viernes, 27 de septiembre de 2024

CONFLICTO CON LOS GREMIOS Y GUILLERMO DIETRICH



El Gobierno defendió la privatización de Aerolíneas, pero no logró el dictamen
En medio del conflicto con los gremios La discusión continuará el próximo martes; hubo momentos de tensión cuando el vicejefe de Gabinete y el secretario de Transporte respondieron preguntas de diputados opositores
Delfina CelichiniLos diputados José Luis Espert y Pamela Verasay, ayer, junto al secretario de Transporte, Franco Mogetta PRENSA DIPUTADOS
En un plenario de las comisiones de Transporte y Presupuesto de la Cámara de Diputados, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, defendieron ayer la privatización de Aerolíneas Argentinas. Pero el oficialismo libertario y sus aliados de Pro fracasaron en su primer intento de obtener dictamen esa misma jornada y el debate continuará el próximo martes.
En su primera intervención, los funcionarios de Javier Milei cuestionaron el déficit de la empresa, la compararon con el régimen absolutista del rey francés Luis XIV y hablaron de un “despilfarro” de recursos. Sobre el conflicto gremial que atraviesa el sector, acusaron de “delincuentes” a una porción de los trabajadores que hacen huelga.
Si bien estaba citado, el presidente de la compañía estatal, Fabián Lombardo, no asistió. Fuentes de la empresa confirmaron su ausencia cuando ya estaba iniciada la reunión. Según informaron los referentes del plenario a el presidente de la entidad justificó su faltazo “por temas de agenda”.
En el encuentro se empezaron a debatir dos iniciativas que buscan declarar a la empresa “sujeta a privatización”, algo que preveía la Ley Bases, pero que, a instancias de un sector de la oposición en el Senado, se quitó. La presidenta del plenario, Pamela Verasay (UCR), anticipó que los miembros de la comisión podrán sugerir nuevos invitados hasta mañana. Así, el tratamiento de estos proyectos se preanuncia largo y es probable que continúe en las próximas semanas.
El diputado de Unión por la Patria (UP) y secretario general de la CTA Hugo Yasky propuso que en la próxima cumbre se convoque a los representantes de los sindicatos en conflicto. “Asumamos el compromiso de gestar una mediación para actuar en el conflicto que ustedes sistemáticamente decidieron que tiene que seguir abierto”, exigió a los funcionarios presentes.
Tras una primera explicación de los proyectos por parte de sus autores –Hernán Lombardi, de Pro, y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica–, disertó Rolandi. El funciono nario defendió la privatización de la aerolínea de bandera, criticó en duros términos la administración actual y habló de dos ejes: el “déficit de la compañía” y “el avasallamiento de su dirigencia”.
Para graficar el déficit, indicó que la empresa perdió el equivalente a “900 aviones”. “Ese fue el despilfarro y la locura de seguir manteniendo una empresa a la que nunca se le limitó el giro discrecional de fondos”, consideró.
Sobre el segundo punto, esbozó una comparación entre la dirigencia actual y el rey francés Luis XIV, al que se le adjudica la frase “el Estado soy yo”. “Aerolíneas Luis XIV manejaba la capacidad de todo el sistema aerocomercial”, indicó Rolandi, quien destacó que cuando la administración libertaria empezó a trabajar sobre la desregulación que inició con el DNU 70/2023, “vimos que en la Argentina no existe un criterio para la asignación de recursos entre las aerolíneas de todo el eslabón aerocomercial”.
El funcionario consideró que en la compañía del Estado “se vuela muy caro porque Aerolíneas Argentinas se comió al resto con prácticas que existen en otro lugar”. Y exigió a los legisladores presentes: “Saquémonos a este yunque”.
A su turno, el secretario de Transporte Mogetta subrayó que el objetivo de la privatización es que Aerolíneas “compita con las mismas reglas con las que funcionan las otras aerolíneas, porque la distorsión no le ha hecho ningún favor a la compañía”. Sobre el déficit, precisó que la compañía “ha tenido que ser asistida en 8000 millones de dólares por el Estado argentino, algo que este país no está en condiciones de destinar para sostener una aerolínea deficitaria”.
