domingo, 16 de junio de 2024

EL MEDIO ES EL MENSAJE Y LA HISTORIA DETRÁS DE LA HISTORIA


TV legislativa: antídoto contra la fragmentació
Permitió acceder a los discursos completos de los senadores, que la vorágine informativa interrumpía en las señales de noticias
Pablo Sirvén
El concepto de “pantalla partida” tuvo su momento de mayor confrontación ideológica cuando TN, durante el conflicto con el campo, en 2008, solía dividir la pantalla en dos, poniendo de un lado alguna actividad de la entonces presidenta Cristina Kirchner y del otro, las protestas de los productores rurales en los cortes de rutas.
Fue tanta la bronca que se agarró el matrimonio presidencial que mandaba en aquella época que empezaron a hacer circular como un mantra el término “TN miente”. Tiempo después la idea se extendió a “Clarín miente” hasta convertir ese axioma en la madre de todas las batallas del tercer gobierno kirchnerista, luego amplificado al resto del periodismo que no comulgaba con sus ideas.
La pantalla dividida en dos mitades permite, en otras ocasiones, el recurso de apelar a primerísimos planos de dos contendientes que se enfrentan fieramente a las cámaras de TV, con más potencia visual que si se abriera la imagen solo al plano general.
Ya hace un tiempo empezó LN+, y otras señales la imitaron, a dividir la pantalla en cuatro o hasta en cinco partes para abarcar a los participantes de ciertos bloques periodísticos, de forma tal que no solo el televidente pueda ver a quien está en el uso de la palabra, sino también las expresiones de los demás. Eso permite advertir la gestualidad ansiosa de conductores deseosos de interrumpir todo el tiempo, mientras que otros columnistas o invitados miran al frente en actitud impávida, salvo Marina Calabró, que ostenta cómoda el récord de simpáticos mohines mientras espera su turno para hablar.
Estos días tan pródigos en noticias en escenarios diversos obligaron al periodismo televisivo a desplegar móviles por todos lados.
En su pretensión de no perderse nada, la pantalla de TV llegó, en ciertos momentos, a subdividirse hasta en seis cuadraditos. Un rompecabezas de imágenes que alternaban tan pronto la maratónica sesión en el Senado para tratar la Ley Bases y el paquete fiscal con los disturbios frente al Congreso. Fue tal la diversidad de situaciones que se les presentaban a los conductores que seguían los acontecimientos en tiempo real que hasta expresaban su mareo al aire, pidiendo a viva voz a sus productores que los orientaran hacia dónde ir.
De allí que los discursos de los oradores de la Cámara alta llegasen tan fragmentados a la audiencia.
Una verdadera paradoja: en un país con récord de siete señales de noticias (Uruguay no cuenta con ninguna) resultaba de todos modos imposible, por la vorágine informativa que se daba en paralelo en varios escenarios, seguir el hilo de las disertaciones.
Es el momento en que se vuelve imprescindible para aquellos que quieren dejar de lado tanta hojarasca y concentrarse en cómo los legisladores fundamentan sus respectivos votos, acudir –según la cámara que sea protagonista– a Diputados TV o Senado TV.
Con la misma independencia con que se manejan las dos cámaras legislativas, sendas señales cuentan con personal, equipamientos, presupuestos y modalidades de emisión diferenciadas. La primera tiene su sede en el subsuelo del edificio anexo, en tanto que la segunda posee su base de operaciones en la planta baja del Palacio Legislativo.
El objetivo principal de ambas es transmitir sin pausa ni comentarios extras todo lo que sucede durante las sesiones en los respectivos recintos. Así se puede apreciar de manera completa la ponencia de cada legislador, debidamente identificado en el videograph con su nombre y el bloque al que pertenece.
Aquí no hay movileros agitados ni conductores parlanchines: simplemente las cámaras registran la sucesión de intervenciones. Claramente no se trata de un programa de televisión y, por lo tanto, no se maneja con sus códigos, empezando por su duración. La sesión en el Senado que puso al presidente Javier Milei al borde de obtener su primera ley duró casi 22 horas. Abarcarla en su totalidad, como televidente, no tiene sentido y resultaría monótono, pero entrando por YouTube, con el cursor se pueden buscar aquellos discursos que más nos interesan para mirarlos integralmente o pispear, por mera curiosidad, fragmentos de otros.
El Senado empezó a hacer sus primeros pininos televisivos a instancias de Daniel Scioli, en 2004, cuando era vicepresidente de Néstor Kirchner. Diputados tardó un poco más y recién estuvo en el aire, con todas las de la ley, en 2012. Al despuntar la era Milei llegó el recorte para ambas señales en materia presupuestaria y de personal. Cada una emplea unas 60 personas. Además de las sesiones, registran los trabajos de las comisiones y explican los distintos mecanismos legislativos, con un tono editorial que ahora quiere apuntar a ser más institucional y menos militante que en tiempos del pasado reciente.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Perdido en el Bernabéu
La trastienda de un show que inscribió en la historia a Duki, el músico de 27 años que se convirtió en el primer argentino en actuar en la majestuosa casa del Real Madrid
Sebastián Espósito
El armado del escenario, dos días antes del show que Duki dio el sábado 8 de junio de 2024 en el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid
Una lluvia fría, intensa, pesada, de esas que nos sorprenden en verano, cae sobre el Santiago Bernabéu. Es el día en el que Duki cumple el sueño que ni siquiera se atrevió a soñar. Saludo rápido, veo su cara de preocupación por el imprevisto que puede atrasar los tiempos de armado del escenario (aunque el techo corredizo demora solo 20 minutos en cerrarse por completo) y me dirijo a la salida. ¿Pero a cuál?
