lunes, 30 de septiembre de 2024

SECRETOS PARA VIVIR MEJOR Y AZUL DE ULTRAMAR


Las 10 claves esenciales que marcan la agenda del bienestar
De la felicidad y el amor a las rutinas que alargan la vida; de las técnicas para descansar bien a los hábitos para cuidar la mente, las recomendaciones de Mario Alonso Puig, Conrado Estol, Pablo Ferrero y Sebastián Campanario
Dolores Pasman
Las 10 claves esenciales que marcaron la agenda del evento de Bienestar & Salud
Con la melodía de Despertar de Erik Satie y los nenúfares de Monet como telón de fondo, la bailarina Teresa Marcaida abrió el Capítulo 4 de Bienestar & Salud, el summit anual organizado. Danza, música, cocina saludable y el repertorio de un violinista de la orquesta estable del Colón rompieron el molde y coronaron el encuentro cuyo lema fue: Secretos para vivir más y mejor.
Disrupción y creatividad marcaron la agenda completa de Bienestar, una jornada que dejó varias claves para mejorar la salud física y mental y con ello la calidad de vida.
El periodista y economista Sebastián Campanario, autor del libro El futuro del bienestar, profundizó en la importancia de “volver a lo simple” y redescubrir los aspectos esenciales de la vida, como respirar, movernos y disfrutar del sol.
En su análisis contrapuso dos enfoques. Por un lado, se refirió a su personaje “José Bienestar”, una persona que vive a la vanguardia de las tendencias más innovadoras en salud, longevidad y hábitos saludables y es un reflejo de un estilo de vida enfocado en la optimización personal donde nada queda librado al azar. Cada actividad está cuidadosamente planificada para maximizar los beneficios físicos y mentales, desde la respiración controlada hasta la meditación guiada.
Por el otro, “la vuelta a lo simple” representada por los hábitos de los perros: “duermen bien, se levantan y se estiran, salen a caminar, socializan, expresan sus sentimientos y bostezan”, afirmó. “Una serie de comportamientos que bien podrían formar parte de un podcast del neurocientífico Andrew Huberman”, reflexionó.
Al analizar estos dos enfoques, Campanario concluyó que no son excluyentes entre sí: “Uno puede hacer ambas cosas y está bien”, asegura. La clave está en encontrar un equilibrio entre estos dos mundos: aprovechar las ventajas de la tecnología sin perder de vista las soluciones simples y naturales que han demostrado su efectividad a lo largo del tiempo.
Para Campanario, la clave está en encontrar un equilibrio: aprovechar las ventajas de la tecnología sin perder de vista las soluciones simples y naturales
A la hora de hablar sobre cómo mantener la salud del cerebro, Conrado Estol, médico neurólogo y presidente de la Asociación Argentina de Salud, Calidad de Vida y Longevidad fue muy claro y contundente.
En primer lugar, explicó que el cerebro se desarrolla sin parar desde el nacimiento hasta los 25 años, siendo cruciales los primeros tres años de vida: “A esa edad se crean 1.000.000 de sinapsis por segundo y se alcanza la mayor superficie de corteza cerebral en desarrollo”, sentenció. Durante los primeros años de vida, los niños son vulnerables a todo lo que los rodea: desde la alimentación y la leche que consumen, hasta el ambiente en el que crecen y el lenguaje que escuchan. “Todo puede producir alteraciones en la estructura cerebral que luego son irrecuperables”, subrayó. Precisamente por eso, según Estol, para desarrollar las funciones cognitivas es fundamental que los niños tengan participación en su entorno: por ejemplo, sumarlos en las charlas familiares.
El neurólogo continuó con las diferentes etapas de la vida y destacó que “entre los 30 y 40 años declinan la concentración y la capacidad de atención. Se mantiene lo conceptual, lo que llamamos sabiduría pero la atención disminuye y el cerebro reduce su volumen en un 10%”. En esta línea, ratificó que a partir de los 40 años comienza a aparecer la queja subjetiva de la memoria, con preguntas como: “¿Cuál era el nombre del actor? o ¿Cómo era el nombre del libro?”.
A los 50 o 55 años, el experto aclaró que empieza la declinación cognitiva leve, algo que interfiere con la vida diaria, pero no la impide y que puede llevar a la demencia. “Antes se pensaba que quienes tenían dos copias del gen ApoE4 tenían 10 veces más riesgo de contraer Alzheimer, pero estudios recientes dan la certeza de que los portadores desarrollarán la enfermedad, e incluso puede ocurrir 10 años antes que los que no tienen este componente genético”, develó.
Advirtió que es muy importante estar atento a los factores de riesgo del Alzheimer para prevenir la enfermedad: “La presión arterial, la acumulación de las proteínas amiloide y tau en el cerebro y el aumento de peso. Tener presión arterial elevada es aumentar el riesgo de una demencia temprana porque provoca lesiones de la sustancia blanca cerebral que impiden que la información fluya naturalmente de un área a otra con rápido procesamiento mental”.
Los primeros tres años de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro
Por último, sugirió cambiar la balanza para mejorar la calidad de vida, aprovechando las herramientas y conocimientos que la ciencia pone al servicio de la sociedad.
