lunes, 5 de agosto de 2024

EL ESCENARIO Y EL GORDO DAN




Misión imposible en Caracas
Jorge Liotti
Javier Milei apostó a confrontar
Los días previos habían sido muy difíciles, pero el martes a la noche la tensión escaló al máximo y el temor se apoderó de los negociadores argentinos que intentaban proteger a los seis opositores venezolanos refugiados en la embajada de Caracas. Se había diluido la hipótesis más firme que habían explorado para salvaguardarlos de las amenazas del régimen de Nicolás Maduro y el ultimátum que les habían dado ya había consumido las primeras 24 horas.
Las tratativas que venían llevando con un par de países europeos se habían terminado de evaporar porque no podían garantizar un convoy de 15 autos blindados y con extrema seguridad para trasladarlos de la sede diplomática. En la Cancillería hubo desazón: “Los europeos no se jugaron”. Consideraban que era la opción más segura, dada la fragilidad de la situación en la embajada argentina, que hasta ayer seguía sin luz y abastecida con un grupo electrógeno, sin internet y con una mínima seguridad privada contratada por la Cancillería. Antes de la elección del domingo pasado habían evaluado otras opciones, desde una huida clandestina hasta algunos planes de salida que manejó la Cancillería, que quedaron abortados por el temor a que los vehículos diplomáticos argentinos fueran interceptados. Incluso el propio Lula da Silva había hablado con Maduro sobre la posibilidad de poner a disposición un avión de la Fuerza Aérea brasileña para sacarlos del país, pero el presidente venezolano no aceptó.
En la noche del martes el vicecanciller Leopoldo Sahores activó el plan B: pedirle al gobierno de Brasil que además de hacerse cargo de la embajada, movimiento sobre el que ya venían conversando, también velaran por los refugiados. Fue una noche larga y complicada. Se jugaban la suerte de los refugiados y también el sentido del gobierno de Javier Milei como principal oponente internacional a Maduro. El embajador en Buenos Aires Julio Bitelli hizo consultas con Brasilia, y desde allí hablaron con Caracas para obtener garantías de que no habría amenazas para la integridad de los refugiados. El miércoles transmitieron que estaba el OK para avanzar. El compromiso consistió en aceptar que permanezcan en la embajada en forma temporal, pero diplomáticamente bajo responsabilidad argentina. Tampoco hay personal brasileño en la sede diplomática, solo responsables de limpieza y cocina, con lo cual la situación sigue siendo de una extrema fragilidad.
El miércoles, en medio de las tratativas, Milei compartió un mensaje que afirmaba que Lula, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador eran “cómplices” del régimen de Maduro porque se abstuvieron de votar en la OEA una resolución que buscaba condenar el fraude electoral en Venezuela. Otra vez samba. La diplomacia argentina debió moverse con rapidez para evitar que ese tuit detonara las frágiles conversaciones. El viernes, cuando ya se había realizado el traspaso del control de la embajada a Brasil, otra vez se produjo una fuerte turbulencia a partir del texto de la canciller Diana Mondino que reconocía el triunfo de Edmundo González Urrutia. Sonaron todas las alarmas en media hora. Brasil reaccionó pidiéndole a la Cancillería una aclaración porque debilitaba su rol de contención. A la Casa Rosada llegó también una advertencia muy severa desde Caracas. Mondino habló con Santiago Caputo y se resolvió emitir un comunicado que relativizara la postura. “Fue un error claramente, un apresuramiento. Diana reflejó la postura del Gobierno, pero por ahora tenemos una limitación para expresarla, que es la situación de los asilados”, dijeron cerca del Presidente. Si bien la canciller acumula varios traspiés públicos, esta vez Milei no la apuntó porque lo que dijo estaba en línea con su pensamiento.
