Lorenzetti dijo que esta Corte Suprema es “de transición” y advirtió: “Funcionar con 3 es difícil”
El juez del máximo tribunal pidió “tener serenidad” para la discusión de los pliegos de Lijo y García-Mansilla que propone Milei; avisó que si entran nuevos miembros, habrá que elegir de nuevo a las autoridades del cuerp
Ricardo Lorenzetti
El juez Ricardo Lorenzetti aseguró este miércoles que esta Corte Suprema de Justicia es “de transición”, en medio del intento del Ejecutivo por introducir a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como nuevos integrantes. Es que cuando se vaya Carlos Maqueda quedarán tres miembros, lo que para Lorenzetti es un panorama “difícil” porque deberá requerir mayor nivel de acuerdos y concentrará en Horacio Rosatti (elegido como nuevo presidente del cuerpo), Carlos Rosenkrantz y él todo el poder para decidir “los grandes temas”.
El ministro indicó además que hay que darle tiempo a la discusión de las incorporaciones que quiere hacer el gobierno de Javier Milei debido a que a lo largo de la historia siempre los candidatos fueron duramente cuestionados, pero después terminaron por ingresar al máximo tribunal. Por eso pidió “serenidad” y dejar “que las instituciones funcionen”.
“Estamos en una Corte de tres, es una Corte de transición en el punto de vista interno, no en los fallos. Quedamos prácticamente tres porque Maqueda se está yendo, le queda muy poco tiempo. Funcionar con una Corte de tres es difícil”, aseguró Lorenzetti en Radio Mitre. En ese sentido, recordó que en 2015, cuando se fue Carlos Fayt y asumió Mauricio Macri como presidente, hubo un largo tiempo en que el máximo tribunal funcionó con tres miembros hasta que llegaron Rosatti y Rosenkrantz.
Entonces, marcó que esa situación requiere “muchos acuerdos” y conversaciones. “Por eso ayer estuvimos con esta idea de designar autoridades y dijimos: ‘Vamos a trabajar en conjunto, a tratar de consensuar’”, expuso el juez, luego de que Rosatti fuera elegido como titular del máximo tribunal por tres años más y Rosenkrantz como vice. Pese a este espíritu acuerdista que marcó públicamente, las nuevas designaciones implicaron un revés para Lorenzetti, que quedó en soledad después de haber perdido en 2018 la presidencia, que ejerció durante más de una década. No obstante, avisó a sus pares: “Si ingresan dos miembros nuevos, pasamos de tres a cinco y habrá que elegir de nuevo autoridades porque la Corte tiene mucha libertad para hacerlo, lo decidimos nosotros con tres firmas. Hay que buscar mecanismos. Cuando entren los nuevos ministros, elegiremos, discutiremos”.
Mientras eso no ocurra, reparó en que una Corte de tres miembros hace que los supremos tengan “mucho poder decidiendo los grandes temas del país” y determinó: “Eso no está bien”. Sin embargo pidió prudencia y responsabilidad hacia adelante. “Si esa es la realidad, tendremos que ponernos de acuerdo y resolver”, insistió, a la vez que aclaró que esto no implicará una situación de transición en cuanto a los fallos, debido a que -según Lorenzetti- los cambios en la conformación no determinarán modificaciones y en los principios que el tribunal arrastra desde hace décadas. “No es tan relevante hablar de poder interno, sino darle tranquilidad a la población de que la interpretación de la Corte de los derechos se mantiene”, indicó.
Ariel Lijo, con los ministros de la Corte Suprema, en un encuentro de jueces celebrado en Rosario
En tanto, los pliegos de Lijo -el más controvertido- y de García-Mansilla -el de menor perfil público- que mandó el gobierno de Milei siguen trabados en la Comisión de Acuerdos del Senado y todavía no alcanzaron las firmas para llegar a recinto.
“Tenemos una gran tendencia a discutir siempre lo mismo. Cuando fueron propuestos Rosenkrantz y Rosatti fue similar. Primero, por qué proponían a dos varones. Y... es una decisión del Presidente. ¡Cómo repetimos! En realidad, debería proponerse una mujer, siempre lo sostuvimos, pero es una facultad presidencial y no una obligación. En aquel momento propusieron dos hombres. Después hubo muchísima discusión sobre las candidaturas: que se los había designado por decreto, que Rosatti había sido ministro de Justicia de Néstor Kirchner, que Rosenkrantz era abogado de empresas; pero después que pasaron el proceso, ingresaron y trabajaron y trabajan como jueces imparciales nadie los critica”, expuso Lorenzetti con respecto a lo que sucedió en el macrismo y añadió: “En aquel momento se los propuso en diciembre de 2015, y Rosatti ingresó en junio de 2016 y Rosenkrantz, en agosto. Un año y medio. También se decía que estaban parados porque el Senado se había puesto en contra por el decreto y porque era del kirchnerismo. Estaba [Miguel] Pichetto como jefe de bloque y se decía que no los iba a aprobar el Senado, y finalmente sí”.
