Una gestión incendiada
La salida de Posse desnudó un curioso estilo de gestión; con el Presidente en Silicon Valley, se sucedieron los escándalos; detalles del reparto del poder que deja vacante el exjefe de Gabinete
Maia JastreblanskyGuillermo Francos y Nicolás Posse se reencontraron ayer en la embajada de Italia
Es asombroso el grado de disfuncionalidad que la gestión libertaria tuvo en sus primeros seis meses de vida y que se destapó como una olla con la salida de Nicolás Posse. El exjefe de Gabinete y examigo de Javier Milei era un filtro de todas las designaciones de funcionarios y de buena parte de los expedientes. Controlaba las empresas del Estado y la inteligencia nacional. Y era responsable de un aspecto más: hacía la “prefirma” (el double check) de los decretos presidenciales, documentos que el jefe de Estado rubricaba casi sin leer porque no quería perder tiempo en burocracias.
Para hacer la evaluación final de los decretos y sus implicancias, Posse se valía del equipo jurídico del renunciado titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvestre Sívori. Es solo una arista más de lo que ahora en la Casa Rosada reconocen como un engendro. El secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo, nunca pudo sentarse cara a cara con el Presidente y los papeles, como se hizo toda la vida. Se espera que de acá en más eso cambie.
El padre de la criatura del primer semestre, sin embargo, no fue Posse, a quien ahora con sorna bautizan “to do list”. El ingeniero industrial, que llegó a compartir psicólogo con el Presidente, asumió todas esas responsabilidades por pedido de Milei. Si Posse acaparaba demasiado es porque el líder libertario decidió no involucrarse en los problemas mundanos de la administración pública. El jefe del Estado está –como él dijo– “en otro plano” respecto del resto de los mortales.
La situación se hizo muy evidente esta semana. Milei firmó un escueto decreto de cuatro artículos para nombrar a Guillermo Francos por Posse, se subió al avión y se sumergió en el futurismo de Silicon Valley, un parque de atracciones a los ojos libertarios. El Presidente, que tiene trato diario con muy pocos funcionarios, no se pegó al teléfono cuando 300 industrias se quedaron sin gas. Tampoco intervino para destrabar el dictamen de la Ley Bases o para resolver qué destino darles a los servicios de inteligencia, que por estos días están formalmente acéfalos.
En Buenos Aires, un recién ascendido Francos elevó el sentimiento de equipo del Gobierno y luego continuó con el traje de ministro del Interior. Con más espalda para tomar decisiones (definió las últimas concesiones a los senadores por la Ley Bases), el flamante jefe de Gabinete siguió oficiando de mesa de entrada de la política, que ahora ve en él un resquicio para pedir y destrabar fondos. Quien comenzó a expandir su influencia, avalado por Milei, es el asesor Santiago Caputo, “The Hand of the King”, como exhibe el prendedor que abrochó en su solapa y que detectó TN.com. La insignia confirma que él tiene poder delegado, como bien podría interpretar Cristina Kirchner, fan de Game of Thrones.
Caputo fue quien eligió a Sergio Neiffert, de su confianza, para coordinar la AFI, un organismo que probablemente cambiará de nombre, se mudará de edificio y se subdividirá en varias agencias, de acuerdo con los planes que tienen en Presidencia. También seleccionó a quien se ocupará del área de telecomunicaciones del Gobierno, una secretaría estratégica que hasta acá controlaba a Posse. Allí, el asesor presidencial colocará a Darío Genua, un licenciado en Administración de Empresas que creció al calor de Federico Achával en el municipio de Pilar.
Lo que no se terminó de definir es qué se hará con las 23 empresas públicas, el precioso tesoro que controlaba Posse. Aunque Milei quiere crearle un ministerio a medida a Federico Sturzenegger, lo más probable es que acote las funciones de “el Coloso” a la desregulación y modernización del Gobierno y que no le entregue el poder sobre las sociedades del Estado. Tampoco le sacará funciones a Luis Caputo (Economía), su protegido, en favor del futuro ministro.
