La ampliación de la Corte y la sucesión del PJ, detrás de la pelea entre Cristina y Mayans
La expresidenta y el titular del bloque en el Senado mantuvieron un inédito entredicho público
Gustavo Ybarra
José Mayans senador (UP-Formosa)
Tras ser reprendido públicamente por Cristina Kirchner a raíz de sus dichos sobre el “peronismo” y Victoria Villarruel, el formoseño sorprendió al responderle en público a la expresidenta
Las internas están a la orden del día y el peronismo no es la excepción. En medio de las infinitas peleas del oficialismo, Cristina Kirchner salió a desautorizar al jefe del bloque de senadores de Unión por la Patria, José Mayans (Formosa), y dejó al desnudo una trama de pujas intestinas en la que se mezclan la conducción de un PJ que vive en estado de virtual acefalía y la personería jurídica por ver quién se sienta a la mesa con el Gobierno para negociar la ampliación de la Corte Suprema, a cambio de aprobar las designaciones de Ariel Lijo y Manuel GarcíaMansilla en el máximo tribunal, que reclama Javier Milei.
“Mirá, el peronismo tiene la capacidad del olfato. Por una narina olemos las calas; por la otra, el poder”. La frase pertenece a un experimentado senador kirchnerista que cree que detrás de la pelea pública subyace la lenta pero persistente pérdida de poder de la exvicepresidenta, que sigue dando órdenes en el peronismo como si todavía tuviera el atractivo electoral de otras épocas.
Pero las explicaciones no se acaban en el supuesto “olor a calas” que se adjudica a la figura política de Cristina Kirchner en algunos sectores de PJ, situación que ya tuvo algunos capítulos públicos, como los reproches contra la expresidenta del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, otrora ultrakirchnerista, por las derrotas electorales de la última década.
En otras usinas peronistas interpretaron el cruce verbal como un chispazo por la eventual ampliación de la Corte que reclaman desde algunos sectores del kirchnerismo a cambio de darle a Milei la luz verde a sus candidatos a completar el máximo tribunal, que se discute por estos días en audiencias públicas en la Comisión de Acuerdos del Senado.
Se trataría de un juego de la silla político en el que Cristina Kirchner puja por sentar a Eduardo de Pedro (Buenos Aires), hombre de La Cámpora, operador judicial kirchnerista y compañero de bloque de Mayans, mientras otros sectores del peronismo que ven apagarse la estrella electoral de la expresidenta quieren su parte del botín, y la reclaman desde la posición de haber soportado el “huracán Milei” y haber retenido el poder en sus provincias.
La pelea empezó por las declaraciones de Mayans en las que, después de la sesión de la semana pasada en la que protagonizó un intercambio risueño con Victoria Villarruel, dijo que la vicepresidenta “se aproxima ideológicamente un poquito más a nosotros [por el peronismo] que a Milei”. El jefe del bloque K en el Senado, ligado al gobernador Gildo Insfrán, completó su intervención asegurando que al Presidente habría que hacerle un peritaje psiquiátrico por sus desbordes emocionales.
“Pericia psiquiátrica les vamos a pedir a los que dicen que es peronista”, respondió, tajante, Cristina Kirchner, sin mencionar a Mayans ni a Villarruel, desde su cuenta de la red social X, una de las pocas tribunas que le quedan desde que dejó el poder.
Para sorpresa de todos, y en una clara señal de los tiempos que corren, el senador no se quedó callado y contraatacó. “¿Qué hacemos con los que pusieron a Alberto [Fernández] como presidente del partido? ¿Los mandamos también al psiquiátrico?”, replicó Mayans. Toda una novedad si se toma en cuenta que antes nadie osaba desafiar en público a Cristina Kirchner.
“Está empezando a separarse”, interpretó las palabras de Mayans un senador que siempre tuvo la puerta abierta en el despacho del formoseño y que también ha sabido frecuentar el Instituto Patria.
Como trasfondo de esta pelea están el debate de los pliegos de los candidatos para la Corte y la intención del peronismo de forzar una ampliación del máximo tribunal y negociar, además, la designación de unos 140 juzgados federales vacantes a lo largo del país.
Hasta la semana pasada, el pedido se había mantenido en sordina. Pero fue precisamente Mayans quien, en diálogo horas de la audiencia pública de Lijo, dijo que su bloque no iba a firmar dictamen en la Comisión de Acuerdos hasta que el Gobierno no se sentara a negociar el apoyo a los candidatos para ocupar la cabeza del Poder Judicial.
