La Argentina es el país que más años estuvo en recesión desde 1950 hasta hoy
Crisis. Se trata de la conclusión de un documento del Banco Mundial; supera en ese ranking a países como Venezuela, Chad o R.D. Congo, según el organismo
Esteban Lafuente
El declive económico de la Argentina desde el siglo XX hasta hoy la coloca como dueña de un triste récord global: es el país que más cantidad de años en recesión ha experimentado desde 1950 hasta la actualidad. Son datos recopilados por el Banco Mundial, en un reciente informe donde analiza las causas y los efectos del retroceso económico de la Argentina, que muestra un registro devastador: en los últimos 73 años, pasó uno de cada tres en recesión, un registro que supera al de otros países incluso menos desarrollados, como Chad, Venezuela o R.D. Congo.
Esa dinámica macroeconómica negativa en la Argentina en las últimas décadas también se refleja en los indicadores de ingresos del país: según el Banco Mundial, en 1948 el PBI per cápita del país era del 84% del promedio de las 10 economías más grandes, y hoy ese valor es del 34%, lo cual demuestra el atraso local relativo frente al desarrollo mundial.
“Esa característica genera altísima volatilidad del PBI y del ciclo económico. Es un país que tuvo muchas crisis, más que todos los países del mundo, aun con algunos picos de auge que se presentan después de las caídas”, describió Daniel Reyes, economista sénior del Banco Mundial para la Argentina y uno de los encargados de la producción del informe, que arrojó otra conclusión contundente: si el país en los últimos 50 años hubiera igualado el ritmo de crecimiento promedio de América Latina, actualmente su PBI per cápita sería un 60% superior.
“Esa dinámica afecta las decisiones de los agentes económicos, cuando uno piensa en temas de inversión, que es algo fundamental como motor de desarrollo y de crecimiento económico: cuando el ciclo es tan volátil, es complicado tomar decisiones de largo plazo”, agregó el economista, quien enfatizó la necesidad de que la Argentina recupere el equilibrio fiscal para generar las condiciones de crecimiento sostenible en el mediano plazo.
Esa es una de las claves que, de acuerdo con el Banco Mundial, resultan indispensables para que la Argentina rompa con la tendencia declinante y genere condiciones para una expansión económica dinamizada por la inversión y la generación de empleo. Es que en los últimos 50 años el país creció a un promedio del 1,8% anual, debajo del 3,2% promedio que registraron el resto de los países latinoamericanos.
Las conclusiones del informe Un nuevo horizonte de crecimiento, elaborado por el equipo técnico del Banco Mundial, establece tres premisas fundamentales para la Argentina: mejorar la política fiscal, reduciendo la prociclicidad del gasto público; profundizar la integración comercial, con mayor competitividad de las empresas locales, y cultivar el capital humano, ampliando los recursos destinados a educación y formación de trabajadores para competir en el segmento de la economía del conocimiento.
“El capital humano de la Argentina es el componente más importante de la riqueza nacional, pero sus indicadores de capital humano (ICH) han ido empeorando con el tiempo”, advirtió el informe, sobre un factor que, aun con ese deterioro, ubica al país entre los mejor posicionados de la región: el índice de desarrollo humano argentino( a 2019, últimos datos disponible) es de 0,85. Es el mayor valor de la región junto a Chile, y por encima de Uruguay (0,82), México (0,78) y Brasil (0,77).
Según los economistas del Banco Mundial, una de las claves del deterioro económico de la Argentina se vincula con el desequilibrio fiscal acumulado a lo largo de los años, que implicó recurrir al endeudamiento y la emisión monetaria para su financiamiento. Eso generó episodios de crisis financiera y aceleración inflacionaria, que explican en parte la caída en el nivel de actividad.
“La política fiscal ha tenido un rol fundamental en la volatilidad del crecimiento de Argentina, especialmente por el lado del gasto”, planteó Reyes, con énfasis en el carácter “procíclico” (crece más en épocas de expansión y se contrae en recesión, profundizando esas tendencias).