Mientras se define cómo se repartirá el juego que dejó vacante Posse, en el Gobierno se suceden los focos de incendio. El último papelón fue el de los alimentos, que pasaron de estar almacenados para capear “catástrofes” a ser repartidos de urgencia por el Ejército para evitar que se pudran. La titular de Capital Humano, Sandra Pettovello, echó al secretario de Niñez, Adolescencia y Familia y responsable del área social, Pablo de la Torre. La ministra lo denunció en la Oficina Anticorrupción y en la Justicia por no haber informado que los alimentos estaban próximos a su vencimiento y por presuntas contrataciones irregulares de personal. Pettovello y De la Torre también eran amigos de antes. Las rupturas son de telenovela en La Libertad Avanza.
En las últimas horas, en la Casa Rosada quisieron enfriar el escarnio público contra De la Torre por temor al efecto búmeran. ¿Está debidamente documentado que el traspié de los alimentos fue responsabilidad pura y exclusiva del secretario eyectado? El exfuncionario podría intentar defenderse y exponer a Pettovello, otra protegida de Milei.
Quien se proyectó a costa de De la Torre fue la funcionaria Leila Gianni, peronista y kirchnerista que militó para Sergio Massa pero que, según ella, “la vio” y se calzó la gorra de “las fuerzas del cielo”. El nombre del reemplazante de área social, no obstante, no está definido. A esta altura, nadie en el Gobierno niega que Pettovello tiene un elefante demasiado grande que administrar.
El escándalo de los alimentos dejó atrás el drama de la escasez de gas del inicio de la semana. En el sector advierten que si el Gobierno no hubiera pisado el gasto en obra pública, hoy existiría, de mínima, una de las tres plantas compresoras que permitirían multiplicar la capacidad de transporte del gasoducto Néstor Kirchner. Creen, además, que faltó previsión a la hora de comprar los buques de GNL para los primeros fríos.
En el Gobierno salieron a responder que las plantas compresoras debieron estar listas entre agosto y octubre de 2023, pero que Tratayén tenía el 38% y Salliqueló el 19% de avance físico, con una pesada herencia en términos de deudas y redeterminación de precios. Apuntaron que mayo fue mucho más frío que las previsiones del verano y que a eso se sumaron desperfectos técnicos de la empresa transportista TGN.
Una tormenta perfecta que capeó el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, con Milei y Caputo en los Estados Unidos. El funcionario debió entrar de urgencia al sitio web que muestra las rutas de los barcos de GNC (el “Flight Radar” de los buques) y encontrar uno que estuviera cerca de la Argentina y sin destino. Así contrató el buque de Petrobras, que demoró en liberar la carga por trabas de compliance con la carta de crédito del Banco Nación por U$22 millones.
“Eduardo es una mente brillante en la cuestión regulatoria. Y tiene un modelo de lo que hay que hacer con la energía con el que Milei coincide 100%. El problema es que la realidad argentina está muy lejos de los modelos”, comentó un funcionario de la Casa Rosada.
Una versión que corrió entre colaboradores de Milei es que, hace un mes, cuando el desgaste con Posse en la gestión era evidente, se barajó la posibilidad de relegar al jefe de Gabinete al control del área energética. Ahora no está confirmado si Posse tendrá lugar alguno. Entre los libertarios también está extendido el rumor de que, semanas atrás, el exjefe de Gabinete le acercó a Milei una carpeta para comprometer a Santiago Caputo y que eso provocó la ira del Presidente, que lo leyó como una operación. A partir de allí no hubo vuelta atrás entre los viejos compañeros de Corporación América.
