatura de la expresidenta, pero más debilitada, con la premisa de que si es derrotada por el oficialismo en la provincia de Buenos Aires se termina el kirchnerismo, se parte el peronismo y él se queda con todo”. Paso a paso. Esa es la estrategia que desde el peronismo y algunos observadores imparciales interpretan que está en marcha.
Se trataría del proceso inverso al vivido en 2019. Sería el último capítulo de la sobrevida que el fracaso de la gestión económica de Mauricio Macri le dio al kirchnerismo para terminar ahora arrollándolo.
“Hay que mantenerlo con respiración asistida. No le quitamos el respirador, pero tampoco lo ponemos en proceso de rehabilitación para que siga su curso inexorable” es el razonamiento que guía la estrategia oficialista. No se le puede negar un grado de sofisticación mayor en la construcción que la mostrada en sus inicios, así como tampoco se puede decir que no siga el patrón de audacia y toma de riesgos que ha caracterizado a la construcción libertaria.
Cuando se indaga en el seno del no cristinista se advierten las consecuencias que tienen tanto la condena como la quita de la jubilación. Las dos novedades han generado un efecto movilizador y aglutinador para los kirchneristas (cristinistas o no). Y un efecto paralizante para los que habían empezado a ilusionarse con el poscristinismo y, sobre todo, con ponerle coto al camporismo, como se había proyectado con la presentación de la fallida lista opositora para presidir el PJ.
“No es momento de sacar los pies del plato. Hay que estar ahí, aunque sea con cierta distancia, como hizo Axel [Kicillof] que expresó su solidaridad con ella y rechazó la condena, pero no fue al [Instituto] Patria para ponerse a su lado”, dice una fuente cercana al bonaerense.
El gobernador radical-kirchnerista de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que ha hecho de su ambivalencia, capaz de pendular entre el fanatismo y la traición, vivirá pasado mañana en carne propia esta nueva realidad y tratará de sacarle provecho (como es habitual). Después de algunos gestos antiverticalistas expresados por sus legisladores nacionales en el Congreso, recibirá con honores a la flamante condenada.
En medio de todas estas novedades, asoma el probable tratamiento del proyecto de la ley de “ficha limpia”, que para muchos tiene el nomnal,
El Gobierno celebra la condena y ayuda a la victimización cristinista
Milei y Cristina protagonizan un juego de tóxica funcionalidad
La candidatura de Lijo a la Corte cobra vigor en el nuevo escenario político
bre de la expresidenta, y cuyo propósito es impedir que puedan presentarse como candidatos a cargos electivos quienes tengan una condena confirmada en segunda instancia, aún sin sentencia definitiva.
La discusión jurídica acerca de si puede ser retroactiva o no para aplicársela a Cristina, que desde anteayer ya reúne esa condición limitante, podría resultar ociosa. Los principales impulsores de la iniciativa dan casi por hecho que si bien sería aprobada por Diputados no tendría los votos en el Senado.
De todas maneras, aunque todo parece indicar que una postulación de la expresidenta el año próximo es inevitable, nadie se anima a pronosticarla sin alguna prevención.
“Cristina es una gran generadora de certezas para producir nuevas incertidumbres. Por eso, es muy probable que mientras todos pensamos que es imposible que no se presente, ella decida hacer lo contrario. En ese caso, va imponer a La Cámpora, que es lo que quiere para que en 2027 puedan tener un candidato a Presidente instalado. Y ese sería hoy Wado [De Pedro]”, dice alguien que ha pasado suficientes horas a su lado.
Eso último explicaría la distancia tomada por Kicillof, quien aspira a esa candidatura. También refuerza la mordaz opinión de sus detractores que dicen que siempre eligió mal a sus candidatos. La lista, que empieza con Boudou y termina con Alberto Fernández, es larga.
De todas maneras, se sabe que miramucholasencuestasquemidensu imagen y su intención de voto. “Ella se lanzó a caminar y a preparar la toma del PJ fue después de comprobar que nadie medía más que ella, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde, según sus números, tiene casi 38% de intención de voto”, dice una fuente kirchnerista.
En esta funcionalidad tóxica que Milei y Cristina Kirchner comparten y los enfrenta también hay resquicio para transitar por un camino de conveniencias mutuas que conduce a la Corte, donde seguramente terminará la condena para ser revisada.
