Bullrich viaja a El Salvador para reunirse con Bukele
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, iniciará hoy una gira por El Salvador, en la que se reunirá con el presidente de ese país, Nayib Bukele, que a comienzos de este mes inició su segundo mandato presidencial.
Bullrich tiene previsto en su viaje, que se extenderá hasta el próximo miércoles, visitar, entres otros puntos, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la cárcel emblema de Bukele.
Según fuentes del área, la ministra, con la mira en Rosario, “está interesada en toda la estructura que permitió bajar drásticamente el delito en El Salvador que hasta hace no mucho tiempo fue un país dominado por la violencia de las maras. De ser el país más violento del mundo y tener 145 homicidios cada 100.000 habitantes, pasó a tener 2 cada 100.000”.
La llegada de Bullrich a territorio salvadoreño esta prevista para esta noche, en la que será recibida por el embajador argentino, Sergio Iaciuk. En tanto que para mañana tiene previsto recorrer el Cecot, la cárcel más grande de América con capacidad para 40.000 presos.
El centro de detención está ubicado en una zona rural aislada, en el distrito de Tecoluca, unos 69 kilómetros al sudeste de San Salvador.
En el momento de su construcción el lugar despertó la alerta de organismos de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Right Watch, que siguen de cerca la situación de ese país y los manejos en la materia por parte de Bukele, en especial la de los detenidos sin condena
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El plan del peronismo ya no es ir por todo, sino por la mitad que no tome Milei
ESTRATEGIA. Busca polarizar con el Presidente y desplazar a otras opciones opositoras; no negocia con el oficialismo en el Congreso
Mariano Spezzapria
El peronismo sintió el golpe de la victoria del oficialismo y sus aliados con la sanción de la Ley Bases en el Senado. La decepción fue doble, porque tampoco logró montar una marcha masiva al Congreso y debió hacerse a un lado cuando las inmediaciones del palacio legislativo fueron copadas por los activistas más violentos. No obstante, en la fuerza que gobernó el país hasta diciembrepasadohacenunacuenta que va más allá de la coyuntura adversa: “Para nosotros, lo importante es dejar claro que representamos el otro camino posible al que transita el Gobierno”, razona uno de los dirigentes más conocidos del espacio.
Aunque no lo dice abiertamente, la estrategia del “panperonismo” –como se llama a la unidad sostenida de kirchneristas, massistas y pejotistas de distinto pelaje– se basa en un análisis que sus principales figuras hacen en encuentros de carácter reservado. Allí especulan con el paulatino desgaste que puede sufrir Javier Milei como consecuencia del ajuste que implementa su administración. “Están perdiendo apoyo en la clase media baja. De ahí son los votantes que se nos fueron a nosotros en la última elección”, sostienen en base a encuestas propias. Ya no apuestan a que la imagen presidencial se desbarranque, sino a una merma por goteo.
“Hay dos pilares sobre los que se planta Milei: la expectativa económica y la pelea con la política. En el primer punto la sociedad achicó su margen de tolerancia. Primero le daba un año, luego seis meses y ahora solo tres meses para que se vean los resultados”, es la lectura que hacen de los sondeos que circulan en las distintas terminales de Unión por la Patria (UP). También advierten que la controversia en torno a la distribución de alimentos para comedores populares “le pegó al Gobierno en el tema de la transparencia”, lo que a juicio de los dirigentes opositores complica al Presidente en su relato fundacional de diferenciación de la “casta”.
En las mesas más importantes de UP, las que se tienden en las oficinas del Instituto Patria, las del Frente Renovador, en la sede de la CGT en Azopardo y los despachos principales de los bloques legislativos, pronostican además que “la determinación de Milei” –que curiosamente es elogiada en privado– arrastrará a Pro y a la UCR a un escenario de “licuación” electoral en manos de La Libertad Avanza (LLA) en los comicios de medio término de 2025. “El único que está haciendo un esfuerzo por diferenciarse es (Martín) Lousteau”, reconocen en UP, pero lo atribuyen a la “sobrerrepresentación” oficialista en la ciudad de Buenos Aires.
