García-Mansilla defiende su postulación a la Corte
El jurista se presentará en una audiencia del Senado; empezaron a recolectar firmas para apoyar el pliego de Lijo y dejarlo listo para tratar en el recinto
Gustavo Ybarra
En medio de un clima enrarecido por las internas en el oficialismo y en el kirchnerismo y mientras el dictamen a favor de la postulación del juez federal Ariel Lijo ya empezó a circular y a reunir sus primeros avales, el catedrático Manuel García-Mansilla se presentará hoy ante la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su nominación a la Corte Suprema de Justicia, cargo para el que fue propuesto por el presidente Javier Milei.
La audiencia está prevista para las 10 y a priori García-Mansilla llega a la prueba con muchos menos apoyos que el controvertido juez federal. Se espera que el encuentro sea un poco menos extenso que las ocho horas en las que la semana pasada debió exponer Lijo. Pero, como contrapartida, la presentación del jurista podría ser un poco más áspera que la que atravesó su compañero de ruta por acceder al máximo tribunal de justicia del país, que solo debió responder cuestionamientos a su idoneidad moral para ocupar el cargo por parte de un puñado de senadores que ya habían anticipado el rechazo a su postulación.
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral ha sostenido algunas posiciones que, según las posturas de algunos sectores políticos, como el kirchnerismo, podrían provocarle roces durante su audiencia. Dependerá en gran medida de la actitud con la que responda el candidato la posibilidad de que la audiencia pública transite por carriles normales o se convierta en un debate de alto voltaje político.
La postura del catedrático sobre la legalización del aborto, su posición originalista del derecho –interpretar la ley de acuerdo con el espíritu del legislador y de la época en la que fue sancionada– y la discusión en torno a si los tratados internacionales con rango constitucional tienen prevalencia en los casos en que entren en colisión con las cláusulas de la carta magna son algunos de los tópicos que podrían calentar el clima siempre gélido que impera en el Salón Azul del Congreso, recinto en el que se celebrará la audiencia.
García-Mansilla está propuesto para ocupar el sitial en la Corte que, el 29 de diciembre, cuando cumpla 75 años, dejará vacante Juan Carlos Maqueda, que deberá pasar a retiro en cumplimiento de lo que establece la Constitución nacional. El cordobés pudo haber prolongado su estancia por cinco años más, pero el Poder Ejecutivo decidió quedarse con la vacante para poder designar a un miembro más en el tribunal. Lijo, por su parte, está nominado para el lugar que ocupaba Elena Highton, que renunció en 2021. La postulación del jurista recibió 24 impugnaciones durante el plazo en el que su pliego fue sometido a la opinión de la sociedad por parte de la Comisión de Acuerdos. En su respuesta a esos cuestionamientos, García-Mansilla sostuvo que ninguna de las presentaciones constituyó “una observación válida acerca de las calidades y méritos” para ocupar el cargo al que es propuesto por Javier Milei
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Cúneo negó la diversidad sexual y causó un escándalo en Diputados
polémica. El ministro dijo que el Gobierno rechaza las identidades que “no se alinean con la biología”
Delfina Celichini
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se presentó ayer en la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados para defender el cierre de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género. Lo hizo en términos y con expresiones que desataron un escándalo: proclamó que “se acabó el género” para el Estado, que el Gobierno rechaza “las identidades sexuales que no se alinean con la biología” y que el objetivo de su gestión es preservar la familia, como “núcleo central y pilar fundamental de la unión, donde se promueven los valores patrióticos”.
“No toleramos un Estado opresor y dirigista. Creemos en la vida, la libertad y la propiedad privada”, dictaminó el ministro, que apeló a la denuncia de violencia de género contra Alberto Fernández para defender los recortes en su cartera y el cierre del Ministerio de las Mujeres y el Inadi, entre otros. “El pueblo votó en su gran mayoría a Javier Milei, que quiere concluir con este nefasto período lleno de hipocresía marcada por muchos parlanchines políticos que decían que se va a acabar el patriarcado, pero en otros ámbitos no era lo que realmente sucedía”, chicaneó.
“La única política que tenía el Estado era crear organismos”, dijo, para concluir: “Vinimos a ordenar el descontrol absoluto del gasto. Milei nos encomendó una tarea técnica y una batalla cultural”.
En ese marco, afirmó que para la administración libertaria “se acabó el género” y que su objetivo es preservar la familia. Lo que siguió terminó de desatar la indignación de la oposición. En nombre del Gobierno, el ministro desconoció las distintas orientaciones sexuales. “Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología”, dictaminó. También se refirió a ellas como “inventos subjetivos”.
