viernes, 2 de agosto de 2024

SALUD Y DESARROLLO Y PENSAMIENTO


Solo el 53% de los chicos de hasta 2 años tienen una dieta mínima aceptable en variedad
Salud. El dato surge de un estudio de Unicef Argentina y el Cesni al aplicar indicadores que evalúan también la frecuencia alimentaria; el papel de las fórmulas infantilesLA 
Fabiola CzubajLa lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses previene complicaciones 
Una radiografía de la alimentación infantil cuando hoy arranca la Semana Mundial de la Lactancia Materna alerta que solo el 53% de los menores de entre seis meses y dos años –cuando se empiezan a agregar sólidos a la lactancia exclusiva– tienen una dieta mínima aceptable en la frecuencia y en la variedad aconsejadas para la edad. Para los primeros meses de vida, la tendencia en los últimos años no se revierte: apenas el 48% de los bebés de hasta seis meses reciben leche materna como único alimento por sus beneficios probados para la salud de los recién nacidos, con la incorporación cada vez más temprana de las fórmulas infantiles.
Así surge del informe sobre “Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en menores de dos años”, que dieron a conocer Unicef Argentina y el Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil (Cesni). Se relevan por primera vez las características de la dieta infantil al momento de la transición de la lactancia materna exclusiva a la mixta, lo que está ocurriendo ya desde los 2,6 meses de edad de los bebés, en lugar de los seis meses que se recomienda sostenerla, e independientemente del nivel socioeconómico familiar.
Ambos equipos aplicaron un conjunto de indicadores de evaluación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Unicef sobre los que “existe poca evidencia publicada” localmente, según aclararon en diálogo con la nacion.
“El 95% de los menores fueron amamantados en algún momento, pero el 68,5% recibió fórmula infantil, principalmente por indicación médica –destacan los autores en el informe–. Menos del 50% de [los bebés de] entre 0 y 5 meses recibieron lactancia exclusiva y la edad promedio de su abandono es de 7,8 meses. La vuelta al trabajo de la madre es la causa más común”.
Esto es a partir de un cuestionario realizado a una muestra representativa de la población argentina, por regiones, niveles socioeconómicos y cobertura de salud, de 1002 madres y padres con hijos de entre 0 y 24 meses de edad, nacidos a término (semana gestacional 37 o más) y con más de 2500 gramos de peso al nacer.
Verónica Risso Patrón, oficial de Salud y Nutrición de Unicef, destacó la relevancia de estos datos para trazar políticas públicas. “Confirman lo que ya sabíamos y venía pasando”, sostuvo a la nacion. Y agregó: “Los bebés empiezan a alimentarse con leche materna, por lo que el problema no es que no toman la teta, sino lo que sucede en el medio, cuando empiezan a incorporarles la alimentación complementaria, y hasta los 2 años. El 47,6% llega con la lactancia materna exclusiva a los seis meses, y reforzar esto en el contexto económico y social es fundamental”. En marzo pasado, el organismo difundió sus cifras locales de indigencia y pobreza en la infancia, con hogares que no llegan a cubrir la canasta básica de alimentos.
Risso Patrón, coordinadora del informe redactado a partir del trabajo de campo del Cesni, agregó que los resultados describen un escenario que hay que revertir en los primeros 1000 días de vida, con un seguimiento a partir de mediciones con indicadores y resultados.
En marzo pasado, el organismo difundió que siete de cada 10 menores viven en la pobreza o la indigencia. “Hablamos de lactancia y alimentación en general, pero no tanto de qué pasa cuando empieza la alimentación complementaria. Ahí, hay un vacío de información”, continuó.
Con una serie de indicadores nuevos que recomienda aplicar la OMS y adoptó Unicef, que la investigadora definió como “parámetros fundamentales a medir” para monitorear las prácticas asociadas con la lactancia y la incorporación de otros alimentos en las familias y entre los profesionales de la salud, completaron este estudio el año pasado.
Además del tiempo que las madres habían amamantado a sus bebés hasta y a partir de los seis meses, avanzaron sobre el momento en que empezaron a introducir alimentos sólidos, semisólidos o blandos, por qué productos de ocho grupos alimentarios recomendados para la edad incluía la dieta junto con la leche materna, con qué frecuencia al día comían los chicos y si consumían bebidas azucaradas u otros alimentos “no saludables” (golosinas, galletitas, postres, fiambres o embutidos, carnes enlatadas o aderezos, entre otros).