Según datos del Banco Mundial, cada recesión en la Argentina de 1950 a la actualidad duró en promedio 1,6 años. En términos de actividad, cada una implicó una caída de 4% del PBI.
“En economía, la política fiscal y monetaria son las dos herramientas para estabilizar la macro y es urgente que la Argentina las recupere. En las últimas siete u ocho décadas, nunca el país ha logrado combinar al mismo tiempo política fiscal sostenible, tipo de cambio libre e inserción al comercio internacional alto. Y tratar de acercarse hacia esa dirección nos parece súper relevante para lograr crecimiento estable e inclusivo”, explicó Julián Folgar, analista del Banco Mundial, especialista en temas de desarrollo macroeconómico.
En ese sentido, destacaron el foco de la gestión de Javier Milei en mantener el equilibrio en las cuentas públicas. “La idea de volver a la sostenibilidad y darle grados de libertad a la política monetaria es la dirección correcta. Después está la decisión de cómo se hace eso, en la arena política, pero recuperar la sostenibilidad la consideramos muy relevante”, agregó Folgar.
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Para De Pablo, se debe actuar sobre el tipo de cambio, pero sin devaluar
En una charla, el economista pidió no tentarse con acomodar variables por esa vía porque cualquier retoque se “va a inflación”
El declive económico de la Argentina desde el siglo XX hasta hoy la coloca como dueña de un triste récord global: es el país que más cantidad de años en recesión ha experimentado desde 1950 hasta la actualidad. Son datos recopilados por el Banco Mundial, en un reciente informe donde analiza las causas y los efectos del retroceso económico de la Argentina, que muestra un registro devastador: en los últimos 73 años, pasó uno de cada tres en recesión, un registro que supera al de otros países incluso menos desarrollados, como Chad, Venezuela o R.D. Congo.
Esa dinámica macroeconómica negativa en la Argentina en las últimas décadas también se refleja en los indicadores de ingresos del país: según el Banco Mundial, en 1948 el PBI per cápita del país era del 84% del promedio de las 10 economías más grandes, y hoy ese valor es del 34%, lo cual demuestra el atraso local relativo frente al desarrollo mundial.
“Esa característica genera altísima volatilidad del PBI y del ciclo económico. Es un país que tuvo muchas crisis, más que todos los países del mundo, aun con algunos picos de auge que se presentan después de las caídas”, describió Daniel Reyes, economista sénior del Banco Mundial para la Argentina y uno de los encargados de la producción del informe, que arrojó otra conclusión contundente: si el país en los últimos 50 años hubiera igualado el ritmo de crecimiento promedio de América Latina, actualmente su PBI per cápita sería un 60% superior.
“Esa dinámica afecta las decisiones de los agentes económicos, cuando uno piensa en temas de inversión, que es algo fundamental como motor de desarrollo y de crecimiento económico: cuando el ciclo es tan volátil, es complicado tomar decisiones de largo plazo”, agregó el economista, quien enfatizó la necesidad de que la Argentina recupere el equilibrio fiscal para generar las condiciones de crecimiento sostenible en el mediano plazo.
Esa es una de las claves que, de acuerdo con el Banco Mundial, resultan indispensables para que la Argentina rompa con la tendencia declinante y genere condiciones para una expansión económica dinamizada por la inversión y la generación de empleo. Es que en los últimos 50 años el país creció a un promedio del 1,8% anual, debajo del 3,2% promedio que registraron el resto de los países latinoamericanos.
Las conclusiones del informe Un nuevo horizonte de crecimiento, elaborado por el equipo técnico del Banco Mundial, establece tres premisas fundamentales para la Argentina: mejorar la política fiscal, reduciendo la prociclicidad del gasto público; profundizar la integración comercial, con mayor competitividad de las empresas locales, y cultivar el capital humano, ampliando los recursos destinados a educación y formación de trabajadores para competir en el segmento de la economía del conocimiento.