En ese escenario proyectado, el peronismo se concibe como una oposición sin dobleces al presidente Milei. Los discursos de los jefes parlamentarios José Mayans y Juliana Di Tullio en el Senado, y antes el de Germán Martínez en Diputados, evidenciaron una coordinación política entre los distintos sectores de UP. “Estamos confrontando dos esquemas políticos. Nosotros creemos que al Presidente no le va a salir bien. Y cuando esto empiece a tomar el nivel que tiene que tomar, va a explotar”, dijo en su intervención de cierre el formoseño Mayans, quien responde internamente al gobernador Gildo Insfrán, jefe del Congreso del PJ.
Pero más allá de estas expresiones, que encuentran eco en personajes menos relevantes como Guillermo Moreno o Aníbal Fernández –ambos especularon con un final de mandato anticipado para Milei–, en UP sostienen que “este peronismo no está organizando el desorden, no es un peronismo carnívoro”. Por lo bajo, lo fundamentan con hechos de las últimas semanas y días. El primero se sitúa en Villa Martelli, en Vicente López, donde se ubica el galpón del Ministerio de Capital Humano en el que se acopiaron los alimentos. “En esa zona hay dos grandes villas. ¿No se preguntan por qué nadie entró para hacerse de esos alimentos?”, inquieren.
El segundo ejemplo está más fresco aún. En la marcha al Congreso convocada por sectores del PJ bonaerense y los gremios de la CGT en rechazo a la Ley Bases, el peronismo se retiró de la plaza para “no quedar pegado” con los incidentes que estaban a punto de suceder por la gran presencia policial y el acercamiento de grupos de izquierda que ya se habían comportado en forma violenta en 2017, cuando se trataba la reforma jubilatoria a pedido de Mauricio Macri. La lógica que los guía es que “después no se diga que el peronismo no lo dejó gobernar a Milei”.
“Si creemos que el Gobierno va a un fracaso, también pensamos que el fracaso lo tiene que pagar el que lo ejecuta, sin que nos hagan cargo a nosotros”, explica un referente de UP, que grafica la situación en la que –a su juicio– se encuentra el presidente Milei: “Su construcción sobre la antipolítica lo pone en un spiedo en el que se va cocinando solo”, argumenta sobre las dificultades de LLA de armar alianzas en el Parlamento. Sin embargo, los libertarios consiguieron apoyo de diputados y senadores de la oposición dialoguista más allá de las diatribas del Presidente contra el Congreso. Ese factor novedoso no entra aún en el análisis peronista.
De hecho, hasta la caída de la restitución del impuesto a las ganancias en el Senado se preparaban para judicializar la norma y ahora buscarán defender esa postura en Diputados, pese a que al oficialismo le alcanzará con una mayoría simple para insistir con la votación original. “Veremos qué pasa”, dijo un peronista algo alicaído tras el primer triunfo legislativo de fuste por parte de los libertarios. De todos modos, sostuvo que UP no está aislado en el Congreso y puso como ejemplo la caída del DNU 70/23 en el Senado y la reforma jubilatoria en Diputados, que fueron aprobadas con el concurso de otros bloques. A tal punto que la nueva fórmula previsional podría ser sancionada en forma completa en la Cámara alta.
La palabra “autocrítica”, dentro del peronismo, se utiliza poco y nada. En los encuentros reservados se habla de redefinir el “sujeto de representación” de la fuerza, porque “el mundo y el país cambiaron y ya no son mayoría los hijos de la Revolución Industrial”. También están los que cuestionan que el PJ “pasó de ser un partido formado por trabajadores a otro que apadrina los planes sociales”. Pero en el plano económico no parece haber mea culpa alguno. Afirman, como lo hizo el gobernador Axel Kicillof desde Roma, que el superávit fiscal de Milei es “trucho” y pronostican que el descenso de la inflación se cortará este mes y volverá a la tendencia alcista en julio.