A propósito de cambiar el rumbo para vivir más y mejor, el buen descanso, fundamental para una buena longevidad, estuvo a cargo del doctor del sueño, Pablo Ferrero. Con la ambientación de una habitación en vivo, el especialista ofreció una serie de recomendaciones para dormir bien, desde el tipo de colchón adecuado hasta lo que es mejor evitar consumir, como la cafeína o mateína. También se refirió a los “ruidos blancos” que ayudan a enmascarar otros sonidos del entorno, y mencionó que, según la NASA, lo ideal en caso de dormir una siesta, es que dure 26 minutos.
El broche de oro fue la visita del gurú mundial de bienestar, el español Mario Alonso Puig, con una charla inspiradora sobre cómo superar las limitaciones autoimpuestas y alcanzar nuestro potencial pleno. Abrazar las zonas oscuras, nuestras “sombras”, fue una de sus propuestas para un verdadero despertar. Planteó también que, en lugar de castigarnos, debemos corregirnos. “Cuando te encuentras con un amor incondicional, un amor que no cuestiona y simplemente da, ofreces tus fracturas y las reparas con oro, al final obtienes una vasija única. Las piezas reparadas con oro son maravillosas porque no hay dos iguales; cada una se rompe de una manera diferente y sus hilos de oro las conectan de forma inimitable”, afirmó.
Para Mario Alonso Puig, el pueblo argentino está destinado a florecer
Para concluir, Puig dejó un mensaje especial para los argentinos. “Yo no soy quién para dar consejos, solo hago propuestas. Sin duda, enfrentan situaciones muy complejas pero lo que percibo es un pueblo alegre, lleno de capacidades y virtudes. Un país tan grande, con tanta gente extraordinaria y con tantos recursos está destinado a florecer”, dijo y remarcó: “Reconozcan el increíble potencial que tienen, no solo a nivel individual, sino también como nación. Unidos, pueden alcanzar logros absolutamente ejemplares, a los que otras naciones puedan mirar y decir: “Nosotros también podemos hacerlo”.
Suenan Las cuatro estaciones de Vivaldi, que nos transportan a otro mundo y nos conectan con lo que nos gusta y hace bien. La música conmueve y colma de paz a los presentes. Y con la emoción a flor de piel, se despide el gran evento del año de Bienestar & Salud.
Una guía para incorporar en el día a día:Volver a lo simple: El desafío para mejorar la calidad de vida, según Campanario, pasa por redescubrir el bienestar en actos simples que forman parte del día a día como respirar, bostezar, estirarse, tomar sol, caminar descalzo, socializar, hidratarse, expresar emociones y adoptar un perro.
Aprovechar la tecnología: Tomar lo mejor de los avances tecnológicos –vinchas, anillo oura, dispositivos de sueño y concentración– sin perder de vista las soluciones simples y naturales que han demostrado su efectividad a lo largo del tiempo, es la sugerencia de Campanario para lograr un sano equilibrio.
Desarrollar actividades lúdicas: Para cargar la mochila cognitiva durante toda la vida, Estol recomienda adquirir destreza en juegos como backgammon, damas, ajedrez o cartas que retrasan el declive mental. “Cuando uno practica constantemente, el cerebro se activa y se vuelve más efectivo”, señala.
Autoevaluar la salud del cerebro: Realizar una autoevaluación para conocer la salud del cerebro. Estol invita a prestar atención a la presión arterial, a la alimentación, a cuánto alcohol y bebidas azucaradas se consumen, si se hace actividad física, si se fuma y cómo es la calidad del descanso y el nivel de socialización.
Lograr un descanso saludable: Para tener un buen descanso, Ferrero recomienda: oscurecer la habitación, mantenerla fresca con una temperatura entre 18 y 20°C, bañarse antes de dormir y evitar el uso de pijama ya que esto ayuda a mejorar la calidad del sueño y el bienestar general.
Dormir 8,5 horas diarias: El descanso óptimo, según Ferrero, es de 8,5 horas por noche; la mejor posición para dormir es boca arriba, excepto en personas con apnea; en estos casos es aconsejable acostarse del lado izquierdo para mejorar la respiración y reducir los síntomas durante el sueño.
Abrazar las sombras de cada uno: Amigarse con las zonas oscuras, las partes de uno mismo que no queremos reconocer, y abrazarlas, conectándose con ellas para convertirlas en una puerta que permita descubrir aspectos extraordinarios de mejora y transformación personal, es una de las máximas de Alonso Puig.
Conectar con el amor: El amor es lo único que puede sanar, ya que las heridas emocionales son heridas en el amor. Según Alonso Puig, estamos habituados al amor condicional, pero el amor que solo da, sin esperar nada a cambio y que es pura generosidad, nos descoloca y, por eso, transforma y sana.
Ser compasivos con nosotros mismos: Hay que preguntarse si realmente nos amamos a nosotros mismos. Si así fuera, nos trataríamos con la misma compasión que damos a otros. “Nos castigamos porque la imagen que tenemos no es correcta. Reflexionar sobre esto es clave para el cambio”, aclara Alonso Puig.
Adoptar la postura del guerrero: Cuando estamos alterados y somos como un volcán en erupción es fundamental: “Sugiero –dice Alonso Puig– mantener la espalda recta, sonreír y recuperar la respiración abdominal para evitar tensión. Ayuda a restablecer la química sanguínea y el funcionamiento cerebral”.

