CONFLICTO BILATERAL

Milei dijo que Bolsonaro es un “perseguido judicial”, pero evitó mencionar a Lula
Tras el discurso, en la cancillería brasileña descartaron una escalada del conflicto
Milei y Bolsonaro, ayer, al saludar en el cierre de la Conferencia de Acción Política Conservadora, en Camboriú 
El presidente Javier Milei respaldó ayer al exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro, al considerarlo una víctima de la “persecución judicial”, en su discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora, que se desarrolló en el balneario brasileño de Camboriú.
Milei evitó mencionar expresamente a Lula da Silva, en un contexto de tensión entre ambos gobiernos por los cruces presidenciales. En su discurso, en el que lanzó duras críticas al socialismo y volvió a hablar de un “autogolpe” en Bolivia, Milei afirmó que en Brasil “hay hijos de adalides del socialismo” que viven “como multimillonarios”. Sus palabras fueronseguidasconatenciónporlacancillería brasileña, que en las horas previas había advertido que podría subir el conflicto con un llamado a consultas del embajador de Brasil en Buenos Aires si había alusiones directas. Anoche, en el gobierno de Lula descartaban una escalada de la confrontación.
El presidente Javier Milei respaldó ayer a Jair Bolsonaro y lanzó una velada crítica a Lula da Silva, al pronunciar un discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CAPC), que se desarrolló en el balneario brasileño de Camboriú. Dijo que Bolsonaro sufre “persecución judicial”. No nombró expresamente al actual presidente de Brasil. Sus palabras fueron seguidas con atención por la cancillería brasileña, que en las horas previas a la aparición de Milei en la cumbre conservadora había advertido que podría llamar a consultas a su embajador en Buenos Aires si el jefe del Estado agredía a Lula.
“Si tienen alguna duda, vayan a ver cómo viven las familias de estos adalides del socialismo del siglo XXI. Vean cómo vive la familia de [Nicolás] Maduro, vean cómo viven los hijos de algunos de los de su propio país. Son todos multimillonarios que viven como si hubieran inventado Google”, sostuvo Milei en uno de los tramos más ásperos de su discurso. Fabio Luís, uno de los hijos de Lula, fue investigado en el caso de corrupción conocido como Lava Jato (que llevó a prisión a Lula, en una condena luego anulada).
De todas formas, Milei se cuidó de no mencionar expresamente al mandatario de Brasil. Su intervención se centró en criticar las consecuencias del “socialismo” y condenarlo como “un fenómeno empobrecedor y violentamente asesino”. Milei subrayó “la persecución judicial que sufre nuestro amigo Jair Bolsonaro”.
Antes del discurso, la cancillería brasileña había advertido que podría retirar al embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, si Milei volviera a ofender a Lula, a quien en reiteradas ocasiones calificó de “corrupto” y “comunista”.
No hubo reuniones entre ellos y Lula le exigió un pedido de disculpas a Milei porque dijo “muchas tonterías”.
El viaje de Milei a Brasil no incluyó un encuentro con Lula, con quien tampoco se verá en la Cumbre del Mercosur que se desarrolla en Paraguay, a la que Milei decidió no asistir y en la que está representado por la canciller Diana Mondino (ver página 9).
Presentado por el vocero presidencial, Manuel Adorni, el Presidente ingresó al auditorio en Camboriú con la canción “Panic Show”, de La Renga, a todo volumen, como suele hacer en sus actos partidarios. Cantó a los gritos pasajes del tema, que en su inicio señala: “Hola a todos, yo soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida”. En el cierre del acto, sonó la canción “Vamos por la gloria”, de La Beriso, y Milei saludó junto a Bolsonaro.
En su discurso, el Presidente reiteró que en Bolivia hubo un “autogolpe” armado por el gobierno de Luis Arce.
Además de Adorni, también estuvieron en la cumbre conservadora Karina Milei (secretaria general de la Presidencia) y Luis Petri (ministro de Defensa).