Mogetta evaluó que los nueve paros que se sucedieron a lo largo de la gestión de Milei “hacen perder entre un millón y dos millones de dólares por día”. Y concluyó: “Por su capacidad de personal e historia, Aerolíneas tiene las condiciones para competir con otras, permitámosle que eso suceda”. Terminadas las exposiciones de los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional, se abrió la ronda de preguntas de los diputados miembros de las comisiones del plenario.
Los dos proyectos que se discuten plantean lo mismo: la autorización inicial al Poder Ejecutivo para que luego envíe el pliego de privatización al Congreso y se inicie el procedimiento pautado en la ley de reforma del Estado. Por eso, es esperable que haya un dictamen común, aunque esa posibilidad todavía es lejana. Es probable que una porción del radicalismo acompañe, así como parte del bloque Encuentro Federal, que exige que el Gobierno precise las condiciones de venta de la compañía antes de “firmar un cheque en blanco”.
El plenario por momentos se transformó en un hervidero. Con carteles en los que se leía la frase: “Los cielos no se venden, Aerolíneas Argentinas se defiende”, el kirchnerismo y la izquierda se rehúsan a ceder a manos privadas el control de la compañía estatal. De hecho, esta semana parte del bloque de UP recibió al piloto y secretario general de uno de los gremios más duros (APLA), Pablo Biró, con el fin de plantear una estrategia para frenar la liquidación de la empresa. Mientras transcurrió el debate en la comisión, el frente de gremios aeronáuticos manifestaron su rechazo con una protesta en las inmediaciones del Congreso.
El debate
Fernando Carbajal, de la UCR, señaló que los proyectos de Pro y la CC “están mal presentados”. Explicó que la ley de privatizaciones pecisa que la declaración de una empresa del Estado como “sujeta a privatización” es una facultad del Poder Ejecutivo. “Encarrilen el trámite de la ley, está todo mal y yo cumplo en avisárselo”, dictaminó el formoseño. Y sumó: “El proyecto debe contener necesariamente cuál es la propuesta de privatización que trae. No les vamos a firmar un cheque en blanco”.
Diego Giuliano, diputado de Unión por la Patria, exsecretario de Transporte durante el gobierno de Alberto Fernández y cercano a Sergio Massa, analizó la intención de privatización del Gobierno: “Hay un clima de conflicto gremial y tiene una sensación de revancha”.
El diputado de Encuentro Federal Nicolás Massot hizo hincapié en la forma en que el Gobierno pretende privatizar la aerolínea de bandera. “Tienen que explicar qué formato de privatización, qué metodología, qué controles y qué beneficios al comprador le van a dar”, dictaminó.
A modo de respuesta, Rolandi calificó de “anacrónico” el concepto de “aerolínea de bandera”. “Estamos discutiendo algo que ya no existe”, consideró. Respecto de la conectividad, indicó que “es cierto que hay rutas que no son rentables, pero hay una articulación entre el Estado y empresas privadas que es más eficiente y aporta al federalismo”.

El momento de mayor tensión se dio cuando Mogetta catalogó de “delincuentes” a una porción de los trabajadores de Aerolíneas. “No son trabajadores, llamemos las cosas por su nombre, están defendiendo delincuentes”, les achacó al bloque de UP, lo que desencadenó gritos y silbidos de desaprobación

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Guillermo Dietrich. “Habría que pensar en una ley para presentar la quiebra”
El exministro de Transporte cree que es “imposible” privatizar Aerolíneas Argentinas en este contexto, pero que sin ella el mercado sería atractivo para los inversores internacionales
 María Julieta Rumi

E l exministro de Transporte de Cambiemos Guillermo Dietrich se refirió al actual conflicto en Aerolíneas Argentinas en una entrevista  Dijo que habría que sacar una ley para que la línea aérea de bandera se presente en quiebra y luego analizar si continúa como una compañía más chica en manos privadas.
