sábado, 6 de julio de 2024

Mariquita Sánchez de Thompson... Una muestra en el Museo Histórico Saavedra...

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La muestra se puede visitar los lunes, miércoles, jueves y viernes, de 11 a 19, y los fines de semana hasta las 20. El programa de actividades en relación a la muestra está en la web del Museo, ubicado en Crisólogo Larralde 6309, y abarca visitas guiadas, talleres, encuentros de lectura y la presentación de películas y libros.
Habrá una charla sobre la generación del 37 a cargo de Nathalie Goldwaser y Fabio Wasserman; las autoras Graciela Batticuore, Maria Sáenz Quesada y Gabriela Margall presentarán sus libros sobre Mariquita, y la dramaturga Adriana Tursi junto con la actriz y directora Claudia Quiroga tratarán sobre el teatro y la historia en contextos penitenciarios en relación con el espectáculo Cartas de amor perdidas por Mariquita Sánchez de Thompson llevado años atrás a distintos complejos carcelarios.
En presencia de la directora Sabrina Farji, también se proyectará el documental Mariquita, mujer revolución, y la Asociación Victoriana Augusta brindará una charla y expondrá vestimentas sobre la moda en el período colonial.

Vida política y sentimental en las cartas de Mariquita Sánchez de Thompson
Una muestra en el Museo Histórico Saavedra recorre las principales facetas de una figura que dejó huella en la historia argentina
Cecilia Martínez
Mariquita Sánchez de Thompson
En épocas del rosismo, Mariquita Sánchez de Thompson tuvo un gesto, entre tantos, con el que lo dijo todo: en un acto social en la residencia del Restaurador, donde las mujeres vestían de rojo punzó, distintivo federal, se presentó de celeste, el color emblema unitario. Al verla, Rosas la increpó: ¿Cómo te me venis de celeste? “Para hacer juego con tus ojos, Juan Manuel”, lo desafió. Mujer adelantada a su tiempo, esta figura emblemática de la historia argentina se convierte por estos días nuevamente en el centro de atención en una exposición en el Museo Histórico Saavedra.
En homenaje a una vida multifacética, la muestra pone en valor la influencia de la retratada en la política y la lucha por la Independencia, su participación en la Sociedad de Beneficencia, sus escritos y reflexiones y su feminismo temprano. Recordada por su negativa a casarse con un hombre que no amaba, por las tertulias que se celebraban en su casa o por su correspondencia con figuras ilustres, Sánchez de Thompson (1786-1868) dejó su huella en la historia del país y supo visibilizar el papel de las mujeres en su lucha continua por la igualdad.
Su vida sentimental y sus accionares políticos se entrelazan de manera inseparable, y sus contribuciones a causas y reivindicaciones en el camino hacia la independencia o la posición de la mujer en la sociedad son testimonio de su carácter y determinación.
“Mariquita Sánchez fue una mujer letrada, ilustrada y política que intervino activamente en distintas escenas de la vida nacional: durante las jornadas de Mayo de 1810 apoyó la emancipación y ofreció su propia casa para las tertulias políticas; en los años 20 aplaudió las medidas modernizadoras de Rivadavia y lideró la primera asociación civil de mujeres en comunicación con el gobierno (la Sociedad de Beneficencia, de la que fue presidenta dos veces). Durante el rosismo, se pronunció enemiga del Restaurador y ayudó a varios amigos célebres a emigrar, antes de radicarse ella misma por varios años en Montevideo. Allí mismo escribió un Diario político para el joven E. Echeverría”, destaca la escritora e investigadora del Conicet Graciela Batticuore, autora del libro Mariquita Sánchez. Bajo el signo de la revolución.
La historiadora y académica María Sáenz Quesada, autora de Mariquita Sánchez, vida política y sentimental, asimismo resalta: “Constituirse en figura central a lo largo de 82 años significa intervenir en la política, en la educación, en la cultura y en la innovación en las costumbres sociales; a los 18 años, ya era una joven pionera que enfrentó con la ley a su propia familia por el derecho a casarse por amor con su primo Martín Jacobo Thompson, y ganó el pleito, lo cual la marcó como ejemplo de mujer moderna. En el salón de su casa porteña y en la de Montevideo, introdujo novedades científicas, artísticas y políticas y generó amistades y relaciones. También influyó en el delicado campo de la sensibilidad”.
