Las dudas a la hora de amamantar y consejos para sostener el proceso
Los beneficios de la leche materna, las dificultades del comienzo, las posiciones recomendadas, la frecuencia y la duración de las tomas, entre otros temas que aborda el capítulo 5 de Primerizos
Texto Valeria Vera | Ilustración Javier Joaquín
“El bebé come cada vez que lo pide, de día y de noche, no hay horarios ni tiempos de duración de comida rígidos; es el niño quien regula la frecuencia”
La lactancia materna es un modo natural de alimentar al bebé y también una elección, que forma parte del proceso de preparación para ser padres. Implica una forma de criar que le proporciona al hijo múltiples beneficios físicos y emocionales en el corto y largo plazo.
Esta elección supone entrega, “poner mucho el cuerpo”, aprender sobre la marcha y poder contar con el apoyo del entorno familiar y profesional en todo momento.
Alberto Grieco, pediatra, neonatólogo y especialista en puericultura, y Sandra Zampaloni, psicóloga y puericultora, especialista en Psicop erina to logía, autores del libro Crianza para principiantes, detallan los beneficios que trae amamantar: implica dedicación y amor, promueve el vínculo mamábebé e influye positivamente en el entorno familiar. También supone presencia física, mental y emocional y es una experiencia sensorial, ya que compromete todos los sentidos.
Además, proporciona alivio y gratificación y satisface diversas necesidades básicas del bebé.
Ambos especialistas advierten que si bien se trata de una práctica ancestral, la mayoría de las mamás necesita información, acompañamiento y apoyo desde el embarazo para poder alimentar de forma satisfactoria al bebé. Para acompañar a las mujeres que eligen la lactancia, las respuestas de especialistas a las dudas más frecuentes.
1 ¿Cuándo ocurre y cómo es la bajada de la leche materna?
“La bajada de la leche suele ocurrir entre el tercer y cuarto día posnacimiento del bebé, pero como es un proceso muy personal puede darse antes o después, según cada mujer”, sostiene Belén Corallo, puericultora, doula y autora del libro Grandiosa teta. En general se produce cuando ya estamos en casa, después del alta del sanatorio y lo que suelen sentir las mujeres es mucha congestión, molestia y calor en los pechos. “La clave durante esos días es prender a tu bebé a la teta lo máximo posible para lograr un buen vaciamiento y menos molestia”, recomienda la especialista.
2 ¿Cómo empiezo a dar la teta y cuáles son las posiciones para amamantar?
La lactancia es un proceso en el que la mamá y el bebé aprenden juntos a medida que transcurre. Por eso, cada mujer encontrará sus estrategias para interpretar las necesidades del hijo y los recursos para cuidarlo y alimentarlo.
Teresa D’Osualdo, coordinadora del servicio de puericultura del Sanatorio Los Arcos, plantea que es posible que la mamá se sienta insegura los primeros días y recomienda observar al bebé, seguir la mirada, interpretar sus ritmos; todo esto favorecerá el encuentro y la comunicación entre ambos.
Entre las posiciones para amamantar, se puede elegir entre:
Invertida: facilita el manejo del bebé, especialmente los primeros días, sobre todo si se tuvo una cesárea. El bebé queda apoyado al costado del cuerpo materno. El brazo lo sostiene desde la espalda para acercarlo al pecho. La mano libre es la que sostiene el pecho.
Reversa: el bebé se ubica panza con panza con la mamá. Para sostenerlo, se puede colocar el brazo por delante del bebé para acercarlo al pecho, tomándolo desde los hombros y la nuca. Esta posición facilita el manejo las primeras semanas, ya que nos da seguridad para ayudar al bebé en el momento de la prendida
Clásica: es la más conocida, el bebé queda panza con panza con la mamá. En los primeros días cuesta un poco más, ya que necesitamos reforzar el sostén de la cabeza del bebé en el momento que se prende al pecho
Recostada: es muy cómoda cuando el bebé tiene algunas semanas, sobre todo para amamantar durante la noche. Es importante que el bebé esté alineado con tu cuerpo y sostener el pecho.
3 ¿Cómo se ordenan la frecuencia y la duración de las tomas?
Si bien la orientación del proceso derivará de las consultas con profesionales afines a la temática, el pediatra o puericultoras, en general, se suele hablar de lactancia a libre demanda. “Esto implica que el bebé come cada vez que lo pide, de día y de noche. No hay horarios ni tiempos de duración de comida rígidos. Es el niño quien regula la frecuencia de las mamadas”, explica Marcela Sánchez, coordinadora del servicio de puericultura de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
4 ¿Cómo me doy cuenta si el bebé se alimenta bien?
Águeda Figueroa, médica neonatóloga del Hospital Universitario Austral, confirma que cuando una mujer decide dar el pecho aparecen grandes miedos. No obstante, hay varios indicios que muestran a los médicos que todo marcha sobre ruedas. Por ejemplo, el peso: en los primeros diez días el bebé recupera o supera el peso de nacimiento.
Tiene deposiciones de una a ocho veces por día, tipo diarrea de color zapallo y con grumos.
La mamá siente que luego de dar el pecho vacía sus mamas (esto es más común que lo sienta en el primer mes). En los controles sucesivos, durante el primer mes, aumenta de peso. Otro indicio es que el bebé comienza a quedarse tranquilo luego de tomar el pecho y tiene sueños más largos.
5 ¿Qué son las crisis de lactancia?
Belén Corallo se refiere a esto como “brotes de crecimiento” porque son precisamente ajustes en la producción de leche. Lo que se suele notar en esta instancia es un bebé que pide teta más seguido, que las tomas son más largas y que se enoja o incluso pelea en la teta: “Todo esto nos indica algo muy bueno: nuestro bebé está creciendo bien y necesita más leche por eso”.
6 ¿Hasta qué edad debo amamantar?
En primer lugar, las distintas organizaciones de salud a nivel mundial, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), recomiendan mantener la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses, comenta Valeria Blumetti, médica pediatra, especialista en Infectología y Coordinadora del servicio de Pediatría de la Clínica Zabala-SMG. Luego, a partir de los seis meses, se recomienda introducir alimentos adecuados y seguros, mientras se sigue con la lactancia materna.
¿Y después? En esta instancia suelen aparecer opiniones y valoraciones ajenas, que muchas veces confunden. Es importante saber que la lactancia materna puede continuar hasta los dos años o más, según lo deseen la díada madre-hijo. Pero es una recomendación.
7 ¿En qué consiste el destete?
En Chau, teta, Ileana Contrera, psicóloga, y Aldana Contrera, puericultora, sostienen que existen muchos tipos de destetes. “Hasta podríamos decir que hay uno para cada familia, y también existen infinitas maneras de llevarlos a cabo”, deslizan.
A modo de simplificar, podemos clasificarlos en cuatro tipos: destete nocturno, total, diurno y orden de tomas, donde el foco está puesto en estructurar y limitar las tomas del día para salir de la libre demanda.
En cualquiera de los cuatro casos, el destete representa un proceso que suele ir acompañado por ambivalencia, sentimientos encontrados y una revisión de la propia historia de la lactancia: “Ya sea que haya durado poco tiempo, algunos meses o muchos años, dar la teta siempre tiene un impacto en las emociones del bebé y de la madre. Pensar en el destete es también ubicar un final para esa forma de vincularse entre la madre y su hijo, aunque la mamá seguirá estando siempre ahí”.
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