Convencido de que una cosa es el proceso previo y otra es ser integrantes de la Corte, el juez opinó con respecto a los nuevos postulantes: “Que se critique a los nominados es bueno, que se haga con transparencia. Es un diálogo natural, lleva tiempo, se discute. Hay que tener serenidad y dejar que las instituciones funcionen, pasó siempre”.
Fuentes judiciales al tanto de las gestiones para los nuevos jueces coinciden en que Lorenzetti es uno de los principales promotores de Lijo. Al respecto de eso, el magistrado no habló y tampoco fue consultado.
Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla
Otros temas
Lorenzetti también opinó sobre temas de coyuntura. En cuanto a los incendios en Córdoba, el magistrado dijo que leyes hay pero que falta prevención, a la vez que -en el marco del análisis de la Agenda 2030 que denosta Milei- defendió el interés por el cambio climático y dijo que la Argentina debe ver hacia dónde va el mundo “y no obstinarse” en mirar solo lo local, “cuando el tren partió hacia otro lado”.
Por otra parte, y luego de que la Justicia argentina ordenara la orden de captura del mandatario venezolano Nicolás Maduro, dijo que esta decisión es “muy importante” porque se habla de “plan sistemático” cometido por el chavismo en base a un fallo precedente de la Corte durante la dictadura. “En Harvard hay un trabajo que dice cómo mueren las democracias, que no hay más golpes, que mueren porque se las debilita, cae la prensa, el Poder Judicial, los distintos poderes y termina en autoritarismo. Es muy importante la defensa de la división de poderes y de la libertad de expresión. Cuando eso cae, puede haber un plan sistemático de persecución. De eso se trata este fallo, que detalles no puedo dar porque seguramente llegue a la Corte. Pero hay que defender las democracias cuando se las destruye desde dentro”, comentó el juez.
Asimismo se opuso a la reforma electoral de México, que permite elegir jueces, magistrados y ministros. “Es un país donde hay narcotráfico. Yo fui a México y había muchas personas preocupadas por quién va a financiar las campañas”, sintetizó, seguro de que se necesita la existencia de un poder “contramayoritario” que “defienda las minorías” y ponga límites a los otros poderes.
También dijo que le parece “muy buena” la idea del sistema acusatorio que avanza de la mano del ministro Mariano Cúneo Libarona, pero advirtió por la posibilidad o no de realizar la implementación debido a la cantidad de recursos que se necesitan y que todavía no están disponibles en la Argentina. “Es un tema muy difícil”, admitió.
Para cerrar, indicó que la baja de edad de imputabilidad a los 14 años que promueve el Ejecutivo -sobre todo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich- “es un tema complejo”, y destacó la necesidad de primero pensar en la educación y en la integración de los menores al sistema. “Si comenten delitos, ¿adónde los mandamos? ¿En la cárcel van a aprender más? No es solo aumentar o bajar las penas, es un sistema penal juvenil. Lo que hay que hacer es sancionar un Código Penal actualizado, el ministro de Justicia está trabajando en eso, lo termina este mes; hay que enviarlo al Congreso, hacer una ley penal juvenil y trabajar mucho en educación, en integración. Trabajamos mucho con sectores de la Iglesia y cuentan que se alejan los chicos de la Iglesia, de los clubes, y se meten en el narcotráfico. Hay que trabajar de manera general”, concluyó.
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Javier Milei marcó un quiebre en la ONU que lo dejó en solitario frente al mundo
Le dio la espalda a la agenda de desarrollo e invitó a los líderes a que lo acompañen en la creación de una nueva agenda de la libertad; Elon Musk, el único empresario al que vio
Rafael Mathus Ruiz
CORRESPONSAL EN EE.UU.
El presidente de Argentina, Javier Milei, habla durante el 79º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York el 24 de septiembre de 2024
NUEVA YORK.– El discurso de Javier Milei en las Naciones Unidas colocó a la Argentina en una posición ciertamente atípica: el Presidente defenestró y le dio la espalda, en solitario, a una agenda de desarrollo, el “Pacto del Futuro”, adoptada apenas dos días antes por consenso –sin votación– por la Asamblea General de las Naciones Unidas, un plan pensado para reformar y rescatar el papel del multilateralismo. Para Milei, solo refuerza un rumbo “trágico”.
Parado solo ante los ojos del mundo en un atril cargado de historia, Milei invitó a los líderes a que lo acompañen en la creación de una nueva agenda de la libertad. Esa invitación difícilmente tenga eco, aunque sí abona a una imagen personalista, radical y rupturista de Milei –incluso, por momentos, contradictoria–, una imagen que el propio Milei se encargó de amplificar en su paso por Nueva York.