Protección
Mientras que el 95% de los menores son amamantados en algún momento en los primeros 24 meses de vida, el 48% recibe leche materna solamente en los primeros seis y en el 26% de los casos se combina con otra leche o fórmula infantil. “La lactancia exclusiva [sin otro alimento ni líquido hasta los seis meses] protege contra la diarrea, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, la otitis media aguda, el sobrepeso y la obesidad infantil –repasó Risso Patrón–. Hay estudios que demuestran que incorporar alimentos y otros líquidos en ese período aumenta tres veces el riesgo de enfermar o morir con respecto a la lactancia exclusiva”.
Solo en “una cantidad reducida” de recién nacidos varía esa indicación nutricional y es por problemas de salud, intervenciones o causas genéticas, entre otras, según explicaron desde la Comisión de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). En el trabajo de Unicef y el Cesni, esa proporción era del 5,1% por alergia alimentaria o una enfermedad que requiere usar fórmulas especiales. Sin embargo, el 68,5% de los chicos consumen fórmula en algún momento, según los nuevos datos, incluido un 52,4% en el grupo de entre 0 y 5 meses de edad. Y la incorporación de fórmulas infantiles es una edad promedio de 2,9 meses y es más común a medida que aumenta la edad de los padres o disminuye el ingreso familiar.
“La indicación médica es el motivo más frecuente de uso de fórmulas infantiles”, advierte en el informe, según el 49% de los padres consultados. Siguen que el bebé se queda con hambre (35%), la practicidad (11%), una elección previa (10%) o el trabajo materno (7,7%). “Al considerar los motivos de abandono de la lactancia por nivel socioeconómico, el no haber logrado que el niño o la niña se prenda al pecho, la indicación médica y el regreso al estudio de la madre son los que prevalecen en el grupo de menor nivel”, agregan los autores del informe.
Pasados los primeros 6 meses, y hasta los 8, ya el 86% de los bebés consumen alimentos sólidos, semisólidos o blandos, como se recomienda para complementar la lactancia. Y hasta el segundo cumpleaños, el 65% de los chicos siguen siendo amamantados. “Continuar con la lactancia materna podría prevenir la mitad de las muertes por enfermedades infecciosas entre los seis y 23 meses de edad –explicaron en Unicef–. También está asociado con un mayor rendimiento en pruebas de inteligencia”, un beneficio que se mantiene en la adolescencia.
En esa etapa, solo el 53% alcanza una dieta mínima aceptable, que es la combinación de la alimentación con una frecuencia y una diversidad para el aporte de nutrientes necesarios considerados adecuados, según las recomendaciones de la OMS a las que adhiere el país y que fueron evaluadas para el informe. El 68% de los menores de 2 años consumen por lo menos cinco de los ocho grupos de alimentos aconsejados para la edad: además de leche materna, cereales/tubérculos/raíces, legumbres/semillas/frutos secos, lácteos (leche, fórmulas, yogur o queso), carnes/vísceras, huevo, frutas y vegetales ricos en vitamina A y otras frutas/verduras. El resto no llega a esa cantidad mínima aconsejada.
En tanto, el 75,3% de los menores son alimentados con una frecuencia mínima aceptada, lo que difiere por grupos: en los chicos amamantados, es sumar alimentos complementarios dos a tres veces al día entre los 6 y los 8 meses de edad o tres a cuatro veces diarias más uno o dos refrigerios nutritivos extras entre los 9 y los 23 meses. En los chicos entre los que se abandonó la lactancia materna, la OMS aumenta esa recomendación a cuatro o cinco comidas por día. A menores ingresos en el hogar, la frecuencia disminuye.
Risso Patrón llamó la atención sobre tres resultados asociados con la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil en el país. El 54% de los menores de 2 años consumen alimentos “no saludables”: galletitas, amasados de pastelería, productos de copetín, aderezos, fiambres y embutidos. El 16% no consume fruta o verdura de manera regular y el 56% ingiere dentro de la dieta habitual bebidas endulzadas, como leche chocolatada o saborizada, leche con azúcar agregada, gaseosas o jugos.
“Empieza la Semana Mundial de la Lactancia Materna y es preocupante el impacto de la alimentación en los menores de 2 años en la Argentina”, dijo María Alejandra Buiarevich, miembro de la Comisión de Lactancia de la SAP.
Sobre el informe, señaló que, frente a la epidemia de obesidad “la diversidad alimentaria, sobre todo con el consumo de frutas y verduras, es casi nula o pobre en los chicos. Hay un alto contenido de hidratos de carbono, bebidas dulces y alimentos no saludables ofrecidos por las familias, en una dieta no equilibrada. Es necesario insistir en reemplazar esos productos con más frutas y verduras y que la hidratación sea con agua”. Al iniciar la alimentación complementaria a los 6 meses, según continuó, “es toda la familia la que tiene la responsabilidad de cuidar la alimentación de los más pequeños”, junto con el profesional de cabecera.
