domingo, 30 de junio de 2024

CRÍTICA DE TEATRO,.....,"School of Rock" Y "Un beso en el vidrio dejó marcado el rouge"


School of Rock, una aplanadora de música, con chicos que rockean a lo grande.
Gustavo LladósAgustín Aristarán y sus “alumnos”, en acción @pochoph
SCHOOL OF ROCK
Autores: Andrew Lloyd Webber, Glenn
Slater y Julian Fellowes. Adaptación: Natalia Del Castillo y Santiago Fernández. director general: Ariel Del Mastro. intérpretes: Agustín Aristarán, Ángela Leiva, Sofía Pachano, Germán Tripel y otros.sA LA: Gran R ex( Av Corrientes 857). funciones: martes a viernes a las 20, sábados y domingos a las 15 y 19.

Al parecer, los musicales que más funcionan en Buenos Aires son los que remiten un origen cinematográfico. Sólo bastan enumerar títulos como Tootsie, Mamma mia! y Legalmente rubia. Y ni qué hablar si incluyen niños en su elenco, porque los torna más familiares y convocantes, como fue el caso de Matilda el año pasado. En esta temporada, esa misma fórmula se vuelve a repetir en School of Rock, con un nutrido grupo de chicos que además de actuar, cantar y bailar, tocan diversos instrumentos.
El musical está basado en la exitosa película homónima de 2003, protagonizada por el comediante Jack Black, y repite casi milimétricamente todo su argumento. Es la historia de Dewey Finn, un cantante y guitarrista de rock que de la noche a la mañana es despedido de su banda (No Vacancy) y debe rebuscárselas para sobrevivir. A tono con su desfachatez, se hace pasar por su amigo Ned Schneebly (con quien convive) y termina ocupando su rol de maestro suplente en un tradicional colegio primario. Allí descubre que los alumnos tienen un talento insospechado para la música y, pese a la reticencia del establecimiento y de los padres, los alienta para desarrollar sus dones y hasta participar en “una batalla de bandas”. En el medio también logrará congela mover y hasta enamorar a la directora Rosalie Mullins, quien así, también, retomará su pasión por el canto y el rock and roll.
Lamentablemente, el musical –estrenado en Broadway en 2015, donde permaneció en cartel durante cuatro años– no incluye los temas que conformaban la notoria banda sonora del film, entre ellos varios clásicos de Led Zeppelin, The Who, The Doors, The Black Keys, Cream, T. Rex, Ramones, The Stooges y AC/DC. Aquí todas las canciones son de la autoría de Andrew Lloyd Webber, un experto en el género teatral, con pedigrí de master por títulos como El fantasma de la ópera, Evita, Cats y Sunset Boulevard, pero sin grandes antecedentes en el rock salvo por la ópera rock Jesucristo Superstar, de sus comienzos. De ahí algunas repeticiones y/o falta de variaciones sonoras a lo largo de las dos horas y media que dura el espectáculo. No obstante, la potente conjunción de una orquesta de músicos adultos y profesionales, en el foso, con la de los niños debutantes, en el escenario, hacen olvidar las falencias del autor y convierten la velada en un evento musical inusual, de efecto aplanadora.
De todos modos, el fuerte de School of Rock son las actuaciones. Si bien la elección de Agustín “Soy Rada” Aristarán como Dewey Finn podría sorprender en un principio por adolecer del tipo de voz adecuado para el personaje, luego queda clarísimo que fue (muy bien) escogido por su singular capacidad histriónica, que le permite insuflar gracia y humor a cada una de las escenas (y de paso contagiar al resto de sus compañeros). Es sin dudas el puntal del elenco y del espectáculo. Su trabajo, absolutamente demandante, supera con creces al del año pasado en Matilda y le garantiza un sitial de privilegio en los castings de musicales venideros. A su lado, debuta en teatro la cantante ÁnLeiva (con antecedentes actorales únicamente en televisión), como la directora Rosalie Mullins, y lo hace muy bien. A la hora de cantar, sola o junto a Aristarán, su aporte es invalorable. Sus temas “Reina de la noche” y “¿Dónde fue el rock?” dejan la vara bien alta y con ganas de seguir escuchándola. Como el amigo Ned Schneebly y su novia Patty Di Marco se destacan Santiago Otero Ramos y Sofía Pachano, fundamentalmente la actriz, quien hace gala de su notoria vis cómica. También, aunque en un rol muy pequeño, brilla Germán “Tripa” Tripel, como Theo, el cantante original de la banda No Vacancy. Seguramente sus programadas funciones como alternante en el rol principal le permitirán próximamente al ex Mambrú lucir todo el rango de su voz “rota”, tan adecuada para cantar rock. Por último, pero no en menor lugar de importancia, hay que reconocer el trabajo de todos –absolutamente todos– los niños que participan de los tres elencos infantiles (de 13 integrantes cada uno, con edades que oscilan entre los nueve y los 15 años, que alternan su presencia entre las numerosas y exigentes funciones de cada semana), que le ponen alegría y espontaneidad a la obra. Son el alma de School of Rock y sin ellos (como ya ocurrió con Matilda) sería otro el resultado.
Asimismo, debe reconocerse la labor de la coreógrafa Analía González, quien planteó aquí una dinámica de bailes muy compleja que suma bríos y color a la puesta local. Y la del eximio escenógrafo Jorge Ferrari, experto en generar magia en todo tipo de escenarios. Como responsable de la dirección general, Ariel Del Mastro suma un laurel más a su corona, crédito que debe compartir en parte con Marcelo Caballero, encargado de la dirección de actores que, como ya fue dicho, es uno de los puntos altos del show.•

