lunes, 5 de agosto de 2024

PLAN DE ALFABETIZACIÓN Y ADN DEL CRIMEN


Plan de Alfabetización: destinarán US$1000 millones en cuatro años
Así lo anunció el secretario de Educación de la Nación; parte de esos fondos provendrán de un crédito del Banco Mundial; comenzará a funcionar en 2025; se distribuirán libros en escuelas públicas y privadas con subvención
Evangelina HimitianLa alfabetización tiene que producirse en primer grado”, afirma Torrendell sec. de educación
Es una de las banderas de logros del gobierno nacional. Mientras en otros temas, ponerse de acuerdo con los gobernadores costó y no se alcanzaron consensos unánimes, en cambio, el Plan Federal de Alfabetización, que impulsó el secretario de Educación, Carlos Torrendell, junto con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, logró en un par de encuentros la firma de las 24 jurisdicciones. Todos de acuerdo en un punto: la necesidad de hacer algo urgente para que los chicos no sigan egresando del colegio sin aprender cuestiones básicas como comprender un texto o hacer una operación matemática sencilla.
La vara está alta. El Gobierno ahora promete destinar US$1000 millones a programas de alfabetización, la mitad de los cuales surgirán de un crédito del Banco Mundial. Además, si bien se avaló que cada provincia elija el método que prefiera para enseñar a leer y escribir, (ya sea estructurado, avalado por sectores liberales o constructivista, impulsado por el progresismo), la apuesta de Torrendell es que a fin de año empiece a funcionar el Sinide, un sistema de monitoreo de información en línea de lo que ocurre dentro de las escuelas, ya sea las trayectorias escolares de los alumnos o los docentes, como así los resultados de las evaluaciones, para poder ir corrigiendo sobre la marcha, y comprobar que los aprendizajes ocurran, sin esperar a finalizar el ciclo. Así lo contó el secretario en su primera entrevista oficial desde el Palacio Sarmiento, de la que participó junto a otros medios periodísticos.
Torrendell promete imprimir nueve millones de libros de literatura infantil cada año, que llegarán a manos de alumnos de escuelas públicas pero también privadas, con subvención. En algunos casos, los padres recibirán vouchers para elegir ellos mismos en librerías los textos que quieren leer con sus hijos. “La alfabetización tiene que producirse en primer grado. Eso es categórico”, dice Torrendell, que desde el año que viene sumará a las pruebas Aprender dos evaluaciones internacionales para primero y segundo grados. Las mejores, asegura, deberían poder comprobarse en 2026.
–El Plan Federal de Alfabetización que impulsa el Gobierno fue el primer acuerdo al que adhirieron todas las provincias. ¿Cómo lograron ponerse de acuerdo?
–Creo que hay conciencia de que la educación es algo en lo que tenemos que ponernos de acuerdo. Cuando asumimos, planteamos la alfabetización como tema prioritario, un compromiso que ya se había lanzado la sociedad civil, desde Argentinos por la Educación. El desafío es recuperar los aprendizajes fundamentales. El gran drama del sistema educativo actual es que se logró elevar la tasa de escolarización, que todos vayan a la escuela, pero lo que tiene que suceder en la escuela, que todos aprendan, no sucede. En diciembre, lo planteamos en el Consejo Federal de Educación, y los ministros provinciales enseguida coincidieron, nadie se negó a identificarlo como un tema fundamental. En realidad, no hubo negociación.
–Algunos especialistas dijeron que, tal vez, desde la Nación se deberían haber impulsado los métodos estructurados, que tendrían que haberse planteado metas más concretas, como que en primer grado los chicos logren la alfabetización. ¿Qué les responde?
–Cuando uno hace política educativa no tiene que caer en el error de creer que es el director de una escuela, el ministro provincial o la maestra de cada aula, sobre todo en un país federal. La idea del Gobierno no es bajar línea homogénea en materia educativa. Lo que nosotros hemos planteado es que el método es algo que cada escuela, cada provincia tiene que determinar. No le corresponde a la Nación determinar el cómo, aunque sí los contenidos fundamentales, podríamos decir los núcleos de aprendizaje prioritarios.
–Entonces, va a haber provincias que adopten un modelo de aprendizaje constructivista y otras que usen el método estructurado y la conciencia fonológica. ¿Existen dudas, como plantean algunos especialistas, sobre la evidencia científica de alguno de los métodos?