A la luz de los últimos acontecimientos, aquellas palabras del senador suenan a una queja por las intenciones de Cristina Kirchner de tomar las riendas de la discusión y poner a su gente de confianza no solo en la negociación, sino también en los cargos en disputa.
Con la pelea todavía fresca, en las usinas peronistas del Senado nadie podía arriesgar qué tan profundo podría ser el impacto al interior de la bancada de Unión por la Patria del cruce mediático entre la exvicepresidenta y el legislador.
Lo que sí es cierto es que la polémica hace flaco favor a la unidad de un bloque atravesado por las tensiones entre un sector de kirchneristas duros, mínimo unos 15 de los 33 miembros de la bancada, con pretensiones de seguir marcando el camino sin hacer un mea culpa por sus errores políticos, y un grupo, todavía chico pero que va en crecimiento, que cree que llegó la hora de hacer un cambio de mando y adoptar otras estrategias legislativas.
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Moscovich busca terciar en las elecciones de la DAIA
El dirigente competirá con los postulantes Cohen y Epstein
José Mayans senador (UP-Formosa)
Tras ser reprendido públicamente por Cristina Kirchner a raíz de sus dichos sobre el “peronismo” y Victoria Villarruel, el formoseño sorprendió al responderle en público a la expresidenta
Las internas están a la orden del día y el peronismo no es la excepción. En medio de las infinitas peleas del oficialismo, Cristina Kirchner salió a desautorizar al jefe del bloque de senadores de Unión por la Patria, José Mayans (Formosa), y dejó al desnudo una trama de pujas intestinas en la que se mezclan la conducción de un PJ que vive en estado de virtual acefalía y la personería jurídica por ver quién se sienta a la mesa con el Gobierno para negociar la ampliación de la Corte Suprema, a cambio de aprobar las designaciones de Ariel Lijo y Manuel GarcíaMansilla en el máximo tribunal, que reclama Javier Milei.
“Mirá, el peronismo tiene la capacidad del olfato. Por una narina olemos las calas; por la otra, el poder”. La frase pertenece a un experimentado senador kirchnerista que cree que detrás de la pelea pública subyace la lenta pero persistente pérdida de poder de la exvicepresidenta, que sigue dando órdenes en el peronismo como si todavía tuviera el atractivo electoral de otras épocas.
Pero las explicaciones no se acaban en el supuesto “olor a calas” que se adjudica a la figura política de Cristina Kirchner en algunos sectores de PJ, situación que ya tuvo algunos capítulos públicos, como los reproches contra la expresidenta del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, otrora ultrakirchnerista, por las derrotas electorales de la última década.
En otras usinas peronistas interpretaron el cruce verbal como un chispazo por la eventual ampliación de la Corte que reclaman desde algunos sectores del kirchnerismo a cambio de darle a Milei la luz verde a sus candidatos a completar el máximo tribunal, que se discute por estos días en audiencias públicas en la Comisión de Acuerdos del Senado.
Se trataría de un juego de la silla político en el que Cristina Kirchner puja por sentar a Eduardo de Pedro (Buenos Aires), hombre de La Cámpora, operador judicial kirchnerista y compañero de bloque de Mayans, mientras otros sectores del peronismo que ven apagarse la estrella electoral de la expresidenta quieren su parte del botín, y la reclaman desde la posición de haber soportado el “huracán Milei” y haber retenido el poder en sus provincias.
La pelea empezó por las declaraciones de Mayans en las que, después de la sesión de la semana pasada en la que protagonizó un intercambio risueño con Victoria Villarruel, dijo que la vicepresidenta “se aproxima ideológicamente un poquito más a nosotros [por el peronismo] que a Milei”. El jefe del bloque K en el Senado, ligado al gobernador Gildo Insfrán, completó su intervención asegurando que al Presidente habría que hacerle un peritaje psiquiátrico por sus desbordes emocionales.
“Pericia psiquiátrica les vamos a pedir a los que dicen que es peronista”, respondió, tajante, Cristina Kirchner, sin mencionar a Mayans ni a Villarruel, desde su cuenta de la red social X, una de las pocas tribunas que le quedan desde que dejó el poder.
Para sorpresa de todos, y en una clara señal de los tiempos que corren, el senador no se quedó callado y contraatacó. “¿Qué hacemos con los que pusieron a Alberto [Fernández] como presidente del partido? ¿Los mandamos también al psiquiátrico?”, replicó Mayans. Toda una novedad si se toma en cuenta que antes nadie osaba desafiar en público a Cristina Kirchner.
