Suben la luz y el gas para todos los usuarios
Se incluyó a los segmentos de ingresos bajos y medios
Sofía Diamante
El Gobierno dispuso ayer un nuevo aumento en las facturas de gas y electricidad de este mes para hogares, comercios e industrias, que, a diferencia de las subas anteriores, abarcará a todos los usuarios, incluyendo a los de ingresos medios y bajos. Además, bajó el tope de consumo máximo subsidiado para los hogares de ingresos bajos y medios. El objetivo es seguir reduciendo los subsidios.
Para cuidar la sostenibilidad de las cuentas públicas, el Gobierno dispuso un nuevo aumento en las facturas de gas y electricidad para comercios, industrias y hogares que, a diferencia de las subas anteriores, será destinado completamente a reducir el gasto en subsidios. La Secreta ría de Energía acotó además el consumo máximo subsidiado que tendrán los hogares de ingresos bajos y medios.
A través de cuatro resoluciones publicadas ayer en el Boletín Oficial, Energía simplificó el esquema tarifario de gas y electricidad que regía para los tres niveles de hogares segmentados –altos (N1), bajos (N2) y medios ingresos (N3)–. Además, distribuyó el costo del recorte de subsidios entre todos los usuarios, a diferencia de lo que había hecho en los meses previos, cuando dejó sin modificaciones los aumentos para los usuarios residenciales de ingresos bajos y medios.
Según detalló la Secreta ría de Energía, el valor promedio de las facturas finales de gas para un usuario N1 con un consumo promedio de 149 m3 por mes pasará de $25.756 a $28.142 (9%); para un N2, con un consumo promedio de 159 m3, pasará de $15.638 a $20.797 (33%), y para un N3, con un consumo promedio de171m 3, pasará de $24.465 a $26.865(10%).
En lo que se refiere a electricidad, si se consideran consumos promedio residenciales de 260 kWh por mes, el valor promedio de las facturas finales para un N1 pasará de $24.710 a $30.355 (23%); para N2, de $6295 a $12.545(100%), y para N 3, de $6585 a $16.850(156%).
Desde que asumió Javier Milei, las facturas de electricidad subieron de un valor promedio de $12.441 en diciembre a $27.923 (125%) en mayo, para un usuario del AMBA, y teniendo en cuenta la variación en los consumos según la época del año. Las boletas de gas aumenta ron casi 900% debido al efecto doble del aumento de tarifas y del mayor consumo por el invierno. Pasaron de $2958 en diciembre a $29.364 en mayo, según cálculos del Instituto In ter disciplinario de Economía Política (IIEP).
En detalle, en gas, se dispuso que los usuarios pagarán un precio promedio de US$3,29 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector). Hasta mayo, los comercios, industrias y usuarios de altos ingresos pagaban US$2,94. En el sendero original de aumentos, antes de que el Economía pospusiera la actualización para el mes pasado, estos usuarios iban a pagar US$4,49. Por lo tanto, la Secretaría de Energía decidió reducir el incremento original, que hubiera significado un fuerte ajuste en las boletas en invierno.
Para los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3), que estaban pagando US$0,78 y US$1,16, respectivamente, el nuevo precio de referencia también será US$3,29, aunque estará bonificado hasta un cierto tope de consumo. Los N2 pagarán el 36% del valor de referencia y los N3, el 45%; es decir, US$1,18 y US$1,81. Esto equivale a una bonificación de 64% y de 55%, respectivamente.
Los hogares de ingresos bajos, que antes tenían un subsidio ilimitado, ahora tendrán un tope máximo, que será el mismo bloque de consumo que tienen los usuarios de ingresos medios. Por ejemplo, para un usuario residencial de Metrogas que suele consumir lo mínimo (residencial 1), esto significan 41 metros cúbicos en junio. Cuando estos hogares se excedan del consumo máximo subsidiado, pagarán el precio de referencia establecido (US$3,29).
Pese a estos aumentos, todos los usuarios residenciales, hogares e industrias seguirán recibiendo subsidios, ya que el costo real de producir e importar gas durante todo el año es aproximadamente US$5,2 el millón de BTU. Es decir, las industrias, comercios y los N1 pagarán el 63% de lo que cuesta el gas; los N2, el 22%, y los N3, el 35%. El resto del costo lo cubre el Tesoro Nacional.