SCHOOL OF ROCK
Autores: Andrew Lloyd Webber, Glenn
Slater y Julian Fellowes. Adaptación: Natalia Del Castillo y Santiago Fernández. director general: Ariel Del Mastro. intérpretes: Agustín Aristarán, Ángela Leiva, Sofía Pachano, Germán Tripel y otros.sA LA: Gran R ex( Av Corrientes 857). funciones: martes a viernes a las 20, sábados y domingos a las 15 y 19.

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El viaje inesperado de un chofer hacia su propio deseo
Leni GonzálezRaúl Antonio Fernández despliega solidez en escena
UN BESO EN EL VIDRIO DEJÓ MARCADO EL ROUGE
AUTORÍA: Sonia Novello. dirección: Claudia Mac Auliffe. intérpretes: Raúl Antonio Fernández, Layc el joven, Agustín Repetto y Sonia Novello.
SALA: Área 623 (Pasco 623). funciones: jueves, a las 21 (desde 7 de julio, los domingos, a las 15, en El extranjero, Valentín Gómez 3378).
DURACIÓN: 60 minutos.
Segunda creación de Sonia Novello, después de la conmovedora Más bello que la muerte (2022), obra con la que Un beso en el vidrio dejó marcado el rouge comparte algunos nombres: no sólo la autora -quien también actúa en ambassino también la dirección a cargo de Claudia Mac Auliffe (trabajan juntas desde hace años en la compañía De carencia virtú) y el diseño artístico de Gabriella Gerdelics. Pero se trata de propuestas totalmente distintas lo que indica un camino de búsqueda e investigación por parte de la actriz y autora, cuya última obra está publicada en la colección Ciclo incierto 2022.
Fernando, o “Ferchu” (Raúl Antonio Fernández), es un hombre joven que no ha terminado el secundario y vive en el conurbano “profundo” junto con su padre y un perro, más la visita asidua de una novia fiel. La madre, Rosa, ha muerto hace poco. Ferchu luce elegante traje y fina estampa porque, después de tan variados como precarios empleos, por fin consiguió un trabajo para dar envidia a las vecinas del barrio. Es chofer, en un auto de alta gama, de un diplomático mexicano, Don Amílcar (Layc el joven), siempre con traje y botas altas. El otro personaje que aparece es Ludmila (Agustín Repetto, que reemplazó al actor anterior Osqui Ferrero), una mujer trans y trabajadora sexual que obsesiona al chofer de la “nave”.
Esta síntesis apretada se despliega en escena de distintas formas que combinan el diálogo y la narración, un juego de adentro y afuera de la acción teatral que genera un efecto de distancia, como si por momentos siguiéramos las viñetas de una historieta. En un espacio iluminado, sin claroscuros, sin misterios, la escenografía despojada presenta unos asientos a modo de automóvil, un cartel de “Personas trabajando” a un costado y un atril con luz, al otro. El espacio escénico (que siempre incluye al público) expande la mirada hacia la platea y el pasillo de entrada porque son transitados por los intérpretes.
Los textos narrativos son enunciados por Novello (vestida como una futurista maestra de ceremonias) que aparece primero sentada desde afuera del escenario y después ocupará el lugar frente al atril. Además de narradora omnisciente, cumple otros papeles: cuando Rosa, desde el otro mundo (o en el inconsciente de Ferchu), se comunica con el hijo para darle consejos de madre protectora (voz en off de Cristina Maresca), Novello personifica esa voz ubicándose detrás de Fernández; cuando ponen música en el auto, se acuesta y canta el tema que está sonando; por último, también le pone voz a los mensajes de WhatsApp de la novia de Ferchu. Hay una promesa en el título que no es inocente. Cita una línea del tema de Virus “Tomo lo que encuentro”, compuesto por Roberto Jacoby. El encuentro con Ludmila, más las contradicciones del jefe mexicano, abrirán otra puerta desconocida para Ferchu y su desorbitado sueño de ascenso social.
Las actuaciones son lo más destacable de la obra, en especial la de Raúl Antonio Fernández.


http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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