Demoran la salida del cepo cambiario y toman medidas para contener el dólar
El plan Económico dEl oficialismo Tras la aprobación de la Ley Bases, el Gobierno acelerará el proceso de migración de deuda del Banco Central al Tesoro; la eliminación de las restricciones cambiarias no tiene plazo, señaló Caputo
Javier Blanco
En medio del incipiente clima de incertidumbre cambiaria, el Gobierno se decidió por completar la limpieza de balance del Banco Central (BCRA) con el objetivo de apagar “el segundo motor de emisión monetaria”. Lo hace tras haber terminado con la asistencia al fisco y con la intención de agregar al “déficit cero la emisión cero”, según anunció ayer en una conferencia de prensa el ministro de Economía, Luis Caputo.
Lo que el titular del Palacio de Hacienda denominó “segunda etapa del plan de estabilización” consistirá entonces en terminar con el proceso de migración de deuda del Banco Central (BCRA) al Tesoro, que habían iniciado en mayo –pero que dejaron en pausa este mes–, “para dar más certidumbre a los tenedores de pesos y bajar la ansiedad sobre la salida del cepo”, según explicó.
Fue antes de ratificar que para ese momento aún “no hay fecha”. Caputo dijo que “se llegará a esa instancia si se cumplen determinados parámetros económicos”. Luego volvió a ratificar que no se evalúa ningún cambio en la política cambiaria: “Continuará el crawling peg del 2% mensual para la actualización del dólar oficial y el dólar blend”, dijo con relación a la posibilidad concedida a los exportadores de liquidar un 20% de las divisas que generen por el dólar contado con liquidación (CCL), aunque eso le restó al BCRA la posibilidad de sumar otros US$8000 millones a sus reservas en estos primeros siete meses.
El ministro estuvo acompañado en la presentación por el presidente del BCRA, Santiago Bausili, quien le restó importancia a la pérdida de reservas por intervenciones sobre el mercado con que cerró esa entidad este mes. “Si se fijan bien, en los propios papeles con el FMI [Fondo Monetario Internacional] tenemos previsto un saldo negativo para esta parte del año. Lo único novedoso es que se adelantó algo y fue por un invierno anticipado”, aseguró.
La conferencia consistió en tratar de explicar el concepto de “emisión cero” que había anunciado por la mañana el propio presidente Javier
Milei en una entrevista con LN+. “Lo que quiere decir es que vamos a cerrar otro factor emisión: el que surge del pago de los intereses de la deuda del BCRA”, explicó Caputo.
Esa etapa, que el ministro de Economía caracterizó como la “segunda del plan de estabilización”, arrancará el lunes cuando comiencen las reuniones con los bancos para ofrecerles que suscriban una letra del Tesoro con cupón de intereses flotante, con los pesos que aún tienen depositados en la playa de estacionamiento del BCRA.
Allí, vale recordar, se mantienen aproximadamente unos $19 billones, que solo en un 37% pertenecen a los bancos privados.
“Vamos a reemplazar los pasivos del BCRA por los del Tesoro y será el Tesoro el que pagará los intereses. Es decir, el Tesoro se compromete doble a su performance fiscal”, valoró Bausili, quien explicó que ese nuevo instrumento servirá para fijar además la nueva tasa de referencia del Banco Central para el mercado en adelante.
“El BCRA va a seguir administrando la política monetaria, pero ya no sufrirá la consecuencia de que el movimiento en la tasa de interés resulte en mayor emisión monetaria”, sostuvo, explicando que esta decisión “le devuelve autonomía” y regresa grados de libertad para “fijar la tasa de interés sin preocuparse por el daño que puede causar sobre su propio balance”.
De este modo, ahondó Bausili, el BCRA podrá moverse “más rápido y cómodamente a una tasa positiva en términos reales y recuperar la herramienta que él tiene para enfocarse en su principal objetivo: eliminar la inflación”.
La migración a un esquema de tasa de interés positiva en términos reales, es decir, algo superior a la inflación, es un pedido del FMI, que no casualmente anoche recibió con “beneplácito las medidas anunciadas por el ministro de economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, para reforzar el marco de política monetaria”, según fuentes del organismo.
