EN EL DÍA DE LA LIBERTAD DE PRENSA

EN EL DÍA DE LA LIBERTAD DE PRENSA




Hoy, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, consideramos oportuno reflexionar sobre el papel de la prensa en un país donde periodistas y medios periodísticos están siendo acosados, insultados y difamados desde la cima del poder. La Argentina celebró en diciembre último 40 años de vida democrática ininterrumpida, el período más largo de plena vigencia de las libertades públicas y privadas en casi un siglo de historia nacional. Hay razones para tamn- seguir celebrando ese acontecimiento, pero bién para recordar que la democracia se convierte en un sistema político devaluado cuando carece de la vigencia plena de la libertad de prensa. Al revés de lo que proclaman el presidente de la Nación y sus voceros oficiales y oficiosos, el periodismo nunca negó a ningún exponente del Gobierno el derecho a desmentir una información falsa, a aclarar una noticia confusa o distorsionada o a exponer sus opiniones frente a opiniones disidentes. De la misma manera, subrayamos que el jefe de Estado no tiene derecho a lanzar manifestaciones degradantes, descalificatorias e intimidantes cuando se refiere al periodismo. Resulta reiterativo dejar constancia de que ningún periodista o medio periodístico por sí solo tiene el poder comparable al del presidente de la Nación para llegar con sus expresiones en el acto a todo el país y a todos los sectores sociales. Es apropiado señalar, también, que el jefe de Estado tiene la obligación de dar cuenta de sus actos como gobernante en conferencias de prensa que no excluyan a nadie, y que sus ministros y funcionarios deben ser ecuánimes en la relación profesional con el periodismo. En la relación del poder con la prensa no debe confundirse nunca un supuesto favor con la obligación de los gobernantes de informar con imparcialidad sobre la gestión pública. Las redes sociales han significado un enorme progreso para la democratización de la información en el mundo. Desde que ellas existen la información llega más rápido a todas las personas y, al mismo tiempo, lo hacen sus distintas interpretaciones y puntos de vista. Desgraciadamente, las redes también se han convertido por igual en un vehículo de desinformación o de circulación de información espuria. Las fake news (la noticia falsa y el infundio) han llegado para quedarse en un mundo habitado mayoritariamente por personas hiperconectadas. Siempre hubo noticias falsas en la historia de la humanidad, pero nunca en la proporción devastadora de estos tiempos a raíz del uso de los nuevos de comunicación. Ese fenómeno de por sí grave amplía y profundiza sus consecuencias negativas cuando es el Gobierno el que recurre a personas rentadas para agraviar y calumniar a sus críticos en las redes sociales. Tal perversión en la utilización del progreso tecnológico sucedió en el país en anteriores períodos presidenciales del siglo veintiuno y también está sucediendo ahora. El 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa fue establecido en 1993 por las Naciones Unidas, la más alta institución internacional de la diplomacia y de la defensa de las personas. Mucho antes, en 1948, las mismas Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 19 dice textualmente: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Esta declaración tiene jerarquía constitucional en la Argentina porque su texto fue incorporado a la Constitución en 1994. La Constitución argentina y la doctrina judicial ya protegían ampliamente la libertad de expresión amparada por los artículos 14 y 32. El Gobierno argentino debe cumplir, por lo tanto, con el mandato de la Constitución y los principios que sirven de base a una república democrática. A su vez, una Justicia confiable y ejemplar para la sociedad, e integrada por jueces probadamente honorables, es el reaseguro de la existencia de una prensa libre en el país.

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