El futuro del gabinete, entre el nuevo reparto de poder interno y la tensión por los fondos
Francos será un interlocutor de la política con más espalda; se sostiene el “triángulo de hierro” entre Milei, Karina y Caputo; asoman pujas entre el ala política y el ala fiscalista
Maia JastreblanskyFrancos y Posse compartieron el viernes una celebración en la embajada de Italia
El Gobierno inauguró una nueva distribución del poder interno. Tras el ascenso de Guillermo Francos a jefe de Gabinete, muchas áreas entraron en duda y esperan que Javier Milei confirme el nuevo diseño. Comenzó a traslucir, sin embargo, cómo se repartirá el juego que hasta acá monopolizó Nicolás Posse, un tecnócrata que fue un controller de la gestión y manejó varias cajas.
La promoción de Francos implica un nuevo paradigma en el que tiene más espalda el hombre más dialoguista del gobierno libertario. Se perfila así un ala política más robusta, que podría entrar en tensión con el ala fiscalista, encarnada en Luis Caputo y en el propio Milei. “Si es por Toto, no pagamos ni la luz. Si es por Guillermo, decoramos las oficinas con diamantes. Se buscará el equilibrio bajo la premisa de no poner en juego la caja”, dijo un colaborador estrecho del Presidente.
Pese a quedar en el vértice del organigrama, el nuevo jefe de Gabinete no concentrará el poder. “Guillermo va a ser un interlocutor con la política y un coordinador interministerial”, definió un ladero de Milei. En otras palabras, un “ministro del Interior recargado” que además buscará garantizar la buena convivencia en el equipo.
A priori, Francos no tendrá la potestad de inmiscuirse en la vida interna de los ministerios. En las primeras reuniones de gabinete, él dejó en claro este asunto. “Él les va a decir a los ministros ‘firmá vos y hacete cargo vos’. Va a abrir el juego y, al mismo tiempo, deslindar responsabilidades”, dijo un colaborador estrecho del flamante jefe de Gabinete.
Difícilmente Francos pueda intervenir en los ministerios, especialmente en los tres principales: Economía, Capital Humano y Seguridad. Allí, Luis “Toto” Caputo, Sandra Pettovello y Patricia Bullrich, respectivamente, tienen llegada directa a Milei.
La entronización de Francos tampoco implica que se abra el “triángulo de hierro” que Milei conforma con su hermana, Karina, y con el asesor presidencial, Santiago Caputo. Ellos tres seguirán tomando las decisiones sensibles y tendrán la última palabra en el Gobierno.
Reparto
Con la salida de Posse, Caputo comenzó a expandir su influencia rápidamente. Respaldado por el jefe del Estado, tomó el control de los servicios de inteligencia a través de Sergio Neiffert, alguien que creció al calor del exintendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino. El asesor presidencial también seleccionó a Darío Genua para el área de telecomunicaciones, una dependencia estratégica. Licenciado en administración, fue ladero de Federico Achával en Pilar.
El otro punto a resolver es el desembarco de Federico Sturzenegger, presuntamente con rango de ministro. Una alta fuente de la Casa Rosada advirtió que Milei quiere acotar sus funciones a la desregulación de la Economía y la modernización del Estado. “Federico está pidiendo más áreas, pero va a ser eso”, apuntaron muy cerca del jefe del Estado.
La materia más sensible es la vinculada con las empresas públicas. Hasta ahora todas estuvieron controladas por una secretaría que colgaba de Posse y que estaba a cargo de Mauricio González Botto, un funcionario de bajo perfil que probablemente no continúe. Ahora, Milei debe definir dónde ubicarlas y también qué hacer con sus directores. Una fuente muy calificada aseguró que las sociedades del Estado no estarán en la órbita de Sturzenegger. No está claro si quedarán en la Jefatura de Gabinete -aunque Francos no las controle en los hechoso si volverán a sus ministerios de origen. También se estudia la posibilidad de dividirlas, de acuerdo con las chances que tengan de ser privatizadas.
Milei quiere evitar un choque entre los economistas de personalidad fuerte. Toto Caputo y Sturzenegger tuvieron sus desavenencias durante la era de Mauricio Macri. En esta gestión pudieron convivir pacíficamente con el rol de asesor externo que tuvo el padre de las desregulaciones. “No estamos dispuestos a meter mano en Economía. La prioridad es la caja y que todo esté controlado por una sola persona”, dijo un colaborador del Presidente.