El proceso de migración de deuda del BCRA al Tesoro se había activado en mayo, cuando el Tesoro empezó a emitir letras de capitalización (Lecap) a corto plazo, que pagan tasas mayores que las que los bancos reciben por mantener sus pesos en pases pasivos, y flexibilizó los criterios de exposición al riesgo público que pueden asumir esas entidades con el fin de facilitar esas operaciones. Fue cuando ese pasivo del BCRA, que todavía lo obliga a emitir unos $2 billones por mes para cumplir con el pago de intereses, cayó de $35 a $22 billones.
Ahora, el Gobierno lo reimpulsa en un intento por dar mayor previsibilidad al mercado y calmar “ansiedades sobre la salida del cepo”, admitió Caputo en la conferencia.
El ministro de Economía, que negó estar enamorado de las restricciones cambiarias –como lo acusan algunos economistas privados–, ubicó la salida del cepo en “una tercera etapa del plan, la que va a ser una etapa de crecimiento”, con lo que admitió que el cuadro recesivo actual de la economía se extendería por unos meses más.
Pero insistió en que esa nueva etapa no “tiene fecha”, sino que a ella se llegará “por parámetros de orden macroeconómico. No queremos sobresaltos en la gente, como una potencial suba del dólar, que genera más inflación, desempleo y todas cosas que los argentinos ya han visto durante mucho tiempo”.
“Buscamos que la gente entienda la robustez del programa y que esto nos va a permitir profundizar el proceso de desinflación y, de esa manera, darnos el tiempo para salir de las restricciones cambiarias cuando las condiciones están dadas”, agregó Caputo.
Además, volvió a cargar contra los que auspician una nueva devaluación de peso y reiteró que la idea del Gobierno es trabajar sobre la competitividad cambiaria “reduciendo impuestos. En este sentido, confirmó que “habrá una reducción de la alícuota del impuesto PAIS”, como ya había anticipado semanas atrás. “Lo vamos a bajar, como dijimos desde el día uno. Va a ser tan pronto sea reglamentada e implementada la Ley Bases y el Tesoro empiece a recibir los ingresos del paquete fiscal. Seguramente sea entre agosto y septiembre”, avizoró.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
En medio del incipiente clima de incertidumbre cambiaria, el Gobierno se decidió por completar la limpieza de balance del Banco Central (BCRA) con el objetivo de apagar “el segundo motor de emisión monetaria”. Lo hace tras haber terminado con la asistencia al fisco y con la intención de agregar al “déficit cero la emisión cero”, según anunció ayer en una conferencia de prensa el ministro de Economía, Luis Caputo.
Lo que el titular del Palacio de Hacienda denominó “segunda etapa del plan de estabilización” consistirá entonces en terminar con el proceso de migración de deuda del Banco Central (BCRA) al Tesoro, que habían iniciado en mayo –pero que dejaron en pausa este mes–, “para dar más certidumbre a los tenedores de pesos y bajar la ansiedad sobre la salida del cepo”, según explicó.
Fue antes de ratificar que para ese momento aún “no hay fecha”. Caputo dijo que “se llegará a esa instancia si se cumplen determinados parámetros económicos”. Luego volvió a ratificar que no se evalúa ningún cambio en la política cambiaria: “Continuará el crawling peg del 2% mensual para la actualización del dólar oficial y el dólar blend”, dijo con relación a la posibilidad concedida a los exportadores de liquidar un 20% de las divisas que generen por el dólar contado con liquidación (CCL), aunque eso le restó al BCRA la posibilidad de sumar otros US$8000 millones a sus reservas en estos primeros siete meses.
El ministro estuvo acompañado en la presentación por el presidente del BCRA, Santiago Bausili, quien le restó importancia a la pérdida de reservas por intervenciones sobre el mercado con que cerró esa entidad este mes. “Si se fijan bien, en los propios papeles con el FMI [Fondo Monetario Internacional] tenemos previsto un saldo negativo para esta parte del año. Lo único novedoso es que se adelantó algo y fue por un invierno anticipado”, aseguró.
La conferencia consistió en tratar de explicar el concepto de “emisión cero” que había anunciado por la mañana el propio presidente Javier
Milei en una entrevista con LN+. “Lo que quiere decir es que vamos a cerrar otro factor emisión: el que surge del pago de los intereses de la deuda del BCRA”, explicó Caputo.
