sábado, 29 de junio de 2024

DIVISAS Y DESDE ADENTRO




El BCRA sigue vendiendo y cerrará junio con saldo negativo
La entidad tuvo que desprenderse ayer de US$85 millones y en dos días vendió US$160 millones; crecen las dudas en el mercado
Javier Blanco
El Banco Central (BCRA) se vio obligado a volver a vender otros US$85 millones de sus reservas ayer y elevó a US$161 millones el monto que cedió en apenas dos ruedas. De esta manera, se encamina a cerrar por primera vez en la “era Milei” un mes con un saldo negativo por sus intervenciones sobre el mercado.
La entidad no pudo aprovechar el fuerte salto del 77,5% que registró en la jornada el volumen de negocios (que escaló de los US$211,5 millones de anteayer a los US$375,3 millones ayer), por el aumento que tuvo la demanda de divisas, como es usual en cada cierre de mes. “El volumen operado alcanzó una cantidad más acorde a los últimos días de mes, donde suele haber más flujo de operaciones, debido a las cancelaciones de obligaciones por parte de las empresas, y obligó al BCRA a volver a vender”, dijo el analista Nicolás Merino, de ABC Cambios. Con la nueva venta, octava del mes, el BCRA ya exhibe en junio un saldo de intervenciones negativo en US$46 millones, algo inédito tras la última y fuerte devaluación del peso dispuesta el 13 de diciembre.
Vale recordar al respecto que, si bien con demanda contenida por la vigencia del cepo y las regulaciones dispuestas en aquella fecha para escalonar la demanda importadora, que solo terminó de normalizarse hace una semana, el BCRA había llegado a comprar en el mercado más de US$3000 millones en enero y abril. El contraste de aquellas cifras con las actuales llama la atención del mercado, porque se registra en medio de la temporada alta de liquidaciones de la última cosecha gruesa.
Eso muestra que la dinámica del mercado cambió radicalmente, afectada por diversos factores, en medio de crecientes especulaciones sobre un final cantado para este es quema de mi ni de valuaciones mensual es al 2% del tipo de cambio. A esa percepción ayuda además la sostenida tendencia a la baja que exhibe el real en Brasil, con el impacto que tiene sobre las exportaciones industriales locales.
Etapa de quiebre
“La sensación que se instaló en el mercado es que este esquema entró en una etapa de quiebre. Se verá si eso estará relacionado con la aprobación final de la denominada Ley Bases y el paquete fiscal o no, pero los problemas que enfrenta el BCRA para seguir acumulando reservas, algo aún imprescindible, lo dejan en claro”, explicó el economista Fabio Rodríguez, director de M&R Asociados.
Pese a eso el BCRA sigue aferrado a su “tablita”, ya que sólo dejó subir $0,50 al dólar mayorista que cerró a $908,50/911,50 por unidad, para compra y venta, respectivamente, y mantieneasí un ritmo de actualización del 2% mensual y rezagado respecto de la inflación.
“El MULC [mercado unico y libre de cambios] muestra señales de que el esquema de acumulación de reservas con cepo comienza a lucir agotado, lo que también podría anticipar el desmantelamiento de los controles de cambios y capitales. Como mencionamos en reiterados informes, se esperaba que el BCRA comience a vender sistemáticamente en el tercer trimestre del año, cuando la estacionalidad de la oferta del agro y las importaciones comienza a jugar en contra. Que las ventas se hayan adelantado a junio no es un buen augurio de lo que puede venir”, observaron a su vez desde Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Plena cosecha
“Los datos hasta hoy dicen que vamos a cerrar el mes de junio peleando el empate en las reservas en plena liquidación de la cosecha de soja y maíz”, había hecho notar anteayer el analista financiero Juan Manuel Palacios.
“Lo que te puedo decir es que se nota que la demanda sigue muy activa y la oferta, algo contenida”, coincidió en describir anteayer también un experimentado operador cambiario que adelantó que eso vuelve a incluir, a las liquidaciones del complejo oleaginoso, que venían repuntando días atrás.