Políticos y fiscalistas
El ministro de Economía tiene 14 secretarías, que incluyen desde el área energética hasta el transporte, la vivienda y la obra pública. Muchos ven en eso un elefante difícil de controlar.
Respecto del nuevo equilibrio interno, el empoderamiento de Francos potenció una ventanilla de reclamos. Funcionarios del propio Gobierno, actores de la política y exponentes de sectores económicos comenzaron a hacer fila esta semana para pedirle al flamante jefe de Gabinete que destrabe asuntos de caja.
Según pudo reconstruir la nacion, al inicio de esta semana, un funcionario nacional de segunda línea que necesitaba hacer pagos a proveedores visitó a Francos y al subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem (mano derecha de Karina Milei y otro exponente del ala política), para que lo ayuden a destrabar pagos que retenía el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. Por primera vez en seis meses, ese funcionario pudo hacer los primeros giros de su gestión.
Francos también hizo las últimas concesiones a los senadores para destrabar el dictamen de la Ley Bases, aun cuando implicó tocar algunos números. En otro tramo de su agenda, recibió a una asociación de monotributistas, que hicieron planteos por e la nueva ley fiscal.
En la ventanilla externa, Catalán recibió a dos ministros de Axel Kicillof que reclamaron el traspaso de la autopista Presidente Perón a la provincia.
“La discusión entre la política y la caja empezó el 11 de diciembre. Por ahora, Francos y Toto hicieron que funcione”, reconoció un importante colaborador oficial. El traspaso de obras a las provincias se avizora como uno de los aspectos más ríspidos para la etapa que viene
Cambios con efecto en el gabinete
Guillermo Francos jefe de gabinete
emergió empoderado con el ascenso. ahora deberá redefinir su rol, ya que también mantuvo interior
Santiago Caputo asesor presidencial
es el otro ganador de la salida de posse porque gana terreno y ubicará gente propia en distintas dependencias
Federico Sturzenegger futuro Ministro
pasará a ser ministro, pero no está definido aún con qué alcances. su relación con luis caputo es una incógnita
Luis Caputo
Ministro de economía
está en alerta por el desembarco de sturzenegger, ya que podría tener que resignar algunas áreas
Lisandro Catalán secretario de interior
ejercerá como una especie de ministro de hecho, al quedar absorbido en la jefatura de gabinete. subirá el perfil
Sergio Neiffert futuro titular de la afi
tendrá a su cargo un área sensible, que deberá reformular profundamente. responde a santiago caputo
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La reforma de la AFI: subdivisión, cambio de nombre y de sede
La Casa Rosada busca modificar la estructura de la agencia tras las salidas de Posse y Silvestre Sívori
Candela IniSergio Neiffert será el jefe de inteligencia
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está acéfala desde hace casi una semana y probablemente deje de existir tal como se la conoce. El Gobierno analiza cambiar su nombre, mudar su sede y, acaso lo más sustancial, separarla en varias agencias, cada una de ellas con una función específica, pero todas bajo el ala de la Presidencia.
La arquitectura de la reforma pasa por la pluma de Santiago Caputo, el asesor todoterreno de Javier Milei, quien, según informó la semana pasada, se apresta a designar como próximo titular de la nueva estructura de inteligencia a un hombre de su confianza, Sergio Neiffert, con origen político en el conurbano, pero sin experiencia en el campo del espionaje.
El hecho de que el extitular de la AFI Silvestre Sívori fuera elegido por Nicolás Posse y de que el próximo titular sea definido por Caputo exhibe que los asuntos de inteligencia no son materia de interés del Presidente. Como otras áreas de la gestión, son delegados en sus hombres de confianza.
“La idea es reformar por completo el sistema, pero reteniéndolo dentro de la esfera de Presidencia”, dijo alguien que conoce los entretelones del replanteo por venir. “La reforma incluirá a todos los organismos de inteligencia del Estado”, afirmó una alta fuente de gobierno. Eso incluye a la Dirección de Inteligencia Criminal (Dinic), que depende del Ministerio de Seguridad, y a la Dirección Nacional de Inteligencia y Estrategia Militar (Diniem), del Ministerio de Defensa. Si bien ambas direcciones están actualmente dentro del Sistema Nacional de Inteligencia que comanda la AFI, en la práctica tienen bastante autonomía.