Al mismo tiempo que la Cancillería jugaba la delicada partida de los refugiados, el futuro de Venezuela terminó de torcerse. El miércoles de las negociaciones frenéticas, se produjo la conversación que pareció definir el rumbo de la crisis. Ese día Lula habló con Joe Biden para coordinar una postura frente al resultado electoral. Solo Brasil y Estados Unidos estaban en condiciones de ejercer algún tipo de presión para abrir un canal de resolución con Maduro. Pero las expectativas se diluyeron cuando después Lula salió con un mensaje ambiguo, en el que habló de que es “normal” que haya diferentes interpretaciones de un resultado electoral y al mismo tiempo reclamó la difusión de las actas. Después la Casa Blanca hizo un comunicado para decir que “los dos líderes coincidieron en la necesidad de que las autoridades electorales venezolanas publiquen de inmediato datos de votación completos”. Al día siguiente el secretario de Estado Antony Blinken reconoció el triunfo de González Urrutia. No hubo mucho más.
En esta secuencia quedó en claro la incomodidad que el tema Venezuela les genera a Lula y a Biden, y también la decisión estratégica de no avalar a Maduro, pero tampoco presionarlo. Un diplomático que trató estos días con Itamaraty admite que “hubo frustración con el repliegue de Brasil. Maduro está desatado y eso desorientó a Lula, que se asustó con la dureza que demostró”. Para el presidente brasileño es altamente inconveniente quedar identificado con un dictador que ha resuelto pasar a una fase más represiva, sobre todo después de un fraude inocultable de gran magnitud que lo sorprendió. Lo desgasta como referente regional y al mismo tiempo lo expone en su disputa interna con Jair Bolsonaro. Es todo costo, a diferencia de lo que le ocurre a Milei, para quien la radicalización de Maduro funciona como un recordatorio de los riesgos que en el imaginario de su electorado entrañabala continuidad del kirchnerismo. Lula solo se mantiene cauto por la expectativa de que su moderación sirva para acciones puntuales, como la que le permitió a la Argentina negociar el caso de los refugiados.
“Con Biden ocurre algo similar, porque suposición está marcada por intereses cruzados. Por eso adoptó una posición a la brasileña, de cautela estratégica”, comenta Brian Winter, editor de la publicación Americas Quarterly. Y después precisa: “Las políticas duras de Estados Unidos del pasado, como las restricciones comerciales o el reconocimiento de Juan Guaidó, no habían dado resultado. Por eso el año pasado habían decidido levantar las sanciones petroleras a cambio de un proceso electoral no fraudulento. Pero ahora se enfrentan con una situación más compleja. Por un lado, si dejan a Maduro, se agravará la crisis migratoria en la región, en un momento en el que en Estados Unidos transitamos un proceso electoral en el cual el tema de los inmigrantes ilegales figura al tope de la agenda pública. Por el otro, la Casa Blanca no quiere dejar de tener acceso a las reservas petroleras de Venezuela para que Rusia y China ejerzan allí un monopolio compartido”. Quizás por eso, a pesar de todo lo ocurrido, nadie en Washington habló en estos días de reponer las sanciones petroleras.
La crisis de Venezuela exhibió la fractura de América Latina y la imposibilidad de coordinar acciones ante casos evidentes de amenazas institucionales. La “cláusula democrática” que impregnó la constitución de los organismos regionales y que le dio densidad al proceso de transiciones posdictatoriales que se inició en los 80 quedó amenazada gravemente. Cuba fue siempre la excepción; Nicaragua, una anomalía centroamericana; Venezuela es un traspié indisimulable.
“Hola, presi”
La preocupación por Venezuela es uno de los tópicos que comparten Milei y Mauricio Macri. Fue una de las coincidencias en su larga charla del lunes en Olivos. También lo fue el rumbo económico adoptado por el gobierno libertario. Una señal importante en un momento en el que diferentes actores del mundo privado empiezan a dudar sobre la eficacia de las medidas de Luis Caputo. En el entorno presidencial también reconocen que si bien “hay sectores que están creciendo, la actividad no está dando vuelta con la velocidad que nos gustaría”. El mismo diagnóstico emerge cuando se analizan los focus groups de los votantes de Milei. Allí dominan las definiciones como “en proceso”, “transición”, “ni mal ni bien”, “a veces parece que sí vamos a mejorar y otras que no”. La sensación es que la moneda no termina de caer nunca.
