jueves, 1 de agosto de 2024

CRÍTICA DE TEATRO..." QUIERO DECIR TE AMO"...Y "LA LLUVIA SEGUIRÁ CAYENDO"


Mercedes MéndezLucía Adúriz y Violeta Urtizberea, en un texto profundo y que deja huellas
Quiero decir te amo: el vínculo imaginario como ilusión de salvación, de Mariano Tenconi Blanco.
QUIERO DECIR TE AMO
AUTORYDIRECTOR: Mariano Tenconi Blanco. intérpretes: Lucía Adúriz y Violeta Urtizberea. Vestuario: EndiRuiz. escenografía: Rodrigo Gonzalez Garillo. iluminación: Matías Sendón. música: Ian Shifres. coreografía: Jazmín Titiunik. sala: Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857). funciones: Sábados a las 19 ydomingosalas21. duración: 70minutos.


Una mujer ve a un hombre que ayuda a los heridos de un accidente de autos y, sin conocerlo, por ese gesto, se enamora de él y comienza a escribirle cartas de amor que le deja al portero del edificio, donde cree que vive. La esposa de ese hombre captura las cartas y comienza a responderle haciéndose pasar por su marido. Así, por correspondencia, casi sin cuerpo y sin saber a quién se le escribe realmente, nace la idea del amor, en el último espectáculo que estrenó Mariano Tenconi Blanco, con las actuaciones de Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz.
Quiero decir te amo, es una nueva versión de una de las primeras piezas de este autor, que tuvo su estreno original en 2012. Esta vez, con nuevo elenco y algunos cambios en el texto, se puede ser el germen de lo que será la consolidación de este autor, uno de los más reconocidos de la época, con piezas que irrumpieron en el mapa del teatro argentino. Su vuelo literario y el diálogo que establece con los grandes textos de la literatura universal, las relaciones con la historia argentina y la reescritura desde la ficción de ciertos mitos fundacionales, el humor desenfrenado con actuaciones dispuestas al estallido lúdico y la vuelta a la narración y al amor por la escritura, con el uso de géneros como el diario íntimo y la carta dentro del teatro, han sido los puntos fuertes con los que Mariano Tenconi Blanco consolidó su carrera.
La obra se presenta como un homenaje al amor. Dice el autor: “Solo hace falta decir ‘te amo’, y el amor existe” y suscribe en este pensamiento a la filosofía del lenguaje que sostiene que no hay nada por fuera de las palabras: la realidad es aquello que se nombra. ¿Se puede hablar de amor para relatar el vínculo de dos mujeres que no se conocen, que no saben nada de la vida de la otra? Estas mujeres sin trabajo, sin aspiraciones personales, sin vidas profesionales, ancladas en sus casas, se arman un mundo imaginario y ficcional en el cual un otro, un amor romántico, idealizado, del cual no se sabe absolutamente nada, es el que las salva.
Esta relación por cartas es un melodrama de la exaltación de una idea del amor, en la cual se puede amar sin conocer, sin poner el cuerpo, sin acompañar en la vida cotidiana. El amor sucede en la imaginación, no en los hechos. Cada personaje vive en soledad, casi en depresión y atravesadas por el vacío existencial y entonces la aparición de un otro imaginario, es donde depositan toda la ilusión de salvación. Y Mariano Tenconi Blanco, que es un maestro del lenguaje, genera en su teatro un diálogo con Manuel Puig.
Si bien los personajes de Quiero decir te amo no están ubicadas en una época histórica determinada y no hay ninguna referencia a eso, se puede inferir que no son mujeres contemporáneas. Viven en un mundo en el cual los hombres son médicos y ellas se llenan de resentimiento en sus casas, mientras escriben y en la escritura exploran y expanden el mundo interior, que en la realidad no pueden ni verbalizar. En este espectáculo hay un conocimiento profundo de un vínculo que se sostiene en el tiempo, una mirada crítica de las relaciones, un apoyo real en un otro, un arco dramático notable (tan notable que arranca en el inicio del universo y termina en el fin del mundo) y un diálogo con los grandes textos de la literatura universal. Es un gran texto dramático. Quiero decir te amo presenta la misma estructura, pero exalta un tipo de amor que en los ojos del presente es el que más daño le hizo a las mujeres, dejándolas postergadas, imaginando algo que no sucede en la realidad. Son mujeres prototípicas y no tienen una posibilidad de despliegue ni evolución. Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz sostienen con actuación y mucho humor sus monólogos. “El amor es una ficción que se escribe de a dos”, sostiene este talentoso autor, pero es importante no dejar de preguntarse si para que el amor realmente acontezca no es necesario muchísimo más que decir te amo.


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Volver del pasado para entender el hoy
Carlos PachecoPaulo Brunetti y Osvaldo Santoro, los protagonistas
LA LLUVIA SEGUIRÁ CAYENDO
AUTORES: Oscar Barney Finn y Marcelo Zapata, inspirada en Lejana tierra mía de Eduardo Rovner. intérpretes: Osvaldo Santoro, Paulo Brunetti. escenografía: C. Gómez Centurión. iluminación: Del Bianco Est. dir.: Oscar Barney Finn. sala: Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556. funciones: miércoles a las 20 (a partir del 3 de agosto, sábados a las 18.30). duración: 70 mins.


La pieza Lejana tierra mía de Eduardo Rovner se estrenó en 1992 interpretada por Daniel Marcove y Jorge Petraglia, con dirección del segundo y realizó solo dos funciones, seguramente en un ciclo de teatro semimontado. En 2002, el equipo integrado por Brunetti, Santoro y Barney Finn la repuso en Andamio 90, desarrollando una exitosa temporada.
Si en ese momento el director decidió hacer cierta actualización del texto, con autorización de Rovner, ahora Barney y Marcelo Zapata buscan continuar la historia original. Recrean una ficción en la que ubican a ambos personajes, padre e hijo, en la Argentina actual.
Si en aquella historia, el hijo decidía irse del país en el marco de una fuerte crisis económica, donde los cacerolazos eran moneda corriente, al igual que el grito “que se vayan todos”; el padre, un artista plástico destacado, pintaba una obra en la que intentaba plasmar el pueblo en el que había nacido mientras que el hijo, que comenzaba a desarrollarse en la pintura, sentía que en Buenos Aires no había posibilidades de inserción real y por tanto emigró a los Estados Unidos.
En la acción actual, ese hijo regresa a encontrarse con su padre. Han transcurrido 20 años en los que solo se han comunicado por breves mensajes de teléfono o de mail. El joven se ha transformado en un empresario destacado, que ha logrado posicionarse con fuerza en el medio de las artes visuales y está muy ligado a cuestiones tecnológicas como la inteligencia artificial que, supone, posibilitará engrandecer la labor de los artistas.
El muchacho regresa a la casa familiar donde funcionaba, a la vez, el taller de su progenitor. Pero, en verdad, ya nada es como era. El cansancio de ese hombre mayor, su decadencia como creador, y un país que sigue sin alentar a sus habitantes hacen que un clima sumamente enrarecido circule continuamente en la relación que ambos intentan reconstruir. “A vos te recibió un mundo nuevo -dice el padre-, a mí me expulsó el que me pertenecía”.
Oscar Barney Finn y Marcelo Zapata conciben un texto que sigue muy minuciosamente cierto estilo realista, característico de Eduardo Rovner y hasta reconstruyen esa continuidad de la vida de los personajes de manera muy convincente, sin dejar de lado ciertas reflexiones que apuntan a cómo cada generación analiza la realidad social y política actual y aún aquella que motivó la separación de ambos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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