“Una cosa son sus opiniones personales y otra cosa es la ley. Usted es ministro de Justicia y está obligado a aplicar las leyes argentinas, no importa lo que usted piense”, dijo la diputada de la UCR Carla Carrizo, la primera en reaccionar.
“Soy activista gay, estoy casado hace 14 años. Mi familia también tiene valores, amor, respeto, como cualquier otra”, contraatacó el diputado socialista Esteban Paulón. “Plantear en 2024 que la identidad de género no es una situación que motiva discriminación o falta de acceso a derechos es desconocer la realidad”, completó.
En la misma línea se pronunció Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica. “Solo le faltó decir que somos enfermos y que pueden volver a patologizarnos”, ironizó. Y sumó: “No puede desconocer que ser gay, como lo soy, llevó siempre a la ignominia, a la discriminación en nuestras casas, en los ámbitos laborales, en la política. Usted ha dicho una barbaridad que desconoce las leyes que han ampliado y reconocido derechos”, objetó.
Ante una de las primeras reacciones opositoras, un funcionario se acercó al ministro para hacerle un comentario al oído. Muy probablemente, sobre el tono y los términos que estaban caldeando el ambiente. La reacción de Cúneo Libarona no pasó inadvertida: tenía el micrófono abierto. “No, boludo, esto [por lo que estaba leyendo] está textual del discurso de Milei”, le respondió al asesor.
El ministro, que defendió la igualdad “sin género” y se pronunció en contra del “estatismo y el colectivismo ideológico”, fue respaldado por una tribuna de invitados del oficialismo, pertenecientes a un colectivo que combate las “falsas denuncias” de abuso. Otra provocación rechazada por la oposición.
La audiencia se extendió hasta las 18.30, cuando se retiró a pesar de que todavía quedaban interrogantes. “Respeto a las personas por su condición de tales, creo en su interés legítimo por tener un país mejor, pero tal vez las formas no son las más adecuadas. Cuando quieren hagan otra reunión y lo evaluamos, es más fácil si me mandan las preguntas por escrito”, finalizó Cúneo Libarona.
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El Gobierno acusa a la oposición de agitar el juicio político
El oficialismo culpa al kirchnerismo de insinuar la chance de un proceso de destitución
En medio de un clima enrarecido por las internas en el oficialismo y en el kirchnerismo y mientras el dictamen a favor de la postulación del juez federal Ariel Lijo ya empezó a circular y a reunir sus primeros avales, el catedrático Manuel García-Mansilla se presentará hoy ante la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su nominación a la Corte Suprema de Justicia, cargo para el que fue propuesto por el presidente Javier Milei.
La audiencia está prevista para las 10 y a priori García-Mansilla llega a la prueba con muchos menos apoyos que el controvertido juez federal. Se espera que el encuentro sea un poco menos extenso que las ocho horas en las que la semana pasada debió exponer Lijo. Pero, como contrapartida, la presentación del jurista podría ser un poco más áspera que la que atravesó su compañero de ruta por acceder al máximo tribunal de justicia del país, que solo debió responder cuestionamientos a su idoneidad moral para ocupar el cargo por parte de un puñado de senadores que ya habían anticipado el rechazo a su postulación.
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral ha sostenido algunas posiciones que, según las posturas de algunos sectores políticos, como el kirchnerismo, podrían provocarle roces durante su audiencia. Dependerá en gran medida de la actitud con la que responda el candidato la posibilidad de que la audiencia pública transite por carriles normales o se convierta en un debate de alto voltaje político.
La postura del catedrático sobre la legalización del aborto, su posición originalista del derecho –interpretar la ley de acuerdo con el espíritu del legislador y de la época en la que fue sancionada– y la discusión en torno a si los tratados internacionales con rango constitucional tienen prevalencia en los casos en que entren en colisión con las cláusulas de la carta magna son algunos de los tópicos que podrían calentar el clima siempre gélido que impera en el Salón Azul del Congreso, recinto en el que se celebrará la audiencia.
García-Mansilla está propuesto para ocupar el sitial en la Corte que, el 29 de diciembre, cuando cumpla 75 años, dejará vacante Juan Carlos Maqueda, que deberá pasar a retiro en cumplimiento de lo que establece la Constitución nacional. El cordobés pudo haber prolongado su estancia por cinco años más, pero el Poder Ejecutivo decidió quedarse con la vacante para poder designar a un miembro más en el tribunal. Lijo, por su parte, está nominado para el lugar que ocupaba Elena Highton, que renunció en 2021. La postulación del jurista recibió 24 impugnaciones durante el plazo en el que su pliego fue sometido a la opinión de la sociedad por parte de la Comisión de Acuerdos. En su respuesta a esos cuestionamientos, García-Mansilla sostuvo que ninguna de las presentaciones constituyó “una observación válida acerca de las calidades y méritos” para ocupar el cargo al que es propuesto por Javier Milei
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Cúneo negó la diversidad sexual y causó un escándalo en Diputados
polémica. El ministro dijo que el Gobierno rechaza las identidades que “no se alinean con la biología”
Delfina Celichini
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, se presentó ayer en la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados para defender el cierre de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género. Lo hizo en términos y con expresiones que desataron un escándalo: proclamó que “se acabó el género” para el Estado, que el Gobierno rechaza “las identidades sexuales que no se alinean con la biología” y que el objetivo de su gestión es preservar la familia, como “núcleo central y pilar fundamental de la unión, donde se promueven los valores patrióticos”.