“Está empezando a separarse”, interpretó las palabras de Mayans un senador que siempre tuvo la puerta abierta en el despacho del formoseño y que también ha sabido frecuentar el Instituto Patria.
Como trasfondo de esta pelea están el debate de los pliegos de los candidatos para la Corte y la intención del peronismo de forzar una ampliación del máximo tribunal y negociar, además, la designación de unos 140 juzgados federales vacantes a lo largo del país.
Hasta la semana pasada, el pedido se había mantenido en sordina. Pero fue precisamente Mayans quien, en diálogo horas de la audiencia pública de Lijo, dijo que su bloque no iba a firmar dictamen en la Comisión de Acuerdos hasta que el Gobierno no se sentara a negociar el apoyo a los candidatos para ocupar la cabeza del Poder Judicial.
A la luz de los últimos acontecimientos, aquellas palabras del senador suenan a una queja por las intenciones de Cristina Kirchner de tomar las riendas de la discusión y poner a su gente de confianza no solo en la negociación, sino también en los cargos en disputa.
Con la pelea todavía fresca, en las usinas peronistas del Senado nadie podía arriesgar qué tan profundo podría ser el impacto al interior de la bancada de Unión por la Patria del cruce mediático entre la exvicepresidenta y el legislador.
Lo que sí es cierto es que la polémica hace flaco favor a la unidad de un bloque atravesado por las tensiones entre un sector de kirchneristas duros, mínimo unos 15 de los 33 miembros de la bancada, con pretensiones de seguir marcando el camino sin hacer un mea culpa por sus errores políticos, y un grupo, todavía chico pero que va en crecimiento, que cree que llegó la hora de hacer un cambio de mando y adoptar otras estrategias legislativas.
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Moscovich busca terciar en las elecciones de la DAIA
El dirigente competirá con los postulantes Cohen y Epstein
Jaime RosembergAdrián Moscovich ORT
Con el oficialismo en la voz de Marcos Cohen y la oposición corporizada en Darío Epstein, apareció un tercero en discordia en la competencia para la conducción de la DAIA, la representación política de la comunidadju de o-argentina que renovará sus autoridades en noviembre.
Se trata de Adrián Moscovich, contador de 60 años con una larga experiencia comunitaria, como profesional y como voluntario.
Moscovich presentó días atrás su postulación para presidir la entidad.
De esa forma, se sumó a la carrera en la que ya se anotaron Cohen (parte de la actual conducción, que encabeza Jorge Knoblovits), y Epstein, financista y asesor económico del presidente Javier Milei durante la campaña que lo llevó a la presidencia.
En diálogo y a la cabeza de la agrupación Pero Juntos, Moscovich mostró sus diferencias con quienes serán sus dos rivales por la conducción de la entidad.
“Nuestro proyecto tiene como objetivo central volver a los orígenes de la DAIA, luchar contra el antisemitismo en un esquema federal y apartidario que no dependa del gobierno de turno”, argumentó el candidato.
Prosecretario de la DAIA durante parte de la gestión de Knoblovits, Moscovich asegura: “Hoy las posturas de la entidad se resuelven entre dos o tres personas; somos el pueblo del debate, así lo hacían los talmudistas, y tenemos que volver a eso”.
El flamante candidato presentó su postulación hace una semana en la comunidad Dor Ja dash(nue va generación ), en el barrio de Villa Crespo.
En relación con la postulación de Epstein, Moscovich aseguró: “Me preocupa que la DAIA esté demasiado cerca de los gobiernos. Ya lo hicimos en varias oportunidades, y no nos fue bien”, destaca.
Contra el apoyo a Lijo
“Mi plan es una DAIA cuyas decisiones pasen por el consejo directivo, con participación de las filiales del interior. No tenemos nada que decir sobre la designación de jueces o políticos, sean buenos o malos”, en referencia al apoyo de la DAIA a la postulación del juez federal Ariel Lijo como próximo juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Para Moscovich, apoyar a Lijo sería “borrar con el codo lo que escribimos con la mano”, dado que, recordó, en 2014 la DAIA mostró su preocupación por la autorización que el mismo juez Ariel Lijo dio a la personería jurídica para el partido Bandera Vecinal, que encabezaba Alejandro Biondini, reivindicador del nazismo.
