viernes, 21 de junio de 2024

CRÍTICA DE CINE.."Mi villano Favorito 4" Y " La conversión"

 


Una saga que recupera el espíritu de sus orígenes
Marcelo StiletanoPersonajes icónicos que vuelven para fascinación de los más chicos
mi villano Favorito 4
(estaDos uniDos/2024). Dirección:
Chris Renaud y Patrick Delage. Guión: Mike White y Ken Daurio. música: Heitor
Pereira.eDición: Tiffany Hillkurtz. con las voces oriGinales: Steve Carell, Kristen Wiig, Will Ferrell, Sofia Vergara y Miranda Cosgrove. DistribuiDora: UIP. Duración: 95 minutos. caliFicación: apta para todo público


Sostener en el tiempo una marca tan exitosa como la de Mi villano favorito es un desafío que se abre a la comodidad o al riesgo. Como ocurre con casi todos los éxitos prolongados del cine de animación más grande y exigente, el que producen los estudios de Hollywood en busca de una repercusión global, el destino aparece definido por la tensión entre esos dos factores.
La primera alarma en ese sentido se encendió en 2017, cuando Mi villano favorito 3 no mostró otra idea que la de inventarle a Gru un hermano gemelo con mucha plata y manías de grandeza que encarnaba todos los clisés de la cultura pop de la década del 80. Hasta los buenos chistes de humor físico (todo un sello de esta serie y de las producciones de los estudios Illumination) quedaban condicionados a la machacona repetición de los lugares comunes de ese tiempo. Otra manera de hacer la plancha.
Lo primero que nos dice esta cuarta película es que los responsables de la marca tomaron debida nota de este déficit. Mandaron al freezer a Dru (el gemelo de marras) y recuperaron al mismo tiempo buena parte del sentido original de la historia. En su origen, como lo mostraba el brillante largometraje debut de 2010, Gru era un villato, no que aprendía a ser padre de tres niñas adoptadas, Margo, Edith y la encantadora Agnes.
La incorporación de Mike White (el creador de The White Lotus) como guionista debe haber tenido bastante que ver con estas decisiones. Primero, este nuevo capítulo le devuelve a Gru su instinto paterno. Junto a Lucy Wilde agrandó la familia con la llegada de Gru Jr., un bebe muy despierto, muy observador y no precisamente dispuesto a dar el ejemplo. Enseguida se activa en el pequeño algún gen paterno que lo impulsa a hacer lío o alguna pícara trapisonda contra su propio progenitor.
El pasado también vuelve para Gru en la figura de Maxime Le Val, una especie de némesis de sus tiempos de estudiante que además de mandarse la parte tiene poderes especiales para mutar. Conserva en su rostro la fisonomía humana, pero parte de su cuerpo puede transformarse en algo parecido a una enorme cucaracha.
Gru, lo sabemos, ahora está del lado de los buenos y trabaja para la AVL (Anti-Villain League). Primero consigue atrapar a Le Val, pero cuando su antiguo rival logra escapar de la cárcel, la AVL transforma a nuestro nuevo héroe y su familia en testigos protegidos y los fuerza a cambiar de identidad. Allí aparece otro nuevo personaje, Poppy, una adolescente muy despierta que quiere recibir de Gru lecciones de villanía. Y las cosas empiezan a complicarse.
El guión de White y Ken Daurio (que escribió todas las películas previas) propone varias atracciones simultáneas como si estuviéramos en un gran parque temático: el enfrentamiento directo entre Gru y Le Val, la paternidad ampliada del personaje central, lo que le pasa a Lucy con su nueva identidad, las peripecias de las tres niñas y, por supueslas andanzas de los Minions, que vuelven a demostrar que funcionan mucho mejor en un papel gregario que como protagonistas de sus propias historias.
Aquí, por ejemplo, los bichos amarillos son objeto de un experimento planeado por la AVL para mejorar su rendimiento en la lucha contra los malos. De esas maquinaciones surgen unos Minions “recargados” con desopilantes poderes especiales que funcionan casi como una parodia de Los Cuatro Fantásticos. No será esta la única referencia a la que recurre Mi villano favorito 4 en su espíritu burlón: también hay citas bastante explícitas a Los increíbles,a Ratatouille y a las películas de Misión imposible en medio de algunos de los mejores chistes visuales de toda la historia de los Minions, genuinos herederos como nunca de la noble historia del slapstick. Los vemos patinar, tropezar, correr, explotar, hacer equilibrio y muchas cosas más con un timing cómico incomparable y el gran talento de Pierre Coffin para ponerle voz a su delirante jeringonza.
Hay coherencia y estilo en la suma de estas subtramas que nunca pierden el eje. Nos hubiese gustado que se aprovecharan más las posibilidades visuales de algunos personajes (las niñas, salvo Agnes, y Lucy tienen pocos momentos de brillo propio), pero la historia funciona y se corona en un fin de fiesta notable al que se suman inclusive los villanos de las entregas anteriores.
En las poquísimas funciones subtituladas disponibles podrán disfrutarse las excelentes voces de Steve Carell (Gru), Kristen Wiig (Lucy), Will Ferrell (Le Mal) y Sofia Vergara (Valentina). En las copias dobladas, María Becerra pasa casi inadvertida como la voz de Poppy

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


Una impactante historia sobre la puja religiosa
Paula Vázquez PrietoUn niño, un bautismo y una pelea por la identidad
la conversión
italia-Francia-alemania/2023).
Dirección: Marco Bellocchio. Guion:
Marco Bellocchio, Susana Nicchiarelli, Edoardo Albinati, Daniela Ceselli (basado en Il caso Mortara de Daniele Scalise). elenco: Paolo Pierobon, Fausto Russo Alesi, Barbara Ronchi, Enea Sala, Leonardo Maltese, Filippo Timi, Fabrizio Gifuni, Bruno Cariello. caliFicación: apta para mayores de 13 años.