“El capital humano de la Argentina es el componente más importante de la riqueza nacional, pero sus indicadores de capital humano (ICH) han ido empeorando con el tiempo”, advirtió el informe, sobre un factor que, aun con ese deterioro, ubica al país entre los mejor posicionados de la región: el índice de desarrollo humano argentino( a 2019, últimos datos disponible) es de 0,85. Es el mayor valor de la región junto a Chile, y por encima de Uruguay (0,82), México (0,78) y Brasil (0,77).
Según los economistas del Banco Mundial, una de las claves del deterioro económico de la Argentina se vincula con el desequilibrio fiscal acumulado a lo largo de los años, que implicó recurrir al endeudamiento y la emisión monetaria para su financiamiento. Eso generó episodios de crisis financiera y aceleración inflacionaria, que explican en parte la caída en el nivel de actividad.
“La política fiscal ha tenido un rol fundamental en la volatilidad del crecimiento de Argentina, especialmente por el lado del gasto”, planteó Reyes, con énfasis en el carácter “procíclico” (crece más en épocas de expansión y se contrae en recesión, profundizando esas tendencias).
Según datos del Banco Mundial, cada recesión en la Argentina de 1950 a la actualidad duró en promedio 1,6 años. En términos de actividad, cada una implicó una caída de 4% del PBI.
“En economía, la política fiscal y monetaria son las dos herramientas para estabilizar la macro y es urgente que la Argentina las recupere. En las últimas siete u ocho décadas, nunca el país ha logrado combinar al mismo tiempo política fiscal sostenible, tipo de cambio libre e inserción al comercio internacional alto. Y tratar de acercarse hacia esa dirección nos parece súper relevante para lograr crecimiento estable e inclusivo”, explicó Julián Folgar, analista del Banco Mundial, especialista en temas de desarrollo macroeconómico.
En ese sentido, destacaron el foco de la gestión de Javier Milei en mantener el equilibrio en las cuentas públicas. “La idea de volver a la sostenibilidad y darle grados de libertad a la política monetaria es la dirección correcta. Después está la decisión de cómo se hace eso, en la arena política, pero recuperar la sostenibilidad la consideramos muy relevante”, agregó Folgar.
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Para De Pablo, se debe actuar sobre el tipo de cambio, pero sin devaluar
En una charla, el economista pidió no tentarse con acomodar variables por esa vía porque cualquier retoque se “va a inflación”
Luján Berardi
Juan Carlos de Pablo, economista y consultor
La inflación, el cepo, la devaluación, la actividad económica y la figura del Javier Milei fueron algunos de los principales ejes que abordó ayer el economista Juan Carlos de Pablo en una charla para los clientes de Planexware.
Pero el especialista también hizo foco en otros aspectos claves: destacó el aumento de la recaudación por encima de la inflación, aunque cuestionó al impuesto a las ganancias como indicador de actividad económica, y los superávits obtenidos en los primeros meses del año.
“La política económica actual”, continuó, “es la política fiscal, con la cual no tiene posibilidad de aflojar”, sostuvo De Pablo. “[Milei] no tiene gobernadores, no tiene intendentes; está aferrado al equilibrio fiscal como en un barco en medio de la tormenta. Si llega a aflojar, chau. Razón por la que no hay que tener un salto devaluatorio”, enfatizó.
En relación con esto, mencionó el nivel de actividad, y sostuvo: “Los datos llegan hasta abril. Fue mejor que marzo, pero estamos buscando la vuelta. Concentrarse en el porcentaje interanual es una pavada. En mayo y junio la situación es más equilibrada. Algunos están vendiendo más, otros, igual. Una gran heterogeneidad”, dijo,
Y agregó que hay quienes aseguran que junio viene mejor que mayo, y quienes dicen que es al revés.
“Pero la historia dice que los pesimistas se terminan equivocando porque subestiman”, planteó.
