El Gobierno insistirá con la reforma de Ganancias en Diputados
El proyecto original, rechazado en la tensa votación del Senado, bajaba el piso salarial para tributar de $2,34 millones a $1,8 millones
Silvia Stang
Con el rechazo del Senado a los cambios en el impuesto a los ingresos o ganancias incluidos en el proyecto de medidas fiscales, el oficialismo aspira a poder insistir en Diputados para lograr esa reforma.
Las modificaciones iban a llevar el piso salarial para tributar de los actuales $2,34 millones (para todos los asalariados por igual) a $1,8 millones para quienes no tienen deducción por cónyuge o hijos, ni por determinados gastos, y a algo más de $2,36 millones para un empleado con cónyuge y dos hijos menores de 18 años a su cargo. Un aspecto clave es cómo sería la actualización más próxima: en el sistema actual está previsto un aumento ya para el mes próximo; la propuesta preveía un incremento en septiembre.
En el dictamen se había incluido un alivio en el impuesto para las personas que tengan o tomen un crédito hipotecario. Se previó, en esa modificación, permitir una deducción del ingreso imponible de hasta $3.091.035 por este año, correspondientes a intereses de préstamos hipotecarios destinados a comprar o construir la vivienda.
Esa deducción existía en el esquema del impuesto previo a las modificaciones aprobadas el año pasado por el Congreso a propuesta del gobierno anterior, pero tenía un tope anual que hacía que, en la práctica, fuera insignificante. El máximo deducible era de solo $20.000, una cifra que estuvo congelada durante más de dos décadas.
Mientras el impuesto vigente alcanza a los empleados con remuneraciones brutas de al menos $2,34 millones (cifra que debería actualizarse en julio), con la iniciativa oficial se tributaría desde un salario bruto de $1.800.000 (un neto de $1.494.000) en el caso de quienes no tengan familiares a cargo ni gastos deducibles, y desde un sueldo bruto de $2.366.334 (neto de $1.981.278) en el caso de un asalariado que deduzca cónyuge y dos hijos menores de 18 años. Según la iniciativa, los montos tendrían una actualización por inflación en septiembre próximo.
Si lo que se propone hubiera estado vigente para los sueldos de mayo, con una remuneración bruta de $3 millones, sin deducciones por familiares a cargo ni por gastos (como se dice comúnmente, un “asalariado soltero”), la retención por la carga fiscal habría sido de $214.086, monto equivalente al 7,1% del salario antes de descuentos. Con ese mismo sueldo, pero aplicando deducciones por cónyuge y dos hijos menores, el tributo habría sido de $99.860, 3,3% del salario bruto. Las cifras son más bajas respecto de lo que hoy se tributa con esa misma remuneración.
Tal como ocurría hasta la última reforma, la deducción por familiares a cargo estaría sujeta a condiciones. Estar casado no determina que se pague menos, sino que para ser deducible el cónyuge o conviviente no debe tener ingresos propios. Y los hijos deben ser menores de 18 años o estar incapacitados para el trabajo.
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Expectativa por la llegada de Milei a la cumbre de las potencias industriales
G-7. El Presidente se verá hoy con Meloni, Macron, la jefa del FMI y el titular del Banco Mundial; coincidirá con el papa Francisco
Elisabetta Piqué
BARI, Italia.– En medio de una gran expectativa por cómo se moverá y qué dirá, el presidente Javier Milei debutará hoy en su primer G-7, la cumbre de los jefes de Estado y de gobierno de los siete países más industrializados del mundo. Es una ocasión de oro para el “explosivo” –como adjetivó el diario Domani– mandatario anarcocapitalista, conocido aquí por la “motosierra”, que propone que la Argentina vuelva a ser una potencia mundial.
Después de haber sido recibido en febrero pasado por la primera ministra Giorgia Meloni, de 47 años –con quien tuvo gran sintonía, hay afinidad ideológica y comparte amistades en común, como el magnate australiano Elon Musk–, el mandatario argentino fue invitado a participar de una sesión sobre inteligencia artificial y energía extendida a países que no son miembros del selecto grupo, que tendrá lugar hoy en el lujoso complejo turístico de Borgo Egnazia, blindado como nunca e inaccesible.