En lo que se refiere a electricidad, la situación será similar. El nuevo precio de referencia de la energía eléctrica es $56.019 el MWh, aunque la Secretaría de Energía aclaró que el costo real sin subsidios es $71.411.
Hasta el mes pasado, los usuarios de altos ingresos, comercios e industrias pagaban $44.401; los de bajos ingresos, $2981, y los de ingresos medios, $3756. Es decir, el 70% de los hogares pagaban menos de 5% de lo que cuesta la generación eléctrica.
Al igual que con el gas, los usuarios N2 y N3 tendrán bonificado su consumo hasta un volumen máximo, que será de 350 kWh por mes para los hogares de ingresos bajos (antes era ilimitado) y de 250 kWh para los de ingresos medios (antes eran 400 kWh por mes). Hasta ese tope de consumo, los usuarios N2 pagarán el 28,08% del valor de referencia y los N3, el 44,06%; es decir, $15.730 y $24.682 el MWh. Esto equivale a una bonificación de 71,92% y de 55,94%, respectivamente.
En concreto, las industrias, comercios y los N1 pagarán el 78% de lo que cuesta la generación eléctrica; los N2, el 22%, y los N3, el 35%
A las entidades de bien público, clubes de barrio y de pueblo, y otras categorías de usuarios sin fines de lucro asimilables, que en total suman 5000 usuarios, se le aplicarán las bonificaciones al precio de gas y de la electricidad correspondientes a los usuarios residenciales de ingresos bajos para el total del volumen consumido.
Para amortiguar el alza, Economía postergó la suba de tarifas a empresas distribuidoras y transportadoras de gas y electricidad.
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Desde julio, las tarifas se ajustarán por la inflación futura
El transporte y la distribución se actualizarán de manera mensual; aún se discute qué índice usarán
Sofía Diamante
Luego de aplicar un ajuste en las facturas de gas y electricidad para reducir el gasto en subsidios, la meta de la Secretaría de Energía es retornar la idea original de que las tarifas aumenten todos los meses. Sin embargo, no se utilizarán variables de ajuste pasadas, sino que se usará una estimación de inflación futura.
Así, a partir del mes próximo, las boletas subirán nuevamente, pero no habrá una quita de subsidios, sino que se recompondrá la rentabilidad de las empresas de transporte y distribución de gas y electricidad. Entre ellas se encuentran Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, TGN y TGS.
Este mes, Economía aplicó una suba en uno de los tres componentes, para recortar el peso de los subsidios. De hecho, en electricidad, los usuarios residenciales, comercios e industrias en su conjunto cubren ahora el 65% del costo total del sistema eléctrico, cuando el mes pasado cubrían el 45%, según estimaciones oficiales. En el medio hay variaciones: los hogares de ingresos altos cubren el 78% del costo, mientras los de bajos ingresos, el 22%.
Para hacer espacio a la quita de subsidios y que el aumento final no impacte bruscamente en los valores finales de las facturas y, por lo tanto, en la inflación, de Economía congeló la suba de los otros dos componentes (transporte y distribución).
Lo hizo por segunda vez, ya que se suponía que las tarifas de estos dos segmentos iban a actualizarse de manera automática todos los meses según una fórmula de ajuste ya establecida, que tenía en cuenta la inflación minorista (IPC), la mayorista (IPIM) y la variación de los salarios.
El Ministerio de Economía ahora cambia la estrategia y, para desindexar los contratos, estableció que los aumentos se hagan de acuerdo con una estimación de la inflación del mes en curso. En el Gobierno no dieron precisiones acerca de qué proyección se tomará en cuenta, pero negaron que fuera a considerarse el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que publica el Banco Central sobre la base de estimaciones de las consultoras privadas.
“Es una cuestión de timing, de cómo ir llevando las cosas sin perder el rumbo”, dijeron en la Secretaría de Energía, al explicar la decisión de posponer los aumentos previstos del mes pasado. “Para transporte y distribución ya hubo una recomposición tarifaria importante en febrero (electricidad) y en abril (gas), que les permite a las empresas aguantar dos meses sin variación, aunque no mucho tiempo más. En la Secretaría de Energía queremos que se apliquen los ajustes, porque el flujo del dinero para sostener el sistema viene de las tarifas y no del Tesoro. Pero hay que tener en cuenta el contexto económico y que se consolide el proceso de desinflación”, agregaron.