–Bueno, eso es una discusión que se instaló. Yo, ya lo he dicho públicamente, prefiero los métodos estructurados. Igual, es llamativo el planteo. La conciencia fonológica es un método diseñado por un pedagogo soviético, que nace en el marco de sistemas educativos que siempre prestaron mucha atención a la alfabetización. Nos guste o no, esa es su deriva. Los métodos estructurados nacieron y están aplicados en ese contexto, por ejemplo, hoy se aplican en Cuba. Es paradójico que el progresismo argentino diga que es de derecha algo que fue creado por países de izquierda y ha producido éxito en materia de alfabetización. Desde el constructivismo y la psicogénesis también se plantea que sus métodos son los adecuados. Me parece que nos debemos un gran debate científico, académico sobre el tema.
–¿Van a impulsar ese debate sobre métodos de alfabetización?
–No, no nos corresponde a nosotros hacer debates académicos. Lo que sí podemos hacer es evaluar, acompañar, ir poniendo en evidencia cuáles son los resultados de las distintas provincias y escuelas, con unos u otros métodos. Y que eso, definitivamente termine zanjando la discusión. Poner en evidencia los métodos, a la luz de los resultados.
–¿Cómo van a recabar esa evidencia?
–Hay un elemento clave en este plan, que es el monitoreo de datos. Queremos brindar información a las escuelas, a los ministros, a los supervisores, a los directores, a los maestros y a las familias, para que puedan verificar, ver cómo están avanzando sus hijos, sus aulas, sus escuelas, sus distritos. Ahí estamos trabajando en la mejora del Sinide, (Sistema Integral de Información Digital Educativa, creado en 2012, pero nunca funcionó de forma completa), que debería estar listo para funcionar plenamente ya a principios del año que viene. Ahí, en materia de conectividad, tenemos el 87% de escuelas conectadas.
–¿Los padres van a recibir información que no reciben hasta ahora?
–Vamos hacia un sistema educativo en el que, todos los días, en línea podamos saber qué chicos y qué maestros están presentes o ausentes, qué están haciendo. Eso es clave para comprender las trayectorias de todos. Esa es información valiosa si la podemos conocer en línea, no un año después. Lo mismo con las evaluaciones. Hay que lograr cuanto antes, procesar toda esa información para que las escuelas tengan sus informes, que los padres accedan a ellos y en el caso de las evaluaciones censales, a los resultados de sus hijos. Eso es clave porque permite que uno no solo tenga la evaluación al finalizar el proceso, sino durante, para aplicar las mejoras que se necesiten.
–Algunos especialistas apuntan que las pruebas Aprender en tercer grado llegan tarde.
–Es cierto. Por eso vamos a aplicar una serie de evaluaciones internacionales adaptadas a la Argentina que se llaman EGRA (significa Early Grade Reading Assessment, es decir, evaluación de lectura de los primeros grados, y tiene como objetivo reconocer las letras, leer palabras simples e identificar los fonemas con los que empieza una palabra. Se toma con cronómetro, de forma oral, se miden cuantos aciertos hizo el alumno en un minuto). Se van a realizar en primero y segundo grados. Aprender en tercer grado es para que se pueda intervenir aun cuando queda por delante el segundo ciclo de primaria. Pero, en realidad, la clave es que haya evaluaciones antes. Durante. Nuestro foco van a ser las evaluaciones de proceso y no esperar a los resultados para agarrarnos la cabeza. Los chicos tienen que aprender a leer y a escribir a los seis años, eso es categórico. Y para eso, antes de que lleguen a fin de primer grado, tenemos que saber si están aprendiendo en el nivel que corresponde.
Torrendell explicó que cada provincia definirá cómo aplicar la iniciativa
–¿Van a ser pruebas censales, que se compararan en un ranking internacional?
–Sí, pero lo relevante de la evaluación no es el ranking. No digo que no sirva. Pero, no es lo que me importa de las evaluaciones, sino que aporte elementos para entender por qué este alumno, por qué esta aula, por qué esta escuela, por qué este distrito está mejor o peor, en términos de aprendizajes. También es importante tener información sobre la situación social de pertenencia. En fin, una serie de elementos que nos permiten comprender cómo tengo que actuar con estos grupos para lograr una mejora.
Por año, se imprimirán nueve millones de libros de literatura infantil
El plan abarca 13 títulos, de los cuales 5 también se usaron en el gobierno anterior