Retrato al óleo de Maríquita Sánchez de Thompson, pintado por Johann Moritz Rugendas, de la Colección del Museo Histórico Nacional..Gentileza Museo Saavedra
Rebeldía, libertad y correspondencia
Sánchez es recordada, entre otras facetas, por su romance y posterior matrimonio con el hombre que amaba, un vínculo que desafió las normas sociales de su tiempo. Su historia de amor comenzó en su juventud enfrentando la oposición de su familia, y su deseo de libertad y de seguir su propio mandato fueron revolucionarios para una mujer de su época.
Nacida en una familia de la alta sociedad porteña bajo el nombre de María Josefa Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco y Trillo, a los 14 años ya había plantado cara a las convenciones al romper el compromiso de matrimonio arreglado por sus padres. No sin impedimentos, ello dio lugar a un juicio de disenso por el que el virrey Sobremonte terminó concediéndole la posibilidad de casarse con Thompson, sentando un precedente legal sobre el derecho de las mujeres a elegir marido. La pareja tuvo cinco hijos: Clementina, Juan, Magdalena, Florencia y Albina. Al enviudar en 1819, volvió a casarse, esta vez con el músico y diplomático francés Washington de Mendeville, con quien tuvo otros tres hijos: Julio, Carlos y Enrique, en el marco de una relación conflictiva.
Mariquita fue una ferviente partidaria de la causa independentista y su salón de tertulias se convirtió en un espacio de discusión política crucial durante las primeras décadas del siglo XIX. “Se la vincula a los símbolos patrios, el himno y la escarapela. Fue una patriota del año 10 que en la Semana de Mayo estuvo atenta a los sucesos como parte del grupo que impulsó la destitución del virrey, pero en la trastienda del hogar, no en primera fila. Respetada y reconocida por los próceres de esa primera generación argentina, el paso del tiempo le dio el lugar de musa inspiradora de la segunda generación patria, la que a partir de 1837 buscó y logró la Organización Nacional”, resalta Sáenz Quesada.
“En sus cartas y memorias, se advierte su capacidad para comprender las grandes líneas de la historia y los pequeños detalles de la vida cotidiana", dice María Sáenz Quesada sobre Mariquita Sánchez de Thompson
A lo largo de su vida, Mariquita cultivó profundas amistades con las personalidades más destacadas y su casa fue centro de reuniones. Con su habilidad para la escritura, se convirtió en una cronista de la historia e intercambió correspondencia con figuras como el Virrey Sobremonte, Manuel Belgrano, Juan Manuel de Rosas, Domingo Faustino Sarmiento, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi y sus propios hijo Juan y Florencia, su principal interlocutora y con quien compartió gran parte de sus confidencias. Las cartas no solo muestran su implicación en los eventos políticos sino también su capacidad para influir y opinar sobre los mismos.
En una misiva dirigida a Sarmiento, Mariquita expresa: “¡Qué mala partida me ha hecho el viejo amigo con ese negro informe contra esta pobre Sociedad [de Beneficencia]! (...) lo he desconocido en este informe porque en sus ideas de progreso su empeño es destruir nuestra corporación, olvidando su decreto de instalación, tan sublime, y en una tierra en que los hombres están siempre en guerra civil ¿no cree usted que las mujeres es utilísimo que cuiden de los establecimientos de caridad y educación de su sexo? Vaya, mi amigo, que ha delirado en ese informe. (...) Usted es un injusto, no se contenta con la política y los muchachos y quiere pelearse con las mujeres y no sabe usted qué malos enemigos son. No nos haga la guerra que podemos hacer mucho bien estando de acuerdo. Por mi parte no le hago caso a sus recriminaciones porque creo que es celo por la educación y por eso lo perdono y me repito. Su afecta. María S. de Mendeville”.
