viernes, 21 de junio de 2024

LA HISTORIA DE LAS GALLETITAS RELLENAS...TITA Y RHODESIA






Un asesinato, una oblea perdida y un conocido locutor: la curiosa historia detrás del origen de las galletitas rellenas más famosas de la Argentina
Spot de 1986 con el actor estadounidense y el conductor argentino. Filmado en Los Ángeles, tuvo a Juan Carlos Desanzo como director de fotografía.
Tita y Rhodesia son un dúo inseparable y pero su origen está plagado de verdades a medias y una tercera marca que las acompañó por un tiempo, aunque nunca alcanzó el mismo éxito comercial
Jessica Blady
La historia de los productos alimenticios está plagada de ‘rivalidades’, generalmente, asociadas a marcas competidoras como, por ejemplo, el eterno antagonismo entre las dos bebidas sabor cola más famosas. Pero en la década del cincuenta, una empresa se atrevió a más y creó una pugna quiosquera que se mantiene hasta el día de hoy: optar entre la Tita y la Rhodesia, una elección imposible que –es la idea– nos impulsa a comprar (y saborear) una de cada una.
Antiguas publicidades de Tita y Rhodesia
Poco y nada se sabe del origen de estas dos golosinas bien argentas bañadas en chocolate. Hay varias hipótesis, un relato bastante inverosímil que ya forma parte del folklore nacional y hasta una tercera galletita que, por un tiempo, acompañó a este dúo inseparable, pero cuyo nombre se perdió con el paso de los años, bajo el peso de la fama de sus dos hermanas rellenas de crema de limón. ¿Qué hay de verdad sobre el ‘asesinato’ de su creador? ¿Qué pasó con la oblea caída en desgracia? Interrogantes que trataremos de responder en esta nota, pero primero lo primero.
Una antigua publicidad de Tita y Rhodesia con sus envases, y tamaño, originales
Dígale sí a las galletitas


