jueves, 13 de junio de 2024

EDITORIALES


El antisemitismo: una amenaza que se cierne sobre todos
Los deleznables hechos registrados antes de un partido de fútbol y los dichos impropios de algunos dirigentes dañan la convivencia ahondando los prejuicios
La tan triste como intolerable acción racista y antisemita de cinco barrabravas de All Boys previa al encuentro que ese equipo finalmente disputó con Atlanta, el sábado último, en Floresta, por la Primera B Nacional, merece ser condenada por la Justicia, pero también por toda la sociedad, que asiste impávida al crecimiento, cada vez más frecuente, de este tipo de manifestaciones, especialmente desde el cruento ataque de Hamas sobre civiles israelíes, el 7 de octubre pasado.
Es esperable que haya sanciones ejemplificadoras como se promete para esas cinco personas que intentaron ingresar a la cancha ataúdes con los colores de Atlanta y con la bandera de Israel, y portando insignias en favor de Palestina y de Irán. Pero también lo es que la dirigencia de todo tipo dé buenos ejemplos en vez de intentar seguir cavando la grieta en un tema tan delicado en el que están en juego tantas vidas. Hacer lo contrario es un enorme despropósito, una falta total de sensibilidad y de respeto.
Tras el ataque de Hamas, con innumerable cantidad de muertos y heridos de ambos lados, el papa Francisco se había dirigido a quienes tienen autoridad para poner fin al conflicto para que se alcanzara un alto el fuego y se iniciaran negociaciones de paz. “Lo que se construye sobre escombros nunca será una verdadera victoria”, había dicho. Y las palabras hirientes tienen tanto o más peso que los escombros.
Si los cinco hinchas de All Boys cometieron una brutal afrenta, no resulta tranquilizador el mensaje en X del diputado nacional Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal-Buenos Aires) al alegrarse, en principio, por los recientes rescates de cuatro rehenes israelíes a manos de Hamas. Si bien el legislador celebró que se hubiera terminado el cautiverio de Noa Argamani, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv, utilizó esa red social para recordar que aún quedaban otros 120 rehenes y para cuestionar los métodos que utiliza el Ejército israelí y la cifra de palestinos muertos durante los operativos. “Nunca compartiré el regocijo de tantos, con sed de venganza más que de justicia, por asesinar ciudadanos palestinos bajo los pretextos de que ‘los votaron’ o ‘son usados como escudo’. Eso también es terrorismo”, había escrito Massot.
“Usted es un ignorante o un hipócrita. En cualquiera de los dos casos no merece el honor del cargo que inviste. Para usted es terrorismo que un país democrático se defienda de una brutal masacre jamás vista después de la Segunda Guerra Mundial”, le respondió la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que ya había condenado con dureza las expresiones racistas y antisemitas de los barrabravas, quienes fueron imputados, pero rápidamente recuperaron la libertad tras haber sido detenidos, además, por realizar gestos obscenos y entonado cánticos antisemitas contra simpatizantes del club de Villa Crespo, vinculado con la comunidad judía. El presidente Javier Milei se sumó también a ese repudio y, como él, muchos otros dirigentes criticaron con dureza lo sucedido.
Lamentablemente, no se trata de un hecho novedoso en el ámbito deportivo. Por citar apenas un ejemplo, en diciembre de 2019 se había producido otro grave acto de discriminación que provocó que la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos suspendiera la final de su torneo de fútbol de primera división, por realizarse en la cancha de All Boys, debido a las amenazas antisemitas de la barra brava del club de Floresta.
El antisemitismo, la intolerancia, la rapidez con que muchos reinterpretan los hechos al solo efecto de causar todavía más daño no pueden menos que generar escozor. Lo ha dicho con tanta claridad como dolor, en un artículo publicado en lanacion en febrero último, la licenciada Diana Wang, psicoterapeuta y escritora, hija de sobrevivientes de la shoá y miembro del Museo del Holocausto de Buenos Aires: “Estoy cansada de hablar de antisemitismo. Harta. Agotada. ¿Por qué tengo que explicar yo el antisemitismo? ¿Por qué tengo que encontrar yo la manera de erradicarlo? ¿Porque soy judía? ¿Por qué los judíos asumimos la tarea de inventar módulos pedagógicos, gestionar el milagro de la disolución del prejuicio, esclarecer, informar, explicar? Estoy harta de cargar con ese peso (…). El antisemitismo, que atraviesa clases sociales y partidismos políticos, corrompe la moral social básica que sustenta la convivencia posible. Frenar su crecimiento es por interés de todos. ¿Es que no lo ven? No, tristemente creo que no lo ven y, lo que es peor, ¡no ven que no ven!”.
Actitudes como las de los barrabravas de All Boys, al igual que otras tantas aberraciones, son las que llevan a que muchas personas como Wang sientan que poco pueden hacer ya de manera individual para lograr un cambio que deje de lastimar la vida en comunidad. “El antisemitismo no es un tema judío”, dice Wang. Y la asiste la verdad: el antisemitismo es una amenaza que se cierne sobre todos.


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El canto de las aves
El avistaje de aves suma cada día más adeptos y constituye una opción de ecoturismo que nos pone en contacto directo con la naturaleza. Dentro de nuestra agitada urbe se pueden observar unas 70 especies diferentes con cierta facilidad. Alejándonos de la metrópolis, el número aumenta considerablemente.
Al referirnos al avistaje pareciera que dejamos fuera la escucha, cuando los cantos de las aves son también increíbles. En inglés, la palabra birdwatching –que hace referencia al sentido de la vista– convive con birding, que es más amplia y abarca el desarrollo de senderos para la observación. La información sistematizada sobre especies y características morfológicas es de por sí abundante y se viene compilando desde hace ya tiempo en numerosas guías. La novedad para los amantes de esta actividad viene dada por el hecho de haber sumado los sonidos emitidos por las aves, que hoy pueden reproducirse en diversas plataformas, incluso para muchos como herramienta de llamada para tal o cual especie.
Bernabé López Lanús es uno de los especialistas más destacados en aves argentinas. Desde los 12 años, estos animales han guiado sus pasos. Ha recorrido el país entero en su afán por armar una biblioteca sonora de todas las especies. Oriundo de Saladillo, provincia de Buenos Aires, acostumbra andar con una antena parabólica que incluye una grabadora, un dispositivo tan casero como eficiente para sus salidas al campo. Muchos aficionados incluso copiaron su ingenioso invento para sus grabaciones.
En las cercanías de Saladillo, la localidad de Cazón es conocida como el Pueblo del Millón de Árboles, un bosque artificial plantado por el hombre que convoca a numerosas variedades de aves, constituido en una atracción turística para los amantes de esta actividad. Fue Guillermo Hudson, el primer protector de nuestras aves, quien recorrió precisamente la zona de Saladillo hace más de 100 años, inspirando el nacimiento de la Sociedad Ornitológica del Plata a principios del siglo XX.
López Lanús es también uno de los impulsores del proyecto de creación del nuevo Parque Nacional Pampas del Saladillo, destinado a proteger uno de los últimos remanentes del pastizal pampeano. Mientras tanto, sigue trabajando en su banco de grabaciones de cantos de pájaros, que ya cuenta con reconocimiento mundial, y en la actualización permanente de una guía bautizada como La Audiornis, que cuenta con más de 600 páginas y que ya va también por su segunda edición en inglés. Un valioso trabajo al que ha dedicado su vida y al que los amantes de las aves agradecen y celebran calurosamente

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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