La actual composición del tribuperonismo a cuya mayoría el kirchnerismo le inició un juicio político, no es un horizonte, precisamente, confortable para Cristina Kirchner. Por eso, en el Gobierno se ilusionan con reanudar, desde un lugar más ventajoso, las negociaciones interrumpidas entre De Pedro y el gurú Caputo para lograr los votos en el Senado que permitan designar allí al polémico juez Ariel Lijo y al catedrático conservador Manuel García-Mansilla, resistido por el kirchnerismo.
“Nosotros seguimos hablando con otros sectores del peronismo, después de que se congeló el diálogo con el kirchnerismo. Estamos corriendo para obtener los votos sin los kirchneristas puros antes del receso del Congreso. Si no, evaluaremos opciones”, dice uno de los hombres que mejor conoce a Caputo. Y agrega que no se imagina “que se reabra la negociación”. Pero no la descarta.
Cuando el triángulo ferretero habla de “opciones” busca dejar abierta la posibilidad (o, mejor dicho, la amenaza) de nombrar a los dos jueces en “comisión” durante el receso legislativo. A pesar del desprecio que el trío profesa por el macrismo, se proponen repetir la táctica con la que Mauricio Macri forzó en 2016 la aprobación de los pliegos de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
En el kirchnerismo ahora no parecen verlo tan mal y podrían, una vez más, allanarle el camino a Lijo y hasta tolerar a García-Mansilla si logran el compromiso de ampliar la Corte y sumar a una mujer cercana.
“Cristina y Milei tienen dos cosas en común: quieren poner a Lijo y ampliar la Corte. Hay que encontrar la diagonal que los acerque. Además, coinciden en los que consideran enemigos para sus propósitos: el macrismo y los principales medios de comunicación”, dice una fuente que habla con el núcleo duro del kirchnerismo y con el juez federal. Las cinco carillas del mensaje de Cristina Kirchner antes de la ratificación de la condena avalan la interpretación.
“Ariel está cada vez más convencido de que va a ser juez de la Corte”, dice un dirigente de trato habitual con el magistrado. Con él coinciden funcionarios del actual gobierno y algunos representantes del empresariado y el sindicalismo que frecuenta al cuestionado magistrado.
Al Gobierno no parece incomodarlo la contradicción que encontraría su flamante narrativa contra la corrupción si llegara a un acuerdo con el kirchnerismo para nombrar a Lijo en la Corte, que es la personificación de todas las castas y, para muchos, un garante de impunidades.
Los estrategas mileístas están convencidos de que operan con un escudo absolutorio que es, además de la amplia tolerancia popular, la celebración de la condena a Cristina Kirchner, así como el retiro de la jubilación y la pensión de privilegio a ella y al exvicepresidente Amado Boudou (de la que acaba de darse cuenta casi un año después de acceder al Gobierno). Del otro lado, como se sabe, la expresidenta es inmune a las contradicciones.
Mientras tanto, el Presidente y la expresidenta son las figuras excluyentes de un juego que se disputa en varios tableros. Y ahí predominan las creencias y las emociones antes que las pruebas y las razones. Los dos lo saben mejor que nadie

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


Marcelo Colombo. “Se necesita diálogo y generar puentes para mejores consensos sociales”
El nuevo presidente del Episcopado advierte que creció el clima de confrontación y también la demanda de alimentos en comedores
Texto Mariano de Vedia

Más gente para atender en los comedores y merenderos y menos donaciones para hacer frente a la demanda social. Se acercan personas de clase media baja y otras que viven solas. Los efectos del crecimiento de la pobreza se hacen sentir también en la Iglesia, pero el arzobispo de Mendoza y nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Marcelo Daniel Colombo, anima a no bajar los brazos y, en términos políticos, “buscar diálogo y consensos sociales”.
Esa es una de las misiones de la Iglesia, en momentos en que la confrontación y la violencia verbal se han instalado en la política. “Tengo la impresión de que se tensaron mucho las cuerdas y las polarizaciones han sido muy grandes. La Iglesia busca un diálogo, un entendimiento y generar puentes para mejores consensos sociales, porque como dice Francisco de ésta salimos juntos”.
Para el arzobispo, formado en Quilmes por el recordado monseñor Jorge Novak, no solo hay que dialogar, sino “desear dialogar”. Y desliza una duda sobre la real voluntad de los sectores políticos para avanzar en caminos de acuerdos. “El método de las redes sociales ha pasado a la esfera del discurso político”, lamentó.
El sucesor de monseñor Oscar Ojea al frente del Episcopado siente “perplejidad y dolor” por los casos de los expresidentes que gobernaron la Argentina y enfrentan procesos judiciales por hechos de corrupción. Y estima que es necesaria una autocrítica de las fuerzas políticas que contribuyeron a profundizar la crisis.