En este marco, la gran estrella será otro argentino que ha sido invitado: el papa Francisco, una jugada magistral de Meloni que ayer anticipó que su presencia iba a marcar “una jornada histórica” para este foro. El exarzobispo de Buenos Aires –en otros tiempos blanco de ofensas de Milei, que le pidió disculpas por ello en febrero pasado, cuando se reunieron por primera vez– no solo se convertirá en el primer pontífice que participa en un G-7. También será el jefe de Estado que tendrá una cantidad récord de bilaterales.
Según confirmó el Vaticano, al margen de reunirse con la anfitriona Meloni, el Papa tendrá otras diez reuniones bilaterales con figuras que van del presidente estadounidense, Joe Biden, al francés Emmanuel Macron y el brasileño Lula da Silva, mandatarios claves del tablero internacional con quien ya se ha reunido y al que conoce bien.
La gran pregunta que muchos se hacían en el enorme centro de prensa levantado en la Feria del Levante de Bari, a 60 kilómetros del lujoso complejo turístico de Borgo Egnazia, donde se celebra la cumbre –algo frustrante para los más de 800 periodistas acreditados de todo el mundo–, era una sola: ¿por qué el papa Francisco no se reúne con Milei? Según pudo saber de fuentes vaticanas, no habrá cion encuentro porque Milei no le pidió ninguna bilateral al Papa.
Se descuenta, de todos modos, que los dos únicos argentinos presentes, que en común tienen la informalidad porteña, se saludarán con calidez, como ocurrió cuando se vieron por primera vez en la Basílica de San Pedro, en ocasión de la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, el 12 de febrero pasado. “¿Puedo abrazarlo?”, le preguntó entonces un emocionadísimo Milei. “Claro, hijo”, le contestó enseguida el Papa, que utilizó el humor para romper el hielo y le agradeció la visita a alguien “medio judío”.
Las reuniones bilaterales que tiene previstas el Presidente hoy son cuatro: al margen de Meloni, se reunirá con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga; con su par francés, Macron, a quien debería haber visto en París en un tramo de la gira que fue acortado, y con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, según adelantó el Gobierno.
El papa Francisco, de 87 años –que ayer recibió en el Vaticano al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof–, tras arribar en helicóptero a Borgo Egnazia pasado el mediodía, tendrá a una fila de referentes mundiales esperando verlo. Se verá con Georgieva, con la que estuvo varias veces en seminarios organizados en el Vaticano; con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, a quien recibió en mayo del año pasado; con Macron, que reaccionó audazmente al derrumbe electoral de su partido ante el de extrema derecha de Marine Le Pen, llamando a elecciones anticipadas y que en abril pasado puso los pelos de punta al Vaticano con la inclusión del derecho al aborto en la Constitución francesa, y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Luego de pronunciar su discurso en la sesión sobre IA y después de la foto grupal, el Papa seguirá con más bilaterales: en una de las bellísimas residencias de piedra blanca de Borgo Egnazia verá al presidente de Kenia, William Samoei; el premier de la India, Narendra Modi; el estadounidense Biden, católico y admirador de él, a quien ya conoce y con quien suele hablar por teléfono; a otro viejo conocido, Lula; al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y, finalmente, al primer mandatario de Argelia, Abdelmadjid Tebboune.
Según los planes, su helicóptero volverá a despegar hacia el Vaticano pasadas las 19. Difícil que pueda haber tiempo para más que un saludo para con su compatriota Milei, que sí tiene previsto reunirse, pero el sábado, con su par ucraniano, Zelensky, al que le dará un espaldarazo muy concreto al participar de la cumbre por la paz que presidirá en Lucerna, Suiza, de la que regresará mañana por la noche a Buenos Aires.
En medio de la expectativa por lo que dirá y cómo se moverá en semejante contexto, anoche aterrizó en el aeropuerto Karol Wojtyla de la encantadora región de Puglia (Apulia) el avión presidencial de Milei, que viajó acompañado por su hermana, Karina Milei; el asesor Demian Reidel, y el diputado de Pro Fernando Iglesias.