Posse se fue de la Casa Rosada señalado entre funcionarios por supuestos hechos de espionaje ilegal. Durante los primeros meses de gestión tomó el control. Había tenido la iniciativa de congregar físicamente a las cabezas de las direcciones de inteligencia de las fuerzas en la sede de 25 de Mayo, donde se encuentra el histórico edificio de la AFI, frente a la sede del gobierno.
Según supo la nacion, la reforma que se redacta por estas horas en la Casa Rosada es una respuesta más elaborada a esa misma intención: se buscará centralizar el manejo de toda la inteligencia producida por organismos del Estado para garantizar una mejor coordinación. También para evitar que las fuerzas produzcan información de inteligencia por fuera de sus funciones. “Hoy hay, por lo menos, cinco fuerzas más que hacen inteligencia y eso no está controlado”, dijo un exfuncionario para advertir que no solo desde la AFI se incurre en las viejas prácticas de espionaje ilegal. Tal como informó la nacion, hay fuerzas de seguridad que cuentan con equipamiento más moderno y sofisticado que la propia AFI (que encabeza el sistema de inteligencia nacional) para hacer tareas de inteligencia. Una de las agencias que podrían quedar bajo el ala de la Presidencia abarcaría la producción de inteligencia criminal para perseguir al narcotráfico, un “fierro” que a Patricia Bullrich le interesa conservar en la Dinic.
Es alrededor de este último punto que asoma uno de los “peros” del delicado asunto en el Gobierno. Bullrich pide más “fierros” para hacer inteligencia criminal. También tiene interés en atraer a su órbita más dependencias que tienen como activo valioso la información: Migraciones y el Renaper. Quienes conocen las internas que condujeron a la salida de Posse del Gobierno remarcan que la ascendencia de poder que tuvo el anterior jefe de Gabinete sobre los organismos de inteligencia de las fuerzas le produjo disgustos a la ministra de Seguridad. En marzo, Posse se reunió con Bullrich y con Luis Petri para comunicarles la iniciativa de congregar en la actual sede de la AFI a las direcciones de la Dinic y la Diniem.
Una arista de este escenario se vio en la Cancillería. En esos pasillos se vieron propuestas para cubrir cargos de inteligencia y seguridad con rango diplomático y advirtieron una fuerte descoordinación entre la Dinic y la AFI. Ambos organismos postularon allí candidatos para enviar como delegados al exterior, un hecho que es interpretado como una suerte de competencia por los casilleros. La Dinic corre contra la AFI.
“Ahora estamos estudiando la forma de hacer los cambios”, dijo un funcionario de confianza de Milei
El nuevo nombre
La AFI fue creada en 2015 cuando se reformó la ley de inteligencia y se disolvió la antigua SIDE. Mutó en su estructura e incluso en su denominación. Ahora podría cambiar de nombre una vez más e incluso mudarse de edificio. Pero el manejo de fondos reservados, las escuchas y operaciones ilegales y su falta de control persistieron a lo largo del tiempo.
La reforma bajo estudio es una idea similar a la que surgió durante la campaña presidencial de 2015, cuando el exasesor de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba propuso, con el objetivo de “unir a los argentinos”, cerrar la AFI para reemplazarla por una agencia contra el crimen organizado y “dejar en la calle a ese ejército que se ocupa de espiar a los argentinos”, según las palabras que pronunció en ese entonces.
Nueve años después, es otro exdiscípulo de Durán Barba, Santiago Caputo, quien plantea una reforma similar. Pero el asesor estrella del presidente Milei portará un arma de doble filo: quien asumirá como titular de la nueva AFI es un hombre de su confianza.
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) está acéfala desde hace casi una semana y probablemente deje de existir tal como se la conoce. El Gobierno analiza cambiar su nombre, mudar su sede y, acaso lo más sustancial, separarla en varias agencias, cada una de ellas con una función específica, pero todas bajo el ala de la Presidencia.
La arquitectura de la reforma pasa por la pluma de Santiago Caputo, el asesor todoterreno de Javier Milei, quien, según informó la semana pasada, se apresta a designar como próximo titular de la nueva estructura de inteligencia a un hombre de su confianza, Sergio Neiffert, con origen político en el conurbano, pero sin experiencia en el campo del espionaje.
El hecho de que el extitular de la AFI Silvestre Sívori fuera elegido por Nicolás Posse y de que el próximo titular sea definido por Caputo exhibe que los asuntos de inteligencia no son materia de interés del Presidente. Como otras áreas de la gestión, son delegados en sus hombres de confianza.