“No toleramos un Estado opresor y dirigista. Creemos en la vida, la libertad y la propiedad privada”, dictaminó el ministro, que apeló a la denuncia de violencia de género contra Alberto Fernández para defender los recortes en su cartera y el cierre del Ministerio de las Mujeres y el Inadi, entre otros. “El pueblo votó en su gran mayoría a Javier Milei, que quiere concluir con este nefasto período lleno de hipocresía marcada por muchos parlanchines políticos que decían que se va a acabar el patriarcado, pero en otros ámbitos no era lo que realmente sucedía”, chicaneó.
“La única política que tenía el Estado era crear organismos”, dijo, para concluir: “Vinimos a ordenar el descontrol absoluto del gasto. Milei nos encomendó una tarea técnica y una batalla cultural”.
En ese marco, afirmó que para la administración libertaria “se acabó el género” y que su objetivo es preservar la familia. Lo que siguió terminó de desatar la indignación de la oposición. En nombre del Gobierno, el ministro desconoció las distintas orientaciones sexuales. “Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología”, dictaminó. También se refirió a ellas como “inventos subjetivos”.
“Una cosa son sus opiniones personales y otra cosa es la ley. Usted es ministro de Justicia y está obligado a aplicar las leyes argentinas, no importa lo que usted piense”, dijo la diputada de la UCR Carla Carrizo, la primera en reaccionar.
“Soy activista gay, estoy casado hace 14 años. Mi familia también tiene valores, amor, respeto, como cualquier otra”, contraatacó el diputado socialista Esteban Paulón. “Plantear en 2024 que la identidad de género no es una situación que motiva discriminación o falta de acceso a derechos es desconocer la realidad”, completó.
En la misma línea se pronunció Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica. “Solo le faltó decir que somos enfermos y que pueden volver a patologizarnos”, ironizó. Y sumó: “No puede desconocer que ser gay, como lo soy, llevó siempre a la ignominia, a la discriminación en nuestras casas, en los ámbitos laborales, en la política. Usted ha dicho una barbaridad que desconoce las leyes que han ampliado y reconocido derechos”, objetó.
Ante una de las primeras reacciones opositoras, un funcionario se acercó al ministro para hacerle un comentario al oído. Muy probablemente, sobre el tono y los términos que estaban caldeando el ambiente. La reacción de Cúneo Libarona no pasó inadvertida: tenía el micrófono abierto. “No, boludo, esto [por lo que estaba leyendo] está textual del discurso de Milei”, le respondió al asesor.
El ministro, que defendió la igualdad “sin género” y se pronunció en contra del “estatismo y el colectivismo ideológico”, fue respaldado por una tribuna de invitados del oficialismo, pertenecientes a un colectivo que combate las “falsas denuncias” de abuso. Otra provocación rechazada por la oposición.
La audiencia se extendió hasta las 18.30, cuando se retiró a pesar de que todavía quedaban interrogantes. “Respeto a las personas por su condición de tales, creo en su interés legítimo por tener un país mejor, pero tal vez las formas no son las más adecuadas. Cuando quieren hagan otra reunión y lo evaluamos, es más fácil si me mandan las preguntas por escrito”, finalizó Cúneo Libarona.
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El Gobierno acusa a la oposición de agitar el juicio político
El oficialismo culpa al kirchnerismo de insinuar la chance de un proceso de destitución
Jaime Rosemberg
Con la proyección de probables derrotas legislativas en el horizonte cercano, el gobierno de Javier Milei apuntó contra la oposición y la acusó de agitar el fantasma del “juicio político”. El argumento oficialista es que hay un interés de sectores opositores en “voltear” a la gestión libertaria. El Presidente reforzó esta visión el viernes pasado, cuando fastidiado por la aprobación de la ley que eleva y modifica la actualización de los haberes jubilatorios, reaccionó contra el Congreso. “Si los degenerados fiscales quieren romperme el programa económico, lo voy a vetar”, desafió el jefe del Estado, que aún no oficializó el veto a la normativa aprobada la semana pasada en el Senado, con el aval de Unión por la Patria, Pro y la UCR.