El excandidato y exministro Sergio Massa fue invitado a un almuerzo con representantes de fondos de inversión extranjeros –que también se reunieron con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Lousteau– en el que se habló de la macroeconomía, el dólar y la estabilidad de las reservas. Allí dejó un par de frases que llamaron la atención: “Con el tipo de cambio real atrasado, la única empresa que tiene récord de producción es la que fabrica silobolsas”, dijo y agregó: “Pareciera dudoso de que aún con el FMI prestando 10.000 millones de dólares el Gobierno pueda levantar el cepo”.
En la proyección económica, Massa y los especialistas que rodean a Cristina Kirchner advierten que la corriente de La Niña provocará una nueva gran sequía, lo que frenará el ingreso de divisas al país. En tono irónico, afirman que ya compraron una “máquina de hacer pochoclos” para sentarse a ver cómo hace el Gobierno para afrontar esa situación, que de acuerdo con sus proyecciones derramará sobre el próximo año electoral. Ese cuadro lleva a los dirigentes peronistas a pensar que el espacio que logre encarnar la principal oposición a Milei ganará en 2025.
“El posicionamiento de que el panperonismo es la oposición al Gobierno lo conseguimos”, afirmó uno de los dirigentes consultados tras el derrotero de la Ley Bases en el Congreso, que aún debe cumplir un paso extra en la Cámara de Diputados. “Nosotros tenemos que mantenernos ordenados”, sostuvo y consideró, en la misma línea, que Kicillof y el jefe del PJ bonaerense y de La Cámpora, Máximo Kirchner, entendieron que “no es tiempo para dirimir liderazgos”. La presencia de intendentes camporistas entre los que se presentaron a protestar contra el ministro de Economía, Luis Caputo, para que restituya fondos cortados a la provincia, selló esa tregua.
Del acuerdo “panperonista” no parece formar parte Alberto Fernández. “Prefiere hacer tuits contra Milei pero no hablar con los demás para acordar una línea de acción”, se quejan en UP. Al alentar el desgaste del Presidente, pero sin fomentar su desestabilización –“no me da el piné para ser golpista”, ironizó la kirchnerista Di Tullio–, necesitan de un grado de paciencia que no todos comparten. “Cristina salió a la cancha en mayo del 17, no antes”, recuerdan, para justificar la necesidad de no anticipar movimientos. De hecho, pese a la derrota con la Ley Bases ponderan el empate de 36 a 36 en el Senado. En tiempos de Milei, el peronismo ya no va por todo, sino por la mitad. Con eso se conforma por el momento
El peronismo sintió el golpe de la victoria del oficialismo y sus aliados con la sanción de la Ley Bases en el Senado. La decepción fue doble, porque tampoco logró montar una marcha masiva al Congreso y debió hacerse a un lado cuando las inmediaciones del palacio legislativo fueron copadas por los activistas más violentos. No obstante, en la fuerza que gobernó el país hasta diciembrepasadohacenunacuenta que va más allá de la coyuntura adversa: “Para nosotros, lo importante es dejar claro que representamos el otro camino posible al que transita el Gobierno”, razona uno de los dirigentes más conocidos del espacio.
Aunque no lo dice abiertamente, la estrategia del “panperonismo” –como se llama a la unidad sostenida de kirchneristas, massistas y pejotistas de distinto pelaje– se basa en un análisis que sus principales figuras hacen en encuentros de carácter reservado. Allí especulan con el paulatino desgaste que puede sufrir Javier Milei como consecuencia del ajuste que implementa su administración. “Están perdiendo apoyo en la clase media baja. De ahí son los votantes que se nos fueron a nosotros en la última elección”, sostienen en base a encuestas propias. Ya no apuestan a que la imagen presidencial se desbarranque, sino a una merma por goteo.