Una guía para incorporar en el día a día




Volver a lo simple
el desafío para mejorar la calidad de vida, según campanario, pasa por redescubrir el bienestar en actos simples que forman parte del día a día como respirar, bostezar, estirarse, tomar sol, caminar descalzo, socializar, hidratarse, expresar emociones y adoptar un perro.

Aprovechar la tecnología
tomar lo mejor de los avances tecnológicos –vinchas, anillo oura, dispositivos de sueño y concentración– sin perder de vista las soluciones simples y naturales que han demostrado su efectividad a lo largo del tiempo, es la sugerencia de campanario para lograr un sano equilibrio.

Desarrollar actividades lúdicas
Paracargarlamochilacognitiva durante toda la vida, estol recomienda adquirir destreza en juegos como backgammon, damas, ajedrez o cartas que retrasan el declive mental. “cuando uno practica constantemente, el cerebro se activa y se vuelve más efectivo”, señala.

Autoevaluar la salud del cerebro
realizar una autoevaluación para conocer la salud del cerebro. estol invita a prestar atención a la presión arterial, a la alimentación, a cuánto alcohol y bebidas azucaradas se consumen, si se hace actividad física, si se fuma y cómo es la calidad del descanso y el nivel de socialización.

Lograr un descanso saludable
Para tener un buen descanso, ferrero recomienda: oscurecer la habitación, mantenerla fresca con una temperatura entre 18 y 20°c, bañarse antes de dormir y evitar el uso de pijama ya que esto ayuda a mejorar la calidad del sueño y el bienestar general.