A diferencia de Milei, su hermana Karina está continuamente contactada con Buenos Aires y siguiendo los pormenores de su mayor obsesión: el armado de un partido nacional para el oficialismo. Para llevar adelante su plan todavía tiene que esquivar el fuego amigo. En la provincia de Buenos Aires, la más importante, su principal armador, Sebastián Pareja, ya consiguió 4000 avales que debe verificar el juez electoral Alejo Ramos Padilla. Pero asoma un frente de conflicto de cara a la llamada “audiencia de nombre” porque el partido Demócrata, que responde a Victoria Villarruel, podría plantear objeciones a la denominación “La Libertad Avanza”. Lo mismo puede pasar con un viejo herido, el senador provincial Carlos Kikuchi, otrora armador nacional de Milei, que en las últimas horas se reunió con Miguel Pichetto, Florencio Randazzo y Diego Bossio.
La tensión entre la hermana del Presidente y la vice está lejos de ceder. Esta semana, el primero en celebrar en X el dictamen en el Senado de la Ley Bases fue el titular de Diputados, Martín Menem, ladero de Karina. Tras el spoiler, Villarruel esperó al día siguiente para exhibir en sus redes los documentos con las firmas estampadas y agradecer a su equipo.
Los movimientos en La Libertad Avanza se dan mientras la paciencia de Mauricio Macri y los suyos comienza a agotarse. En su entorno entienden que un eventual acuerdo entre partidos no puede ser a medias y tardío. Que tiene que haber mesas de decisión conjuntas y cierto reparto de poder real. “Queremos ayudarlos a hacer un buen gobierno para no tener que diferenciarnos”, dijo esta semana un dirigente de peso cercano al expresidente.
En el macrismo dicen que un pinzamiento de dirigentes amarillos como el que pretenden los libertarios no surtirá efecto sin un pacto de cúpula con Macri. La presencia de Cristian Ritondo y Diego Santilli en el Luna Park de Milei no significó nada más. Ese día, Martín Menem le dio cuatro entradas a Ritondo y él las repartió con los diputados que tenía cerca. Pero lejos estuvieron los ofrecimientos de cargos, como se especuló.
Milei clausuró el Ministerio del Interior con Francos y su segundo, Lisandro Catalán. Los referentes de Pro tampoco hubieran aceptado dar el salto solos, como otrora hizo Patricia Bullrich. “No hay una Puerta 12 para subirse a LLA”, advirtieron cerca de Macri. Mientras tanto, la ministra de Seguridad da cada vez mayores muestras de lealtad hacia Milei. Le avisó, por caso, que iba a romper el bloque de Pro en la Legislatura bonaerense. El Presidente le levantó el pulgar, aunque no quiere quedar entrampado en la conflictividad amarilla. “Javier quiere una sociedad con Pro donde él tenga la lapicera. Pero quiere que la pelota le llegue redonda, sin internas”, dijo un interlocutor del jefe del Estado. Algunos libertarios de primera línea son más duros. “A Pro, del décimo lugar de la lista para abajo”, sueltan.
Al valor del acuerdo entre La Libertad Avanza y Pro probablemente lo termine fijando “la mano invisible”. Con un gobierno exitoso, los libertarios podrán pagar barato –como hicieron hasta ahora– el apoyo de sus aliados. Si la paciencia popular se agota, Macri reclamará aparecer como el garante de la sustentabilidad del cambio. Ese es el lugar que está esperando.
El Presidente, que tiene trato diario con muy pocos funcionarios, no se pegó al teléfono cuando 300 industrias se quedaron sin gas. Tampoco intervino para destrabar la Ley Bases o resolver el destino de los servicios de inteligencia
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Intentaron robar la camioneta de Rosatti en la puerta de Tribunales
Justicia. Hay un detenido con antecedentes de robo y un pedido de captura; es el quinto episodio que denuncia el presidente de la Corte
Es asombroso el grado de disfuncionalidad que la gestión libertaria tuvo en sus primeros seis meses de vida y que se destapó como una olla con la salida de Nicolás Posse. El exjefe de Gabinete y examigo de Javier Milei era un filtro de todas las designaciones de funcionarios y de buena parte de los expedientes. Controlaba las empresas del Estado y la inteligencia nacional. Y era responsable de un aspecto más: hacía la “prefirma” (el double check) de los decretos presidenciales, documentos que el jefe de Estado rubricaba casi sin leer porque no quería perder tiempo en burocracias.