Los argumentos que ofreció Milei contra la agenda de desarrollo multilateral llevaron incluso a una paradoja: Rusia, Nicaragua, Bielorrusia, Corea del Norte, Irán, Siria y Sudán –regímenes a los que Milei les ha dado la espalda, al alinearse explícitamente con Estados Unidos, Ucrania, Israel y las democracias occidentales– ofrecieron argumentos algo similares al intentar impulsar una enmienda al pacto indicando “que las Naciones Unidas y su sistema no intervendrán en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados”. La enmienda fracasó: 143 países votaron para que no se discutiera. La Argentina no estaba presente al momento de esa votación, y tampoco frenó el consenso para la adopción del Pacto.
“La Argentina no obstaculizó el consenso de los demás países, dejamos que el Pacto se adoptara y nos disociamos después”, matizaron fuentes oficiales.
En el Gobierno también sostienen que el mensaje de Milei buscó más bien rescatar el viejo papel de las Naciones Unidas, más enfocada en la paz y la seguridad, y menos en los pilares del desarrollo, en el día a día de la vida de la gente.
La nueva línea que marcó Milei no sólo lo desmarcó de los aliados que eligió en el mundo. También planteó un quiebre con posturas históricas de la Argentina, que fueron respaldadas por sus antecesores directos –Alberto Fernández, Mauricio Macri o Cristina Kirchner– pese a sus diferencias ideológicas. Ese quiebre en la política exterior de la Argentina ya ha generado visibles tensiones entre la Casa Rosada y la Cancillería, como quedó en evidencia con los roces con el embajador ante la Naciones Unidas, Ricardo Lagorio, quien había sido marginado y finalmente estuvo sentado en la mesa de la Argentina en el recinto. En la comitiva le recriminaron una supuesta falta de alineamiento con la nueva política exterior de Milei, que choca con miradas ampliamente arraigadas en la burocracia diplomática. En la lista aparecen, por ejemplo, el reciente rechazo a una resolución que le exige a Israel dejar el “territorio palestino ocupado”, o la misma Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un andamiaje de acciones que apunta a poner fin a la pobreza, luchar contra el cambio climático y mejorar la vida de las personas en todo el mundo.
El paso de Javier Milei por Nueva York le dejó también una foto altamente simbólica: en la bolsa neoyorquina, el mercado bursátil más grande del mundo, uno de los templos del capitalismo global, Milei tocó la campana flanqueado por sus funcionarios más cercanos, a los que elogió, entre aplausos y puños de victoria. Pero detrás de las fotos y los videos, en Wall Street se quedaron con ganas de escuchar más precisiones y detalles sobre el futuro del plan económico.
El presidente de Argentina, Javier Milei, posa para una foto tras hacer sonar la campana de apertura de la sesión en la Bolsa de Nueva York, el lunes 23 de septiembre de 2024.
Milei tuvo 72 horas en Manhattan para capitalizar el interés que generó su ascenso político, promocionar su visión para el país, su programa, y alentar inversiones, uno de los motores a los que apuesta el Gobierno para reactivar la economía. Con ese fin, el Gobierno enfocó su poder de fuego en el discurso ante la comunidad de negocios en el New York Stock Exchange, el lunes, donde Milei habló por 40 minutos, y se retiró sin responder preguntas, y la cita con Elon Musk, el único empresario al que Milei vio, que ya adelantó su intención de invertir en el país. Su cineasta, Santiago Oría, se encargó de crear un flujo continuo de contenido que inundó las redes y fue amplificado por las cuentas afines al oficialismo y el propio Milei, un modus operandi libertario. Pese al interés, Milei no dio entrevistas.
Una alta fuente de la comitiva consideró que la visita había sido “muy exitosa”, y se entusiasmó con el trabajo detrás de escena que el gobierno nacional lleva adelante para desbloquear inversiones.
El presidente Milei junto a Elon Musk en Nueva York.
“Vamos a tener buenas noticias en octubre”, dijo, sin querer precisar si habrá un anuncio de algunas de las empresas de Musk, o de otra compañía, o en qué sector.
En el frente económico, la visita de Milei tuvo dos ausencias notables. Milei nunca vio a la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pese a que ambos coincidieron en la ciudad, y la Argentina y el Fondo avanzan hacia una nueva negociación. La explicación oficial fue que una delegación de funcionarios viajará a Washington en octubre, para la reunión anual del organismo. Y Milei no aceptó una invitación del Consejo de las Américas, por donde desfilaron estos días varios jefes de Estado regionales, una parada casi obligatoria para los políticos argentinos que pisan Manhattan, y uno de los principales foros de las empresas con inversiones en América Latina. En la comitiva dijeron que Milei ya habló en la conferencia del Council en Buenos Aires –aunque en Manhattan es otro público, y se hacen preguntas–, y que “no había tiempo”. Milei se reservó el domingo para visitar El Ohel, la tumba del rebe de Lubavitch, y para una charla off the record con la junta editorial del New York Times.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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