“Pasaron del Club del Helicóptero al Club del Juicio Político. Lo dicen abiertamente. No lo disimulan. Cada día más alejados de la realidad. Siguen subestimando a la gente...”, posteó en su cuenta de la red social X el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, cercano al portavoz Manuel Adorni y uno de los voceros que expresan el pensamiento del Presidente, quien llegó temprano a la Casa Rosada a pesar de que la reunión semanal de gabinete fue suspendida por “razones de agenda” de los ministros.
En Balcarce 50 apuntan, en primer lugar, al senador kirchnerista formoseño José Mayans, quien anteayer insinuó que, al igual que lo ocurrido el jueves pasado en el Senado con la ley de actualización jubilatoria, una eventual alianza entre el kirchnerismo, bloques provinciales y Pro amenazaría la estabilidad del Gobierno. “[Mauricio] Macri está en la suya, Macri le dice: acá están los dos tercios, te hacés el loco y te damos matraca”, afirmó el senador en una entrevista con Radio Con Vos.
Meses atrás, un grupo de dirigentes de derechos humanos cercanos al kirchnerismo como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida; el politólogo Atilio Borón, y la investigadora Dora Barrancos, exintegrante del consejo asesor del expresidente Alberto Fernández, presentaron en la Cámara de Diputados un pedido de juicio político contra el Presidente por “mal desempeño de sus funciones”, sin movimiento.
En un contexto de tensión interna indisimulable, en Balcarce 50 se preparan para nuevos traspiés legislativos. El próximo podría ocurrir durante el tratamiento en el Senado del DNU que otorgó $100.000 millones en fondos reservados para la SIDE, rechazado en la Cámara de Diputados con votos de los leales a Macri.
“Ya con la Ley Bases estamos hechos por este año”, se conformaron desde un importante despacho oficial, dando por descontado que la aprobación de la norma será claramente la alegría máxima para el Gobierno desde el Parlamento, y que nuevas complicaciones surgirían en las próximas semanas.
“Si se junta el 65% del Congreso contra nosotros no podemos hacer nada”, reconocieron en el entorno de Milei. Muy cerca de Milei no creen que Macri vaya más allá, y que seguirá apoyando la gestión del Presidente. “Apoyó el veto [a la ley de jubilaciones] porque quiso, y además porque no le queda otra”, especularon desde una usina oficialista con poco cariño por el expresidente
“Pasaron del Club del Helicóptero al Club del Juicio Político. Lo dicen abiertamente. No lo disimulan. Cada día más alejados de la realidad. Siguen subestimando a la gente...”, posteó en su cuenta de la red social X el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, cercano al portavoz Manuel Adorni y uno de los voceros que expresan el pensamiento del Presidente, quien llegó temprano a la Casa Rosada a pesar de que la reunión semanal de gabinete fue suspendida por “razones de agenda” de los ministros.
En Balcarce 50 apuntan, en primer lugar, al senador kirchnerista formoseño José Mayans, quien anteayer insinuó que, al igual que lo ocurrido el jueves pasado en el Senado con la ley de actualización jubilatoria, una eventual alianza entre el kirchnerismo, bloques provinciales y Pro amenazaría la estabilidad del Gobierno. “[Mauricio] Macri está en la suya, Macri le dice: acá están los dos tercios, te hacés el loco y te damos matraca”, afirmó el senador en una entrevista con Radio Con Vos.
Meses atrás, un grupo de dirigentes de derechos humanos cercanos al kirchnerismo como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida; el politólogo Atilio Borón, y la investigadora Dora Barrancos, exintegrante del consejo asesor del expresidente Alberto Fernández, presentaron en la Cámara de Diputados un pedido de juicio político contra el Presidente por “mal desempeño de sus funciones”, sin movimiento.
En un contexto de tensión interna indisimulable, en Balcarce 50 se preparan para nuevos traspiés legislativos. El próximo podría ocurrir durante el tratamiento en el Senado del DNU que otorgó $100.000 millones en fondos reservados para la SIDE, rechazado en la Cámara de Diputados con votos de los leales a Macri.
“Ya con la Ley Bases estamos hechos por este año”, se conformaron desde un importante despacho oficial, dando por descontado que la aprobación de la norma será claramente la alegría máxima para el Gobierno desde el Parlamento, y que nuevas complicaciones surgirían en las próximas semanas.
“Si se junta el 65% del Congreso contra nosotros no podemos hacer nada”, reconocieron en el entorno de Milei. Muy cerca de Milei no creen que Macri vaya más allá, y que seguirá apoyando la gestión del Presidente. “Apoyó el veto [a la ley de jubilaciones] porque quiso, y además porque no le queda otra”, especularon desde una usina oficialista con poco cariño por el expresidente
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