Para hacer la evaluación final de los decretos y sus implicancias, Posse se valía del equipo jurídico del renunciado titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Silvestre Sívori. Es solo una arista más de lo que ahora en la Casa Rosada reconocen como un engendro. El secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo, nunca pudo sentarse cara a cara con el Presidente y los papeles, como se hizo toda la vida. Se espera que de acá en más eso cambie.
El padre de la criatura del primer semestre, sin embargo, no fue Posse, a quien ahora con sorna bautizan “to do list”. El ingeniero industrial, que llegó a compartir psicólogo con el Presidente, asumió todas esas responsabilidades por pedido de Milei. Si Posse acaparaba demasiado es porque el líder libertario decidió no involucrarse en los problemas mundanos de la administración pública. El jefe del Estado está –como él dijo– “en otro plano” respecto del resto de los mortales.
La situación se hizo muy evidente esta semana. Milei firmó un escueto decreto de cuatro artículos para nombrar a Guillermo Francos por Posse, se subió al avión y se sumergió en el futurismo de Silicon Valley, un parque de atracciones a los ojos libertarios. El Presidente, que tiene trato diario con muy pocos funcionarios, no se pegó al teléfono cuando 300 industrias se quedaron sin gas. Tampoco intervino para destrabar el dictamen de la Ley Bases o para resolver qué destino darles a los servicios de inteligencia, que por estos días están formalmente acéfalos.
En Buenos Aires, un recién ascendido Francos elevó el sentimiento de equipo del Gobierno y luego continuó con el traje de ministro del Interior. Con más espalda para tomar decisiones (definió las últimas concesiones a los senadores por la Ley Bases), el flamante jefe de Gabinete siguió oficiando de mesa de entrada de la política, que ahora ve en él un resquicio para pedir y destrabar fondos. Quien comenzó a expandir su influencia, avalado por Milei, es el asesor Santiago Caputo, “The Hand of the King”, como exhibe el prendedor que abrochó en su solapa y que detectó TN.com. La insignia confirma que él tiene poder delegado, como bien podría interpretar Cristina Kirchner, fan de Game of Thrones.
Caputo fue quien eligió a Sergio Neiffert, de su confianza, para coordinar la AFI, un organismo que probablemente cambiará de nombre, se mudará de edificio y se subdividirá en varias agencias, de acuerdo con los planes que tienen en Presidencia. También seleccionó a quien se ocupará del área de telecomunicaciones del Gobierno, una secretaría estratégica que hasta acá controlaba a Posse. Allí, el asesor presidencial colocará a Darío Genua, un licenciado en Administración de Empresas que creció al calor de Federico Achával en el municipio de Pilar.
Lo que no se terminó de definir es qué se hará con las 23 empresas públicas, el precioso tesoro que controlaba Posse. Aunque Milei quiere crearle un ministerio a medida a Federico Sturzenegger, lo más probable es que acote las funciones de “el Coloso” a la desregulación y modernización del Gobierno y que no le entregue el poder sobre las sociedades del Estado. Tampoco le sacará funciones a Luis Caputo (Economía), su protegido, en favor del futuro ministro.
Mientras se define cómo se repartirá el juego que dejó vacante Posse, en el Gobierno se suceden los focos de incendio. El último papelón fue el de los alimentos, que pasaron de estar almacenados para capear “catástrofes” a ser repartidos de urgencia por el Ejército para evitar que se pudran. La titular de Capital Humano, Sandra Pettovello, echó al secretario de Niñez, Adolescencia y Familia y responsable del área social, Pablo de la Torre. La ministra lo denunció en la Oficina Anticorrupción y en la Justicia por no haber informado que los alimentos estaban próximos a su vencimiento y por presuntas contrataciones irregulares de personal. Pettovello y De la Torre también eran amigos de antes. Las rupturas son de telenovela en La Libertad Avanza.
