jueves, 27 de junio de 2024

EXPECTATIVAS Y CONVENCIÓN


Dólar, actividad, cepo y consumo son los próximos desafíos de la gestión de Milei
En el primer semestre el Gobierno logró desacelerar la inflación e hizo el ajuste fiscal; hacia adelante, los analistas señalan algunas luces de alerta
Esteban Lafuente
Luego de un semestre en el que hubo al principio una brusca aceleración y una posterior caída de la tasa de inflación, además de una retracción en el nivel de actividad y un desplome en los ingresos y el consumo, el Gobierno enfrentará la segunda mitad de 2024 con la esperanza de mantener el freno en la inflación para permitir una recuperación. Mientras tanto, los economistas advierten por la evolución de la política cambiaria y sostienen que la salida del cepo es clave para el eventual repunte de la actividad.
El valor del dólar es una de las variables claves que miran las empresas, los mercados financieros, el Gobierno y hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo planteó en reiteradas ocasiones sus advertencias con respecto a la apreciación cambiaria. Y explicitó sus posturas en relación con el punto final para el esquema 80/20 de los exportadores, y la necesidad de ajustar la política monetaria y cambiaria para salir del cepo cambiario.
Tras la devaluación inicial que hubo en diciembre, el Gobierno implementó el crawling peg, que determina una suba del dólar a un ritmo de 2% mensual. En la gestión se aferran a ese esquema como una de las premisas claves del propio manual económico.
“Me preocupa la película, no la foto”, graficó el exministro de Economía Hernán Lacunza al analizar esta variable. Hoy el tipo de cambio real multilateral, según un índice elaborado por el Banco Central (que coteja la evolución del peso frente a una canasta de monedas), está en 89 puntos luego de haber tocado los 160 tras la devaluación de diciembre, un valor que en la serie en cuestión se ubica incluso por debajo del nivel de agosto de 2023, antes de la devaluación del exministro Sergio Massa.
En este sentido, Lorena Giorgio, economista jefa de Equilibra, advierte por los “signos de agotamiento” del crawling peg actual, tras señalar que el Banco Central tuvo dificultades para sumar reservas internacionales en las últimas semanas, aun en el pico estacional de liquidación de divisas del agro. “Hoy acelerar el ritmo del crawling peg podría ser contraproducente para el Gobierno por el lado de los precios y de las expectativas. Por eso, proyectamos algún tipo de corrección cambiaria hacia fin de año”, comentó.
La luz amarilla sobre la cuestión cambiaria se traslada a la dinámica del sector externo y a la (in)capacidad reciente del Banco Central para acumular reservas. Tras la última aprobación dada por el FMI en la revisión de cómo va lo acordado, se ajustaron hacia adelante las metas de reservas. Ahora se descuenta una caída en las tenencias netas del organismo para lo que resta del año. En lo que va de la gestión Milei, el Banco Central compró más de US$17.000 millones y, entre ventas y pagos de deudas e importaciones, pudo revertir la tenencia negativa al 10 de diciembre (-US$11.500 millones) y mostrar un saldo neutro al cierre de esta edición (las brutas quedaron en US$29.944 millones).
“Los números del FMI dicen que el Banco Central va a perder US$3000 millones en el tercer trimestre y que va a recuperar US$500 millones en el cuarto. La gran pregunta de este esquema es cómo cierra el sector externo”, dice el economista Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go, que proyecta una caída del PBI de entre 3,4% y 4,7% este año.
La baja de la inflación, desde el pico de 25,5% en diciembre hasta el 4,2% en mayo, es el principal logro que celebra el Gobierno. Fueron factores a favor el “ancla cambiaria” del crawling peg y la decisión de postergar aumentos de tarifas, que sí se aplicaron este mes y que, por lo tanto, podrían hacer que se interrumpa la serie de cinco meses consecutivos de desaceleración de la suba de precios.
“Vemos un 160% en el año porque esperamos un salto cambiario en el momento en que se abra el cepo”, dice Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews. “No creemos que vaya a caer hasta el 4% mensual, porque la inercia juega y los salarios también y, además, se seguirá con el ajuste de tarifas”, agrega el economista.
El nivel de actividad es el dato negativo, con proyecciones para 2024 que son peores a las que se manejaban a comienzos de la gestión. Según sus últimas estimaciones, el FMI y el Banco Mundial proyectan una caída del 3,5% para todo el año. Si se excluye el efecto del agro, que tiene un rebote tras la sequía de 2023, la caída esperada para 2024 es del 6%.
“Salir del cepo es lo único expansivo que tiene para hacer este año el Gobierno. Y el gran nudo a resolver es cómo encarar eso, eliminar el impuesto PAIS, y que el ajuste no sea cepodependiente”, resume el economista de Consultora Ledesma Gabriel Caamaño, al analizar la dinámica del nivel de actividad y el factor que podría generar un mayor ingreso de divisas vía inversiones.
El escenario actual tampoco permite proyectar un semestre de fuerte rebote para el consumo. Es el principal componente del PBI y hoy muestra un contexto de debilidad, asociado a la inflación y a la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, dos variables claves para las que no habría un fortalecimiento de corto plazo.