“La libertad de expresión, un valor fundamental de la democracia, se encuentra cuestionada en las principales potencias del mundo con la excusa de no herir las sensibilidades de nadie o respetar supuestos derechos de minorías ruidosas que quieren imponer su visión minoritaria al resto de la población”, dijo Milei, que en los últimos días encadenó ataques a periodistas.
Ante un auditorio afín, que abucheó cuando Milei nombró al “Foro de San Pablo [que reúne a fuerzas de la izquierda regional]”, el Presidente subrayó: “No hace falta que les cuente en detalle cómo la aplicación de esta receta del desastre funcionó en la Argentina en los últimos 100 años, en particular en los últimos 20. Hubo déficit fiscal en 113 de los últimos 123 años; nuestros políticos, irresponsablemente, aumentaron nuestra base monetaria 25.000 trillones de veces en los últimos 70 años”.
“En nombre de lo que ellos llaman justicia social, cometieron las atrocidades más injustas. Expropiaron riquezas que costó generaciones construir; inventaron mercados cautivos para empresarios amigos, violaron, una y otra vez, los derechos fundamentales de las personas”, resaltó el Presidente.
Según Milei, “es falso que la izquierda sea la ideología de los pobres y oprimidos” y “cada día queda más claro en América Latina que la izquierda es la ideología de los ricos, de los poderosos que tienen posiciones prominentes en la difusión cultural, todos entongados con el poder, obviamente”.
“Cada día queda más claro que la pobreza es instrumento para quienes predican el socialismo. Su praxis operativa consiste en tener al pobre como cliente de su sistema, porque el día en que el pobre se independiza, progresa y sale de la pobreza, el socialismo pierde un cliente”, argumentó Milei.
“La Argentina atraviesa un momento excepcional en su historia. La sociedad rechaza por primera vez el modelo estatista, que se agotó después de acumular montañas de miseria. Le está diciendo basta al socialismo del siglo XXI”, subrayó.
La cumbre derechista
La agencia Reuters informó que, tras el discurso de Milei la multitud presente aclamó a Bolsonaro, pidiendo que volviera al poder. Acusado de ataques contra la democracia, el expresidente brasileño está inhabilitado para competir por cargos hasta 2030 y es investigado por otros presuntos delitos.
La CPAC Brasil tiene como objetivo apoyar a los candidatos del partido de Bolsonaro en las elecciones municipales de este año y proyectar su influencia para las presidenciales de 2026.
El excandidato presidencial chileno José Antonio Kast intervino en el encuentro, al igual que el exministro boliviano Branko Marinkovic, que fue presentado como un posible candidato a las elecciones presidenciales en Bolivia.
Milei llegó el sábado por la noche a Camboriú y se hospedó en el mismo hotel en el que se alojaron Bolsonaro y los gobernadores de San Pablo y Santa Catarina, Tarcísio de Freiras y Jorginho Mello.
Antes de ofrecer su discurso en la cumbre conservadora, Milei recibió una medalla de parte de Bolsonaro. El obsequio tiene inscripta la leyenda “Clube Bolsonaro. Imbrochável, imorrível e incomível” (una frase que Bolsonaro utiliza para referirse a su propia sexualidad). Se trata de un obsequio que el expresidente brasileño suele otorgar a sus aliados, según consignó el diario brasileño O’Globo.
En el hotel, además de verse con Bolsonaro y los gobernadores de San Pablo y Santa Catarina, Milei mantuvo un encuentro con empresarios del que también participó Eduardo Bolsonaro (diputado, hijo del expresidente).
La seguridad de Milei estuvo a cargo de la policía de Santa Catarina, indicó O’Globo; no fue movilizada la cancillería brasileña.