En tren de contabilizar apoyos, el candidato Adrián Moscovich asegura que tendrá el respaldo de las entidades sociodeportivas y escuelas. También reconoce “conversaciones” con el sector de la ortodoxia que lidera el rabino Samuel Levin, sector que maneja la AMIA desde 2008 de modo ininterrumpido.
Antisemitismo y federalismo
Como promesa de campaña, Moscovich asegura que promoverá la creación del “instituto federal de esclarecimiento para la lucha contra el antisemitismo”, en el que donantes particulares se comprometieron a su financiamiento, para capacitar a dirigentes de empresas públicas y privadas, rectores de universidades y otros sectores, en pelea frontal contra lo que considera el rebrote de antisemitismo a nivel global.
“Me acompaña gente con experiencia en la DAIA, otros con experiencia comunitaria y un tercer grupo que no participó nunca de la conducción, pero que confía en que volvamos a los valores fundantes de la DAIA”, culminó Moscovich, confiado en dar la pelea contra las otras dos listas.
Con el oficialismo en la voz de Marcos Cohen y la oposición corporizada en Darío Epstein, apareció un tercero en discordia en la competencia para la conducción de la DAIA, la representación política de la comunidadju de o-argentina que renovará sus autoridades en noviembre.
Se trata de Adrián Moscovich, contador de 60 años con una larga experiencia comunitaria, como profesional y como voluntario.
Moscovich presentó días atrás su postulación para presidir la entidad.
De esa forma, se sumó a la carrera en la que ya se anotaron Cohen (parte de la actual conducción, que encabeza Jorge Knoblovits), y Epstein, financista y asesor económico del presidente Javier Milei durante la campaña que lo llevó a la presidencia.
En diálogo y a la cabeza de la agrupación Pero Juntos, Moscovich mostró sus diferencias con quienes serán sus dos rivales por la conducción de la entidad.
“Nuestro proyecto tiene como objetivo central volver a los orígenes de la DAIA, luchar contra el antisemitismo en un esquema federal y apartidario que no dependa del gobierno de turno”, argumentó el candidato.
Prosecretario de la DAIA durante parte de la gestión de Knoblovits, Moscovich asegura: “Hoy las posturas de la entidad se resuelven entre dos o tres personas; somos el pueblo del debate, así lo hacían los talmudistas, y tenemos que volver a eso”.
El flamante candidato presentó su postulación hace una semana en la comunidad Dor Ja dash(nue va generación ), en el barrio de Villa Crespo.
En relación con la postulación de Epstein, Moscovich aseguró: “Me preocupa que la DAIA esté demasiado cerca de los gobiernos. Ya lo hicimos en varias oportunidades, y no nos fue bien”, destaca.
Contra el apoyo a Lijo
“Mi plan es una DAIA cuyas decisiones pasen por el consejo directivo, con participación de las filiales del interior. No tenemos nada que decir sobre la designación de jueces o políticos, sean buenos o malos”, en referencia al apoyo de la DAIA a la postulación del juez federal Ariel Lijo como próximo juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Para Moscovich, apoyar a Lijo sería “borrar con el codo lo que escribimos con la mano”, dado que, recordó, en 2014 la DAIA mostró su preocupación por la autorización que el mismo juez Ariel Lijo dio a la personería jurídica para el partido Bandera Vecinal, que encabezaba Alejandro Biondini, reivindicador del nazismo.
En tren de contabilizar apoyos, el candidato Adrián Moscovich asegura que tendrá el respaldo de las entidades sociodeportivas y escuelas. También reconoce “conversaciones” con el sector de la ortodoxia que lidera el rabino Samuel Levin, sector que maneja la AMIA desde 2008 de modo ininterrumpido.
Antisemitismo y federalismo
Como promesa de campaña, Moscovich asegura que promoverá la creación del “instituto federal de esclarecimiento para la lucha contra el antisemitismo”, en el que donantes particulares se comprometieron a su financiamiento, para capacitar a dirigentes de empresas públicas y privadas, rectores de universidades y otros sectores, en pelea frontal contra lo que considera el rebrote de antisemitismo a nivel global.
“Me acompaña gente con experiencia en la DAIA, otros con experiencia comunitaria y un tercer grupo que no participó nunca de la conducción, pero que confía en que volvamos a los valores fundantes de la DAIA”, culminó Moscovich, confiado en dar la pelea contra las otras dos listas.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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