Según el exfuncionario, a pesar de la situación macroeconómica, habría interesados en ingresar al mercado argentino. Pero consideró que el actual funcionamiento de la firma actúa como un “limitador”.
–¿Cómo analiza la estrategia del Gobierno, que busca que distintas líneas aéreas ofrezcan más vuelos de cabotaje?
–Frente a esta contingencia, claramente lo primero que hay que hacer es trabajar en la capacidad que se puede cubrir con las compañías aéreas existentes si Aerolíneas deja de volar. Obviamente, no es lo mismo una empresa que ya está volando en el país que una que no está volando. Por suerte, existen estas compañías y, eventualmente sin Aerolíneas en el mercado argentino, no tengo ninguna duda de que muchas compañías van a estar interesadas en venir.
–¿Ve posible la privatización?
–Pienso que Aerolíneas es imposible de privatizar. Si el Gobierno, con todo el poder que tiene el Estado, no puede lograr que sea viable económicamente trabajando en toda la capa de beneficios y de privilegios que se han ido generando con los sindicatos, no hay chance de que lo haga un privado, y hoy esta compañía es totalmente inviable. Todo indica que hay una resistencia total a hacer cualquier cambio, entonces se sigue poniendo plata y afectando a todo el sistema porque Aerolíneas no le paga a Aeropuertos, no le paga a EANA y tiene una deuda gigante con YPF. Ahora, este gobierno está equilibrando un poco la cancha, pero con el kirchnerismo es un escándalo lo que se hizo contra la competencia. Creo que la Argentina, por segunda vez en los últimos 24 años, está encarando sus problemas estructurales. Hay que resolverlos de raíz.
–Macri hablaba de tres opciones para Aerolíneas, entre ellas presentar la quiebra. ¿Para eso se necesita una ley? ¿Hay que desembolsar dinero por los leasings de aviones?
–Si presentás la quiebra, va a un concurso de acreedores y nadie pone más plata. Es discutible si lo podés hacer sin ley o no. Entra en la discusión si Aerolíneas es una empresa privada, si se rige por las normas de las empresas privadas o por las del Estado. Claramente, es mucho mejor hacerlo con una ley, y yo creo que la norma que hay que sacar debería ir en esa línea y no tanto por la privatización. Y después la otra opción es no girarle más plata. Eso lo podés hacer sin ley, lo podés hacer mañana si querés, y de hecho Pablo Biró [secretario general de APLA] hizo renunciar al gerente de operaciones. A nosotros nos amenazaron con eso en 2016, porque es algo sumamente delicado, pero si eso no se resuelve la compañía no vuela más. Hay un punto en el que Biró y algunos sindicatos quieren que la compañía no funcione más para escalar fuertemente el conflicto.
–¿En 2016 la compañía estuvo cerca de dejar de funcionar por la amenaza de renuncia del gerente de operaciones?
–No me acuerdo el detalle, pero el otro día el equipo que estuvo con Aerolíneas me contó que en diciembre de 2016 nos amenazaron con esto, pero el escenario era muy distinto. A nosotros ahí no se nos cruzaba por la cabeza el cierre de la empresa, sino que buscábamos eficientizarla y creíamos, quizás ingenuamente, que podíamos hacerlo. Creíamos que los sindicatos iban a entender que esto terminaba siendo bueno para la empresa y para los empleados, con oportunidades de crecimiento, etcétera, pero claramente no lo logramos. Este gobierno intentó lo mismo en estos 10 meses y tampoco lo logró, por lo tanto, pareciera ser que el problema son ellos, que no están dispuestos a moverse en nada. Todo indica que la empresa va hacia su desaparición por culpa de Biró y compañía.
–Muchos hablan del ejemplo de Alitalia/ITA, que tuvo una transformación exitosa. ¿Cómo se podría apuntar a eso?
