Nueva Central Affair: una “galería de galerías”, con artistas de todo el país
En una zona de la calle Florida que fue histórica para el arte, desde el jueves se instalarán quince espacios con acciones simultáneas
María Paula ZacharíasTadeo BourBonLas tareas de montaje avanzan a paso raudo en las Galerías Larreta
En las Galerías Larreta de la calle Florida hay olor a pintura fresca y trajín de electricistas y montajistas. Se están terminando de ajustar detalles para el lanzamiento de un nuevo circuito para el arte en la ciudad, la feria Affair, que llegó para quedarse. Desde el jueves, y después de cuatro días de ventas de obras a través de una muestra, el lugar alojará de forma permanente a 15 espacios que prometen inauguraciones simultáneas y acciones conjuntas: pasará a llamarse Central Affair. La iniciativa es colaborativa, autogestionada y federal.
“Todos los costos que tengamos para producir la feria se dividen entre las galerías que participan. Cada una va a tener la misma cantidad de metros cuadrados para exhibir que las demás. No hay sectores o diferencias. En diálogo con las galerías, una curadora arma una propuesta que va a atravesar a cada obra y va a generar una experiencia”, explica Oli Martínez, una de las fundadoras. Del 29 de agosto al 1° de septiembre, en Florida 971, la entrada a la feria es gratuita y con la mirada puesta en crear un público nuevo.
El desembarco de las galerías de todo el país pone en valor el entrepiso de un lugar que fue polo de la moda, cuando en el 2000 alojó a los Diseñadores del Bajo. Antes, la cuadra era zona de influencia del Instituto Di Tella y después, por décadas, la puerta desembocaba en la vieja sede subterránea de la galería Ruth Benzacar en la Plaza San Martín. De estilo modernista, fue diseñada en el año 1957 por los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra. El espacio abarca 800 m2 y tiene uno de los primeros murales abstractos realizados por el artista Luis Seoane en 1958. Conserva algunos negocios vintage en la planta baja, como una armería antigua y una joyería que también vende figuritas de porcelana. Es famoso el ramen que se sirve en otro local.
De 12 galerías en 2023, pasaron a 17 este año. Es, sin dudas, una apuesta superadora desde el punto de vista edilicio de la anterior locación de la feria, que el año pasado tuvo su primera vez en los galpones del Polo Cultural Saldías. La obra de restauración llevada adelante por Ariel Jacubovich llevó tiempo, porque los locales llevaban años vacíos. Ya recibieron visitantes durante los cinco “asados de obra” con los que convidaron a referentes del arte para poner Affair en boca de todos.
La organización es de galeristas asociados: Oli Martínez, de Tokonoma; Bárbara Echevarría, de Acéfala; Nacho Meroni de Wunsch, de Buenos Aires; Gab Gabelich, de Rosario, y María Wonda, Fernando Ferreyra de Tierra y Sasha Dávila, de Córdoba. Ellos invitaron al resto de los expositores. “Es una nueva forma de hacer una feria de arte, desde la mirada y experiencia de galeristas que trabajan para otros galeristas”, explica Martínez. Muchos de los participantes habían sido parte antes del Stage de arteba, desaparecido sector intermedio entre el espacio de galerías emergentes y la sección principal.
“Es una coreografía vital”, escribe Analía Solomonoff en su texto curatorial titulado “Todos los mundos posibles”. Serán más de 60 artistas en exposición, abarcando todas las disciplinas y una mirada federal con galerías de San Nicolás, Colonia Caroya, Rosario, Córdoba, de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, entre otras.
Proyectado como “un centro de operaciones”, pasada la feria se establecerán como Central Affair un elenco estable de quince galerías. A esta gran parte de las galerías de la feria se sumará Anecoica, proyecto sonoro de Nicolás Varchausky, Guadalupe Chirotarrab, Julia Rossetti y Julián Teubal, la galería Camarones de Lola Silberman, Casa Equis de Josefina Hagelstrom (con sede en México), el espacio editorial FAN de Sol Echevarría, y un espacio expositivo de las residencias URRA.
“Compartiremos un espacio habilitado como centro cultural independiente, donde habrá gastronomía, un lugar de encuentro, performance, presentaciones de libros y conciertos”, detalla Martínez. Ese será el corazón de Central Affair.
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Obras calidad museo en arteba: incluyen un De la Vega y un retrato de Berni de US$500.000
Abundarán las piezas de artistas consagrados en esta feria con más de tres décadas de historia, del viernes al domingo en el Centro Costa Salguero
En las Galerías Larreta de la calle Florida hay olor a pintura fresca y trajín de electricistas y montajistas. Se están terminando de ajustar detalles para el lanzamiento de un nuevo circuito para el arte en la ciudad, la feria Affair, que llegó para quedarse. Desde el jueves, y después de cuatro días de ventas de obras a través de una muestra, el lugar alojará de forma permanente a 15 espacios que prometen inauguraciones simultáneas y acciones conjuntas: pasará a llamarse Central Affair. La iniciativa es colaborativa, autogestionada y federal.
