jueves, 4 de julio de 2024

EL ESCENARIO Y CRÍTICA


Las razones por las que vuela el dólar
José Luis Brea



Amedida que pasa el tiempo y se demoran definiciones importantes de política económica, el apremio de los mercados por obtener precisiones crece y esa presión irá en aumento, no en disminución. Por eso la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal no tuvo el efecto balsámico que el Gobierno imaginaba. Lo sucedido en los dos primeros días de la semana con el dólar y los activos argentinos no podría ser más ilustrativo. Los mercados pueden hacer que los tiempos se aceleren drásticamente y entren en una dinámica imprevisible.
El cimbronazo llegó cuando el presidente Javier Milei acababa de salir de una batalla e intensificaba otras. Conforme aumentaba la posibilidad de que la Ley Bases pasara el filtro del Congreso, fue moderando el tono de sus habituales reproches a senadores y diputados. Con el objetivo muy cerca, empezó a reorientar sus diatribas hacia la prensa y los economistas. Los periodistas en particular han sido últimamente el blanco predilecto del Presidente, a los que tilda de “delincuentes” y “ensobrados” frecuentemente.
La tentación de echarle la culpa al mensajero no es nueva. Atraviesa todas las épocas y gobiernos, aunque, en definitiva, los medios no hacen más que reflejar las dudas y diagnósticos del mercado, los economistas, los empresarios y el Fondo Monetario Internacional. Eso que habitualmente se llama el “círculo rojo”.
Una curiosidad: los comentarios críticos en el exterior no irritan tanto como los de la prensa argentina, aunque hagan análisis parecidos. The Economist instó a Milei a definir qué hará con el Banco Central y el peso. “En la campaña prometía dolarizar la economía; ahora él y su equipo hablan de una competencia de monedas en la que el peso coexistiría con otras divisas. Esta incertidumbre tiene un costo. Los inversores no quieren hundir dinero en un país donde el sistema monetario y cambiario está en el aire”, advirtió el semanario inglés que mejor refleja el pensamiento del establishment internacional.
Lo que los mercados le vienen pidiendo al Gobierno es que diseñe una hoja de ruta para salir del cepo, que defina claramente qué régimen monetario y cambiario tendrá, y advierten sobre el atraso del dólar y la creciente dificultad para sumar reservas. Hasta ahora los funcionarios se habían limitado mayormente a pedir un voto de confianza, porque “saben lo que hay que hacer”, antes que a dar detalles.
El cierre de junio con el dólar en alza, saldo por compras de reservas en rojo y el anuncio de cambios en la política monetaria obligaron a abandonar el modo troll y volver a la comunicación cara a cara con el periodismo profesional para intentar transmitir tranquilidad.
El ministro Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, tuvieron que dejar la red social X de lado y dar una conferencia de prensa para bajar “ansiedades”, según la definición oficial. En la Argentina, una suba del dólar, por nominal o razonable que sea, nunca deja de ser noticia. Es un indicador económico clave en lo político. Dólar controlado y baja inflación son los pilares de la popularidad del Gobierno. No en vano, Milei apretó el acelerador para mostrar resultados rápidamente, cuando antes de llegar al poder decía que bajar la inflación llevaría un año y medio.
Pero no es todo. Los funcionarios ratificaron que seguirá la tablita de devaluaciones del 2% mensual (el crawling peg) y el dólar blend para exportadores, al tiempo que fueron imprecisos sobre la salida del cepo, la rebaja del impuesto PAIS y el nuevo acuerdo con el Fondo. El mercado esperaba otra cosa, tal como quedó a la vista. La ausencia de detalles resultó contraproducente y la calma financiera de la que el Gobierno disfrutaba hasta acá parece haber quedado atrás.
“Puede haber volatilidad, pero no va a haber crisis”, apostó Caputo. Para colmo, el real se viene devaluando y pone más dudas sobre la competitividad local.
“Es una ansiedad [la del círculo rojo] basada; no es psicológica. Hay negocios que dependen del cepo. Es uno de los temas que más incomodan la actividad económica, porque las empresas tienen que generar dividendos, girar divisas al exterior, y atrás viene la posibilidad de hacer negocios. La ansiedad va a ir creciendo”, pronostica el economista y asesor del Gobierno Fausto Spotorno.
Dudas con el dólar
“Con la conferencia, el Gobierno quiso explicar un poco mejor cómo imagina la salida del cepo; no será un evento, sino un proceso, y para poder hacerlo además tiene que acumular reservas y cerrar la brecha cambiaria”, agrega. Para él, es una tarea que no debería esperar a 2025 y tendría que estar resuelta en los próximos tres o cuatro meses para hacer posible la recuperación económica.
Justamente, el mercado está viendo que esa acumulación necesaria de reservas será muy dificultosa. La tenencia del BCRA está bajo un creciente estrés por la normalización de las importaciones. En julio, el grueso de las compras al exterior se empiezan a abonar completas; lo que se pagaba segmentado ahora acumula todo en un mismo mes porque se superponen las cuotas. Esto se produce, además, en un momento en el que el campo liquida menos.
“Esto se da entre junio y julio. Hay parte que va por CCL; es probable que nunca llegue al 100%. Mayo ya estabasen 75% depago; hay más compras de energía que son cash también”, admiten desde el Gobierno.