–¿Con qué presupuesto va a contar el Plan de Alfabetización? ¿Ya están llegando partidas a las provincias?
–Se va a crear para el año que viene como programa presupuestario. Los recursos de Nación en cuatro años significarán casi 1000 millones de dólares, si se analiza de forma transversal, lo destinado a formación docente, y a otros programas que apuntan a mejorar los aprendizajes fundamentales. Estamos en el proceso de negociación para firmarse en estas próximas semanas, todo está encaminado, con organismos internacionales (concretamente con el Banco Mundial, de un crédito que aportará casi la mitad de los recursos). Hay que entenderlo como algo transversal. Ahora estamos el proceso de compra y de impresión de 9 millones de libros que se van a distribuir. El Presidente fue muy específico en que iba a haber fondos para esta política.
–¿Cómo le explicaría a un docente cómo va a cambiar su tarea en el marco del Plan de Alfabetización a partir del año próximo?
–Los que más cambios van a notar son los que trabajan en alfabetización inicial, en primer grado. Van a poder participar con más fuerza los que están en ese desafío, que es el núcleo al que en primer lugar vamos a enfocar. Pero también tenemos que poder remediar. ¿Con los chicos que ya no saben leer y escribir, qué vamos a hacer? Muchas escuelas secundarias han señalado que les cuesta que en primer año los chicos puedan leer y escribir. Las provincias están teniendo que preparar a los docentes de lengua del nivel secundario para alfabetizar, cosa que no saben hacer. Hay que apoyar en la formación docente allí también. Generar dinámicas de mejora de los procesos de alfabetización para todos los años anteriores.
–Pero, ¿hay tiempo de acá al año que viene a formar a los docentes en estos métodos?
–Hay tiempo de generar procesos que seguramente no se van a agotar en seis meses, pero sí van a impactar progresivamente.
–¿Cuándo se van a ver las mejoras?
–Aunque pueda parecer muy arriesgado de mi parte, creo que en las pruebas Aprender de 2026, tendríamos que empezar a ver algunos resultados. Eso sería razonable. En general se dice que la educación es para el largo plazo, pero en esto no. La evidencia empírica muestra que la alfabetización no es algo eterno. Uno puede, no digo cambiar todo, pero debería poder mostrar resultados de mejora en dos años. Claro que el estado de situación de cada provincia no es el mismo. La línea de base la van a marcar las pruebas Aprender de noviembre próximo. Por lo tanto, es poco probable que el progreso sea parejo, pero lo importante no es llegar todos al mismo lugar sino que todos hayamos mejorado.
–¿Cómo se eligieron los libros que se van a imprimir?
–Para nosotros el tema libros es prioritario. Cuando llegamos, en diciembre nos encontramos con esa situación, de que no iban a estar disponibles, porque no se habían iniciado las gestiones por parte del gobierno anterior. Intentamos por diversos medios, pero fue imposible. No había manera de que los libros llegaran antes de agosto o septiembre a las aulas. No tenía que ver con la selección de títulos, que se genera por un sistema transparente, porque hay una Comisión Federal y esos libros no se nos podían atribuir arbitrariamente.
–¿Y en qué va a ser diferente?
–La selección de libros en esta primera instancia es la misma. Se hace a través de las comisiones federales y ya están definidos la mayoría. De hecho, al menos cinco de los títulos que se van a imprimir, entre un total de 13, ya se usaron durante la gestión de Alberto Fernández: entre ellos, Los indianos, de Laura Amelia Ávila; Amor imposible, de Oche Califa; El jardín del abuelo, de Margarita Mainé; Ratita gris y ratita azul, de Carlos Gazzera y Edith Vera; La piedra de hacer sopa (adaptación), de María Teresa Andruetto. Los demás están resolviéndose por acuerdo con los autores o sus descendientes. La licitación y distribución van a permitir que esos libros les lleguen el año próximo a los alumnos, al comienzo de clases. Cada alumno recibirá el suyo. Decidimos incluir también a los estudiantes de escuelas privadas con subvención, ya que un tercio está en condiciones de pobreza. Antes, la selección de textos estaba más orientada a manuales y ahora el foco es la literatura infantil. Es más, queremos abrir también la posibilidad de que no solo las provincias elijan los textos, sino implementar un sistema de vouchers para padres, para que ellos junto a sus hijos elijan el libro de literatura infantil que quieran leer.