“Todos los costos que tengamos para producir la feria se dividen entre las galerías que participan. Cada una va a tener la misma cantidad de metros cuadrados para exhibir que las demás. No hay sectores o diferencias. En diálogo con las galerías, una curadora arma una propuesta que va a atravesar a cada obra y va a generar una experiencia”, explica Oli Martínez, una de las fundadoras. Del 29 de agosto al 1° de septiembre, en Florida 971, la entrada a la feria es gratuita y con la mirada puesta en crear un público nuevo.
El desembarco de las galerías de todo el país pone en valor el entrepiso de un lugar que fue polo de la moda, cuando en el 2000 alojó a los Diseñadores del Bajo. Antes, la cuadra era zona de influencia del Instituto Di Tella y después, por décadas, la puerta desembocaba en la vieja sede subterránea de la galería Ruth Benzacar en la Plaza San Martín. De estilo modernista, fue diseñada en el año 1957 por los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra. El espacio abarca 800 m2 y tiene uno de los primeros murales abstractos realizados por el artista Luis Seoane en 1958. Conserva algunos negocios vintage en la planta baja, como una armería antigua y una joyería que también vende figuritas de porcelana. Es famoso el ramen que se sirve en otro local.
De 12 galerías en 2023, pasaron a 17 este año. Es, sin dudas, una apuesta superadora desde el punto de vista edilicio de la anterior locación de la feria, que el año pasado tuvo su primera vez en los galpones del Polo Cultural Saldías. La obra de restauración llevada adelante por Ariel Jacubovich llevó tiempo, porque los locales llevaban años vacíos. Ya recibieron visitantes durante los cinco “asados de obra” con los que convidaron a referentes del arte para poner Affair en boca de todos.
La organización es de galeristas asociados: Oli Martínez, de Tokonoma; Bárbara Echevarría, de Acéfala; Nacho Meroni de Wunsch, de Buenos Aires; Gab Gabelich, de Rosario, y María Wonda, Fernando Ferreyra de Tierra y Sasha Dávila, de Córdoba. Ellos invitaron al resto de los expositores. “Es una nueva forma de hacer una feria de arte, desde la mirada y experiencia de galeristas que trabajan para otros galeristas”, explica Martínez. Muchos de los participantes habían sido parte antes del Stage de arteba, desaparecido sector intermedio entre el espacio de galerías emergentes y la sección principal.
“Es una coreografía vital”, escribe Analía Solomonoff en su texto curatorial titulado “Todos los mundos posibles”. Serán más de 60 artistas en exposición, abarcando todas las disciplinas y una mirada federal con galerías de San Nicolás, Colonia Caroya, Rosario, Córdoba, de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, entre otras.
Proyectado como “un centro de operaciones”, pasada la feria se establecerán como Central Affair un elenco estable de quince galerías. A esta gran parte de las galerías de la feria se sumará Anecoica, proyecto sonoro de Nicolás Varchausky, Guadalupe Chirotarrab, Julia Rossetti y Julián Teubal, la galería Camarones de Lola Silberman, Casa Equis de Josefina Hagelstrom (con sede en México), el espacio editorial FAN de Sol Echevarría, y un espacio expositivo de las residencias URRA.
“Compartiremos un espacio habilitado como centro cultural independiente, donde habrá gastronomía, un lugar de encuentro, performance, presentaciones de libros y conciertos”, detalla Martínez. Ese será el corazón de Central Affair.
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Obras calidad museo en arteba: incluyen un De la Vega y un retrato de Berni de US$500.000
Abundarán las piezas de artistas consagrados en esta feria con más de tres décadas de historia, del viernes al domingo en el Centro Costa Salguero
Celina Chatruc
BBersEstudio (1967), de Jorge de la Vega, en Rubbers
“¿Una sola? ¡Es como contestar a cuál hijo querés más!”, se queja Nora Fisch ante el pedido señalar la mejor obra que el público podrá encontrar en su stand en arteba, desde el viernes hasta el domingo, en el Centro Costa Salguero. Una vez más, las piezas de artistas consagrados se multiplicarán en esta feria de arte con más de tres décadas de historia, y elegir entre tanta oferta aportada por 65 galerías de 16 ciudades será difícil también para los catorce museos de distintos países que participarán del Programa de Adquisiciones.
Habrá que ver si alguna de estas instituciones logra llevarse una de las más caras, exhibida por Cosmocosa: La torturada (confesión lograda), un assemblage de grandes dimensiones realizado por Antonio Berni en 1976, valuado en medio millón de dólares. Representa a una mujer con el cuerpo mutilado mientras es sujetada por sus dos torturadores, y permaneció oculto en París hasta la muerte del artista, en 1981. La única vez que se exhibió al público masivo en la Argentina fue en la muestra Sucesos Argentinos, curada por Fernando García en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, en 2006.