Caputo y Bausili presentaron cambios de política monetaria por los cuales pasarán deuda del Central al Tesoro, para, sin aumentar el pasivo de la entidad, poder subir la tasa de interés por encima de la inflación. Era otro reclamo de los mercados y del FMI. Milei había hablado horas antes de un nuevo régimen monetario y cambiario, manteniendo la ambigüedad.
“Una vez que alcancemos un 1% de inflación, una de dos: o vamos por una situación de tipo de cambio fijo o vas a una situación de tipo de cambio flexible. Si consideramos que la economía no está muy monetizada, podemos ir a tipo de cambio fijo para monetizar la, o sea, solo estás emitiendo contra demanda de dinero, o alternativamente dejás el tipo de cambio libre. Hay que ver en qué condiciones monetarias llegamos”, explicó.
El Presidente parece seguir apegado a la idea de la dolarización endógena, pese a que el staff del Fondo hizo pública su preferencia por la competencia de monedas al estilo de Perú o Uruguay, en la que la gente elige libremente con qué moneda operar. Esta y otras disidencias que están surgiendo en el marco de la negociación por un nuevo acuerdo, como la vigencia del dólar blend para exportadores, llevaron a Milei a identificar al chileno Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, como otro de sus enemigos.
“La ampliación de la brecha cambiaria [a más del 50%] ha puesto sobre el tapete el mecanismo del blend, por el cual se destina el 20% de las exportaciones a alimentar la oferta de divisas en el mercado libre de cambios [CCL]. Hay un conflicto de objetivos, ya que esa porción de los ingresos por ventas al exterior está restando oferta de divisas en el mercado oficial. Casi US$7600 millones se habrían canalizado por el mercado libre, equivalentes al 73% del superávit comercial del período, estimado en US$10.500 millones. Esto explica el tenor de la pulseada entre el Gobierno y el staff del FMI”, grafica Jorge Vasconcelos, del Ieral de la Fundación Mediterránea.
¿Es posible replicar el modelo peruano o uruguayo en el país? El tema se abordó la semana pasada en la presentación del nuevo libro
Argentina dolarizada, de Emilio Ocampo, quien insistió en la necesidad de reemplazar el peso por el dólar como reaseguro contra la irresponsabilidad fiscal de la política. “Sigo creyendo que es el camino que la Argentina tiene que seguir”, dijo el economista al que inicialmente Milei le había encomendado cerrar el Banco Central y terminó renunciando.
El coautor del libro, Alfredo Romano, dijo que, aunque al bimonetarismo a la peruana se le diera un estatus legal, no estaría a salvo de que el regreso del populismo revirtiera la medida, y advirtió sobre la incertidumbre cambiaria: “Si solo se sigue discutiendo cuánto vale el dólar, cuánto debería valer o cuándo será la devaluación y de cuánto va a ser, es imposible planificar y pensar en la inversión”. Llamativamente, participaron de la presentación dos integrantes del consejo asesor presidencial: los emprendedores Alec Oxenford, cofundador de OLX y quien prologó la obra, y Eduardo Bastitta.
Inquietudes
A falta de pistas sobre el futuro del cepo, en materia de inversión el Gobierno se ilusiona con el RIGI, el régimen de incentivo a las grandes inversiones. Es una promesa de incentivos y protección de derechos adquiridos para proyectos de envergadura. De todos modos, con sus antecedentes, la Argentina siempre tendrá que demostrar sus promesas con hechos. La incesante salida del país de multinacionales que dejan sus activos en manos locales –el caso más reciente, el de Procter & Gamble y Newsan– es el mejor indicador de que la confianza no se recupera solo con un cambio de gobierno.
Lo sabe Milei, que en su paso por Alemania recibió inquietudes por la forma en que Toto Caputo difirió el pago de la deuda de Cammesa con las empresas eléctricas mediante un bono y con quita. “El canciller federal [Olaf ] Scholz abordó el tema de la seguridad jurídica para las empresas alemanas en la Argentina”, reconocieron fuentes diplomáticas. Hasta ahora el Gobierno solo pudo ensayar como defensa que redujo la mora en el pago de la deuda de los nueve meses que tenía la anterior administración a tres o cuatro.
“Hemos hablado sobre cómo estábamos avanzando en la solución de los problemas”, dijo Milei.
El tema salió también en un encuentro de compañías de ese origen en el país el jueves 27. Fue en la reunión de directorio de la AHK, la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana, en la que representantes de la embajada germana dieron detalles del viaje presidencial ante ejecutivos de firmas como Bayer, Merck, SAP, BMW, Mercedes-Benz, Siemens, Lufthansa y la energética Wintershall Dea, entre otras.
Se esperaba que el segundo semestre, o la “segunda etapa” de la gestión Milei, incorporara nuevos ejes a la discusión pública de una sociedad impaciente: inversión, crecimiento, empleo, pobreza, un escenario ya de por sí difícil como para sumar el frente financiero, que hasta ahora era el que aportaba la calma. Ni la prensa ni los economistas ni el FMI: el verdadero enemigo es el tiempo.
Lo que le piden al Gobierno es que tenga una hoja de ruta para salir del cepo
Ni la prensa ni los economistas ni el FMI: el enemigo real es el tiempo
La confianza de los inversores habrá que recuperarla con leyes y con hechos

