domingo, 29 de septiembre de 2024

UN ÁREA CLAVE Y EL PERFIL




Santiago Caputo gana poder en el Gobierno con la llegada de Lugones Los lazos del nuevo ministro con la red de poder y negocios de Barrionuevo y Nosiglia
Fue determinante para que asuma como ministro de Salud en lugar de Mario Russo; el asesor de Milei tiene además influencia en inteligencia, justicia, energía y en las empresas públicas
Maia Jastreblansky Mario Lugones, el flamante ministro de Salud
Salud iba a ser, originalmente, una secretaría de Estado dependiente del Ministerio de Capital Humano. Pero días antes de que Javier Milei asumiera, en la transición de diciembre del Hotel Libertador, la titular del área, Sandra Pettovello, pidió que esa área no integrara su cartera, que ya era de por sí elefantiásica. Aunque históricamente –y a excepción de la pandemia– Salud fue una área de bajo perfil, se trata de una estructura burocrática sensible que engloba lugares claves como la superintendencia que fiscaliza las obras sociales, el PAMI, la Anmat y la relación con los laboratorios para la compra de medicamentos.
En ese momento, Milei y Nicolás Posse –que asumiría como jefe de Gabinete y estaba a cargo del diseño del organigrama nacional– le encargaron a Mario Lugones que armara la estructura del nuevo Ministerio de Salud. Dueño del Sanatorio Güemes y presidente de la Fundación Güemes, este médico cardiólogo siempre estuvo enlazado con la política. Es muy allegado al histórico hombre fuerte del radicalismo, Enrique “Coti” Nosiglia –con quien se asoció en el Güemes– y tiene negocios en común con Luis BarrionuevoEl martes próximo Lugones jurará como ministro de Salud en reemplazo de Mario Russo. Ayer estuvo en la Casa Rosada definiendo su desembarco.
Es, además, padre de Rodrigo Lugones, un consultor político que se formó en la escuela de Jaime Durán Barba y que en 2012 fundó su propia consultora, Move Group. Allí trabajaron otros estrategas políticos que hoy orbitan cerca de la gestión nacional. Y dio sus primeros pasos el asesor estrella de Javier Milei y hombre fuerte de la cúpula del Gobierno, Santiago Caputo.
Aunque siempre fue señalado como una figura “de consulta”, en la práctica Mario Lugones fue quien armó el Ministerio de Salud y eligió a buena parte de sus funcionarios, incluido el titular del área hasta el jueves, Mario Russo. Seleccionó personal para el PAMI, para la Superintendencia de Servicios de Salud y para los hospitales nacionales. Fue, además, el principal interlocutor con las obras sociales. Para los actores del rubro sanitario, Lugones siempre fue un “ministro sin firma” y alguien con mayor poder real que el propio Russo. “Que ahora Lugones finalmente asuma como ministro no es más que el principio de revelación”, ironizaba por estas horas un hombre de la política que siguió de cerca toda la trama.
El problema fue que, con el correr de los meses, Russo comenzó a chocar con las instrucciones que bajaban del tándem Mario Lugones Santiago Caputo. El ahora eyectado ministro se opuso, por ejemplo, a la compra de medicamentos vía convenios desde la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse) y al cierre de dependencias y organismos dependientes del ministerio.
Un momento clave fue cuando Lugones definió ubicar en la estratégica Secretaría de Coordinación Administrativa a Cecilia Loccisano, una abogada con experiencia en lo referido a las compras en el área de salud. Ella es, además, la exesposa del exministro de Trabajo de Mauricio Macri Jorge Triaca. Loccisano desembarcó luego de los traspiés con la compra de vacunas y repelentes para el dengue del pasado verano en uno de los puestos más estratégicos de la cartera de Russo.
Pero el ministro siempre vivió con recelo el desembarco de la funcionaria. Según fuentes del Gobierno, reiteradas veces se quejó en la Casa Rosada alegando que Loccisano era “demasiado avasallante”.
En el ínterin, Russo se fue acercando cada vez más a Pettovello, que tiene una interna indisimulable con Santiago Caputo. Los bandos quedaron claros. El titular de Salud buscó, a través de la ministra más querida por el Presidente, llegar al propio Milei (que apenas lo conocía) y al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El objetivo era que los Lugones y Caputo no siguieran avanzando en la toma de decisiones en Salud.
El capítulo final de la trama se dio en los últimos días. La Nación hizo una compra grande de vacunas contra el dengue. Parte de ese stock, a su vez, sería derivado a las provincias. Dentro del ministerio, Russo pulseó con Loccisano y con el secretario de Acceso a la Salud, Pablo Bertoldi: él quería derivar las dosis a la provincia de Buenos Aires y a la Capital Federal y sus subordinados reclamaban más stock para las provincias del norte con mayor riesgo epidemiológico. Esta última puja fue la definitiva. Russo quiso desplazar a Loccisano. Pero cuando el conflicto escaló a la Casa Rosada, Milei saldó la puja en favor de su asesor estrella y del cardiólogo Lugones. Y el ministro fue reemplazado por quien movía los hilos del ministerio en las sombras.