Esa etapa, que el ministro de Economía caracterizó como la “segunda del plan de estabilización”, arrancará el lunes cuando comiencen las reuniones con los bancos para ofrecerles que suscriban una letra del Tesoro con cupón de intereses flotante, con los pesos que aún tienen depositados en la playa de estacionamiento del BCRA.
Allí, vale recordar, se mantienen aproximadamente unos $19 billones, que solo en un 37% pertenecen a los bancos privados.
“Vamos a reemplazar los pasivos del BCRA por los del Tesoro y será el Tesoro el que pagará los intereses. Es decir, el Tesoro se compromete doble a su performance fiscal”, valoró Bausili, quien explicó que ese nuevo instrumento servirá para fijar además la nueva tasa de referencia del Banco Central para el mercado en adelante.
“El BCRA va a seguir administrando la política monetaria, pero ya no sufrirá la consecuencia de que el movimiento en la tasa de interés resulte en mayor emisión monetaria”, sostuvo, explicando que esta decisión “le devuelve autonomía” y regresa grados de libertad para “fijar la tasa de interés sin preocuparse por el daño que puede causar sobre su propio balance”.
De este modo, ahondó Bausili, el BCRA podrá moverse “más rápido y cómodamente a una tasa positiva en términos reales y recuperar la herramienta que él tiene para enfocarse en su principal objetivo: eliminar la inflación”.
La migración a un esquema de tasa de interés positiva en términos reales, es decir, algo superior a la inflación, es un pedido del FMI, que no casualmente anoche recibió con “beneplácito las medidas anunciadas por el ministro de economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, para reforzar el marco de política monetaria”, según fuentes del organismo.
El proceso de migración de deuda del BCRA al Tesoro se había activado en mayo, cuando el Tesoro empezó a emitir letras de capitalización (Lecap) a corto plazo, que pagan tasas mayores que las que los bancos reciben por mantener sus pesos en pases pasivos, y flexibilizó los criterios de exposición al riesgo público que pueden asumir esas entidades con el fin de facilitar esas operaciones. Fue cuando ese pasivo del BCRA, que todavía lo obliga a emitir unos $2 billones por mes para cumplir con el pago de intereses, cayó de $35 a $22 billones.
Ahora, el Gobierno lo reimpulsa en un intento por dar mayor previsibilidad al mercado y calmar “ansiedades sobre la salida del cepo”, admitió Caputo en la conferencia.
El ministro de Economía, que negó estar enamorado de las restricciones cambiarias –como lo acusan algunos economistas privados–, ubicó la salida del cepo en “una tercera etapa del plan, la que va a ser una etapa de crecimiento”, con lo que admitió que el cuadro recesivo actual de la economía se extendería por unos meses más.
Pero insistió en que esa nueva etapa no “tiene fecha”, sino que a ella se llegará “por parámetros de orden macroeconómico. No queremos sobresaltos en la gente, como una potencial suba del dólar, que genera más inflación, desempleo y todas cosas que los argentinos ya han visto durante mucho tiempo”.
“Buscamos que la gente entienda la robustez del programa y que esto nos va a permitir profundizar el proceso de desinflación y, de esa manera, darnos el tiempo para salir de las restricciones cambiarias cuando las condiciones están dadas”, agregó Caputo.
Además, volvió a cargar contra los que auspician una nueva devaluación de peso y reiteró que la idea del Gobierno es trabajar sobre la competitividad cambiaria “reduciendo impuestos. En este sentido, confirmó que “habrá una reducción de la alícuota del impuesto PAIS”, como ya había anticipado semanas atrás. “Lo vamos a bajar, como dijimos desde el día uno. Va a ser tan pronto sea reglamentada e implementada la Ley Bases y el Tesoro empiece a recibir los ingresos del paquete fiscal. Seguramente sea entre agosto y septiembre”, avizoró.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Con la mirada en el peso, antes de levantar las restricciones
Diego Cabot
Hubo ruido en el mercado; en el dólar especialmente. Y, entonces, el Gobierno reaccionó. De hecho, el estreno de la Ley Bases como el mojón que inaugura la segunda parte de la gestión del presidente Javier Milei fue la excusa perfecta para poblar la sala de conferencias del Palacio de Hacienda de los principales hombres de la gestión económica y anunciar una hoja de ruta de lo que viene: algo así como hacer un contrafuego antes de que haya llamas.