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Caputo dijo que bajará el 90% de los impuestos al final del mandato y relativizó la suba del dólar blue
Afirmó que el tipo de cambio solo aumentó 10% en seis meses y lo comparó contra el gobierno anterior; “el camino no es devaluar”, insistió
Ignacio GrimaldiCaputo repartió críticas al kirchnerismo y al periodismo 
El ministro de Economía, Luis Caputo, prometió ayer que el Gobierno bajará el 90% de los impuestos para el final del mandato del presidente Javier Milei y pidió a los empresarios que apuesten al modelo. “Para los devaluadores seriales: el camino no es devaluar, sino bajar fuertemente la carga impositiva. La Argentina necesita bajar el 90% de los impuestos: Ingresos Brutos, el impuesto al cheque, el doble IVA”, enumeró el jefe del Palacio de Hacienda.
Al clausurar la Convención de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que se realizó en el predio de la Rural en Palermo, bajo el lema “Constructores de diálogo”, Caputo también relativizó la suba del dólar blue de los últimos días, que llevó la brecha con el oficial al 45%. “El tipo de cambio subió 10% en 6 meses. Al gobierno anterior se le fue de 60 a 1200 pesos. No hay más periodistas llorando en televisión; en esos cuatro años se les fue la sensibilidad social; a 1000 les alcanzaba la plata para ir con sus familias a Qatar al Mundial”, señaló el ministro, sumándose a las periódicas críticas del Presidente a los medios.
“En este gobierno jurás por Dios, por la Patria y el equilibrio fiscal”, definió uno de los hombres que representaron al oficialismo, y que en la Rural estrechó manos con el titular deCamarco,GustavoWeiss.Precisamente él, mientras lo escuchaba Caputo, sostuvo que el control del gasto público y la consecuente parálisis de las obras provocaron “un duro y contundente golpe” al sector. Minutos después, el ministro no esquivó la crítica sobre “cuándo llega la recuperación” y recordó el punto de partida desde que comenzó su gestión: “Entendamos que cuatro años más de kirchnerismo no nos llevaban a Alemania, sino a Venezuela”.
En el evento que reunió a los principales empresarios de la construcción sobrevoló una dicotomía que, casi como un Boca-River, planteó: “obra pública o ajuste fiscal”. De ese debate participaron empresarios, gobernadores y el propio Caputo. En ese sentido, explicó que “había que tomar medidas muy importantes, dolorosas pero necesarias”. De esta manera, el ministro intentó transmitir la idea de que el equilibrio fiscal es “la base” para todo lo demás.
Una mirada similar expresó en un panel anterior el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien dijo que “el equilibrio fiscal es condición sine qua non”. Aunque también advirtió que solo con eso no alcanza para tener crecimiento.
A propósito de la necesidad de reactivar obras de infraestructura, el gobernador cordobés, Martín Llaryora, fue más taxativo: “Si vos creés que es posible desarrollarse sin obra pública, estamos en problemas”.
Esta multiplicidad de miradas alimentó a un auditorio empresarial ansioso de escuchar definiciones sobre la llegada de la recuperación. De hecho, el pasaje en el que más aplausos se escucharon fue cuando el sindicalista de la Uocra Gerardo Martínez, muy enfáticamente, pronunció: “Es el momento de demostrar que estamos en condiciones de llevar a cabo las obras que el país necesita en forma inmediata”.
En la previa, Weiss adelantaba que “la pregunta que se hace el sector es cuándo llega la recuperación”. Para la Camarco, la obra pública resulta indispensable en la búsqueda de esa reactivación, y eso necesita inversión del Estado. Un importante empresario, sentado en las filas de adelante, declaró que, según su visión, el discurso de Caputo dejó traslucir que “prioriza el equilibrio fiscal por sobre la obra pública”. En contraposición, otro representante del sector se mostró más comprensivo y describió que “el Gobierno se encuentra en su curva de aprendizaje”, en relación con la administración del impacto del ajuste.
Según enumeró Martínez, en el sector sindical contabilizaron 130.000 bajas de puestos de trabajo. Los números de Weiss indican 100.000, aunque aclara que ese cálculo no contempla los empleos indirectos que genera la construcción.
Las palabras del ministro estuvieron teñidas por una cuota de realismo: “Milagros no se pueden hacer, salir de esas macanas (en relación con las políticas kirchneristas) no es gratis”. Caputo le pidió al sector privado que confíe en el compromiso del Gobierno, en el cambio de país que impulsa y, a largo plazo, prometió la reducción del “90% de los impuestos” para el fin del mandato. “Ese es el camino”, definió.
Si bien el ministro hizo hincapié en ordenar la macroeconomía para que con el superávit se inicie el sendero de baja de impuestos, su discurso incluyó una mención al corto plazo directamente vinculada con el traspaso de obras en favor de las provincias.
En ese sentido, enumeró que el Gobierno trasladó a las jurisdicciones subnacionales unos 900 proyectos. Para el Ejecutivo, ese parecería ser el camino más próximo de reactivación. Para Weiss, “hasta que las provincias las ponen en marcha pasa un tiempo”.
El titular de Camarco fue duro al afirmar que “la falta de perspectivas ensombrece el panorama”. Pese a eso, los representantes del Gobierno defendieron la política de traspaso. Más temprano, el secretario de Obras Públicas, Luis Giovine, detalló que más de 2000 obras formaban parte de convenios entre la Nación y provincias o municipios. Esos proyectos, en palabras de los funcionarios, “son menores” y no ameritan el financiamiento del Ejecutivo. Giovine mostró fotos de ellos. Se trata de veredas, cunetas, techos de pileta, plazas, entre otros. “Eso no es obras, eso es política”, sentenció Caputo. El ministro defendió el equilibrio fiscal y les pidió a los empresarios que no se dejen llevar por “el miedo” que genera el kirchnerismo.

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