En las últimas horas, en la Casa Rosada quisieron enfriar el escarnio público contra De la Torre por temor al efecto búmeran. ¿Está debidamente documentado que el traspié de los alimentos fue responsabilidad pura y exclusiva del secretario eyectado? El exfuncionario podría intentar defenderse y exponer a Pettovello, otra protegida de Milei.
Quien se proyectó a costa de De la Torre fue la funcionaria Leila Gianni, peronista y kirchnerista que militó para Sergio Massa pero que, según ella, “la vio” y se calzó la gorra de “las fuerzas del cielo”. El nombre del reemplazante de área social, no obstante, no está definido. A esta altura, nadie en el Gobierno niega que Pettovello tiene un elefante demasiado grande que administrar.
El escándalo de los alimentos dejó atrás el drama de la escasez de gas del inicio de la semana. En el sector advierten que si el Gobierno no hubiera pisado el gasto en obra pública, hoy existiría, de mínima, una de las tres plantas compresoras que permitirían multiplicar la capacidad de transporte del gasoducto Néstor Kirchner. Creen, además, que faltó previsión a la hora de comprar los buques de GNL para los primeros fríos.
En el Gobierno salieron a responder que las plantas compresoras debieron estar listas entre agosto y octubre de 2023, pero que Tratayén tenía el 38% y Salliqueló el 19% de avance físico, con una pesada herencia en términos de deudas y redeterminación de precios. Apuntaron que mayo fue mucho más frío que las previsiones del verano y que a eso se sumaron desperfectos técnicos de la empresa transportista TGN.
Una tormenta perfecta que capeó el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, con Milei y Caputo en los Estados Unidos. El funcionario debió entrar de urgencia al sitio web que muestra las rutas de los barcos de GNC (el “Flight Radar” de los buques) y encontrar uno que estuviera cerca de la Argentina y sin destino. Así contrató el buque de Petrobras, que demoró en liberar la carga por trabas de compliance con la carta de crédito del Banco Nación por U$22 millones.
“Eduardo es una mente brillante en la cuestión regulatoria. Y tiene un modelo de lo que hay que hacer con la energía con el que Milei coincide 100%. El problema es que la realidad argentina está muy lejos de los modelos”, comentó un funcionario de la Casa Rosada.
Una versión que corrió entre colaboradores de Milei es que, hace un mes, cuando el desgaste con Posse en la gestión era evidente, se barajó la posibilidad de relegar al jefe de Gabinete al control del área energética. Ahora no está confirmado si Posse tendrá lugar alguno. Entre los libertarios también está extendido el rumor de que, semanas atrás, el exjefe de Gabinete le acercó a Milei una carpeta para comprometer a Santiago Caputo y que eso provocó la ira del Presidente, que lo leyó como una operación. A partir de allí no hubo vuelta atrás entre los viejos compañeros de Corporación América.
A diferencia de Milei, su hermana Karina está continuamente contactada con Buenos Aires y siguiendo los pormenores de su mayor obsesión: el armado de un partido nacional para el oficialismo. Para llevar adelante su plan todavía tiene que esquivar el fuego amigo. En la provincia de Buenos Aires, la más importante, su principal armador, Sebastián Pareja, ya consiguió 4000 avales que debe verificar el juez electoral Alejo Ramos Padilla. Pero asoma un frente de conflicto de cara a la llamada “audiencia de nombre” porque el partido Demócrata, que responde a Victoria Villarruel, podría plantear objeciones a la denominación “La Libertad Avanza”. Lo mismo puede pasar con un viejo herido, el senador provincial Carlos Kikuchi, otrora armador nacional de Milei, que en las últimas horas se reunió con Miguel Pichetto, Florencio Randazzo y Diego Bossio.