No pierde, en tanto, las esperanzas de una posible visita del papa Francisco al país el año próximo, aunque entiende que el calendario no es fácil.
Colombo, de 63 años, recibió a la en un paréntesis de la asamblea nacion plenaria del Episcopado que se reúne en Pilar y que concluirá hoy, a las 12, con una misa de todos los obispos en la Basílica de Luján.
–¿Cómo evalúa la situación que vive el país, con un nivel de pobreza que afecta a más de 25 millones de personas?
–La vemos con preocupación. Se incrementó la cantidad de personas que vienen a nuestros comedores y merenderos. También nos preocupa que los bienes que podemos ofrecer cada vez son más escasos, nos cuesta más conseguir donaciones porque la gente está con pocas posibilidades de dar. Incluso, la población que concurre a los comedores no es la misma. Empiezan a verse personas de clase media baja o que viven solas. Yo lo veo en Mendoza y otros obispos comparten la misma visión en sus diócesis. Algunos programas de Cáritas, incluso, recibían una ayuda estatal que ahora no llega. Ponemos toda la garra, pero hay un debilitamiento de la atención que podemos dar. Faltan recursos.
–¿Se corrigieron las desprolijidades o errores del Gobierno en la distribución de alimentos?
–Son otras proporciones de entrega de alimentos y se renuevan por ciclos. No hay el retraso que había al principio. Para que se liberaran los alimentos retenidos en los galpones fue decisiva la intervención de monseñor Oscar Ojea, que alertó a tiempo. De otra manera, las dificultades de algo que era necesario y urgente habrían sido más prolongadas en el tiempo.
–¿Qué mensaje transmite hoy la Iglesia frente a la crisis?
–Fundamentalmente, poner la atención en los sectores más pobres para que puedan revertir esta situación de necesidades extremas. Hay programas de becas o formas de ayuda social que deberán repensarse para poder ir al encuentro de estas dificultades.
–¿Hay voluntad y capacidad de diálogo en la dirigencia política para encontrar caminos que ayuden a resolver las urgencias sociales?
–Tengo la impresión de que se tensaron mucho las cuerdas y las polarizaciones han sido muy grandes. Esto generó en muchos casos la confirmación de las posturas de enfrentamiento y de sentirse siempre lejos del otro. Por eso la Iglesia busca un diálogo, un entendimiento y generar puentes para mejores consensos sociales, porque como dice Francisco de ésta salimos juntos.
–¿A qué atribuye el clima de confrontación y agresividad verbal que prevalece en la política?
–El método de las redes sociales ha pasado a la esfera del discurso político. La inmediatez, la espontaneidad y la formulación de cosas muy rotundas respecto del otro habrá que revertir porque no son aceptables. No solo hay que dialogar, sino “desear dialogar”, lo que significa reconocer que en el otro hay una posibilidad de algo bueno para ofrecer.
–¿Qué temas prioritarios están ausentes en la agenda política nacional?
–Ausentes no diría, pero siempre necesitamos, pero siempre necesitamos revisar los postulados o el modo en que se formulan. A veces demagógicamente se plantea el problema de los jubilados, pero el tema habría que afrontarlo seriamente para garantizar la estabilidad del sistema y hacerlo de modo que todos los jubilados y pensionados puedan tener un acceso digno a los bienes, medicamentos, alimentación. En educación se cuestiona el sistema, pero hay que ofrecer la mejor cantidad de herramientas educativas a los jóvenes y a los niños.
–¿Decayó el nivel educativo en las escuelas?
–Hay un decaimiento y, probablemente, en algunos sectores sociales hay menos acceso a herramientas y posibilidades. Se dio un modo de abordaje de los niños más disperso. Y a eso se suma la cuestión afligente de las apuestas y el juego clandestino, que a los chicos les ha generado, además del uso compulsivo del celular, hábito que antes eran impensables.
–¿Le preocupa a la Iglesia el avance del juego clandestino y las apuestas en los chicos?
“El método de las redes sociales ha pasado a la esfera del discurso político”
“La Justicia tiene que actuar a tiempo y no debe ser un instrumento de vendetta política”
“Nosotros queremos que Francisco venga a la Argentina y él también desea venir”
–Sí, tenemos pronunciamientos contundentes, como el de los obispos de Córdoba. Hay que tomar conciencia y buscar que algunos referentes del deporte y artistas que son presentado como modelos y prototipos sean firmes a la hora de enviar sus mensajes.
–¿Qué relación espera tener con el gobierno de Javier Milei?