CINCO LIBROS QUE VOLVERÁN A DISTRIBUIRSE


LA PIEDRA DE HACER SOPA

Cuento popular en versión de María Teresa Andruetto Ilustrado por Diego Moscato

AMOR IMPOSIBLE

Leyenda qom Versión de Oche Califa Ilustrado por Paz Tamburrini

RATITA GRIS Y RATITA AZUL Edith Vera

Ilustrado por Eleonora Arroyo

EL JARDÍN DEL ABUELO

Margarita Mainé Ilustrado por Laura Michell

LOS INDIANOS

Laura Ávila Ilustrado por Cucho Cuño

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La descontrolada ruta clandestina de armas y municiones
El operativo en el conurbano contra fábricas ilegales de cartuchos expuso solo una pequeña porción de un mercado ilegal tan peligroso como consolidado
Gustavo CarabajalEntre las armas decomisadas en el conurbano figuraron fusiles de asalto
Era tanta la cantidad de vainas y de fulminante que habían acopiado los traficantes de armas y municiones que los policías que allanaron las armerías clandestinas en La Plata, La Matanza, Llavallol, Lomas de Zamora, Quilmes, Berazategui y San Martín, pesaron los elementos decomisados en lugar de realizar un conteo del material.
Los funcionarios del Ministerio Público bonaerense tuvieron que pedir camiones para transportar los tambores con el material explosivo que constituía un riesgo para los vecinos, que ignoraban que vivían en las adyacencias de arsenales clandestinos en los que se fabricaban las municiones que se comercializaban en el mercado negro.
Debido a que el tráfico de armas no figura como delito en el Código Penal, ninguno de los cinco detenidos por formar parte de esta organización pudo ser imputado por esa figura penal. Los cinco sospechosos fueron procesados por acopio ilegal de armas de fuego. Ante el aumento de los casos de tráfico de armas desde la Argentina a Brasil y Chile, se presentará un proyecto de ley para incluir en el Código Penal dicho delito. Aunque se apuntará a sancionar el tráfico de armas transnacional e interno.
“Esas balas son las que nos matan a nosotros”, exclamó, con asombro uno de los policías que allanaron una fábrica clandestina de municiones. Durante los operativos, los policías encontraron cajas rojas y blancas, colores que distinguen los cartuchos elaborados en las plantas de Fabricaciones Militares (FM).
Al realizar la trazabilidad de esas cajas, los funcionarios judiciales determinaron que correspondían a lotes de municiones que habían sido adquiridas por la policía bonaerense, la Policía Federal, la Policía de Córdoba, entre otras fuerzas de seguridad, y el Ejército.
Una de las líneas de investigación encarada por los funcionarios del Ministerio Público bonaerense apunta a tratar de establecer cómo fue que esas cajas con municiones llegaron a los arsenales clandestinos que funcionaban en el conurbano.
Según la acusación de la fiscalía, los imputados crearon un sistema de recarga ilegal de cartuchos. Sacaban las vainas servidas y las cajas que marcan el origen de los proyectiles de los centros de entrenamiento de la policía bonaerense, los llevaban a las armerías clandestinas donde llenaban las vainas con fulminante y le ponían los plomos o balas. Así armaban los cartuchos que prensaban en máquinas especialmente diseñadas. Luego las colocaban en las cajas rojas y blancas y vendían las municiones como si fueran nuevas, cuando, en realidad, eran recargadas.
En uno de los allanamientos, los policías hallaron un arsenal oculto detrás de un mueble. Además, donde el armero tenía autorización de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) para tener dos prensas para la recarga de cartuchos, los policías y funcionarios hallaron diez. En los allanamientos también encontraron cuñetes con fulminante.
Casi dos meses después de los operativos que terminaron con la desarticulación de la banda, que incluyeron allanamientos en las escuelas de policía Juan Vucetich y Julio Dantas y la Dirección de Armamento del Ministerio de Seguridad bonaerense, en La Plata, los investigadores judiciales no terminaron de realizar el arqueo de las municiones y armas secuestradas.
Hasta el momento, los funcionarios del Ministerio Público bonaerense contabilizaron 2.000.000 de municiones secuestradas y más de 400 armas halladas en los arsenales clandestinos.
Durante los allanamientos, los investigadores supervisados por el fiscal de Berazategui, Daniel ichazo, detuvieron a cinco sospechosos, que fueron acusados de acopio ilegal de armas de fuego y municiones. Según el artículo 189, inciso 3, del Código Penal, se trata de un delito con penas de cuatro a diez años de prisión. Entre las armas encontradas había pistolas de calibres .380 y 9 mm, fusiles de asalto, ametralladoras, escopetas y rifles.
Los operativos estuvieron a cargo de los detectives de la División Lucha Contra el Crimen organizado de la policía bonaerense, quienes tuvieron que ir acompañados por efectivos de los grupos tácticos y especiales de la fuerza de seguridad provincial.
Uno de los arsenales clandestinos funcionaba en San Martín. En el fondo de un galpón en el que se confeccionaban balas y municiones, mediante la fundición de metales. Allí, los policías encontraron 120 pistolas y armas largas.