La tensión entre la hermana del Presidente y la vice está lejos de ceder. Esta semana, el primero en celebrar en X el dictamen en el Senado de la Ley Bases fue el titular de Diputados, Martín Menem, ladero de Karina. Tras el spoiler, Villarruel esperó al día siguiente para exhibir en sus redes los documentos con las firmas estampadas y agradecer a su equipo.
Los movimientos en La Libertad Avanza se dan mientras la paciencia de Mauricio Macri y los suyos comienza a agotarse. En su entorno entienden que un eventual acuerdo entre partidos no puede ser a medias y tardío. Que tiene que haber mesas de decisión conjuntas y cierto reparto de poder real. “Queremos ayudarlos a hacer un buen gobierno para no tener que diferenciarnos”, dijo esta semana un dirigente de peso cercano al expresidente.
En el macrismo dicen que un pinzamiento de dirigentes amarillos como el que pretenden los libertarios no surtirá efecto sin un pacto de cúpula con Macri. La presencia de Cristian Ritondo y Diego Santilli en el Luna Park de Milei no significó nada más. Ese día, Martín Menem le dio cuatro entradas a Ritondo y él las repartió con los diputados que tenía cerca. Pero lejos estuvieron los ofrecimientos de cargos, como se especuló.
Milei clausuró el Ministerio del Interior con Francos y su segundo, Lisandro Catalán. Los referentes de Pro tampoco hubieran aceptado dar el salto solos, como otrora hizo Patricia Bullrich. “No hay una Puerta 12 para subirse a LLA”, advirtieron cerca de Macri. Mientras tanto, la ministra de Seguridad da cada vez mayores muestras de lealtad hacia Milei. Le avisó, por caso, que iba a romper el bloque de Pro en la Legislatura bonaerense. El Presidente le levantó el pulgar, aunque no quiere quedar entrampado en la conflictividad amarilla. “Javier quiere una sociedad con Pro donde él tenga la lapicera. Pero quiere que la pelota le llegue redonda, sin internas”, dijo un interlocutor del jefe del Estado. Algunos libertarios de primera línea son más duros. “A Pro, del décimo lugar de la lista para abajo”, sueltan.
Al valor del acuerdo entre La Libertad Avanza y Pro probablemente lo termine fijando “la mano invisible”. Con un gobierno exitoso, los libertarios podrán pagar barato –como hicieron hasta ahora– el apoyo de sus aliados. Si la paciencia popular se agota, Macri reclamará aparecer como el garante de la sustentabilidad del cambio. Ese es el lugar que está esperando.
El Presidente, que tiene trato diario con muy pocos funcionarios, no se pegó al teléfono cuando 300 industrias se quedaron sin gas. Tampoco intervino para destrabar la Ley Bases o resolver el destino de los servicios de inteligencia
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Intentaron robar la camioneta de Rosatti en la puerta de Tribunales
Justicia. Hay un detenido con antecedentes de robo y un pedido de captura; es el quinto episodio que denuncia el presidente de la Corte
Hernán CappielloEl momento en que detienen al sospechoso captura
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, fue víctima del intento de robo de su camioneta en la puerta del Palacio de Tribunales. Por el hecho, la policía detuvo a un hombre con antecedentes por robo, lesiones y resistencia a la autoridad y pesaba sobre él una orden de captura emitida en mayo de 2023.
Este es el quinto episodio sugestivo que denuncia Rosatti entre septiembre de 2022 y la actualidad. En el entorno del ministro señalaron a que lo toman como “una la nacion intimidación personal relacionada con las causa sensibles que se resolvieron este semana”. Interviene en la investigación del hecho el juez Ariel Lijo, uno de los dos candidatos de Javier Milei para sumarse a la Corte.
