Arte y fotografía. Espacios para entrenar la mirada y descubrir otros mundos
Através de diversas técnicas visuales, los chicos enriquecen su expresión y se vinculan, online, con sus pares
"Está cansada de la cuarentena", dice Nick al ver un fotomontaje de Grete Stern que representa a una mujer adentro de una jaula. "Está encerrada y quiere salir, se siente presionada porque no puede salir a trabajar", acota Tasha. "Sí, en un tiempo las mujeres no tenían derechos y no podían salir a trabajar", coincide Juana.
![Grete Stern y sus fotomontajes comprometidos con el feminismo](https://graffica.info/wp-content/uploads/2015/12/05798-833x1024.jpg)
Los tres participan de un taller virtual en el Malba, como muchos de los que se impulsaron durante los últimos cuatro meses para continuar con la educación a distancia. Y que no solo permitieron a los chicos viajar con la imaginación, sino también compartir experiencias con chicos de otros países, como las dos hijas de argentinos que llegaron desde Nueva York a la convocatoria del museo porteño.
Ciudades que se prenden fuego y abuelos que rescatan a sus nietas, sueños con autos y globos o señoras con cabeza de caballo: el universo onírico de Stern interpela a los chicos, que plasman sus propios mundos en los trabajos del taller.
"Según los padres, los saca de la angustia y la depresión. Les cambia el ánimo", observa Kira profesora de talleres de acuarela. Hasta hace cuatro meses recibía a sus alumnos en su departamento de San Isidro, pero la cuarentena los volvió virtuales y fue una sorpresa: se sumaron muchos más, de varias provincias.
"La integración se produce sin importar desde dónde se conectan, con el objetivo de compartir y enriquecerse al mostrar sus trabajos, ideas para hacer, motivándose desde el encuentro y la empatía -agrega Kira-. Honestamente, el cambio pasó de la exasperación de no poder continuar con las clases a la oportunidad de hacerlo adaptándonos a la situación". En este sentido, Franca , de 13 años, sintetiza un aprendizaje colectivo: "Durante la cuarentena aprendí que la paciencia es vital para vivir y también para la acuarela".
![ramble tamble: taller ojos de campo](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPiJJpiruIinHJqBwkQ1HF9qsHLfzACTRQMvntrBvSyjznqv8S3bSD7Y_qBwxeAbxUv1n1cIosEzXaCIfYksnr_s-aDIitWXMxB5m60gl0MKXTFfy5ahaNapisWhKmvpzW63tDrO1zsgY/w1200-h630-p-k-no-nu/ojos_de_campo.jpg)
El taller de fotografía Ojos de Campo, destinado a alumnos de escuelas rurales e impulsado desde 2005 por Diego Arranz, también le hizo un lugar a la virtualidad. Porque la cuarentena no interrumpió las clases ni las ganas de retratar el ambiente que rodea en su vida cotidiana a los talleristas: unos 120 chicos, de 6 a 17 años, que viven en Villa Ruiz, Tuyutí, Espora, Franklin, Villa Espil, Azcuénaga y Cucullu, del municipio de San Andrés de Giles. Los encuentros semanales con los profesores pasaron a tener una pantalla de por medio y las salidas prácticas grupales se volvieron individuales y en los alrededores de cada casa.
El taller propone la fotografía como un medio de expresión artística y como un incentivo al desarrollo creativo de los chicos, que se vinculan con su entorno a través de las imágenes que reflejan sus distintas miradas.
Es un taller lúdico, todo pasa por el juego. Por la cuarentena, las clases pasaron a tener más teoría: composición, iluminación, edición. La mayoría de los chicos no tienen cámaras: usan los celulares en sus salidas por la cercanía de sus casas en cada pueblo. Hace dos meses, empezaron a hacer entrevistas por Zoom a un fotógrafo de un género específico: fotoperiodismo, foto artística, deportes como polo y fútbol, naturaleza, aviones y hasta instagrammers para aprender secretos de cada técnica.
Además de los talleres ahora virtuales por la pandemia, los profesores Laureana Bidart, Micaela Rodríguez y Clara Sabinio dan clases a través de videos a chicos con capacidades especiales del Centro de Día Alihuén. Y filman videos con consejos y tips.
La acuarela y sus matices
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Crónicas urbanas. "Aprendí que la cuarentena redujo el ambiente en el que interactúo, así como los paisajes que me limito a ver día tras día. Esta es la vista más abierta que tengo desde mi ventana", cuenta Felipe (15 años, CABA).
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La delicadeza. "Me encanta la leyenda del colibrí -explica María Josefina (12 años, Mendoza)-. Creo que cuando vemos un colibrí es un alma que nos visita. A mí, mi abuelo... Extraño a mis seres queridos que no puedo ver, pero sé que están".
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Búsquedas. Federica (16 años, San Isidro) decidió convertir en oportunidad la larga detención impuesta por el coronavirus. "Como en cuarentena tengo un poco más de tiempo -cuenta-, pude empezar las clases de acuarela".
Imágenes rurales
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Puntos de vista. Esta fotografía tomada por Ian (8 años, Espora) es parte del trabajo que el taller Ojos de Campo sigue haciendo durante estos meses de cuarentena: acompañar a los alumnos de escuelas rurales e impulsarlos a registrar su entorno.
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Atardeceres. Divididos por edades (de 6 a 11 años y de 12 a 17), los grupos de Ojos de Campo se mantienen activos gracias a la conectividad online; aquí, una imagen tomada en las proximidades de su casa por Nadine, tallerista de Villa Ruiz.
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Marco visual. Jennifer (9 años, Franklin), que sigue las clases del taller de fotografía de manera virtual, pone manos a la obra y experimenta otro modo de la composición expresiva con este juego de recuadro dentro del encuadre: así, la vías abandonadas del tren y el verde que lo rodea ganan fuerza y belleza.
Ritmos del fotomontaje
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Soñar, soñar. Bruni (9 años, Resistencia, Chaco) asegura que lo que más le gustó de la cuarentena "es que se redujo la contaminación y que con mis amigos compartimos casi todo el día juntos con videollamadas y juegos online". Su fotomontaje parte de un sueño: una señora con cabeza de caballo que hacía labores en la casa. "Acá está doblando la ropa", dice.
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Al rescate. "Me gustó mucho el taller de la artista alemana Grete Stern, nunca había hecho un fotomontaje ni sabía lo lindo que era hacerlo -comenta Natasha (10 años, Lanús)-. El mío es sobre una ciudad que se prende fuego y un abuelo que ayuda a su nieta. Estuvo redivertido y aprendí mucho. Me gustaría volver al museo".
![](https://bucket1.glanacion.com/anexos/fotos/82/3330082w380.jpg)
Recreo. Durante estos días, Guillermina Lucía (7 años, Caballito) hizo lo que todos los chicos: miró TV, le sacó chispas a la tablet, jugó con todos los juguetes y objetos a disposición en su casa, hizo collages y algún experimento. Pero también asistió al taller de fotomontaje del Malba, donde el juego fue soñar como lo hacía Grete Stern.
C. CH. Y N. B.
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