La entronización, en definitiva, empodera otro tanto a Santiago Caputo, que ya tiene influencia en áreas como la SIDE, energía (como Cammesa e YPF), telecomunicaciones, empresas públicas y justicia, mientras define estrategias políticas y de comunicación oficial. Todo eso, además de integrar el “triángulo de hierro” con los hermanos Milei.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

EL PERFIL
Claudio Belocopitt, el dueño de Swiss Medical, le enviaba mensajes desesperados al celular de Mario Lugones, del Sanatorio Güemes. No había respuesta. Belocopitt estaba estupefacto, habían compartido estrategias en la Unión Argentina de Salud (UAS), la cámara de las empresas de medicina prepaga, se conocían hace décadas y, de pronto, le clavaba el visto. El poder de los intermediarios de la salud estaba dando un vuelco en las entrañas del gobierno de Javier Milei y la falta de respuesta de Lugones lo expresaba con un sonoro silencio. Ya no se tomaba la molestia de contestar. Era el nuevo hombre fuerte.
Aquella escena marcó el clímax, apenas seis meses atrás, cuando las placas tectónicas se sacudieron y una nueva estructura se levantó sobre los negocios de la salud y el Estado. Pero Lugones estaba todavía detrás de la escena.
“No se movía una birome si no lo autorizaba Lugones”, reconocían en el mercado de la salud. El jueves, finalmente, la crisis interna hizo eclosión y Lugones asumirá el papel que le atribuían desde las sombras. El ministro Mario Russo renunció, tras meses de aparentar que manejaba la cartera, y Lugones, el socio del operador radical Enrique “Coti” Nosiglia y el gremialista Luis Barrionuevo, se quedó con su cargo.
El futuro ministro niega la influencia que le atribuyen. “No se quiénes lo sostienen, yo trabajo y colaboro en buscar soluciones a un sector que sobrevive de crisis en crisis; pero las decisiones las toman quienes comandan las distintas áreas”, aseguró , momentos antes de ser confirmado en el cargo.
Lo insólito es que la nueva matriz trae de regreso a la vieja trama de sociedades entre Nosiglia y Barrionuevo, la dupla que en el pasado tuvo una ascendencia determinante sobre el epicentro de los negocios de la salud, el PAMI. Son los fundadores de la casta.
Lugones siempre estuvo, pero con perfil bajo. Los memoriosos recuerdan una escena. Ocurrió en el PAMI durante los tiempos del primer kirchnerismo. La obra social de los jubilados había convocado a una reunión de prestadores. Lugones se sentó en una de las sillas. Cuando las autoridades descubrieron que no figuraba en la lista de prestadores, lo invitaron a retirarse. El actual ministro tuvo que irse, masticando molestia.
En el PAMI de entonces se quedaron convencidos de que se había invitado solo a la reunión como representante del sector de poder que expresaban Nosiglia y Barrionuevo. Más de una década después, Lugones regresó y ahora maneja el sistema entero desde el interior del Estado. “La puja de fondo es por el control de la regulación de los negocios de la salud”, resume un empresario.
Se están definiendo contratos multimillonarios. En noviembre vence el acuerdo del PAMI para la compra de medicamentos. Los laboratorios pretenden subir los precios y recortar el 30 por ciento de descuento que encuentran los jubilados, según reconocen en el Gobierno.
El PAMI representa prácticavertido. el 40 por ciento del total del mercado de la industria farmacéutica en la argentina. La cifra supera los 4000 millones de dólares. Las ansias acechan.
El influjo de Lugones cubre los principales lugares del PAMI, con ascendencia en su titular, el médico Esteban Leguizamo, y su segundo, Carlos Zamparolo, que proviene de la obra social de los empleados de la Universidad de Buenos Aires (Dosuba). No es la única línea que vincula la trama con la política de la UBA. Nosiglia, el socio de Lugones, es el padrino político de Emiliano Yacobitti, vicerrector de la universidad. Alguna vez, el Coti fue señalado como el máximo operador del radicalismo, que entretejía una red que iba desde los servicios de inteligencia hasta el negocio del PAMI.
En la UCR aseguran que su discípulo lo superó. Mientras un sector del Gobierno identifica a Yacobitti y Martín Lousteau como adversarios y ponen como ejemplo las protestas que florecen en la UBA contra el Gobierno, otra rama de la misma matriz multiplica sus espacios de influencia en el Estado.
“Cuando inició este gobierno participé en un par de reuniones para brindar un análisis de cómo veía al sector pero formalmente soy asesor del gobierno desde marzo; si bien estuve años como presidente de la Fundación del Sanatorio Güemes, no tengo ningún cargo desde el año pasado vinculado al Sanatorio”, precisa Lugones.
Nexos con Caputo
El nuevo ministro es el padre de Rodrigo Lugones, amigo y socio del asesor Santiago Caputo, uno de los vértices del triángulo de hierro que completan Javier y Karina Milei.