El suceso ocurrió anteayer, pasadas las 14.50, en la dársena de la calle Uruguay 449, frente al Palacio de Justicia, donde se estacionan los vehículos oficiales de algunos de los jueces del máximo tribunal. Allí fue detenido un hombre que dijo llamarse Franco Daniel Molina, de 42 años y argentino, tras una persecución policial. Una vez que comprobaron sus huellas se estableció que era Damián Berruet.
La policía lo sorprendió cuando trató de robar la camioneta de Rosatti, una Toyota SW4, dominio AE026UF, de color blanco. Cuando se lo detuvo se le secuestraron una mochila gris, un destornillador plano, un destornillador tipo T y un transmisor handy que era utilizado como “inhibidor” para interferir en la señal de radio del control remoto que acciona el cierre centralizado de los vehículos y así poder sustraerlos.
El suboficial auxiliar Cristián Ferreiro, de la División Seguridad de la Corte Suprema, advirtió que el sospechoso rodeó la camioneta, miró la patente y eligió el vehículo de color blanco. El imputado intentó forzar la cerradura de la puerta del vehículo con un destornillador. Pero no llegó a producirle daños.
Cuando el delincuente vio a la policía empezó a correr y Ferreiro lo persiguió y logró alcanzarlo a los pocos metros. Al ser apresado, dijo llamarse Franco Daniel Molina, pero por sus huellas se determinó que se llama Damián Berruet y que tiene antecedentes penales por lesiones y resistencia a la autoridad, y que pesa sobre él una orden de captura emitida en mayo de 2023.
El video de la Policía de la Ciudad que registró el episodio muestra a un sospechoso mezclado entre las camionetas oficiales estacionadas. El hombre se acerca a la puerta delantera izquierda y en ese momento es advertido por un policía que estaba allí parado para vigilarlas. El efectivo le advierte que se detenga, y lo quiere tomar por un brazo, mientras se lleva la mano a la cartuchera en dos ocasiones como para extraer su arma, en caso de que el imputado hubiera sacado una propia. Pero estaba en esa tarea cuando el sospechoso se escapó, y el policía entonces lo persiguió unos metros y logró detenerlo, mientras otro efectivo se acercaba al vehículo.
Este es el quinto episodio sugestivo que rodea al titular de la Corte en los últimos dos años. En noviembre de 2023 hubo un intento de robo en la oficina de Rosatti en Santa Fe; en diciembre de ese año, la policía detonó un artefacto sospechoso frente la ventana de su despacho de los tribunales; en marzo de 2023, el juez denunció ante los tribunales federales de Comodoro Py que le aparecieron cuatro líneas telefónicas a su nombre, y en septiembre de 2022 hubo un robo de una mochila que estaba en el asiento del auto oficial de Rosatti. A esos episodios se suma el intento de robo de la camioneta ayer.
En la Corte están alarmados con esta secuencia de acontecimientos. A tal punto que entienden que no se trata de una mera intimidación, sino de una “intimidación para obligar a una autoridad pública nacional a realizar o abstenerse de seguir ciertos cursos de acción”. Con mirada de abogados señalan que “no se puede descartar que la maniobra no haya tenido por objeto, además, afectar la seguridad del vehículo, con el consiguiente riesgo para la integridad de sus pasajeros”.
Por eso insisten en que “no se trató de un ataque contra la propiedad dirigido contra personas indeterminadas, sino contra Rosatti”, e instaron a que cuando se analice el caso se estudie el asunto no como un hecho aislado, sino como parte de la secuencia a la que pertenece.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, fue víctima del intento de robo de su camioneta en la puerta del Palacio de Tribunales. Por el hecho, la policía detuvo a un hombre con antecedentes por robo, lesiones y resistencia a la autoridad y pesaba sobre él una orden de captura emitida en mayo de 2023.