Los hermanos Ambrosio, Felipe y Julio Terrabusi llegaron a la Argentina desde su Italia natal a finales del siglo XIX. En 1911, en el barrio porteño de Almagro, fundaron Terrabusi Hnos., una modesta fábrica con apenas 25 empleados, donde se elaboraban de manera artesanal unos cinco mil kilos de galletas y bizcochos por mes. En 1919, el emprendimiento se mudó a la planta de la calle San José 1060 y, finalmente, en 1963 se construyó el Establecimiento Modelo Terrabusi en Pacheco (el que todavía sigue en pie), bajo la supervisión de los primos Carlos Reyes Terrabusi y Gilberto Montagna, quienes continuaron con el legado familiar y estuvieron al frente de la creciente compañía durante las próximas tres décadas.
“La golosina más perfecta, por su valor alimenticio e incomparable valor digestivo”
Entre tantas mudanzas nacieron algunos de sus productos más icónicos, como su línea de crackers y las mencionadas galletitas rellenas, según un aviso de la época, “la golosina más perfecta, por su valor alimenticio e incomparable valor digestivo”, abaladas científicamente. A falta de datos concretos sobre el origen e inspiración detrás de este dúo dinámico chocolatoso, alrededor del año 2008 la web se inundó de hipótesis y una historia que nada tiene que envidiarle a la telenovela más retorcida.
Cuenta la leyenda que Lidia Martínez contrajo matrimonio con Julio Terrabusi y, tras el fallecimiento de su esposo en la década del cuarenta, heredó parte de la empresa familiar. Tiempo después, la señora se volvió a casar, esta vez, con Edelmiro Carlos Rhodesia (un nombre del que no existe ningún registro), quien comenzó a trabajar en la compañía junto a ella y en 1949, como una demostración de su amor, creó y lanzó una galletita dulce que bautizó con su apodo: Tita. Edelmiro murió una década después y Lidia decidió venderle la empresa a un primo de su primer marido, José Félix Terrabusi, quien creó la Rhodesia en su honor.
Antiguas publicidades de Tita y Rhodesia
Aunque el giro romántico de esta historia es mucho más tierno que aquel que suma engaños, traición, celos, envidia, una hija ilegítima llamada Melba y el asesinato (por la espalda) de Rhodesia a manos del heredero de la competencia, ninguna se condice con los pocos hechos que sí pueden confirmarse. Melba, Tita y Rhodesia ya existían como productos a la venta a mediados de la década del treinta. Su éxito y atractivo entre el público se dejaban ver a página completa en los avisos publicitarios de revistas reconocidas como Caras y Caretas que, en su edición #1958 del 28 de marzo de 1936, promocionaba las famosas galletitas –además de las Princesa, las Manón y las obleas Canadiense– por apenas cinco centavos, e invitaba a probar ¡Un gusto “nuevo”!: la Rhodesia.
Antiguas publicidades de Tita y Rhodesia
El único ‘mito’ que hoy podemos aceptar (aunque tampoco está 100% chequeado) es la inspiración detrás del clásico logo de la empresa. Dicen que una tarde de lluvia, don Ambrosio Terrabusi estaba tomando un café en un bar y vio salir de una despensa a una jovencita con un paraguas multicolor y una lata de galletitas Variedad bajo el brazo. La imagen le llamó tanto la atención que la convirtió en insignia de sus productos y un slogan que acompañó por ese entonces a la marca: “Ni la lluvia detiene a los compradores de galletitas Terrabusi”. Todo un pícaro el tano.
El Topo Gigio también formó parte de la campaña publicitaria de la galletita Tita
La tercera en discordia
“¡Qué zafarrancho de chocolate!” celebra un aviso televisivo de 1970, cortesía de la agencia Yuste Publicidad. Por aquel entonces, las galletitas rellenas con la misma crema de limón estaban recubiertas de chocolate, hoy reemplazado por un baño de repostería que intenta emular el sabor original.
El doble packaging –el papel metalizado cubierto por un colorido envoltorio con el nombre– también se substituyó por uno más moderno que protege muy bien el producto de la humedad del ambiente, aunque hay grupos de Facebook que reclaman por la vuelta del empaque tradicional, asociado a los sabores y recuerdos de su infancia.
Un ‘secreto’ de la receta: la Tita está hecha a partir de galletitas Manon, un dato muy fácil de comprobar si tenemos la paciencia suficiente para retirar la cobertura. Por el contrario, la oblea de la Rhodesia no está relacionada con las Champagne ni con las Ópera (un producto de la competencia), otra de esas leyendas urbanas que se construyó alrededor de la galletita. Pero hay un misterio todavía más interesante para resolver: ¿qué pasó con la tercera en discordia? ¿Será que tres sí son multitud?
Como ya dijimos, la Tita y la Rhodesia nos siempre fueron un dúo. Con ambas marcas ya instaladas entre los golosos consumidores argentinos, a finales de los años sesenta se sumó una tercera galletita rellena; una oblea con el mote de Canadiense, bañada en el mismo chocolate que sus compañeras. Para darle un empujón publicitario y poder instalarla en el mercado, la recién llegada compartió avisos con las otras dos, también a página completa en revistas infantiles como Anteojito y Billiken. El producto no funcionó y con el tiempo desapareció en un mar de golosinas consagradas, permitiendo que Tita y Rhodesia volvieran a su establecida rivalidad; una simpática competencia donde todos ganan.
Más allá del envoltorio, los aditivos artificiales que aparecieron con el tiempo y, para algunos, su tamaño, estas divas de la caramelera no cambiaron mucho desde su aparición y siguen siendo una de las golosinas más elegidas por los chicos y los grandes. Tuvieron el apoyo de figuras muy reconocidas como el Topo Gigio y el mismísimo Mr. T, que se dejó eclipsar por las galletitas en una publicidad del año 1986, junto al legendario Cacho Fontana. La pregunta del millón: si tienen que elegir, ¿con cuál se quedan?
Spot de 1986 con el actor estadounidense y el conductor argentino. Filmado en Los Ángeles, tuvo a Juan Carlos Desanzo como director de fotografía. Agencia: MS.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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