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Milei tiene ley, pero todavía no la confianza
La Ley Bases ayuda en la construcción de un nuevo relato, pero ya el mercado -que prácticamente la descuenta- cree que no será suficiente para barrer con tantos años de gestiones erráticas
Florencia Donovan

Kristalina Georgieva, directora del FMI...Alfredo Sábat
El Gobierno podrá renegar del pasado, pero es muy probable que el pasado lo condicione gran parte del mandato. En el encuentro que Javier Milei tuvo con el canciller alemán, Olaf Scholz, el domingo último, la delegación argentina lo experimentó en forma directa. Pese a que nada en el armado de la visita había sido estándar -el Presidente argentino no sólo rechazó un encuentro a solas con Scholz, algo deseado por cualquier mandatario, sino que pidió dejar de lado el almuerzo de Estado que se le había ofrecido, y además exigió no realizar la conferencia de prensa posterior al encuentro- el Gobierno alemán puso sobre la mesa de trabajo cuestiones que viene intentando dialogar con la Argentina hace años. Por ejemplo, el desarrollo del negocio del hidrógeno verde, un tema con el que nunca había llegado a avanzar con la administración kirchnerista, y además dejó entrever su malestar por la decisión del ministro Luis Caputo de incumplir los contratos con las generadoras de energía, a quienes en mayo había decidido pagar con un bono deudas contraídas en diciembre y enero pasados.
Traductor mediante, el diputado a cargo de la comisión de Relaciones Exteriores, Fernando Iglesias, intentó explicar la posición argentina, pidió paciencia y aseguró que nada de lo que se había hecho en el pasado sería igual a partir de ahora. Al menos esta vez el Canciller no tuvo que emular a su predecesora Angela Merkel, que en 2020 le pidió a Alberto Fernández que le explicara qué era el peronismo.
A pesar de las promesas y los logros recientes -el índice Merval sube 73,5% en el año y los bonos en dólares 90%-, muchos inversores están optando por mirar de afuera la segunda etapa del plan Milei. No sólo la administración libertaria no tiene un track record lo suficientemente extenso para hacerse predecible (y confiable), sino que la Argentina lleva ya demasiados ciclos de crisis como para apostar a un cambio de largo plazo. La estacionalidad cambiaria hace que el periodo que comienza sea cuanto menos desafiante. En promedio, tomando en cuenta lo que sucedió en los últimos 20 años (desde 2003 hasta 2023), siempre el balance entre compras y ventas de dólares del Banco Central arrojó un resultado negativo entre los meses de julio y octubre. Recién se revirtió en noviembre (aunque no así en el promedio de los años en los que hubo cepo cambiario), para luego mejorar y crecer en el mes de diciembre.
El equipo económico lo sabe y descarga su frustración en los economistas críticos y en el periodismo que refleja sus dudas (lo hace en las reuniones privadas con inversores internacionales), pero también es cierto que la vara para ellos será más alta de lo que fue en el pasado. “Hoy sólo los inversores de riesgo están mirando el país -reconoce un argentino que vive en Nueva York, pero tiene muchos intereses en la Argentina-. Este es el momento de entrar baratos, pero también muchos pensaron lo mismo con la administración Macri y se equivocaron”, explica el hombre, probablemente uno de los más fervientes defensores de la gestión mileísta.
La Ley Bases ayuda en la construcción de un nuevo relato, pero ya el mercado -que prácticamente la descuenta- cree que no será suficiente para barrer con tantos años de gestiones erráticas. Los gobernadores, al menos, cuentan con el capítulo fiscal y las reformas de Ganancias y de Bienes Personales para mejorar en algo sus finanzas de cara a 2025. Tras firmar con el gobierno nacional un acuerdo para el traspaso de obras públicas y el financiamiento de algunas pocas puntuales, está previsto que después del 9 de julio -fecha estipulada para el nuevo Pacto de Mayo- se firme otro convenio con la Nación que apunta a la financiación de viviendas. Milei será un novato de la política, pero parece estar haciendo rápido su curva de aprendizaje a la usanza de Néstor Kirchner: los fondos sólo se liberan después de cumplidos los acuerdos.
Atentos a la tensión cambiaria de las últimas semanas, en el Banco Central (BCRA) se aprestan a cumplir con el cronograma sugerido por el Fondo Monetario Internacional: la idea sería ya presentar en los próximos días el marco monetario que tienen previsto seguir (el documento del organismo internacional hablaba de fin de junio), para luego hacia fines de julio avanzar con la presentación de un cronograma de eliminación de los controles cambiarios. El primer informe será público; el segundo, todavía se debate qué hacer. “Si vemos que genera ansiedades, probablemente mejor será no hacerlo público”, explicaron.