La velocidad de la quita de subsidios, de hecho, dependerá de la marcha de la reactivación económica y de la recuperación de la capacidad adquisitiva. “Si mejora la situación, se reduce la bonificación que se les da a los usuarios de ingresos bajos y medios, pero si la situación se complica, puede aumentar”, señalaron.
Por otro lado, el Gobierno buscará actualizar el registro de acceso a los subsidios a la energía (RASE), para verificar que realmente los usuarios anotados necesiten la bonificación. Economía espera reducir los subsidios de la energía de 1,5% del PBI a un punto, aunque en la Secretaría de Energía no descartan que se pueda bajar a 0,7% del PBI. Para ello, señalan que se avanzará con la implementación de la canasta básica energética (CBE), que calculará el subsidio según los ingresos totales de un hogar, de cuántas personas viven ahí y de la zona bioclimática del país donde residen
Luego de aplicar un ajuste en las facturas de gas y electricidad para reducir el gasto en subsidios, la meta de la Secretaría de Energía es retornar la idea original de que las tarifas aumenten todos los meses. Sin embargo, no se utilizarán variables de ajuste pasadas, sino que se usará una estimación de inflación futura.
Así, a partir del mes próximo, las boletas subirán nuevamente, pero no habrá una quita de subsidios, sino que se recompondrá la rentabilidad de las empresas de transporte y distribución de gas y electricidad. Entre ellas se encuentran Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, TGN y TGS.
Este mes, Economía aplicó una suba en uno de los tres componentes, para recortar el peso de los subsidios. De hecho, en electricidad, los usuarios residenciales, comercios e industrias en su conjunto cubren ahora el 65% del costo total del sistema eléctrico, cuando el mes pasado cubrían el 45%, según estimaciones oficiales. En el medio hay variaciones: los hogares de ingresos altos cubren el 78% del costo, mientras los de bajos ingresos, el 22%.
Para hacer espacio a la quita de subsidios y que el aumento final no impacte bruscamente en los valores finales de las facturas y, por lo tanto, en la inflación, de Economía congeló la suba de los otros dos componentes (transporte y distribución).
Lo hizo por segunda vez, ya que se suponía que las tarifas de estos dos segmentos iban a actualizarse de manera automática todos los meses según una fórmula de ajuste ya establecida, que tenía en cuenta la inflación minorista (IPC), la mayorista (IPIM) y la variación de los salarios.
El Ministerio de Economía ahora cambia la estrategia y, para desindexar los contratos, estableció que los aumentos se hagan de acuerdo con una estimación de la inflación del mes en curso. En el Gobierno no dieron precisiones acerca de qué proyección se tomará en cuenta, pero negaron que fuera a considerarse el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que publica el Banco Central sobre la base de estimaciones de las consultoras privadas.
“Es una cuestión de timing, de cómo ir llevando las cosas sin perder el rumbo”, dijeron en la Secretaría de Energía, al explicar la decisión de posponer los aumentos previstos del mes pasado. “Para transporte y distribución ya hubo una recomposición tarifaria importante en febrero (electricidad) y en abril (gas), que les permite a las empresas aguantar dos meses sin variación, aunque no mucho tiempo más. En la Secretaría de Energía queremos que se apliquen los ajustes, porque el flujo del dinero para sostener el sistema viene de las tarifas y no del Tesoro. Pero hay que tener en cuenta el contexto económico y que se consolide el proceso de desinflación”, agregaron.
La velocidad de la quita de subsidios, de hecho, dependerá de la marcha de la reactivación económica y de la recuperación de la capacidad adquisitiva. “Si mejora la situación, se reduce la bonificación que se les da a los usuarios de ingresos bajos y medios, pero si la situación se complica, puede aumentar”, señalaron.
Por otro lado, el Gobierno buscará actualizar el registro de acceso a los subsidios a la energía (RASE), para verificar que realmente los usuarios anotados necesiten la bonificación. Economía espera reducir los subsidios de la energía de 1,5% del PBI a un punto, aunque en la Secretaría de Energía no descartan que se pueda bajar a 0,7% del PBI. Para ello, señalan que se avanzará con la implementación de la canasta básica energética (CBE), que calculará el subsidio según los ingresos totales de un hogar, de cuántas personas viven ahí y de la zona bioclimática del país donde residen
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