–Es la alternativa a la quiebra. En Alitalia había un problema similar al de Aerolíneas: muchos subsidios, una resistencia sindical muy grande y problemas para adaptarse a los nuevos tiempos. Hicieron una votación entre los empleados y decidieron que no estaban dispuestos a cambiar los convenios, la empresa fue a la quiebra y de la quiebra surgió ITA, con algunos activos de Alitalia y algunos empleados, pero la mayoría quedó afuera. Pero, en la opción quiebra, o desaparece todo y se venden todos los bienes que tiene la empresa o se permite una continuidad sin los convenios.
–¿Cuál sería la dotación óptima para una empresa chica?
–Es difícil decirlo. Depende de si aparece un socio estratégico. Yo creo que si sale algo de ahí tiene que ser 100% privado. Y ahí dependerá del plan de negocios del privado. Es difícil ser competitivo en el mundo actual en los vuelos largos. De hecho, Aerolíneas ya dejó de volar a Nueva York. De todas formas, terminaría siendo un nuevo actor del sistema, como si viniera Gol y se instalara a volar en la Argentina, o si volviese Latam, que estaría buenísimo, pero me cuesta creerlo después de todo lo que les pasó. O cualquier otra compañía. Y seguro crecerían mucho JetSmart y Flybondi, eso sin ninguna duda.
–Dijo que pecaron de ingenuos al pensar en sanear la compañía. ¿Qué haría hoy distinto?
–Creo que siempre hay que intentar ese proceso, porque hay que darle una oportunidad a la compañía y no me arrepiento de haberlo intentado. Quizá deberíamos haber sido más agresivos desde el minuto uno. De hecho, también por eso cambiamos el presidente a finales del primer año de gestión. Pero también el clima de época era distinto. Nos parecía que, para poder profundizar la discusión de Aerolíneas, los argentinos tenían que ver que existían otras alternativas, y fue así como encaramos el tema low cost. Ese proceso fue exitoso porque, principalmente, le demostró a un montón de gente que no podía volar, porque las tarifas son carísimas, que había otra opción. Entonces, entre este modelo que sobrevivió porque tienen sus propios sindicatos y el cambio profundo que tuvo la sociedad después del desastre del kirchnerismo, y ese basta a los privilegios, hoy la opinión pública está en otro lugar, creo que hay una saturación con Aerolíneas y los sindicatos. Eso permite avanzar con cosas que eran más difíciles en nuestra época.
–¿Por qué cree que la sociedad se saturó en este sentido?
–En un país donde hay restricciones enormes para todo, para la obra pública, para los salarios gubernamentales, para los jubilados, etcétera, y que lo comparto, no podés tener un oasis de exceso y de privilegios que es Aerolíneas. De hecho, la crisis se acelera porque el Gobierno plantea que Aerolíneas tenga los mismos aumentos que los estatales y la gente de Aerolíneas, que quiere que la empresa sea pública, no quiere estar encuadrada en el marco estatal en cuanto a los aumentos. Esto demuestra una tremenda inconsistencia y ahí el conflicto escala.
–¿Es posible que llegue un inversor con el cepo cambiario?
–El mercado argentino sin Aerolíneas es superatractivo para un montón de actores desde una posición estratégica. Por lo tanto, yo creo que sí existirían interesados, porque hablamos de inversiones a largo plazo. Pero cualquiera que busca entrar a la Argentina tiene miedo, porque Aerolíneas te distorsiona todo. Entonces, mientras exista de esta forma, es un limitador. La han sufrido tremendamente Flybondi y JetSmart, porque no les daban espacios de amarre en Aeroparque, no les daban mangas ni los mejores horarios, etcétera. Cuando gobierna el kirchnerismo, Aerolíneas es quien maneja la política aerocomercial. (Mariano) Recalde, (Pablo) Ceriani, todos ellos son cómplices y responsables de este desastre.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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