“Hay dos pilares sobre los que se planta Milei: la expectativa económica y la pelea con la política. En el primer punto la sociedad achicó su margen de tolerancia. Primero le daba un año, luego seis meses y ahora solo tres meses para que se vean los resultados”, es la lectura que hacen de los sondeos que circulan en las distintas terminales de Unión por la Patria (UP). También advierten que la controversia en torno a la distribución de alimentos para comedores populares “le pegó al Gobierno en el tema de la transparencia”, lo que a juicio de los dirigentes opositores complica al Presidente en su relato fundacional de diferenciación de la “casta”.
En las mesas más importantes de UP, las que se tienden en las oficinas del Instituto Patria, las del Frente Renovador, en la sede de la CGT en Azopardo y los despachos principales de los bloques legislativos, pronostican además que “la determinación de Milei” –que curiosamente es elogiada en privado– arrastrará a Pro y a la UCR a un escenario de “licuación” electoral en manos de La Libertad Avanza (LLA) en los comicios de medio término de 2025. “El único que está haciendo un esfuerzo por diferenciarse es (Martín) Lousteau”, reconocen en UP, pero lo atribuyen a la “sobrerrepresentación” oficialista en la ciudad de Buenos Aires.
En ese escenario proyectado, el peronismo se concibe como una oposición sin dobleces al presidente Milei. Los discursos de los jefes parlamentarios José Mayans y Juliana Di Tullio en el Senado, y antes el de Germán Martínez en Diputados, evidenciaron una coordinación política entre los distintos sectores de UP. “Estamos confrontando dos esquemas políticos. Nosotros creemos que al Presidente no le va a salir bien. Y cuando esto empiece a tomar el nivel que tiene que tomar, va a explotar”, dijo en su intervención de cierre el formoseño Mayans, quien responde internamente al gobernador Gildo Insfrán, jefe del Congreso del PJ.
Pero más allá de estas expresiones, que encuentran eco en personajes menos relevantes como Guillermo Moreno o Aníbal Fernández –ambos especularon con un final de mandato anticipado para Milei–, en UP sostienen que “este peronismo no está organizando el desorden, no es un peronismo carnívoro”. Por lo bajo, lo fundamentan con hechos de las últimas semanas y días. El primero se sitúa en Villa Martelli, en Vicente López, donde se ubica el galpón del Ministerio de Capital Humano en el que se acopiaron los alimentos. “En esa zona hay dos grandes villas. ¿No se preguntan por qué nadie entró para hacerse de esos alimentos?”, inquieren.
El segundo ejemplo está más fresco aún. En la marcha al Congreso convocada por sectores del PJ bonaerense y los gremios de la CGT en rechazo a la Ley Bases, el peronismo se retiró de la plaza para “no quedar pegado” con los incidentes que estaban a punto de suceder por la gran presencia policial y el acercamiento de grupos de izquierda que ya se habían comportado en forma violenta en 2017, cuando se trataba la reforma jubilatoria a pedido de Mauricio Macri. La lógica que los guía es que “después no se diga que el peronismo no lo dejó gobernar a Milei”.
“Si creemos que el Gobierno va a un fracaso, también pensamos que el fracaso lo tiene que pagar el que lo ejecuta, sin que nos hagan cargo a nosotros”, explica un referente de UP, que grafica la situación en la que –a su juicio– se encuentra el presidente Milei: “Su construcción sobre la antipolítica lo pone en un spiedo en el que se va cocinando solo”, argumenta sobre las dificultades de LLA de armar alianzas en el Parlamento. Sin embargo, los libertarios consiguieron apoyo de diputados y senadores de la oposición dialoguista más allá de las diatribas del Presidente contra el Congreso. Ese factor novedoso no entra aún en el análisis peronista.