Otro de los grandes protagonistas de la feria volverá a ser Jorge de la Vega, pintor fallecido en 1971 que eclipsó al resto de sus colegas en arteba 2019, cuando una pintura mural creada por él en 1967 se vendió por más de un millón de dólares a un comprador anónimo en MCMC. Ahora no solo se podrán adquirir sus obras calidad museo en esta última galería, sino también en otras, como Vasari y Rubbers. En esta última estará muy bien representado además Luis Felipe Noé, otro miembro de la Nueva Figuración, que también integrará el “dream team” reunido por Van Riel para celebrar su siglo de historia en Buenos Aires.
También estará multiplicado Nicolás García Uriburu, el artista que coloreó de verde el Gran Canal de Venecia durante la bienal de 1968: sus obras podrán verse en Palatina, MCMC, Herlitzka & Co. y Roldán. En este stand se ofrecerá además, por 320.000 dólares, La casa del poeta II (1934), un óleo de Emilio Pettoruti, el artista argentino mejor cotizado en subastas. La misma cifra pedirá Barro por una pintura de Guillermo Kuitca realizada hace casi cuatro décadas. “Una verdadera master piece –asegura Nahuel Ortiz Vidal, director de la galería–, con sus típicos escenarios agigantados con personajes diminutos”.
Las mujeres pisarán fuerte en Ruth Benzacar, que llevará obras de Marie Orensanz; Herlitzka & Co., que destaca Rumores de pandemia (2020), de Marta Minujín, y Jorge Mara, que incluirá una pintura de Sarah Grilo de 1967, “muy parecida a la que tiene el MoMA y del mismo año”. El paraíso perdido (1949), de Germaine Derbecq, podrá verse en Calvaresi.
Tras pensarlo un rato, Fisch se decide finalmente entre “cinco obras muy importantes”. Opta por Yo, cuando no te veo (2003), de Alfredo Londaibere, “por ser histórica, de la época en que era director del Centro Cultural Rojas”. No duda en cambio Florencia Giordana Braun, de Rolf Art: elige una de Roberto Huarcaya, de la misma serie que se exhibe actualmente en la Bienal de Venecia.
“¿Una sola? ¡Es como contestar a cuál hijo querés más!”, se queja Nora Fisch ante el pedido señalar la mejor obra que el público podrá encontrar en su stand en arteba, desde el viernes hasta el domingo, en el Centro Costa Salguero. Una vez más, las piezas de artistas consagrados se multiplicarán en esta feria de arte con más de tres décadas de historia, y elegir entre tanta oferta aportada por 65 galerías de 16 ciudades será difícil también para los catorce museos de distintos países que participarán del Programa de Adquisiciones.
Habrá que ver si alguna de estas instituciones logra llevarse una de las más caras, exhibida por Cosmocosa: La torturada (confesión lograda), un assemblage de grandes dimensiones realizado por Antonio Berni en 1976, valuado en medio millón de dólares. Representa a una mujer con el cuerpo mutilado mientras es sujetada por sus dos torturadores, y permaneció oculto en París hasta la muerte del artista, en 1981. La única vez que se exhibió al público masivo en la Argentina fue en la muestra Sucesos Argentinos, curada por Fernando García en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, en 2006.
Otro de los grandes protagonistas de la feria volverá a ser Jorge de la Vega, pintor fallecido en 1971 que eclipsó al resto de sus colegas en arteba 2019, cuando una pintura mural creada por él en 1967 se vendió por más de un millón de dólares a un comprador anónimo en MCMC. Ahora no solo se podrán adquirir sus obras calidad museo en esta última galería, sino también en otras, como Vasari y Rubbers. En esta última estará muy bien representado además Luis Felipe Noé, otro miembro de la Nueva Figuración, que también integrará el “dream team” reunido por Van Riel para celebrar su siglo de historia en Buenos Aires.
También estará multiplicado Nicolás García Uriburu, el artista que coloreó de verde el Gran Canal de Venecia durante la bienal de 1968: sus obras podrán verse en Palatina, MCMC, Herlitzka & Co. y Roldán. En este stand se ofrecerá además, por 320.000 dólares, La casa del poeta II (1934), un óleo de Emilio Pettoruti, el artista argentino mejor cotizado en subastas. La misma cifra pedirá Barro por una pintura de Guillermo Kuitca realizada hace casi cuatro décadas. “Una verdadera master piece –asegura Nahuel Ortiz Vidal, director de la galería–, con sus típicos escenarios agigantados con personajes diminutos”.
Las mujeres pisarán fuerte en Ruth Benzacar, que llevará obras de Marie Orensanz; Herlitzka & Co., que destaca Rumores de pandemia (2020), de Marta Minujín, y Jorge Mara, que incluirá una pintura de Sarah Grilo de 1967, “muy parecida a la que tiene el MoMA y del mismo año”. El paraíso perdido (1949), de Germaine Derbecq, podrá verse en Calvaresi.
Tras pensarlo un rato, Fisch se decide finalmente entre “cinco obras muy importantes”. Opta por Yo, cuando no te veo (2003), de Alfredo Londaibere, “por ser histórica, de la época en que era director del Centro Cultural Rojas”. No duda en cambio Florencia Giordana Braun, de Rolf Art: elige una de Roberto Huarcaya, de la misma serie que se exhibe actualmente en la Bienal de Venecia.
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