Con esto en vista, también explicó la dinámica de la oferta y la demanda en la actividad. “Si la oferta sube y la demanda baja, la oferta se mantiene. Cuando tenés crisis, esta se resiente”, dijo.
Así, remarcó la importancia de prepararse para la recuperación, y ejemplificó con el caso particular de la dueña de una empresa que estaba “poniendo al día” su fábrica, en espera del día en que se recupere la demanda.
Pese a eso destacó como un elemento de preocupación la pérdida del poder adquisitivo del peso y la relación con el dólar, y dijo que el atraso cambiario sugiere que se debe actuar de alguna manera, “pero no con un salto devaluatorio”.
“Las corrientes financieras no se corrigen con devaluación porque eso va a precios. Caputo se da cuenta”, remarcó. Y también analizó la disparidad en las condiciones de importación y exportación.
“Creo que hoy la importación tiene mejores abogados que la producción local. Es más frecuente que aparezca alguien que te dice que está cansado de los precios que tiene que pagar, que alguien que te hable del problema de costos por impuestos nacionales”, aseguró.
Solución: o se paga la importación o se actúa en el sobrecosto.
De esta manera, para De Pablo, al facilitar las importaciones lo primero que hay que hacer es bajar los elementos del costo argentino, a diferencia de quienes sugieren un salto devaluatorio que eleve el valor del dólar para “solucionar el problema”.
“También podemos decirle a Milei que rompa el equilibrio fiscal; el dólar se va a las nubes, recuperamos la competitividad, pero no sería gratis. La vida es problema contra problema”, comentó.
Así, el economista enfatizó los inconvenientes de volver a devaluar, y opinó que el Gobierno no va a ir por ese camino, ya que implicaría un nuevo repunte de la inflación en porcentajes similares a los de enero (20,6%).
Además, también destacó que salir del cepo no es una prioridad, aunque no descartó que en algún momento vaya a ocurrir. También volvió a decir que no hay apuro para esta futura salida, ya que, en cuanto al FMI, “solo te puede apretar si te va a mandar plata fresca, y no te la va a mandar”.
Sobre la figura del Presidente aseguróque hoy está muy interesado en las elecciones de medio término del próximo año, y que por eso “sacrificó” algunos puntos de la Ley Bases, como las empresas que quedaron afuera de las privatizaciones.
En su opinión lo hace porque “no tiene más remedio que deambular en ese sendero estrecho
La inflación, el cepo, la devaluación, la actividad económica y la figura del Javier Milei fueron algunos de los principales ejes que abordó ayer el economista Juan Carlos de Pablo en una charla para los clientes de Planexware.
Pero el especialista también hizo foco en otros aspectos claves: destacó el aumento de la recaudación por encima de la inflación, aunque cuestionó al impuesto a las ganancias como indicador de actividad económica, y los superávits obtenidos en los primeros meses del año.
“La política económica actual”, continuó, “es la política fiscal, con la cual no tiene posibilidad de aflojar”, sostuvo De Pablo. “[Milei] no tiene gobernadores, no tiene intendentes; está aferrado al equilibrio fiscal como en un barco en medio de la tormenta. Si llega a aflojar, chau. Razón por la que no hay que tener un salto devaluatorio”, enfatizó.
En relación con esto, mencionó el nivel de actividad, y sostuvo: “Los datos llegan hasta abril. Fue mejor que marzo, pero estamos buscando la vuelta. Concentrarse en el porcentaje interanual es una pavada. En mayo y junio la situación es más equilibrada. Algunos están vendiendo más, otros, igual. Una gran heterogeneidad”, dijo,
Y agregó que hay quienes aseguran que junio viene mejor que mayo, y quienes dicen que es al revés.
“Pero la historia dice que los pesimistas se terminan equivocando porque subestiman”, planteó.
Con esto en vista, también explicó la dinámica de la oferta y la demanda en la actividad. “Si la oferta sube y la demanda baja, la oferta se mantiene. Cuando tenés crisis, esta se resiente”, dijo.