También reforzó, a partir de los resultados, que los profesionales de la salud deben “acompañar la indicación de sostener la lactancia exclusiva por seis meses” y “conocer el Código Internacional de Sucedáneos de la Leche Materna”, que prohíbe la promoción y publicidad de fórmulas infantiles. “Los más difíciles de convencer son los profesionales”, respondió la pediatra sobre el alto porcentaje de uso de esos productos en los primeros 6 meses por indicación médica.

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¿Quién define el propósito de la IA?
Sebastián C. Chumbita

No caben dudas de que la inteligencia artificial (IA) es el desarrollo más disruptivo en la historia de la humanidad. Su capacidad de resolver problemas concretos –como los visuales, lingüísticos, creativos y de toma de decisión– mediante la automatización de nuestros comportamientos la posiciona en la cúspide de las invenciones humanas. Sin embargo, a medida que avanza con la generación de datos sintéticos (IAGen), empieza a asomar la etapa en donde las máquinas logren igualar nuestras habilidades.
En una reciente entrevista con Nicolai Tangen, CEO del fondo soberano de Noruega, Elon Musk anticipó que esto ocurrirá en 2025 o a más tardar en 2026. Frente a este pronóstico, se impone una pregunta: ¿quién define el propósito de la inteligencia artificial? La esencia de la tecnología consiste en mejorar la calidad de vida de las personas, resolver problemas y ampliar capacidades. Históricamente, las invenciones humanas han perseguido esos nobles propósitos y, cuando se desviaron, el mundo ha intervenido para regular o incluso prohibir su utilización. Recordemos los casos de la energía nuclear y la radioactividad, que tuvieron el potencial para lograr enormes avances tanto en la generación de energía como en la evolución de la medicina, pero también presentaron una amenaza cuando se utilizaron para la fabricación de armas de destrucción masiva. En consecuencia, hubo que regularlos para prevenir su mal uso.
En el contexto que atravesamos, parece advertirse que con la IA está comenzando a suceder algo similar. Lo que a primera vista se veía como un gran avance para asistir a las personas en la resolución de problemas –desde la Máquina de Turing hasta ChatGPT– hoy empieza a convertirse en una amenaza para la humanidad si su desarrollo no es controlado. Aunque cueste creerlo, todavía estamos en una etapa embrionaria de la inteligencia artificial (Narrow
AI), ya que las máquinas carecen de capacidad suficiente para generalizar su conocimiento en otras áreas distintas a las cuales se las entrena.
Elon Musk, con su declaración, adelantó la llegada de un nuevo tipo de IA: la fuerte, también llamada general (AGI). Esto abre una etapa dominada por sistemas con capacidades similares a las que poseemos las personas. Y si bien no todos los líderes de la industria comparten la misma visión optimista en cuanto al tiempo, como Sam Altman, CEO de OpenAI, y Ray Kurzweil, director de Ingeniería de Google, ninguno de ellos niega que eso vaya a suceder. Un ejemplo de lo que puede representar esta realidad es la reciente inauguración del primer hospital virtual completamente operado por IA, el Agent Hospital de China. Desarrollado por investigadores de la Universidad de Tsinghua, este entorno médico promete tratar hasta 10.000 pacientes en pocos días, utilizando modelos avanzados de lenguaje para simular interacciones médicas desde el diagnóstico hasta el tratamiento.
Esta visión pragmática de la IA no solo plantea cuestionamientos sobre los límites éticos necesarios para el uso de esta tecnología, sino que también nos obliga a reflexionar sobre el nivel de dependencia total en sistemas automatizados y la potencial deshumanización que podría generar la llegada de estas herramientas sofisticadas.
Mientras nos quedamos impresionados con las funcionalidades anunciadasporOpenAI(ChatGPT), Google (Gémini) y Meta (Meta AI), olvidamos que estas grandes corporaciones compiten entre sí por liderar la innovación y persiguen fines puramente económicos.
A los fines que venimos remarcando, devienen estériles los esfuerzos regulatorios actuales, ya que están enfocados en cuestiones macro que hacen a su uso, pero no en el establecimiento de las necesidades humanas sobre las que puede o debería avanzar. Hoy, un sistema de IA podría ser diseñado para asistir a las personas, pero, al mismo tiempo, reemplazarlas por completo y eso es algo que no está discutido en el nivel mundial como para saber si las personas realmente están de acuerdo con este propósito. Por eso, la gobernanza se convierte en un tema central, ya que su ausencia está permitiendo que cada país o corporación haga lo que quiera.