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Azul de ultramar. La travesía de un color que cruzó el océano
por Carola Gil–
En las minas de lapislázuli de Sar-e-Sang, en Afganistán, se extraían las piedras que luego eran molidas y procesadas para crear esta tonalidad 
Le comento a mi marido que voy a escribir acerca de la historia del azul. “¡Bueno! El color más lindo del mundo”. Creo que dijo algo así o “el mejor color de todos”. Y siguió con sus asuntos sin dejarme sumar uno o dos detalles curiosos como para entusiasmarlo. Quería decirle, por ejemplo, que los antiguos griegos y romanos no tenían una palabra para el color azul y que de hecho se lo salteaban por completo cuando describían el arcoíris o que Homero sostenía que el mar azul era “rojo vino” y que el azul fue el último color en recibir su nombre en la lengua inglesa. Nada de eso pude contarle, él ya había hecho su juicio, junto a gran parte de la población mundial, en la que me incluyo, que eligió al azul, en alguna de sus variantes, como su color favorito.
De chica decidí que de todas mis bolitas de vidrio herencia de mis primos varones Gil, esas que estaban guardadas en un enorme frasco que en algún momento había tenido pepinos en salmuera, mi favorita era una que tenía en el centro un remolino azul. Si acercaba los ojos lo suficiente, podía perderme en alguna galaxia remota o navegar las aguas turbulentas de un mar en una tormenta. Era perfecta. Y eso que había cientos de bolitas.
De los cinco sabores de los caramelos Sugus, el número uno era el azul (por sabor y por color). Mientras pelaba el papel, desprendiendo uno de los dobleces en triángulo y llevándomelo a la boca, solía preguntarme por qué el azul identificaba al ananá. Me contestaba diciendo que quizás era porque el naranja y el amarillo estaban tomados por otras frutas o tal vez porque el mar rodeaba a las regiones tropicales de donde provenía el ananá. Como sea, una decisión perturbadora, aunque me parecía un acierto que el mejor sabor fuera azul.
En asuntos más trascendentes que una caja de caramelos, hubo un momento de la historia en el que el azul dividió clases: mientras los nobles y la realeza podían lucir sus galas de ese color, las clases bajas llevaban textiles sin tintura que se limitaban a los blancos sucios, marrones y algunos verdes. Pero no solo se trataba de las telas: el color azul obsesionó a grandes artistas. Por su elevado costo, llevó a algunos a caer en la bancarrota absoluta o hasta dejar obras inconclusas y a otros a crear azules tan únicos que llevarían nombre propio.
Tal vez la historia más fascinante se la lleve el azul de ultramar, un pigmento tan caro y difícil de conseguir que se reservaba para figuras de trascendencia en un cuadro, como el manto de la virgen o un detalle cuidadosamente elegido. Según cuenta Kassia St. Clair en su libro Las vidas secretas del color, aun cuando el azul de ultramar lleva encerrado en su nombre al océano, sus orígenes están ligados a lo más profundo de la tierra, más precisamente, a las minas de lapislázuli de Sar-e-Sang, en Afganistán. Allí eran extraídas las piedras que luego serían molidas y procesadas hasta llegar a las pinceladas en telas y frescos renacentistas. Comerciantes italianos se encargarían de que las piedras semipreciosas recorriesen su largo camino a lomo de burro siguiendo la misma ruta de la seda hasta llegar a Siria, para luego terminar su viaje en barco a occidente, más precisamente a Venecia.
Era esta última parte de la travesía, que le daría el nombre de azul de ultramar al pigmento que se obtenía de la molienda de las rocas de lapislázuli. Era efectivamente el azul que llegaba desde “más allá del mar” y, por supuesto, este largo trayecto incidía en su costo. Aquellos artistas más próximos a Venecia, como Tiziano, podían usarlo con cierta soltura. Otros, como Durero, lo utilizaban ocasionalmente, pero no sin antes quejarse por su alto precio. Filippino Lippi reservó parte de sus honorarios por la pintura de los frescos de Santa María Novella, en Florencia, para sus idas a Venecia a comprar el pigmento. El fanatismo no era un simple capricho, tenía sus fundamentos prácticos. Mientras que otros azules podían arrojar tintes verdosos, el azul de ultramar era un verdadero azul, noble y duradero.
Para el 1800 aún se estaba buscando un reemplazo más económico para azul de ultramar y la Sociedad Francesa para el Incentivo de la Industria Nacional llegó a pagar unos 6000 francos para quien diera con una fórmula para un azul sintético. Tarde o temprano llegaría de la mano de un químico francés. Esta versión, que llevó el nombre de azul de ultramar francés, podía ser hasta 2500 veces más económica que el pigmento original y rápidamente se convirtió en la más usada.
Los artistas, sin embargo, se quejaron: sostenían que se trataba de un color con una única dimensión, por tratarse de un producto con partículas idénticas que reflejaban la luz en forma pareja. El artista francés Yves Klein se empeñó entonces en desarrollar un color que en combinación con una resina, le daría al ultramarino sintético francés una calidad como la del original. En 1960 lo patentaría con su nombre: azul Klein.
Cobalto, de Prusia, cerúleo, índigo, cian, marino: todos azules. Recorro con la mirada de la memoria mi vieja valijita de témperas escolares en sus pomos metálicos y puedo ordenarlas casi como un arcoíris con muchas tonalidades para un mismo color y me pregunto cuántas historias habrá allí encerradas. Y casi como un desafío, o una promesa, agrego: ¿cuántas de ellas merecerán ser contadas?

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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