La herencia africana y afroamericana en la época colonial
Andrés Ramón Jacquelin María Remedios del Valle
En ciertas épocas de nuestra historia, generación del 80 entre otras, los escritores e intelectuales liberales que construyeron la identidad nacional (basada principalmente en la contribución europea), obviaron o menospreciaron el aporte de los esclavos negros y sus descendientes afroamericanos a nuestra cultura.
Estos representaban a la colonia y todo su antiguo significado, sumado a que la esclavitud seguía siendo mal vista (tempranamente abolida en 1813), hizo que borrar o invisibilizar la herencia negra lavaba además los pecados de la joven república. Esta situación se repitió en otros países latinoamericanos (Chile, Perú).
Más adelante, la tendencia fue a relativizar el rol de los negros con el argumento de que eran muy pocos los que llegaron a nuestras tierras o que los que sí lo hicieron, murieron por las pestes, en las guerras de independencia o en la de la triple alianza, usados como carne de cañón….
La realidad es que hubo 10.000.000 de esclavos traficados desde África a América, de los cuales no más de 50.000 llegaron al Río de la Plata, mayormente a través de los puertos de Montevideo y Buenos Aires.
Muchos se comercializaron en el ”mercado de esclavos” en lo que hoy es Retiro. La gran mayoría permaneció en Buenos Aires siendo los menos los radicados en el interior del país y según muestran los registros históricos, para el año 1800, en nuestra ciudad los negros llegaron a representar más del 20% de la población. Es decir un total de 8000 sobre 40.000 habitantes.
Curiosamente, la historia sí hace hincapié en el rol de los negros en las invasiones inglesas y las guerras de la Independencia. Se nombra mucho a los regimientos de pardos y morenos y en la iconografía escolar figuran con sus uniformes relucientes cuando la realidad es que lucharon con lo puesto y tal vez con algún pañuelo o insignia en el brazo que los identificara. Nuestro joven país no contaba en 1806 con los recursos logísticos que suponía vestir un batallón que no fuera de criollos. Muchos de ellos pasaron a la historia y es bueno recordarlos:
● María Remedios del Valle, una afrodescendiente que lucho en los ejércitos de Manuel Belgrano durante todas sus campañas. Luego sería nombrada “madre de la patria argentina”, un justo reconocimiento a su trayectoria y en su honor se celebra cada 8 de Noviembre el Día de los Afro-Argentinos.
● Antonio Ruiz, más conocido como el negro Falucho, según Bartolomé Mitre, mítico integrante del regimiento de Libertos del General San Martín, lucho en las guerras de la Independencia. Su monumento hoy está en la zona de Pacifico frente al regimiento de Patricios.
● Lorenzo Barcala, integrante de las milicias de Pardos de Mendoza. Acompaña a San Martín a cargo del batallón de negros de la expedición libertadora. Participo en la guerra contra Brasil de 1827 y con Rosas en la campaña del desierto.
● Josefa Tenorio, esclava de doña Gregoria Aguilar, quien estando en Salta se enrola al servicio del general Las Heras ¡vestida de hombre! Descubierta, se la honra con la custodia de la bandera de guerra.
● El negro Ventura, quien en 1812 denuncia en Buenos Aires la conspiración de Martín de Álzaga y otros españoles contra el primer triunvirato, lo cual le valió su carta de hombre libre y un sueldo de soldado de línea en el Regimiento 2.
No son todos, seguramente hay un buen número de ellos que, en forma anónima y sacrificada, sirvieron a las causas de nuestro país.
En otros términos, el carnaval, el candombe, la murga, el tango y otras expresiones, son herencia de la raza negra que en el viejo Buenos Aires vivían agrupados en los barrios de Montserrat, San Telmo y sus alrededores. Los que no trabajaban en viviendas como servicio, vendían tortas y empanadas en forma ambulante, o fueron cocheros, sastres, zapateros, barberos o escoberos, todas labores menores.
Muy pocos estuvieron afectados a labores agropecuarias. Es así que casi no hay vestigios de gauchos negros. En el Martín Fierro apenas se los nombra. Sin embargo, el gran escritor y dibujante Enrique Rapela rescata al moreno “Amancio” como leal y fiel compañero de aventuras del personaje gaucho de historietas “Fabian leyes”.
La Argentina tiene poca presencia de afrodescendientes hoy día. Una de las razones de la gradual “desaparición” de esta etnia sería la mestización, la integración de los hombres con las nativas criollas lo cual a la larga llevó a su pérdida.
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