“En sus cartas y en sus memorias, se advierte su capacidad para comprender las grandes líneas de la historia y los pequeños detalles de la vida cotidiana; los sentimientos de los poderosos así como los de los humildes servidores domésticos; habla en ellas de la pasión, el amor, la maternidad, la familia, la vejez y la muerte, es decir, el itinerario completo de una vida de mujer, que conocemos gracias al tesoro de su correspondencia. Esta ha sido conservada por sus descendientes, los Lezica, y en otros repositorios; muchas cartas se perdieron, sobre todo las de los primeros años, cuando estaba casada con Thompson”, añade la historiadora.
Carta de Sánchez de Thompson conservada por el Archivo General de la Nación
Graciela Batticuore: “Fue una salonniére porteña que encarnó la cultura del trato”
Graciela Batticuore pone énfasis en la faceta de Mariquita como una “salonniére porteña o anfitriona de tertulias”, como así la define, y destaca de ella “que se formó a sí misma mientras creaba un público de elite que la seguía y esperaba sus opiniones con fervor”.
La investigadora señala que Sánchez de Thompson encarna lo que en su biografía denomina como “la cultura del trato: un saber hacer, un saber decir y crear el ambiente o el tono para favorecer, puertas adentro de la propia casa, opiniones que iban a formar una crítica independiente y a veces disidente del gobierno de turno”.
Como prueba de ello, las propias palabras de la protagonista en una carta dirigida a su hija Florencia Thompson desde su exilio en Montevideo en 1854: “Cada día me convenzo que la casa es la vida”.
Batticuore también pone en relieve la faceta “de una Mariquita letrada o escritora pre moderna, que no compone libros para publicar ni colabora abiertamente en periódicos pero forma parte de los círculos de influencia y escribe cartas, memorias y diarios políticos que circulan de mano en mano y se leen con avidez en las tertulias (incluso en clandestinidad, durante el exilio). Aunque ella no se concibió a sí misma como autora moderna (que publica), de hecho fue escritora a la manera de una francesa como Madame de Sevigné, por ejemplo, que se hizo célebre por las cartas a su hija y también llevó correspondencia con su hija, Florencia Lezica, con su hijo Juan Thompson y con muchos letrados conocidos. Pero todos esos escritos debieron esperar al siglo XX para verse publicados, aunque desde antes ella fuera celebrada como una memoria viva de su tiempo. Esos textos registran, a la vez, la sensibilidad femenina de otras épocas, el compromiso político y el protagonismo literario de las mujeres revolucionarias”.
Pionera del feminismo
Mariquita puede considerarse una de las pioneras del feminismo temprano en Argentina. Su lucha por los derechos de las mujeres y su participación en la vida pública sentaron las bases para futuras generaciones, y supo defender la educación y el derecho de las mujeres a participar en la política y la sociedad en igualdad de condiciones. “Si bien ella no conoció la palabra ‘feminista’ porque no correspondía a su tiempo, su vida y su obra todavía le hablan al presente y trazan continuidades con muchos activismos actuales”, resalta Batticuore.
En 1823, un año después de fundar junto a Mendeville la Sociedad Filarmónica, Sánchez se convirtió en la primera secretaria de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, una organización dedicada a la asistencia social y la caridad. Su trabajo en la institución fue fundamental para mejorar las condiciones de vida de las mujeres y los niños desfavorecidos. Su liderazgo y dedicación fueron reconocidos ampliamente, y la sociedad se convirtió en un modelo de organización benéfica.
“Su aporte a la Sociedad de Beneficencia creada por el ministro Rivadavia en 1821 fue decisivo para convocar a las socias y organizar actividades que incluían la atención del hospital de mujeres y de la Casa Cuna, y la fundación y el control de las escuelas de Niñas; Mariquita trabajó en esto durante toda su vida. Sus ideas sobre la educación de las mujeres, que discutió con Sarmiento sin amilanarse, apuntaban a rescatarlas de la ignorancia y del menosprecio. ‘Las mujeres argentinas estamos destinadas a la vida bruta’, observó ella, que siempre lamentó no haber estudiado en forma sistemática. La suya fue una cultura adquirida en los libros, como autodidacta, pero en los mejores autores; así lo atestigua su correspondencia con Juan Maria Gutiérrez, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Tomás Guido, Florencio Varela o Santiago de Estrada, a quien dedicó sus Recuerdos del Buenos Aires virreinal, obrita imprescindible para conocer la época”, concluye Sáenz Quesada.