La reaparición de Macri en la escena pública conlleva un mensaje central: hay un giro sustancial en la relación con el Gobierno. “Ahora pasamos a una fase de mayor diferenciación”, grafica uno de sus interlocutores. La conversación en Olivos fue amable, pero dejó en claro que Milei y el expresidente están en sintonías distintas. La idea de la reunión surgió cuando Macri estaba preparando su discurso y su equipo, en vista del tono crítico que había adoptado, le sugirió adelantarle al Presidente el contenido. Milei agradeció el gesto y ordenó a su tropa no salir a responderle. Por eso no hubo reproches en redes para el líder del Pro. Pero Milei también bajó otro mensaje: “todo sigue igual”. Traducido, no va a haber respuestas para las demandas de Macri.
Una figura cercana al Presidente lo explica en estos términos: “Vamos a seguir trabajando juntos en el Congreso; profundizaremos los vínculos con los gobernadores como (Rogelio) Frigerio, (Ignacio) Torres, incluso con Jorge Macri, coordinaremos lo de la AGN y la bicameral de inteligencia. Nada de lo que pasó altera los acontecimientos”. El mensaje parecería ser: “No necesitamos a Mauricio, solo nos interesa Pro”. Y tienen un dato para refrendar su estrategia, ya que según algunas encuestas Pro separado de los libertarios hoy cosecha solo un 7% de adhesiones; el resto de sus votantes están superpuestos con los de La Libertad Avanza. Por ese motivo en la Casa Rosada están pensando en una estrategia provincia por provincia, donde haya alianzas en algunos distritos (de eso habló Karina Milei con Frigerio el jueves) y “competencia acordada” en otros, por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires. En definitiva, el enfoque es pragmático y electoral. No hay ninguna intención de atender las críticas a la gestión que hizo Macri. “Si lo que quieren es Transporte para (Guillermo) Dietrich, Vialidad para (Javier) Iguacel, la AFIP para (Leandro) Cuccioli y Justicia para (Germán) Garavano, eso no es una búsqueda de confluencia política, sino una búsqueda de poder y negocios”, dicen cerca del Presidente.
Del otro lado, la mirada contiene similares dosis de desconfianza. Macri entiende que Santiago Caputo heredó el rol de Nicolás Posse como obstáculo de la integración. Habló con él muy fluidamente entre enero y febrero con la intención de amalgamar un frente entre los dos partidos, pero después se frustró. “Nos decían que no era conveniente en ese momento, por si las cosas iban mal y se requería una rápida reformulación y cogobierno”, recuerdan en Pro. Mantuvieron contactos hasta hace un mes y medio, cuando cancelaron una reunión que tenían prevista producto del clima enrarecido que se había generado. El expresidente está convencido de que Caputo (que el viernes a la tarde recibió con el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, al candidato para la Corte Manuel García-Mansilla, muestra de por dónde pasan hoy las decisiones judiciales) es quien influye sobre Milei para que tenga un doble discurso. “Me dice ‘, presi’, pero después me boludea”, se quejó varias veces. “Hay un problema de delivery, porque lo que hablan después no le cumplen”, refrenda un mandatario cercano. El mensaje de Bullrich complicó más las cosas porque directamente habló de absorción de Pro. Dicen que Caputo le pidió dos veces que no lleve al Gobierno su interna partidaria, pero no tuvo eco.
Con Karina la tensión es menor que con Caputo. Simplemente no sintonizaron. A Macri parece haberle molestado que las pocas veces que tuvo ocasión de cruzarse con ella, estaba acompañada por otras personas, que no se preocupó en generar las condiciones para un diálogo genuino. Todo lo contrario ocurrió con Sandra Pettovello, quien la semana pasada se volvió a reunir con él en una oficina céntrica. Comparten un enemigo en común. La ministra también está convencida de que Caputo le hace operaciones para desfondarla y que su vertiginosa acumulación de poder afecta la dinámica del gabinete. “Son varios los funcionarios con la misma mirada, pero pocos tienen la llegada al oído de Javier como ella”, comentan en su entorno. El mensaje también llegó al oído de Karina.