Este es el quinto episodio sugestivo que denuncia Rosatti entre septiembre de 2022 y la actualidad. En el entorno del ministro señalaron a que lo toman como “una la nacion intimidación personal relacionada con las causa sensibles que se resolvieron este semana”. Interviene en la investigación del hecho el juez Ariel Lijo, uno de los dos candidatos de Javier Milei para sumarse a la Corte.
El suceso ocurrió anteayer, pasadas las 14.50, en la dársena de la calle Uruguay 449, frente al Palacio de Justicia, donde se estacionan los vehículos oficiales de algunos de los jueces del máximo tribunal. Allí fue detenido un hombre que dijo llamarse Franco Daniel Molina, de 42 años y argentino, tras una persecución policial. Una vez que comprobaron sus huellas se estableció que era Damián Berruet.
La policía lo sorprendió cuando trató de robar la camioneta de Rosatti, una Toyota SW4, dominio AE026UF, de color blanco. Cuando se lo detuvo se le secuestraron una mochila gris, un destornillador plano, un destornillador tipo T y un transmisor handy que era utilizado como “inhibidor” para interferir en la señal de radio del control remoto que acciona el cierre centralizado de los vehículos y así poder sustraerlos.
El suboficial auxiliar Cristián Ferreiro, de la División Seguridad de la Corte Suprema, advirtió que el sospechoso rodeó la camioneta, miró la patente y eligió el vehículo de color blanco. El imputado intentó forzar la cerradura de la puerta del vehículo con un destornillador. Pero no llegó a producirle daños.
Cuando el delincuente vio a la policía empezó a correr y Ferreiro lo persiguió y logró alcanzarlo a los pocos metros. Al ser apresado, dijo llamarse Franco Daniel Molina, pero por sus huellas se determinó que se llama Damián Berruet y que tiene antecedentes penales por lesiones y resistencia a la autoridad, y que pesa sobre él una orden de captura emitida en mayo de 2023.
El video de la Policía de la Ciudad que registró el episodio muestra a un sospechoso mezclado entre las camionetas oficiales estacionadas. El hombre se acerca a la puerta delantera izquierda y en ese momento es advertido por un policía que estaba allí parado para vigilarlas. El efectivo le advierte que se detenga, y lo quiere tomar por un brazo, mientras se lleva la mano a la cartuchera en dos ocasiones como para extraer su arma, en caso de que el imputado hubiera sacado una propia. Pero estaba en esa tarea cuando el sospechoso se escapó, y el policía entonces lo persiguió unos metros y logró detenerlo, mientras otro efectivo se acercaba al vehículo.
Este es el quinto episodio sugestivo que rodea al titular de la Corte en los últimos dos años. En noviembre de 2023 hubo un intento de robo en la oficina de Rosatti en Santa Fe; en diciembre de ese año, la policía detonó un artefacto sospechoso frente la ventana de su despacho de los tribunales; en marzo de 2023, el juez denunció ante los tribunales federales de Comodoro Py que le aparecieron cuatro líneas telefónicas a su nombre, y en septiembre de 2022 hubo un robo de una mochila que estaba en el asiento del auto oficial de Rosatti. A esos episodios se suma el intento de robo de la camioneta ayer.
En la Corte están alarmados con esta secuencia de acontecimientos. A tal punto que entienden que no se trata de una mera intimidación, sino de una “intimidación para obligar a una autoridad pública nacional a realizar o abstenerse de seguir ciertos cursos de acción”. Con mirada de abogados señalan que “no se puede descartar que la maniobra no haya tenido por objeto, además, afectar la seguridad del vehículo, con el consiguiente riesgo para la integridad de sus pasajeros”.
Por eso insisten en que “no se trató de un ataque contra la propiedad dirigido contra personas indeterminadas, sino contra Rosatti”, e instaron a que cuando se analice el caso se estudie el asunto no como un hecho aislado, sino como parte de la secuencia a la que pertenece.
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