A Bari ya había llegado el embajador en Estados Unidos, Gerardo Werthein, que también fue acreditado para la ocasión. En medio de gran hermetismo y medidas de seguridad férreas, junto a una caravana se esperaba se dirigiera, escoltado por agentes, hasta su alojamiento. Visto el horario nocturno, no había por supuesto ninguna agenda prevista, salvo descansar y preparase para su debut en el gran escenario de las “siete democracias más poderosas del mundo”
Tras la aprobación del swap, el Presidente evalúa viajar a China
El mandatario tiene en agenda el viaje, aunque aún no hay confirmación de fecha
Cecilia Devanna
Tras la renovación del swap con China por 5000 millones de dólares que se conoció ayer, el presidente Javier Milei evalúa viajar a ese país en una gira cuya fecha aún falta definir, según dijeron a fuentes cercanas al la nacion mandatario.
De concretarse marcará un giro en su agenda geopolítica: el Presidente no solo mantiene una relación estrecha con los Estados Unidos, Israel y distintos líderes de la ultraderecha, sino que pronunció durísimas críticas hacia el gigante asiático y el Partido Comunista.
El viaje de Milei, en el que concretaría una reunión bilateral con el líder chino Xi Jinping, se conoce apenas horas después de que se renovó el tramo de 5000 millones de dólares con libre disponibilidad, que fortalece las reservas del Banco Central, además de facilitar el comercio exterior de la Argentina.
Ayer, mientras se conocía la renovación de swap y el Congreso de la Nación avanzaba con el tratamiento de la Ley Bases, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se encontró personalmente con el embajador chino en Argentina, Wang Wei.
De acuerdo a la información oficial que trascendió poco después del encuentro “ambas partes realizaron un profundo intercambio de puntos de vista sobre la consolidación de la Asociación
Estratégica Integral entre China y Argentina”, en otro gesto del acercamiento entre ambos países y en línea con el viaje presidencial que ahora se conoce.
La sucesión de gestos muestran un nuevo movimiento pragmático del mandatario, que en campaña había apuntado con dureza a China al sostener: “Nosotros no hacemos pacto con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”.
En esa línea de cambios también se inscribe el que tuvo en su relación con el papa Francisco, a quien antes de ser presidente tildó de “imbécil” y “representante del maligno”, para meses después trabar una relación cordial.
Tras la renovación del swap con China por 5000 millones de dólares que se conoció ayer, el presidente Javier Milei evalúa viajar a ese país en una gira cuya fecha aún falta definir, según dijeron a fuentes cercanas al la nacion mandatario.
De concretarse marcará un giro en su agenda geopolítica: el Presidente no solo mantiene una relación estrecha con los Estados Unidos, Israel y distintos líderes de la ultraderecha, sino que pronunció durísimas críticas hacia el gigante asiático y el Partido Comunista.
El viaje de Milei, en el que concretaría una reunión bilateral con el líder chino Xi Jinping, se conoce apenas horas después de que se renovó el tramo de 5000 millones de dólares con libre disponibilidad, que fortalece las reservas del Banco Central, además de facilitar el comercio exterior de la Argentina.
Ayer, mientras se conocía la renovación de swap y el Congreso de la Nación avanzaba con el tratamiento de la Ley Bases, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se encontró personalmente con el embajador chino en Argentina, Wang Wei.
De acuerdo a la información oficial que trascendió poco después del encuentro “ambas partes realizaron un profundo intercambio de puntos de vista sobre la consolidación de la Asociación
Estratégica Integral entre China y Argentina”, en otro gesto del acercamiento entre ambos países y en línea con el viaje presidencial que ahora se conoce.
La sucesión de gestos muestran un nuevo movimiento pragmático del mandatario, que en campaña había apuntado con dureza a China al sostener: “Nosotros no hacemos pacto con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”.
En esa línea de cambios también se inscribe el que tuvo en su relación con el papa Francisco, a quien antes de ser presidente tildó de “imbécil” y “representante del maligno”, para meses después trabar una relación cordial.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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