Hay un clima que se volvió más denso dentro del equipo de gobierno. Las internas se profundizaron y hay ministros que están desgastados. Milei aparece alejado de estas cuestiones. Por eso en su charla del lunes Macri le dijo: “Javier, no es lo mismo delegar la gestión que desentenderse”. “Sí, presi, tenés razón”, le respondió el libertario. “Te dije, me boludea”, decodificó el ingeniero. Así es difícil.
Santiago Caputo, junto con Amerio, recibió el viernes a García-Mansilla

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El Gordo Dan. De trabajar en un hospital a embestir desde las redes para apoyar a Javier Milei
Es médico pero se transformó en un militante agresivo con fuerte influencia en el universo libertario; su rol en la salida de funcionarios
Camila DolabjianDesde hace algunas semanas conduce La Misa en el streaming Carajo captura
“La vida se abre camino”, expresó Daniel Parisini en su primer mensaje en la plataforma que efectivamente le abriría camino tres años después a ser uno de los principales portavoces del Gobierno, por casualidad o causalidad.
Emitió ese primer tuit desde la cuenta que actualmente usa el 27 de noviembre de 2021, a las 21.04. Javier Milei apenas había sido electo diputado hace dos semanas, no había asumido y se perfilaba a ser una expresión minoritaria de una derecha liberal con la que Parisini, como otros usuarios de redes sociales –que en ese entonces parecían insignificantes–, comulgaba.
Muchos de estos tuiteros anteceden a Milei y eran famosos antes de que gane popularidad su actual líder. El Gordo Dan es uno de ellos, y hoy comanda, en voz de sus propios “soldados”, a una tropa entera a la guerra cibernética que el propio Presidente da a diario.
Pero Parisini, de Santiago del Estero e hincha de River Plata, estaba lejos de ser un desconocido de Twitter. Su militancia politica comenzó en 2013, cuando creó su cuenta anterior, “El Gordo Monstruo”, que llevaba la imagen de Sylvester Stallone como ícono. “El Oso”, también lo llamaban. Poco ha cambiado desde ese entonces, desde sus 21 años, hasta ahora. Su trayectoria es evidencia de que el movimiento que hoy defiende a ultranza al oficialismo no se forjo con el éxito electoral. Viene de casi una década atrás.
Una de las primeras cuentas en darle la bienvenida al nuevo submundo fue la de la Libertad Avanza: “El Dr. Daniel Parisini es un dirigente político de nuestro espacio. Es nuevo en Twitter”, publicaron y añadieron: “Secretary of Heaven” (Secretario del Cielo). Ya conocía a muchos de los usuarios con los que hoy interactúa y hace sinergia libertaria a diario. Pero era medico de profesión.
Su actividad como “influencer” político convivió con su empleo formal hasta por lo menos septiembre del año pasado, cuando dejó de trabajar para el Ministerio de Salud de la Nación. Si bien se dijo que es enfermero, durante años se describió a sí mismo como médico y cirujano, profesión que ejercía en un hospital provincial.
Un repaso por las anécdotas que él mismo cuenta sobre su trabajo alimenta el relato sobre su tendencia ideológica, que cambió muy poco desde que está activo. En 2018, aseguró que una instrumentadora casi le rompe una cámara de US$20.000 y que, el lunes siguiente, se reunió con el gremio y la dirección del hospital porque le había hecho una denuncia por violencia laboral y de género. “Todo rompen”, dijo. Alrededor de los años, se quejó del mal salario que percibía, de los insumos faltantes y las máquinas rotas.
Sorprendió y generó curiosidad en las últimas semanas por dos eventos. Primero, por su “predicción” sobre el despido de dos funcionarios. Fernando Villela, de Agricultura, y Julio Garro, de Deportes, fueron echados de sus oficinas poco después de que el Gordo Dan y un grupo de tuiteros los apuntara por los mismos motivos por los que después se justificó en privado y en público su salida. Por dar “me gusta” a una publicación radical y por cuestionar a Lionel Messi por los cánticos de la selección argentina respecto de Francia.
¿Produjeron las salidas? ¿Las predijeron? ¿Una mera coincidencia? Un análisis exhaustivo de sus redes abre la posibilidad de que la simple conjunción entre las ideas que Parisini y los tuiteros expresan hace años anticipe estos eventos por la coincidencia que tienen con quienes toman las decisiones.