Estoy en el campo de juego del Real Madrid, en la Casa Blanca, en una de las catedrales que el fútbol erigió para venerar a sus héroes. Pienso en lo que sentí cuando visité Old Trafford, el hogar de Manchester United o, hace solo un año, el Metropolitano de Madrid, donde hace las veces de local el “Aleti”. “Pero esto es otra cosa”, digo bajito.
Rodeado de grúas, columnas metálicas, voces en español y en “argentino” que vienen y van como si estuviesen en la city y una mesa donde se improvisa algo para comer y tomar. El césped brilla por su ausencia, también los arcos. Me imagino a Vinicius encarar con decisión, o a Mbappé, que en breve jugará de local en este estadio. Pero hoy los que se mueven con maestría, con un profesionalismo que conmueve, son los argentinos que trabajan contrarreloj para llegar al momento en que se abran las puertas para el público y todo luzca como debe lucir.
Duki en el Santiago Bernabéu, la noche del 8 de junio de 2024Cuino Lavía - @cuinocuino
¿Cómo se cristaliza un sueño? O, más difícil aún: ¿Cómo se compite con uno de ellos? Lo primero que me produce verlo a Duki dos días antes de su gran noche en el Bernabéu, esa de la que dimos cuenta antes, durante y después del mágico concierto de dos horas y media disfrutado aquí por 65.000 personas y que a la distancia tuvo en vilo a millones, es tranquilidad. Más allá de lo que declara en conferencia de prensa o luego en las entrevistas individuales como la que tuvo con este enviado, sus movimientos y su rostro transmiten calma y aplomo.
Se suele decir que la camiseta de los grandes no es para cualquiera. Que un jugador que descolló en un equipo chico no necesariamente rinda lo mismo en un grande. Bueno, a Duki lo vemos cuando está a punto de ponerse la casaca de un gigante y con la desventaja que, sospechamos, puede significar no encontrar antecedente alguno entre los músicos argentinos. Seguramente haya ido a Vélez como público y al estadio de River Plate también (al primero lo llenó en cuatro oportunidades y al segundo en dos). Seguramente algún recuerdo de su infancia o adolescencia haya aflorado al momento de pisar esos escenarios. Pero, ¿presentarse en el Bernabéu? A siete años de su primer show en Madrid para 1500 personas, a Mauro de Almagro se le materializaba algo que ni siquiera alcanzó a imaginar.
La propuesta de partir el año y su carrera en dos en junio de 2024, en la Casa Blanca del fútbol, le llegó como una de esas ideas delirantes que proponen aquellos que quieren abrir caminos y sacudirse la comodidad. Si el año pasado había juntado a 60.000 personas en dos shows en Madrid y otros dos en Barcelona, no resultaba una quimera que 65.000 se reunieran en un solo lugar para escuchar “Givenchy”, “Rockstar” o “She Don’t Give a FO”. Lo difícil era tomar la decisión y estar dispuesto a ponerle el cuerpo a lo que viniera después.
Como siempre en su caso y en el de muchos de la generación de música urbana argentina que Duki lidera, las entradas “volaron”, se agotaron con meses de anticipación. “Esto es mucho más de lo que alguna vez soñé cuando empezamos a rapear con los pibes en la plaza”, declaró él en febrero. Es muchísimo más. De hecho, el Duki de menos de 20 que “combatía” en las batallas de freestyle de El quinto escalón, en el corazón del Parque Rivadavia, deseaba subir a un escenario y encontrarse con 8000 almas vivando por él. Ni a soñarlo llegó.
Como en Almagro, pero en Madrid: camisetas argentinas en el Estadio Bernabéu, en la conferencia de prensa de Duki, antes de su show en la 'Casa Blanca' del fútbol
Esas gotas frías que rompieron con los 35° del jueves dos días antes de la gran cita me llevaron a saludar rápido y buscar la salida. No era cuestión de incomodar, había que dejar al equipo de producción trabajar en cada uno de los múltiples detalles previos. Nadie se enteró y casi nadie me vio subir y bajar escaleras, probar por un lado y por el otro, intentar en vano encontrar una salida abierta. “Estoy perdido en el Bernabéu”, dije una vez más, aunque sin interlocutores a la vista. La anécdota se la conté a varios el sábado luego del show, luego de escribir en medio de la adrenalina que producía ser testigo de un hecho histórico, de estar ahí (adentro) para contarlo.
En el after, Bizarrap habla con el conductor español Pablo Mottos; Lali Espósito y su novio, Pedro, se detienen a conversar con nosotros y otros músicos argentinos van y vienen como si este no fuera el Bernabéu sino un estadio porteño. Quiero tomar distancia y poner en perspectiva lo que acabo de vivir, pero hoy resulta imposible. Chequearé en mi celu las fotos y videos que saqué, agradeceré a todos por estos días vividos y pensaré una vez más en Mauro de Almagro, el joven que con 27 años ya no representa a su generación sino a toda la música argentina.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.