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La cancillería brasileña reaccionó con alivio y descartó una escalada
Más allá de la tensión, aseguraron que “podría haber sido peor” si mencionaba a Da Silva

Marcelo Silva de Sousa
BRASILIA.– Después de una semana de tensión, el domingo trajo alivio para la relación entre Brasil y la Argentina. Javier Milei esquivó una escalada en la crisis entre los gobiernos de ambos países al evitar ataques directos contra el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su discurso en Santa Catarina, un escenario que hubiera agudizado el deterioro de la relación, según evaluaron fuentes del gobierno de Brasil consultadas
“El escenario podría haber sido peor, no hay dudas”, se sinceró una alta fuente del Palacio de Itamaraty, sede de las relaciones exteriores brasileñas, ante la consulta por la participación del Presidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
En el sur de Brasil, adonde llegó el sábado invitado por la familia Bolsonaro, Milei lanzó críticas contra el socialismo y aseguró que su aliado el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) es un “perseguido” de la Justicia brasileña.
“(Milei) No habló de la relación bilateral ni se refirió al presidente (Lula). No hay nada que responder”, dijo la misma fuente brasileña, descartando la necesidad de una reacción oficial a la participación en la CPAC.
La diplomacia brasileña había prometido reaccionar con firmeza a un eventual discurso agresivo del Presidente, incluso con el llamado a consultas del embajador de Brasil en Buenos Aires, Julio Bitelli.
Milei evitó ayer lo que más se temía: referencias directas a Brasil y ataques a Lula.
La mención más nítida fue justamente para defender a su “amigo” y anfitrión en la cumbre conservadora, a quien presentó como una supuesta víctima del aparato judicial. Milei, que entró al escenario de la CPAC como una estrella de rock y abrazó efusivamente a Bolsonaro, se contuvo en un momento clave.
La platea, preparada para escuchar su prédica contra el socialismo y los “males” de gobiernos de izquierda, comenzó a corear “Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”. El Presidente, invitado tácitamente a sumarse a la arenga, no despegó la vista de su atril mientras acomodaba las hojas con su discurso. Posiblemente, su alternativa para evitar mostrar su complicidad.
Mientras Milei se pega a Bolsonaro como su principal socio en una suerte de liga regional de la ultraderecha que se congregó en Santa Catarina, el expresidente brasileño, inhabilitado políticamente hasta 2030 por haber proferido ataques al sistema electoral durante una reunión con embajadores en 2022, se encuentra cada vez más cercado por la Justicia brasileña. Algunos de sus aliados de primera hora, incluso, consideran la cárcel su destino inevitable.
La policía pidió el jueves que Bolsonaro fuera acusado en una investigación por apropiación ilegal de joyas millonarias recibidas de gobiernos de Medio Oriente durante su administración, regalos de Estado que en parte fueron vendidos en Estados Unidos como si se tratase de ítems personales.
El expresidente de Brasil enfrenta también una investigación policial por haber adulterado certificados de vacunación contra el coronavirus para ingresar a Estados Unidos en diciembre de 2022. Y la investigación más sensible tiene que ver con el ataque a las sedes de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023, episodio por el que el expresidente está siendo investigado como autor intelectual, con pruebas que lo comprometen como parte de una trama para incentivar a militares a subvertir el orden.
En el último caso, la policía está cerca de concluir la investigación y se encamina a pedir ante la procuraduría general de la República la imputación de Bolsonaro como autor intelectual de un intento de golpe de Estado, proceso a ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal brasileño y capaz de llevarlo a la cárcel en un plazo no muy lejano.
“El discurso ni llegó a ser tibio y preservó a Lula”, destacó otra fuente del gobierno brasileño, ponderando la ausencia de un tono belicoso hacia el palacio presidencial del Planalto.
Lo peor se evitó. Pero la visita de Milei al sur brasileño en la víspera de una nueva cumbre del Mercosur en Asunción, donde fue representado por la canciller Diana Mondino, deja sin embargo heridas y suma malestar para la relación con Brasil, su principal socio regional. “El hecho de haber ido a Santa Catarina y no a la cumbre del Mercosur es lamentable”, admitió con fastidio un diplomático brasileño

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