Hace poco, un grupo de empleados y exempleados de empresas líderes en tecnología, incluyendo OpenAI, alzaron la voz en una carta abierta titulada “A Right to Warn about Advanced Artificial Intelligence”, donde expusieron sus preocupaciones sobre los riesgos potenciales de esta nueva era. Estos expertos, que conocen de cerca el desarrollo de esta tecnología, advirtieron sobre las graves consecuencias que podría enfrentar la humanidad, llegando incluso a la posibilidad de extinción. A raíz de ello, solicitaron transparencia, responsabilidad y participación pública en el desarrollo.
Sin dudas, las decisiones que tomemos hoy sobre la dirección y el control de esta invención definirán nuestro futuro. No se trata solo del desplazamiento de humanos por máquinas; es una cuestión de cómo estos desarrollos pueden beneficiar verdaderamente a la humanidad, y se considera que desplazarla por completo no abastece el propósito de la tecnología. Por eso es esencial que sus avances se guíen por una gobernanza inclusiva que refleje las necesidades reales de la humanidad en lugar de estar impulsados por el liderazgo tecnológico y la ambición económica.
En última instancia, la IA no debe ser vista solo como una herramienta para la eficiencia y la productividad, sino como una fuerza que debe ser moldeada para servir a nuestros intereses. La cooperación internacional será esencial para establecer los límites de esta tecnología. Con un enfoque equilibrado y considerado, podemos asegurar que sus beneficios puedan verse distribuidos en forma equitativa y que su desarrollo respete y no perjudique a nuestra especie

Abogado experto en nuevas tecnologías; director del área de Inteligencia Artificial y Derecho en el Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la Facultad de Derecho de la UBA

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La generación del 37, primer think tank del país
Manuel Alvarado Ledesma
Con el reinado de Fernando VII (1814- 1833) vuelve a imperar el absolutismo. Son años de represión del pensamiento liberal que, prácticamente, inducen a la desaparición del imperio español.
A diferencia de los otros virreinatos de América, el del Río de la Plata no tiene muchos nobles ni fuertes antagonismos de razas. El virrey no es más que un importante funcionario sin más corte que la de sus empleados. La civilización precolombina tiene menor peso que en el resto de la región. “No es casual que la lucha por la independencia se iniciara en la colonia –dice Gabriel Tortella, Universidad Alcalá de Henares–, donde la presencia de indígenas y castas era menos conspicua, y donde los intereses comerciales habían adquirido gran importancia”. Así, surgen mentes privilegiadas, pensadores y hombres de acción nutridos de ideas de libertad.
Pese al ímpetu libertario de los próceres de Mayo, la independencia no logra, per se, modificar sustancialmente el camino trazado durante la colonia. La historia económica argentina, en su etapa inicial, perpetúa la tradición centralizada y burocrática de su herencia hispánica. Pero un faro de luz ilumina la nación y rescata los valores de liberales de Mayo, a través de un movimiento intelectual que se inicia con el Salón Literario en 1837, para debatir temas culturales y teorías sociales, políticas y filosóficas. Orientado por Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi y Juan María Gutiérrez en la clandestinidad, se organiza en 1838, la Asociación de la Joven Generación Argentina, para encarar la empresa de construir una cultura e identidad nacionales. Se abocan al estudio de autores de diferentes tendencias, sobre todo del liberalismo y del romanticismo, con el fin de teorizar sobre la realidad del país.
Bartolomé Mitre también integra esta constelación de románticos, con Domingo F. Sarmiento, aunque ambos se distinguen del conjunto al convertirse en actores protagónicos de la vida política y encabezar la pirámide del poder ejecutivo. Mitre patentiza la importancia de la interpretación de la historia para la política y la acción de gobierno.
Los del 37 surgen a la vida política en medio de una profunda crisis, con feroces enfrentamientos internos y en medio de un terrible desquicio económico. Sin embargo, logran diseñar y difundir un proyecto nacional a favor de las libertades individuales y de la construcción de instituciones sólidas y permanentes. Precedidos por una historia de autoritarismo, actúan como “masa crítica” para el inicio del proceso hacia la Argentina moderna y abren las puertas para la vigencia de una Constitución,mercedalaobradeAlberdi, de libertad y progreso. Constituyen, así, el primer think tank de nuestra historia, para establecer una república, en un entorno sin mayores antecedentes al respecto.
He aquí, un ejemplo para la actualidad: personalidades heterogéneas abocadas a crear una nación que ocupase los primeros puestos del mundo, pero con objetivos comunes. Diferentes pensamientos, pero con una raíz y un hilo conductor para alcanzar un fin común. La del 37 es una generación que no solo piensa una nación, sino que también puede ejecutar cómo hacer un nuevo país.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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