Maríquita Sánchez de Thompson en una fotografía de un óleo de Jean–Philippe Goulu, que conserva el Museo Histórico Nacional, donde posa con los hijos que tuvo con Washington de Mendeville: Julio, Carlos y Enrique...Gentileza Museo Saavedra
La tertulia y sus objetos personales en el Museo Saavedra
Bajo el título Mariquita Sanchez de Thompson: en primera persona, la exposición en el Museo Saavedra presenta una retrospectiva de su vida destacando sus múltiples facetas y su impacto duradero en la historia argentina. A través de cartas, documentos, objetos personales, obras de arte, material audiovisual y una recreación de su salón de tertulias, los visitantes pueden explorar su legado.
Con una ambiciosa programación impulsada por el área de Extensión Cultural del Museo a cargo de Marcela Lenarduzzi y con curaduría de Rocío Relancio y Fernanda Vilar, la muestra se inauguró ayer. César Castellano, director del Saavedra, explica que la finalidad de la propuesta es abordar la figura de la homenajeada (a quien prácticamente no se dedicaron retrospectivas) a través de distintos ejes.
Una ambientación de época recreando el escenario de una tertulia abre el recorrido de la exposición con un juego de sillones de papel maché e incrustaciones de nácar que pertenecieron a Mariquita, un piano forte, un arpa laminada en oro y un brasero. “En este espacio, el de la tertulia, se da una convergencia entre lo público y lo privado”, destaca Lenarduzzi. “Entre estas paredes se intercambian las ideas y se conversaba sobre los avances y transiciones; la casa de Mariquita era de las pocas donde se realizaban estos encuentros”, agrega Vilar.
En la exposición del Museo Saavedra se recrea el ambiente de una tertulia
Un retrato del virrey Sobremonte, de quien la joven Mariquita obtuvo el permiso para casarse con Thompson, es una las pinturas que componen la muestra, y una línea de tiempo intercala los acontecimientos históricos de entonces con los momentos en la vida de la homenajeada, desde su nacimiento en 1786 hasta su muerte en 1868.
Un óleo en miniatura en un camafeo refleja de niño a Juan Manuel de Rosas, amigo de la infancia de la protagonista y a quien se opondrá más tarde políticamente. A través de las vitrinas, se pueden contemplar también las diversas publicaciones que narran la vida y obra de la homenajeada, reproducciones de sus cartas y textos de su autoría, como un ejemplar de Recuerdos del Buenos Aires virreinal. “Llama la atención la escritura como encriptada en las cartas que escribe a algunos amigos al hablar de política”, apunta Vilar.
En la sala también se proyectan imágenes de películas. “Intentamos reflejar cómo se ha abordado a esta mujer rupturista y su aporte en la conformación del estado nación desde la literatura, el cine y ámbito académico”, señala Lenarduzzi.
Un apartado recorre finalmente las distintas modas que marcaron los tiempos en la vida de Mariquita. “Se conservan algunos retratos suyos que la muestran elegante, coqueta, preocupada por agradar y pendiente de la moda, asunto al que hace referencia en sus cartas”, concluye Sáenz Quesada.

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La muestra se puede visitar los lunes, miércoles, jueves y viernes, de 11 a 19, y los fines de semana hasta las 20. El programa de actividades en relación a la muestra está en la web del Museo, ubicado en Crisólogo Larralde 6309, y abarca visitas guiadas, talleres, encuentros de lectura y la presentación de películas y libros.
Habrá una charla sobre la generación del 37 a cargo de Nathalie Goldwaser y Fabio Wasserman; las autoras Graciela Batticuore, Maria Sáenz Quesada y Gabriela Margall presentarán sus libros sobre Mariquita, y la dramaturga Adriana Tursi junto con la actriz y directora Claudia Quiroga tratarán sobre el teatro y la historia en contextos penitenciarios en relación con el espectáculo Cartas de amor perdidas por Mariquita Sánchez de Thompson llevado años atrás a distintos complejos carcelarios.
En presencia de la directora Sabrina Farji, también se proyectará el documental Mariquita, mujer revolución, y la Asociación Victoriana Augusta brindará una charla y expondrá vestimentas sobre la moda en el período colonial.

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