No tiene gusto a banana: la golosina de sabor indescriptible y varias polémicas que tuvo los mejores jingles de la década del ochenta
Su origen es un misterio, pero su sabor es inconfundible; la Bananita Dolca tiene muchos adeptos, algunos detractores y varios jingles clásicos que la recuerdan
Jessica Blady
Atrás quedaron su característica forma de medialuna y su elegante envoltorio dorado, pero su color y sabor distintivos siguen alegrando los paladares de los adultos más nostálgicos y el de las nuevas generaciones que la descubren gracias a los videos y los virales de las redes sociales. Hay que admitir que la Bananita Dolca guarda poca (y nada) semejanza –justamente, por su color y sabor– con la fruta que toma de inspiración y eso la convierte en una golosina única, cuya historia se remonta, por lo menos, hasta las décadas del sesenta y setenta, cuando sus jingles ‘caribeños’ ya inundaban las pantallas de la TV.
Hoy existen cientos de recetas e influencers online que te motivan para realizarlas de forma casera, las heladerías top tienen su propio gusto a ‘bananita’ y hasta los restaurantes más innovadores de Buenos Aires ofrecen su versión en formato de postre, pero pocos logran capturar el inconfundible sabor artificial del clásico bocadito que todavía se consigue en los quioscos… aunque ahora cueste un poco identificarlo. Su origen es un misterio y su presente está plagado de controversias, pero pocas golosinas argentinas pueden jactarse de tener una melodía propia que trascendió las fronteras del tiempo y hasta adornó una canción de Manu Chao.
Mucho más que café
Aunque Nescafé es una empresa internacional, necesitaba una receta de café más suave para satisfacer el gusto argentino. Así, en 1956, nació Dolca y su emblemático producto: el primer café torrado con azúcar caramelizada, un ingrediente distintivo que le da su nombre a la marca (dolca significa ‘dulce’ en catalán). Pero, ¿qué tiene que ver la bebida estimulante con la bananita? Poco y nada, pero para la década del setenta Dolca le apostaba a las golosinas rellenas bajo el slogan “Una dulce tentación para todas las edades”, cómo bien quedó documentado en algunos avisos publicitarios de la época.
La golosina del sabor indescriptible
Ni el ‘bocadillo’ de arroz bañado con chocolate ni el de naranja y maní o el bombón relleno bañado en chocolate blanco parecen haber sobrevivido al paso del tiempo y la competitividad de un mercado cada vez más saturado de cosas ricas para elegir en los quioscos. Aunque el mote de Dolca sí quedaría ligado, por supuesto, al café y a una golosina que explotó en los años ochenta al ritmo contagioso de “Bana bana bana ba”.
Al son del calipso
La popular bananita, creada y lanzada al mercado por Misky en los años sesenta (luego pasó a manos de Arcor y hoy es un producto de Nestlé), siempre estuvo asociada a la música, el color y los ritmos latinoamericanos. También a los estereotipos y ciertos prejuicios étnicos y raciales, representados en los pintorescos personajes animados de sus publicidades que, hasta el controvertido cambio de packaging, también adornaban los envoltorios metalizados. “La golosina de color” hoy no es una frase bien aceptada –como el icónico logo de la harina Blancaflor–, pero hizo furor en la década del ochenta cuando el pegadizo jingle de Dolca se repetía ad infinitum en los canales de aire.
“Bana bana bana ba, Bananita Dolca, su encanto es el sabor” no es un tema 100% original. Está inspirado en Day-O (o The Banana Boat Song), un mento (género musical) tradicional jamaicano popularizado por Harry Belafonte en 1956. La canción del bote de bananas es una melodía popular difundida de boca en boca, desde principios del siglo XX, por los trabajadores/cargueros (en su totalidad afrodescendientes) de los barcos de plátano de la United Fruit Company, en la isla caribeña. Un tema de protesta por las largas horas de trabajo y la paga insuficiente que también forma parte de la cultura pop gracias a una famosa escena de Beetlejuice, el súper fantasma de Tim Burton; aunque el jingle tampoco se queda atrás, ya que el cantante franco-español Manu Chao lo incluyó en una de sus producciones.
Una década después del éxito del calipso de Dolca, la bananita volvió a bailar, esta vez, al son de una adaptación del tema Festa do interior, éxito de Gal Costa también reversionado por Paloma San Basilio… y nuestra bananita, siempre acompañada por una banda de animales característicos de la selva, incluidos los monitos asociados a la golosina.
Una golosina con polémica
A los estereotipos gastados, el año pasado la bananita sumó una nueva polémica: el cambio de empaque no fue bien recibido y se convirtió en tendencia en las redes sociales. El clásico envoltorio de aluminio dorado fue reemplazado por uno amarillo mucho más genérico –e higiénico, digamos todo–, que esconde por completo la forma (un tanto deformada) del producto que, por las dudas, se apura a aclarar que por adentro es “¡La de siempre!”.
La golosina del sabor indescriptible
Pero esta ‘polémica’ palidece ante otra más trascendente y escandalosa, que se viralizó una década atrás cuando una madre preocupada denunció a la golosina –ante Defensa del Consumidor– por tener una forma “rara”, en pocas palabras, por su representación fálica. “Estimados, hoy me comuniqué con el Servicio de Atención al Consumidor (me atendió la Sra. Estela) denunciando la forma ‘rara’ que tienen las Bananitas Dolca (saquen sus propias conclusiones... ¿a qué se parece?)”, escribió la mujer del partido de San Martín en un posteo en el Facebook oficial de Nestlé, adjuntando una foto de ocho bananitas abiertas desparramadas sobre un teclado de computadora, en busca de una respuesta directa.
“¡El molde de la Bananita no era así cuando éramos chicos!”, sentenció la señora indignada, y preocupada por la interacción de sus hijos –y los hijos ajenos– con la golosina, además de condenar “la manipulación del producto por parte del distribuidor”. El posteo sumó aliados y detractores, generó un aluvión de nuevos comentarios de los consumidores (108 respuestas para ser más exactos) y más de 7100 usuarios que compartieron la denuncia original en sus muros convirtiéndola en trending topic de X (ex Twitter), donde la cuestión fue recibida con un poco más de sarcasmo y humor. No sabemos qué pasó con las quejas de la mujer de San Martín, ya que el posteo fue borrado por la compañía debido a los comentarios inapropiados, y después de darle una sincera explicación sobre el producto y su forma específica.
Sabor a ‘bananita’
Como dijimos al principio de esta nota, la bananita trascendió el producto original para convertirse en un sabor particular que otras marcas quisieron emular, no siempre con el mismo éxito. La Bananita Dolca, por su parte, incursionó en una versión helada, una versión bebible y hasta reemplazó la fruta original con “Manzanita Dolca”, “Duraznito Dolca” y “Frutillita Dolca”, golosinas que parecen haber pasado al exilio. Pero el bocadito perduró, para el placer de grandes y chicos; le hizo frente a la competencia y a las golosinas más sofisticadas que llenaron los quioscos en las últimas décadas, y sigue siendo de las pocas que ostenta una canción tan, pero tan pegadiza.
Todas las publicidades recopiladas: https://www.youtube.com/watch?v=jMSU--cUQJs
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