En el mercado de las prepagas están conscientes de que Caputo y Rodrigo Lugones, dos pupilos del experto en imagen política Jaime Durán Barba, se repartieron la supervisión del Gobierno en mitades. La lucrativa área de la salud quedó para el joven Lugones, al igual que otros sectores, como la empresa Arsat.
Pero mientras Caputo carga el peso de ser señalado por su dominio del poder gubernamental, Lugones (hijo) cierra acuerdos inad
El flamante ministro viene del Sanatorio Güemes y es socio de Barrionuevo y Nosiglia
Es un empresario de la salud, con injerencia en el PAMI
Su hijo Rodrigo es amigo y socio de Santiago Caputo, asesor de Milei
¿Qué emoción le provoca a Caputo ese trato desigual? Quienes dialogaron con el asesor presidencial percibieron indigestión. ¿La llegada del padre al ministerio fue una exigencia para que los Lugones den la cara?
Mario Lugones, el padre y socio de Nosiglia y Barrionuevo, encabezó el Sanatorio Güemes y la prepaga Hóminis. A través de esta última empresa compartió sociedad con Alexis Hoffmann.
El asesor financiero Hoffmann es el yerno del Coti Nosiglia e integra la consultora Anker, que manejó el actual ministro de Economía, Luis Caputo. Así, el árbol genealógico y las sociedades entrelazan al nuevo ministro de Salud con los Caputo y los Nosiglia.
Mario Lugones consolidó su ascendencia en abril pasado, cuando logró que el Gobierno amenazara con denunciar a las prepagas por aumentar las tarifas. Aunque conocía los dos lados del mostrador, el médico de Hóminis consiguió atemorizar a sus colegas. Como Belocopitt es dueño de una parte de América, junto a José Luis Manzano y Daniel Vila, en los oídos presenciales prendió fácil la teoría de un acuerdo con el exministro de Economía Sergio Massa para exacerbar los ánimos de la clase media.
Se blandieron amenazas y se presentó una denuncia por cartelización en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Jamente vier Milei retuiteó un mensaje que llamaba “garca” a Belocopitt y el dueño de Swiss Medical terminó por renunciar a presidencia de la Unión Argentina de Salud, tras declarar que le habían “tirado un balde de mierda”. Lugones había allanado el camino. Pero hasta entonces, se mantenía detrás.
Desde aquel momento, la denuncia contra las prepagas quedó en la nada. Lugones llegó a un acuerdo con sus colegas, dejó en claro quién era el interlocutor y se pidió dar de baja la medida que se había interpuesto contra el aumento en el fuero Contencioso Administrativo.
El diputado de la Coalición Cívica Hernán Reyes fue el viernes de la semana pasada a conocer los avances de la denuncia en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. No quedó satisfecho. “Presentamos una nota para saber cuáles son los mecanismos de control que hay para definir los aumentos y no hay ninguna información, no se presentaron datos fehacientes sobre los costos, y Lugones tuvo mucho que ver para generar ese acuerdo con las prepagas, para que no haya ningún tipo de normas con criterios inteligentes y verificables de los aumentos; en el acta que firmaron con las empresas decían que se iba a definir un mecanismo de control, pero no existe”, reconstruye Reyes, en diálogo
La preocupación selectiva sobre el impacto del costo de la salud es curiosa. Los medicamentos subieron por encima de la inflación. En el área de la salud también se frenó la desregulación de los aportes de los jubilados al PAMI para darles la posibilidad de derivarlos a otra obra social o prepaga, a pesar de la coincidencia entre sus beneficios y los objetivos libertarios. Los criterios son disímiles.
Obras sociales
Antes de convertirse en ministro de Salud, Lugones hizo carrera en las obras sociales sindicales. En los noventa formaba parte de Osecac, la obra social de los empleados de comercio que manejaba el histórico Armando Cavalieri. Luego, su encuentro con Nosiglia y Barrionuevo fue providencial. Tras la llegada de Milei, su poder fue determinante para ubicar a Gabriel Oriolo al frente de la estratégica Superintendencia de Servicios de Salud, que reparte los fondos entre las obras sociales.
Con la llegada de Milei se convirtió en asesor de la Jefatura de Gabinete. “Mi objetivo es brindar asesoramiento en las modificaciones que el Presidente considera necesarias para el área y lo hago desde mi conocimiento del sector”, resume. “Hay que realizar medidas integrales y paulatinas que vayan saneando los diferentes actores del sistema –agrega–. Hay que dar marcos de libertad y seguridad para inversiones, buscando que los usuarios tengan la libertad de poder elegir entre diferentes opciones, las más convenientes de sueldo a sus posibilidades. El sector está en crisis y todas las medidas que toma el gobierno apuntan a que la Argentina no se quede sin salud”.
La Oficina Anticorrupción, a cargo de Alejandro Melik, debería ahora advertirle que la ley lo inhibe de tomar decisiones que afecten sus intereses anteriores. Es dudoso su resultado. Hasta ahora, las posibles incompatibilidades no parecieron desvelarlo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.