Así, remarcó la importancia de prepararse para la recuperación, y ejemplificó con el caso particular de la dueña de una empresa que estaba “poniendo al día” su fábrica, en espera del día en que se recupere la demanda.
Pese a eso destacó como un elemento de preocupación la pérdida del poder adquisitivo del peso y la relación con el dólar, y dijo que el atraso cambiario sugiere que se debe actuar de alguna manera, “pero no con un salto devaluatorio”.
“Las corrientes financieras no se corrigen con devaluación porque eso va a precios. Caputo se da cuenta”, remarcó. Y también analizó la disparidad en las condiciones de importación y exportación.
“Creo que hoy la importación tiene mejores abogados que la producción local. Es más frecuente que aparezca alguien que te dice que está cansado de los precios que tiene que pagar, que alguien que te hable del problema de costos por impuestos nacionales”, aseguró.
Solución: o se paga la importación o se actúa en el sobrecosto.
De esta manera, para De Pablo, al facilitar las importaciones lo primero que hay que hacer es bajar los elementos del costo argentino, a diferencia de quienes sugieren un salto devaluatorio que eleve el valor del dólar para “solucionar el problema”.
“También podemos decirle a Milei que rompa el equilibrio fiscal; el dólar se va a las nubes, recuperamos la competitividad, pero no sería gratis. La vida es problema contra problema”, comentó.
Así, el economista enfatizó los inconvenientes de volver a devaluar, y opinó que el Gobierno no va a ir por ese camino, ya que implicaría un nuevo repunte de la inflación en porcentajes similares a los de enero (20,6%).
Además, también destacó que salir del cepo no es una prioridad, aunque no descartó que en algún momento vaya a ocurrir. También volvió a decir que no hay apuro para esta futura salida, ya que, en cuanto al FMI, “solo te puede apretar si te va a mandar plata fresca, y no te la va a mandar”.
Sobre la figura del Presidente aseguróque hoy está muy interesado en las elecciones de medio término del próximo año, y que por eso “sacrificó” algunos puntos de la Ley Bases, como las empresas que quedaron afuera de las privatizaciones.
En su opinión lo hace porque “no tiene más remedio que deambular en ese sendero estrecho
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Facilitan el crédito y quitan una traba para cobrar dólares
Ofrecen tasas más atractivas para los que depositen divisas
Javier Blanco
El Banco Central (BCRA) flexibilizó ayer una serie de normas que limitaban el acceso al crédito, tanto en pesos como en dólares, para las empresas calificadas como “grandes exportadoras”.
Y derogó además otra norma, la comunicación A 7340, que el mercado tenía muy en la mira, sobre transferencias a bancos por dólar MEP, lo que evitará, por caso, que los inversores que cobren renta por instrumentos que tengan en esa moneda en cuentas comitentes abiertas en casa de Bolsa o ALyC deban transferirlas a una cuenta bancaria propia.
Lo primero resolvió al aprobar la comunicación A 8043 sobre “política de crédito y financiamiento a grandes empresas exportadoras (GEE) del sector privado no financiero” y con el objetivo de avanzar en la normalización de la actividad financiera.
La circular mencionada elimina “las restricciones a las financiaciones en moneda extranjera”, ya que se trata de empresas que, por vender al exterior, tienen ingresos en divisas (es decir, calzados en la misma moneda) a la vez que “incrementa el monto de financiamiento disponible para financiaciones en pesos”.
La norma llega cuando la demanda de crédito en dólares está muy firme (el stock desembolsado por los bancos creció de US$3500 millones a US$6300 millones, es decir, en un 80% desde que arrancó la gestión Milei), lo que está llevando a algunos bancos –los más activos en esas colocaciones entre empresas– a subir las tasas ofrecidas para captar depósitos en moneda extranjera. Esos rendimientos estaban desde hace tiempo entre 0,25% y 0,50% anual dado que las entidades no tenían interés en captar dólares por el elevado nivel de inmovilización por vía de encajes sin remuneración que tienen.