De hecho, hasta la caída de la restitución del impuesto a las ganancias en el Senado se preparaban para judicializar la norma y ahora buscarán defender esa postura en Diputados, pese a que al oficialismo le alcanzará con una mayoría simple para insistir con la votación original. “Veremos qué pasa”, dijo un peronista algo alicaído tras el primer triunfo legislativo de fuste por parte de los libertarios. De todos modos, sostuvo que UP no está aislado en el Congreso y puso como ejemplo la caída del DNU 70/23 en el Senado y la reforma jubilatoria en Diputados, que fueron aprobadas con el concurso de otros bloques. A tal punto que la nueva fórmula previsional podría ser sancionada en forma completa en la Cámara alta.
La palabra “autocrítica”, dentro del peronismo, se utiliza poco y nada. En los encuentros reservados se habla de redefinir el “sujeto de representación” de la fuerza, porque “el mundo y el país cambiaron y ya no son mayoría los hijos de la Revolución Industrial”. También están los que cuestionan que el PJ “pasó de ser un partido formado por trabajadores a otro que apadrina los planes sociales”. Pero en el plano económico no parece haber mea culpa alguno. Afirman, como lo hizo el gobernador Axel Kicillof desde Roma, que el superávit fiscal de Milei es “trucho” y pronostican que el descenso de la inflación se cortará este mes y volverá a la tendencia alcista en julio.
El excandidato y exministro Sergio Massa fue invitado a un almuerzo con representantes de fondos de inversión extranjeros –que también se reunieron con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Lousteau– en el que se habló de la macroeconomía, el dólar y la estabilidad de las reservas. Allí dejó un par de frases que llamaron la atención: “Con el tipo de cambio real atrasado, la única empresa que tiene récord de producción es la que fabrica silobolsas”, dijo y agregó: “Pareciera dudoso de que aún con el FMI prestando 10.000 millones de dólares el Gobierno pueda levantar el cepo”.
En la proyección económica, Massa y los especialistas que rodean a Cristina Kirchner advierten que la corriente de La Niña provocará una nueva gran sequía, lo que frenará el ingreso de divisas al país. En tono irónico, afirman que ya compraron una “máquina de hacer pochoclos” para sentarse a ver cómo hace el Gobierno para afrontar esa situación, que de acuerdo con sus proyecciones derramará sobre el próximo año electoral. Ese cuadro lleva a los dirigentes peronistas a pensar que el espacio que logre encarnar la principal oposición a Milei ganará en 2025.
“El posicionamiento de que el panperonismo es la oposición al Gobierno lo conseguimos”, afirmó uno de los dirigentes consultados tras el derrotero de la Ley Bases en el Congreso, que aún debe cumplir un paso extra en la Cámara de Diputados. “Nosotros tenemos que mantenernos ordenados”, sostuvo y consideró, en la misma línea, que Kicillof y el jefe del PJ bonaerense y de La Cámpora, Máximo Kirchner, entendieron que “no es tiempo para dirimir liderazgos”. La presencia de intendentes camporistas entre los que se presentaron a protestar contra el ministro de Economía, Luis Caputo, para que restituya fondos cortados a la provincia, selló esa tregua.
Del acuerdo “panperonista” no parece formar parte Alberto Fernández. “Prefiere hacer tuits contra Milei pero no hablar con los demás para acordar una línea de acción”, se quejan en UP. Al alentar el desgaste del Presidente, pero sin fomentar su desestabilización –“no me da el piné para ser golpista”, ironizó la kirchnerista Di Tullio–, necesitan de un grado de paciencia que no todos comparten. “Cristina salió a la cancha en mayo del 17, no antes”, recuerdan, para justificar la necesidad de no anticipar movimientos. De hecho, pese a la derrota con la Ley Bases ponderan el empate de 36 a 36 en el Senado. En tiempos de Milei, el peronismo ya no va por todo, sino por la mitad. Con eso se conforma por el momento
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