“La idea es reformar por completo el sistema, pero reteniéndolo dentro de la esfera de Presidencia”, dijo alguien que conoce los entretelones del replanteo por venir. “La reforma incluirá a todos los organismos de inteligencia del Estado”, afirmó una alta fuente de gobierno. Eso incluye a la Dirección de Inteligencia Criminal (Dinic), que depende del Ministerio de Seguridad, y a la Dirección Nacional de Inteligencia y Estrategia Militar (Diniem), del Ministerio de Defensa. Si bien ambas direcciones están actualmente dentro del Sistema Nacional de Inteligencia que comanda la AFI, en la práctica tienen bastante autonomía.
Posse se fue de la Casa Rosada señalado entre funcionarios por supuestos hechos de espionaje ilegal. Durante los primeros meses de gestión tomó el control. Había tenido la iniciativa de congregar físicamente a las cabezas de las direcciones de inteligencia de las fuerzas en la sede de 25 de Mayo, donde se encuentra el histórico edificio de la AFI, frente a la sede del gobierno.
Según supo la nacion, la reforma que se redacta por estas horas en la Casa Rosada es una respuesta más elaborada a esa misma intención: se buscará centralizar el manejo de toda la inteligencia producida por organismos del Estado para garantizar una mejor coordinación. También para evitar que las fuerzas produzcan información de inteligencia por fuera de sus funciones. “Hoy hay, por lo menos, cinco fuerzas más que hacen inteligencia y eso no está controlado”, dijo un exfuncionario para advertir que no solo desde la AFI se incurre en las viejas prácticas de espionaje ilegal. Tal como informó la nacion, hay fuerzas de seguridad que cuentan con equipamiento más moderno y sofisticado que la propia AFI (que encabeza el sistema de inteligencia nacional) para hacer tareas de inteligencia. Una de las agencias que podrían quedar bajo el ala de la Presidencia abarcaría la producción de inteligencia criminal para perseguir al narcotráfico, un “fierro” que a Patricia Bullrich le interesa conservar en la Dinic.
Es alrededor de este último punto que asoma uno de los “peros” del delicado asunto en el Gobierno. Bullrich pide más “fierros” para hacer inteligencia criminal. También tiene interés en atraer a su órbita más dependencias que tienen como activo valioso la información: Migraciones y el Renaper. Quienes conocen las internas que condujeron a la salida de Posse del Gobierno remarcan que la ascendencia de poder que tuvo el anterior jefe de Gabinete sobre los organismos de inteligencia de las fuerzas le produjo disgustos a la ministra de Seguridad. En marzo, Posse se reunió con Bullrich y con Luis Petri para comunicarles la iniciativa de congregar en la actual sede de la AFI a las direcciones de la Dinic y la Diniem.
Una arista de este escenario se vio en la Cancillería. En esos pasillos se vieron propuestas para cubrir cargos de inteligencia y seguridad con rango diplomático y advirtieron una fuerte descoordinación entre la Dinic y la AFI. Ambos organismos postularon allí candidatos para enviar como delegados al exterior, un hecho que es interpretado como una suerte de competencia por los casilleros. La Dinic corre contra la AFI.
“Ahora estamos estudiando la forma de hacer los cambios”, dijo un funcionario de confianza de Milei
El nuevo nombre
La AFI fue creada en 2015 cuando se reformó la ley de inteligencia y se disolvió la antigua SIDE. Mutó en su estructura e incluso en su denominación. Ahora podría cambiar de nombre una vez más e incluso mudarse de edificio. Pero el manejo de fondos reservados, las escuchas y operaciones ilegales y su falta de control persistieron a lo largo del tiempo.
La reforma bajo estudio es una idea similar a la que surgió durante la campaña presidencial de 2015, cuando el exasesor de Mauricio Macri, Jaime Durán Barba propuso, con el objetivo de “unir a los argentinos”, cerrar la AFI para reemplazarla por una agencia contra el crimen organizado y “dejar en la calle a ese ejército que se ocupa de espiar a los argentinos”, según las palabras que pronunció en ese entonces.
Nueve años después, es otro exdiscípulo de Durán Barba, Santiago Caputo, quien plantea una reforma similar. Pero el asesor estrella del presidente Milei portará un arma de doble filo: quien asumirá como titular de la nueva AFI es un hombre de su confianza.
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