El objetivo quedó claro: robustecer el Banco Central y, de paso, dar señales claras para tornar atractivo el peso en medio de las tensiones que entregó en las últimas semanas la cotización del dólar. Se trata, siempre según los planes del Gobierno, de encontrar un camino más confortable para transcurrir el tiempo hasta que se pueda avanzar con el levantamiento del cepo.
¿Cuándo?, se preguntará el lector ansioso. No hay plazos, sino objetivos o parámetros, aclaró una y mil veces Caputo cuando se le preguntó en qué momento se podrían remover las restricciones cambiarias. Ahora bien, la maniobra, como se dijo, pasa por dos aspectos. El primero, robustecer el Banco Central. A la luz de los anuncios, esto significa fundamentalmente continuar con algo que ya se hace desde hace un tiempo; pasar la deuda del Central al Tesoro. Para decirlo de una manera más simple, el Banco Central acumulaba deuda porque le prestó durante muchísimos años plata al Tesoro para que financie el déficit. Ese pasivo ahora, de acuerdo con lo que expresaron los funcionarios, pasaría a manos del real deudor.
Esta situación se dio durante décadas. Como el Estado no se podía financiar en los mercados, después de varios defaults y refinanciamientos, le pedía a la entidad monetaria que emitiera dinero y solventara ese agujero negro. La cuenta que sigue está escrita en todos los manuales de economía: más gasto, más emisión y, finalmente, más inflación.
Ese esquema es el que quiere cambiar el trío que componen Milei, Caputo y Bausili. La idea central es que ahora sea el Tesoro el dueño de la deuda. Podrá preguntarse el lector qué consecuencias tiene esto para el peso y el dólar. Pues si la cuenta del almacenero que lleva y controla el Presidente se mantiene, es decir, se recauda más de lo que se gasta, esa deuda no subirá proporcionalmente y ya no necesitará de emisión para pagar los intereses, además de que tendrá la garantía en el sobrante de caja y no en la emisión.
Claro que parece una cuestión técnica, apenas un movimiento del asiento contable, algo así como pasar de una ventanilla a la otra. Pero, en el fondo, esta medida es la que esconde la más importante: tornar atractivo el peso, darle una pátina de solvencia, mientras llegan los tiempos de levantar el cepo.
Un camino sin plazos
Está claro que no hay tiempos y, como repitió el ministro, se trata de cumplir objetivos. Y en este punto, vale un paréntesis. Cuando la deuda tenía la tenía el Central, por cada punto de tasa de interés que subía, la entidad debía más dinero producto de que ese indicador se trasladaba a los intereses de la deuda. Sin esta mochila de deuda, el Banco Central podrá tener mayor independencia para fijar la llamada tasa de política monetaria, que, finalmente, es la referencia que toman los bancos para prestar dinero a los particulares.
Si sube la tasa y el rendimiento anual es mejor que la inflación, gran parte de los ahorristas, incluidos los institucionales, tendrán un incentivo para quedarse en esa inversión y no cambiar los pesos por dólares, lo que quiere desalentar el Gobierno.
Caputo fue claro y puso énfasis en la necesidad de que la salida del cepo no genere desequilibrios cambiarios. Dicho de otro modo, que la posibilidad de disponer de moneda libremente no genere una corrida hacia el dólar que haga subir su cotización. El ministro lo sabe perfectamente, al igual que cualquier economista, que si no hay un atractivo concreto para quedarse en moneda local, pues todo el mercado recurrirá a la moneda fuerte, el refugio más buscado por los argentinos. Nadie lo dijo anoche, pero la búsqueda de una tasa de interés positiva, por encima del índice de precios, es el camino que iniciará la entidad monetaria.
Para hacer el pase de manos, del BCRA al Tesoro, hay un requisito: lograr que los bancos entreguen los viejos papeles y, a cambio, reciban otros con un deudor distinto. Bausili dijo que la primera reunión será el lunes, pero también se excusó de dar algunos detalles por las conversaciones que mantienen. Todo indica que este tanteo a los bancos ya se hizo. No parece que haya ahí un problema, más aún cuando gran parte de los tenedores de ese tipo de instrumentos son bancos públicos.
La receta tiene como condición necesaria el superávit fiscal, único garante de las obligaciones. El déficit sería una mala noticia ya no solo para el Gobierno, sino una pésima señal para el mercado financiero. Por un largo tiempo, los que pidan más gasto público deberán abstenerse.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.