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Un asesor económico de Milei criticó la conferencia de Caputo y Bausili
El economista Fausto Spotorno atribuyó a ese encuentro del viernes pasado la caída de los bonos locales que se vivió a partir del lunes; dijo que “el mercado esperaba algo más”
Fausto Spotorno, asesor crítico de Milei 
El asesor económico del Presidente Fausto Spotorno apuntó ayer contra el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del Banco Central, Santiago Bausili, como responsables de la negativa reacción del mercado tras su conferencia del último viernes en el marco de la activación de la “segunda etapa” del plan de estabilización del gobierno de Javier Milei.
Spotorno, director de la consultora OJF & Asociados, consideró que los funcionarios generaron expectativas con una medida que “podía haberse hecho con un comunicado” y calificó el anuncio de “muy malo”.
“El Gobierno salió con un anuncio un viernes a la noche y en el mercado esperaban algo más. Salió con un anuncio muy técnico, que no está mal, pero fue un anuncio muy técnico sobre un canje del tipo de deuda de los bancos”, dijo el economista en diálogo con Radio Rivadavia.
En esta línea, Spotorno, un economista cercano a Milei e integrante del consejo de asesores del Presidente, consideró que “se infló el anuncio y después se dijo algo muy técnico”. En tanto, remarcó que “hay una ansiedad sobre el cepo cambiario” porque “hay empresas que tienen que planificar su vida”. Sin embargo, Spotorno admitió que aún no se puede salir del cepo porque no hay suficientes reservas en el Banco Central y “todavía está el problema de la deuda”.
Respecto de la negativa reacción de los mercados a la conferencia de Caputo y Bausili, Spotorno analizó: “Lo que está pasando desde mediados de mayo es que la brecha no se está achicando y las reservas están creciendo muy poquitito o nada, entonces el mercado se empieza a poner más nervioso. Y el sector privado te dice: ‘Yo necesitaría salir del cepo’, y se empieza a hacer más dramática la tensión”.
Spotorno también se refirió a la actividad económica, que anotó una caída del 1,7% interanual en abril, según informó el Indec la semana pasada. “Los datos venían siendo menos malos desde marzo para acá. Lo que nosotros estábamos entendiendo es que había llegado un piso en marzo y desde ese momento estaba reptando en el piso. Lo que estamos viendo es que en los últimos meses del año, después de marzo, ya la economía parecía que no seguía cayendo, pero todavía no se ve recuperación”, afirmó.
Según los números de su consultora privada, la actividad económica cayó 4,4% en mayo y acumula una contracción del 6% en los primeros cinco meses de 2024.
Recuperación
No obstante, Spotorno anticipó la recuperación: “La vamos a empezar a ver en el tercer trimestre, si es que esta recesión sigue el camino más o menos de las últimas recesiones que ha tenido la Argentina. Pero, por ahora, sí se está viendo que dejó de caer la actividad económica y posiblemente haya algunos datos positivos en algunos sectores. Vemos que cada vez hay más sectores que están mostrando alguna recuperación, eso es una buena señal, pero todavía estamos en el piso de la actividad económica. No se nota todavía un rebote claro, pero sí que dejó de caer”, comentó.

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