–La Iglesia siempre se presenta para ofrecer un servicio a la sociedad. Nos urge hacer notar que somos constructores, junto a otros, de una sociedad más justa y más fraterna. Queremos aportar a la realidad y construir. El lugar de la crítica tiene que ver con las medidas, con las perspectivas. No agredimos a las personas, sino que nuestra intención es poner luz sobre lo que nos parece.
–¿Qué enseñanzas dejan los casos de expresidentes que enfrentan procesos en la Justicia por hechos de corrupción?
–Perplejidad por las denuncias y un dolor porque uno siempre imagina una carrera política como un camino de reconocimiento público y no en el sentido inverso de la tacha, la difamación y la realidad de tener que asumir estos juicios. La Justicia tiene que actuar a tiempo y no debe ser un instrumento de vendetta política. Que siempre garantice la convivencia social.
–¿La Iglesia espera una autocrítica de las fuerzas políticas que gobernaron en los últimos años?
–Todo el que actúa tiene que hacerlo. En algún caso he escuchado autocríticas, pero muchos de nosotros buscamos a veces la culpa en los demás. Podemos correr el riesgo de ser “medio livianitos” a la hora de juzgar nuestras acciones o no darnos cuenta de que en algunas cosas no estuvimos a la altura de las circunstancias.
–¿La grieta y la violencia verbal persisten porque es redituable en términos electorales o políticos?
–La polarización que se tomó del lenguaje de las redes, de la inmediatez y la espontaneidad terminan pasando al lenguaje político y le hacen perder eficacia. En vez de contribuir a la confrontación de ideas se reduce a una esgrima verbal, ofensiva y agraviantes.
–¿Qué desafíos enfrenta hoy la Iglesia en términos pastorales?
–Cinco obispos de la conducción del Episcopado saliente y entrante [Oscar Ojea, Carlos Azpiroz Costa, Ángel Rossi, Dante Braida y el propio Colombo] participamos del Sínodo de la Sinodalidad, junto al Papa, en Roma. Uno de los temas principales es la misión. La Iglesia existe para evangelizar. Queremos presentar al Señor y esto tiene consecuencias. No presentamos una figura idílica o una utopía. Presentamos a nuestro Dios conscientes de su encarnación, de su participación en la vida de la gente.
–¿Qué significa concretamente la sinodalidad?
–La sinodalidad no es la realización de un evento, sino un estilo eclesial, un modo de ser Iglesia, donde la discusión, la reflexión y la puesta en común de pareceres precede a la toma de decisiones y también asegura la corresponsabilidad de todos los que participan en la vida de la Iglesia. Esto tiene valor testimonial frente a la sociedad civil. En una sociedad crispada, donde todo se polariza, la Iglesia ofrece este ideal de capacidad de escucha y diálogo.
–¿Qué conclusiones arrojó esa discusión en la asamblea de obispos?
–En estos días sonó con fuerza en la asamblea episcopal el tema de las regiones. La riqueza de la Conferencia Episcopal es partir de las especificidades de las iglesias particulares y las regiones a una visión en conjunto. Una Iglesia unida para servir a la sociedad argentina.
–¿Se puede esperar una participación más activa de los laicos, de la mujer, en las estructuras de la Iglesia?
–Hay muchos espacios en el Episcopado en el que tenemos laicos, como los secretarios ejecutivos, ecónomos. Hay curias que tienen cancilleres laicos o laicas. En algunas diócesis tenemos parroquias encomendadas a sectores laicos, que con la ayuda de un sacerdote animan la vida pastoral de una comunidad. Esto requiere una conciencia en su aplicación para hacerlo eficaz y poder extenderlo en el tiempo.
–¿Vendrá Francisco a la Argentina?
–Nosotros queremos que venga y él también desea venir. El año próximo es un año jubilar, con mucha agenda, pero no perdemos las esperanzas. En un mensaje que le enviamos al Papa en esta asamblea le dijimos: “Ya sabés que queremos que vengas y estamos aquí esperándote”.
–¿Hay descontento o desencanto en parte de los fieles frente a la figura del Papa?
–No tengo una visión acabada, porque eso va y viene. Muchas veces tiene que ver con enfoques de momentos puntuales, manifestaciones determinadas o repercusiones mediáticas de lo que Francisco ha hecho o dicho. En el diálogo y el encuentro con él, la gente se desarma porque es un hombre sencillo, entusiasta y muy empático. Cuando uno está con él tiene la percepción de que toda la atención está puesta en lo que uno le expresa. Hay mucha gente que lo espera.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.