El segundo motivo es Carajo, una plataforma de streaming libertaria. Parisini es socio de la empresa que está detrás, junto con Sebastián Tabakman, consultor en comunicación política y de larga trayectoria en el mundo político. Trabajó con candidatos de múltiples vertientes, especialmente de Pro.
El socio del Gordo Dan (con quien intentó hablar, pero no respondió) la nacion es además socio de uno de los principales canales kirchneristas: Blender. El esquema de los programas es prácticamente idéntico, pero exactamente opuesto en el tono editorial. Parsini, en particular, conduce La Misa, un programa que trajo de su anterior emisora, Madero Radio. Esta era un proyecto de Fernando Cerimedo, un empresario organizador de trolls en Twitter, según él mismo aceptó en una entrevista 
Fuentes cercanas al armado de Carajo explicaron que la coincidencia entre los socios solo se explicaría por lo “lucrativo” del formato y el área de vacancia que hallaron sus fundadores entre decenas de influencers libertarios que estaban atomizados en sus propias cuentas o canales. La idea, siguiendo el modelo exitoso que se instauró con Luzu TV, una plataforma abocada al entretenimiento que planteó juntar a personalidades del espectáculo ya conocidas y hacerlas interactuar en un mismo lugar, se replicó para el peronismo y luego tuvieron la intención de hacerlo para el liberalismo.
La gran pregunta alrededor de Carajo es cómo se financia. El capital inicial para la empresa fue de $30 millones, para los que Parisini puso unos $9 millones. Hasta hace 10 meses el Gordo Dan era empleado público y no figuraba que tuviera otros ingresos, ni siquiera el monotributo para facturar servicios por su cuenta. Hoy no lo tiene activo, no está inscripto en el régimen de autónomos, ni está en relación de dependencia. En guerras internas de Twitter se lo acusó a él y a otros de recibir fondos por parte de Santiago Caputo, el asesor presidencial, que no tiene una cuenta propia, pero al que se le ha arrogado @SnakeDocLives, suspendida por amenazas. Detrás de Carajo SA está el financiamiento de Augusto Marini, un joven empresario involucrado en múltiples sectores, desde los hidrocarburos a los trenes.
Quienes lo conocen y lo valoran cuentan que Parisini hacía colectas frecuentemente, pero aseguran que no lo publicitaba. Los comentarios de agradecimiento que le dejan en sus publicaciones parecerían dar cuenta de ello. Los que, en cambio, no le tienen mayor simpatía, creen que usaba esas campañas solidarias para hacer propaganda politica o “trollear” (molestar o provocar por internet), como en 2020, cuando organizó una recaudación para hacerles un asado a los chicos de un merendero en Misiones porque, presuntamente, allí un grupo de veganos había hecho una donación previamente.
En su cuenta actual, la primera vez que mencionó a Milei fue en respuesta a un tuit de Luis D’Elía. El dirigente peronista aludió a que el libertario quería que el Estado desaparezca para que los ricos puedan gobernar tranquilos. Parisini le contesto: “En serio dijo eso? MI DICTADOR” y sumo “Según Milei EL ESTADO DEBE DESAPARECER DE MANERA TAL QUE AUTOMÁTICAMENTE QUEDE PROHIBIDO SER MUJER”. Fue el día siguiente a que se unió a Twitter en su nuevo usuario. Con el también había interactuado en sus primeros días en su cuenta anterior.
En realidad, su primera mención al actual presidente fue el 7 de diciembre de 2020: “Soñé que milei REVENTABA de una trompada a artemio lopez luego de intentar atropellarlo con un bora planchado a todo lo que da, mientras nosotros la hinchada cantábamos dale boooo dale booooo AL MANGO ajajjja cada vez más cagado de la cabeza estoy” [sic].
Poco después aseguraría que se trataba del más “ideológicamente impecable de todos los liberales”. En los meses subsiguientes, mostró por primera vez un apoyo incondicional a un candidato, en contraste con años de discusión entre los libertarios y de ferviente crítica al kirchnerismo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA


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