La realidad es que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el diseño de un nuevo programa recién comienzan. Se espera que en septiembre se realice la novena revisión del programa vigente, negociado durante la gestión de Sergio Massa en Economía, y recién ahí podría ponerse en consideración del directorio una nueva propuesta. Las críticas que esta semana hizo el presidente Milei a Rodrigo Valdés, el chileno a cargo del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, podrían estar reflejando más una estrategia de un tercero en el gabinete, más que del propio Ministerio de Economía.
De todas formas, el FMI también se apresta a ser con la Argentina más exigente de lo que fue en el pasado con otros gobiernos. “A los gobiernos peronistas se les suele exigir menos, y hasta ellos [por el FMI] lo admiten”, confió un economista de diálogo frecuente con los negociadores del FMI. Habrá dinero fresco, pero no sin condicionamientos. Demasiadas veces la Argentina incumplió con su palabra. Una de las sillas más calientes del FMI la tiene Valdés: negociar con la Argentina les terminó costando el puesto a prácticamente todos sus antecesores.
En paralelo, el Gobierno espera poder dar señales al mundo de fuerte apertura. En la reunión de presidentes del Mercosur, el próximo 8 de julio en Paraguay, Javier Milei podrá no dirigirse la palabra con su par brasileño, Lula da Silva, pero los técnicos de la cancillería argentina esperan poder alinear posiciones con Paraguay y Uruguay para lograr una mayor apertura comercial del bloque. “La Argentina debe plantear que el Mercosur sea por adentro lo más fluido posible, con menos barreras. La integración comercial del esquema de Asia es del 70%; del europeo, del 60%; del exNafta (ahora denominado T-MEC), del 50%; mientras que la del Mercosur, que era del 24%, ahora es de sólo el 11%”, explican las fuentes. “Al mismo tiempo, hay que plantear que hay que repensar la parte externa del Mercosur, buscar acuerdos comerciales, con la Unión Europea, que son 500 millones de habitantes; el EFTA, que son otros 15 millones; y hay que pensar en los que siguen”, adelantan.
Tras las elecciones parlamentarias en el bloque europeo, en la Argentina creen que existe una ventana de oportunidad para avanzar con un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea al menos hasta octubre, que es cuando cambian los comisarios (los representantes de cada uno de los 27 estados miembro del bloque). Un Emmanuel Macron debilitado en Francia -principal opositor al acuerdo-, también contribuiría a esta hipótesis. Sólo resta saber qué querrá hacer Brasil, que hasta ahora pareció más alineado a la posición de Francia que a la del gobierno libertario. Habrá qué ver cuánto termina pesando también en la relación diplomática de los socios del Mercosur el enfrentamiento verbal abierto que vienen protagonizando Milei y Lula. Aunque esta semana también pareció prevalecer un Milei pragmático. Cualquiera hubiera esperado una respuesta colérica a la provocación del presidente brasileño. Hay quienes dicen que para evitar declaraciones inconvenientes (pero honestas) es que Milei también habría optado por no hacer una conferencia de prensa tras su encuentro con Scholz.
Entre los empresarios, la sensación de desconfianza también es palpable. Pero muchos no descartan la posibilidad de éxito del modelo libertario. Así, la familia Eskenazi está con la idea fija de crecer en el sistema financiero, de cara a un mercado que exigirá escala o salirse por completo del negocio. Mientras todavía negocia (aunque sin demasiadas chances de éxito por ahora) con los españoles para quedarse con el BBVA, decidió en paralelo tocar las puertas del Banco do Brasil, accionista mayoritario en la Argentina del Banco Patagonia. Eskenazi podría adquirir el 51% del Patagonia, en sociedad con el grupo Safra. Por ahora, incipientes conversaciones. Obviamente, es más fácil explicarle la Argentina a los brasileños que a los alemanes.
Pero también en el rubro industrial, el nuevo Gobierno obliga a una revisión de las estrategias de negocios. Mirgor, la empresa de la cual Nicolás Nicky Caputo tiene poco más del 12%, anunció que a partir de la semana que viene dejará de formar parte de Afarte, la cámara que nuclea a las empresas de electrónica. Ven que el futuro de la compañía podría pasar por el desarrollo de otros negocios, como el de autopartes. Tal vez la caída en desgracia del Señor Tabaco -poderoso lobbista si los hay- haya terminado de acelerar la idea de que la fabricación de electrónica con subsidio impositivo en la isla de Tierra del Fuego en algún momento también se acabe. Por ahora, la administración libertaria no es tan reformadora en este caso. No en todo Milei parece dispuesto a romper con el pasado. Hay derechos adquiridos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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