Un bautismo no se puede anular. Su hijo es cristiano para toda la eternidad”. La afirmación de Monseñor Feletti (Fabrizio Gifuni), Padre Inquisidor del Convento de Santo Domingo, marca el comienzo de la nueva vida de Edgardo Mortara (Enea Sala), un niño judío reclamado por la Iglesia Católica. Un camino que el director Marco Bellocchio retrata con la paciencia de los artistas renacentistas, construyendo alrededor de un caso real un frondoso entretejido político, signado por la inminente gesta de unidad de Garibaldi y el reino piamontés de los Saboya y la anexión de los Estados Pontificios a la nueva Italia. Como en su flamígera opera prima I pugni in tasca, aquella que sorprendió al Festival de Venecia en 1966, el director, ahora a sus 84 años, vuelve a explorar los cimientos de las instituciones más importantes de su país, desde la familia hasta la Iglesia, enclaves de poder sostenidos en la figura de un padre y patriarca, encarnado en este caso por el beatificado Pío IX. Un tiempo de disputas políticas y ambiciones eclesiásticas que desgarran para siempre la infancia y el espíritu del niño Mortara. Apenas vislumbramos algunas imágenes fugaces de la Bolonia de 1852. Un bebé en su cuna es arrullado por los rezos en hebreo. Una nodriza cruza la calle apresurada entre el recuerdo gozoso de sus amores con un oficial alemán y los temores por el limbo que amenaza la eternidad de un infante judío. Un bautismo secreto ocurre en la penumbra de la tarde. Seis años después, Edgardo Mortara es reclamado por el mariscal Lucidi (Bruno Cariello) como cristiano, destinado a la potestad de la Iglesia Católica y al padrinazgo del papa Pío IX (Paolo Pierobon). El estupor inicial de la familia deviene en una peregrinación por sinagogas y periódicos de la época para defender su causa, pero la respuesta que se repite es la de la santidad del sacramento: Edgardo es ahora cristiano. Su reclusión en un orfanato católico de Roma lo despoja de sus oraciones y sus creencias: es la inmensa figura de un Jesús crucificado la que señala con sangre la herejía de su crianza.
Desde sus orígenes como cineasta, Bellocchio combinó las innovaciones de la modernidad estética de los 60 –fractura de la linealidad narrativa, montaje brusco sin enlaces sonoros o visuales, primeros planos histriónicos- con conscientes exploraciones de los modelos institucionales hegemónicos en su tiempo y lo hizo como cabeza de una generación que venía a desplegar y continuar el legado transformador del neorrealismo. El psicoanálisis era una herramienta para desenmascarar la locura que anidaba en la vida burguesa, la puesta operística un recurso para expandir el realismo hacia una atmosfera embriagante y enrarecida.
En estas últimas décadas de madurez expresiva, Bellocchio ha logrado integrar aquella rebeldía espiritual y la aguda crítica política con narrativas más aplomadas, de ambiciones históricas e impronta crepuscular, como lo demuestran desde Vincere (2009) hasta la más reciente El traidor de la Mafia
(2019). La política aparece filtrada por sus grandes protagonistas o sus meros peones, pero resulta siempre la expresión última de un intento de supervivencia. Mortara es una pieza ejemplar del tablero del último papa de los Estados Pontificios, en la defensa de su importancia en aquella Europa del siglo XIX que se reconfiguraba, y son ellos dos los que Bellocchio disecciona como un artista del bisturí fílmico: el niño y sus pesadillas que muestran a Cristo bajando de la cruz, Pío IX y sus convulsiones al ser circuncidado en sueños por un comité de hebreos vengadores. Un padre impuesto a ese hijo como símbolo del reino de Dios que no se quiere someter a la nueva era de los Estados-Nación.
Aún en su insistente lectura política, La conversión no pierde el foco de la familia Mortara, la tragedia de su pérdida, la resistencia de su identidad religiosa. Y Bellocchio lo hace no sin contradicciones, entre la posición diplomática del padre (Fausto Russo Alesi) y la más sanguínea de la madre (notable Barbara Ronchi, quien ya había deslumbrado como la madre de Dulces sueños), entre las autoridades de la sinagoga y sus negociaciones con el papado, entre las diversas posiciones en el Vaticano, que oscilan entre la intransigencia de los dogmas y la adaptación a los cambios sociales. Lo que siempre queda en el camino es el rostro húmedo de lágrimas de Edgardo, atrapado en esa telaraña de intereses que se disputan su espíritu. Bellocchio nunca lo abandona, lo acompaña en su arduo camino, desde aquel niño escondido bajo las sábanas de su madre, hasta el adulto que todavía anhela comprender la vida que le ha tocado.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.