Según fuentes de la investigación, los integrantes de la banda obtenían las vainas servidas de los centros de entrenamiento de la policía bonaerense, donde algunos instructores de tiro no llevaban un control de los disparos que se realizaban.
Esas vainas servidas quedaban en tambores. Debido a que la cantidad hacía complicado el recuento, uno de los responsables de dicha área decidió que mensurar la cantidad de vainas por peso. Así, a partir de que cada vaina pesa tres gramos, se pasaban los tambores por la balanza y se obtenía un inventario aproximado de los casquillos.
Los armeros recibían las vainas servidas, las colocaban en las máquinas de recarga, les ponían fulminante, las balas, las prensaban y armaban los cartuchos que presentaban en las mencionadas cajas rojas y blancas, que les agregaba un signo de calidad que, en realidad no tenían. Todos los arsenales clandestinos constituían un riesgo para los vecinos debido a que el fulminante o material explosivo de las municiones no estaba acopiado con las mínimas condiciones de seguridad.
Licencias vencidas
Debido a que en la actualidad existen 800.000 poseedores de armas con la Credencial de Legítimo Usuario (CLU) vencida, creció la demanda de municiones en el mercado negro.
Cada vez que un usuario de armas compra una caja de municiones, el armero debe consignar la operación en el sistema y en la CLU. Ante la caída de las 800.000 autorizaciones, los legítimos poseedores de armas tuvieron que recurrir a arsenales clandestinos para comprar municiones hasta poder regularizar la situación ante la ANMaC.
Aunque también, la actividad de las armerías clandestinas, tal como expresó uno de los policías cuando allanó un arsenal ilegal: “Esas balas son las que nos matan a nosotros”, creció con la venta de municiones y armas a bandas de asaltantes, especialmente si se tiene en cuenta que se estima que hay dos millones de armas no declaradas.
En nuestro país no se castiga el tráfico de armas. Aunque la Argentina adhirió, en diciembre de 2000, al tratado firmado en Palermo, italia, durante la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia organizada Transnacional, en nuestro país todavía no fue tipificado en el Código Penal el tráfico de armas.
En dicho tratado se establecieron los protocolos para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, el tráfico de drogas y de armas de fuego. En la Argentina se sancionaron leyes contra ambas actividades delictivas, pero está pendiente fijar la normativa legal que castiga el tráfico de armas, tanto al exterior como interno.
A principios del mes próximo se presentaría un proyecto de ley para incluir en el Código Penal el delito de tráfico de armas. Dicho proyecto se elaboró a partir de un estudio realizado durante tres años por la Unidad Fiscal Especializada en la investigación de ilícitos relacionados con Armas de Fuego, Explosivos y demás Materiales Controlados.
Según algunas conclusiones del mencionado estudio, se revisaron las legislaciones y reglamentaciones de otros países, se determinó cómo impactan las armas de fuego en los casos de violencia de género. En este caso se determinó que muchas de las víctimas de femicidios fueron asesinadas con armas calibre 22, que en la antigua legislación aparecía como un arma de uso civil y no de guerra. En el análisis se puso en evidencia también la cantidad de mujeres que resultaron víctimas de femicidios con armas calibre 9 mm, como las que usan las fuerzas de seguridad.
otro de los hechos que se consignaron en el informe fue la existencia de menores que son utilizados por bandas de narcotraficantes para el denominado tráfico hormiga de armas y que por su edad, son no punibles.
El objetivo del proyecto es tipificar el delito de tráfico de armas al de tráfico de drogas con penas similares y multas onerosas. Entre los capítulos de la norma se incluyeron los casos de las armas descargadas, las armas no aptas para ser disparadas, las armas de utilería, se amplió el concepto de arma impropia.
También se incluyeron los casos de los drones armados y las armas fabricadas con impresoras 3D.
Durante los últimos años la existencia de vasos comunicantes entre las bandas dedicadas al narcotráfico y el tráfico de armas se hicieron más evidentes.
Por ejemplo, el comisario mayor Luciano Vallejos, quien se desempeñaba como director de Drogas Peligrosas de la Policía de Corrientes está procesado por la supuesta connivencia con la banda de traficantes de droga. Cuando la PFA allanó la casa de Vallejos encontró una cantidad de pistolas que nada tenían que ver con su función dentro de la policía. Según los investigadores, parte del pago a ese comisario se concretaba con armas que alimentan el mercado negro.
Una organización delictiva robaba vainas usadas en los polígonos de la policía bonaerense, recargaba los proyectiles en talleres ocultos en el Gran Buenos Aires, falsificaba marcas y vendía las balas como nuevas
Ese oscuro comercio prospera a partir de miles de usuarios de armas que tienen vencidos sus permisos para comprar municiones

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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