“Hay US$9000 millones de los depositantes”, en cuentas del BCRA como parte del cumplimiento de esas normas prudenciales. “Es una suma que representa un tercio de las reservas brutas del BCRA y que está a tasa 0”, hizo notar el presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), ayer por la tarde.
El paso al frente, en lo que hace a la oferta de tasas, lo dio Banco Galicia, con un fuerte aliciente para las colocaciones a largo plazo al mantener en 0,5% anual la tasa ofrecida para plazos fijos en dólares a 30 días, pero subirlas del 1 al 3% anual para quienes se animen a inmovilizarlos de 60 o hasta 360 días.
Por su parte, la nueva flexibilización del cepo, segunda luego de la disposición que facilitó la compra de dólar MEP a quienes accedan a un crédito hipotecario, surge por la comunicación A 8042, que deroga una norma dispuesta el 12 de agosto de 2021, por la que se prohibía “la liquidación de operaciones de compraventa de títulos valores con liquidación en moneda extranjera mediante el pago en billetes en moneda extranjera, o mediante su depósito en cuentas custodia o cuentas de terceros”.
El Banco Central (BCRA) flexibilizó ayer una serie de normas que limitaban el acceso al crédito, tanto en pesos como en dólares, para las empresas calificadas como “grandes exportadoras”.
Y derogó además otra norma, la comunicación A 7340, que el mercado tenía muy en la mira, sobre transferencias a bancos por dólar MEP, lo que evitará, por caso, que los inversores que cobren renta por instrumentos que tengan en esa moneda en cuentas comitentes abiertas en casa de Bolsa o ALyC deban transferirlas a una cuenta bancaria propia.
Lo primero resolvió al aprobar la comunicación A 8043 sobre “política de crédito y financiamiento a grandes empresas exportadoras (GEE) del sector privado no financiero” y con el objetivo de avanzar en la normalización de la actividad financiera.
La circular mencionada elimina “las restricciones a las financiaciones en moneda extranjera”, ya que se trata de empresas que, por vender al exterior, tienen ingresos en divisas (es decir, calzados en la misma moneda) a la vez que “incrementa el monto de financiamiento disponible para financiaciones en pesos”.
La norma llega cuando la demanda de crédito en dólares está muy firme (el stock desembolsado por los bancos creció de US$3500 millones a US$6300 millones, es decir, en un 80% desde que arrancó la gestión Milei), lo que está llevando a algunos bancos –los más activos en esas colocaciones entre empresas– a subir las tasas ofrecidas para captar depósitos en moneda extranjera. Esos rendimientos estaban desde hace tiempo entre 0,25% y 0,50% anual dado que las entidades no tenían interés en captar dólares por el elevado nivel de inmovilización por vía de encajes sin remuneración que tienen.
“Hay US$9000 millones de los depositantes”, en cuentas del BCRA como parte del cumplimiento de esas normas prudenciales. “Es una suma que representa un tercio de las reservas brutas del BCRA y que está a tasa 0”, hizo notar el presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), ayer por la tarde.
El paso al frente, en lo que hace a la oferta de tasas, lo dio Banco Galicia, con un fuerte aliciente para las colocaciones a largo plazo al mantener en 0,5% anual la tasa ofrecida para plazos fijos en dólares a 30 días, pero subirlas del 1 al 3% anual para quienes se animen a inmovilizarlos de 60 o hasta 360 días.
Por su parte, la nueva flexibilización del cepo, segunda luego de la disposición que facilitó la compra de dólar MEP a quienes accedan a un crédito hipotecario, surge por la comunicación A 8042, que deroga una norma dispuesta el 12 de agosto de 2021, por la que se prohibía “la liquidación de operaciones de compraventa de títulos valores con liquidación en moneda extranjera mediante el pago en billetes en moneda extranjera, o mediante su depósito en cuentas custodia o cuentas de terceros”.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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