domingo, 1 de septiembre de 2024

HOMENAJE A BORGES


Homenaje a Borges. Un refugio en la memoria de versos inolvidables
En el aniversario del nacimiento del creador de El Aleph, la autora se ha permitido jugar y dialogar con frases del escritor enterrado en Ginebra

Ivonne Bordelois
Jorge Luis Borges
Los aniversarios, como se sabe, son ocasiones de balances sorpresivos, de puesta al día de viejas rencillas o de ocultas veneraciones, de oportunidades para mostrar erudiciones insospechadas, vetas secretas o escándalos olvidables de los célebres homenajeados. Pero en los aciagos días que nos acontecen, los aniversarios suelen ser una muestra –a veces patética– de la desesperada necesidad de admirar que los seres humanos tenemos. La admiración nos purifica, nos eleva, nos hace sentir nobles y generosos, nos aparta por momentos de la inmerecida pocilga que la actualidad día a día nos depara.
La celebración del aniversario de Borges no es ninguna excepción en este sentido. Por eso, al lado de las lecturas oblicuas, de los ditirambos exagerados, de las reiteradas y gastadas reverencias, he preferido recluirme en la memoria de aquellos versos de Borges que fueron incorporándose a mi vida interior expresiva, y han ido constituyendo algo así como un diálogo crucial con mi propia experiencia. Por eso me he permitido jugar y dialogar con ellos, desordenándolos entre sí y mezclándolos con mis propios contextos, fantasías y vivencias, porque entiendo que nada homenajea más profundamente a un escritor que el poder hablar desde la lejanía con sus lectores y comunicarse con ellos en lo más profundo, cotidiano y auténtico de nuestro sentir contemporáneo.
Ivonne Bordeloismanuel cascallar
Algunos de estos poemas podrán considerarse irrespetuosos o desubicados; ninguno de ellos se aparta de mi más genuina gratitud hacia quien me enseñara, a través de los años, el lenguaje más cierto del corazón.

CONVERSANDO CON BORGES

I

Viene de una sombra ya lejana.

Lleva chambergo azul invierno.

Acaso ocultará un puñal

su poncho de vicuña extraviada.

Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche.

*

II

He tratado de borrar tu mirada

y de apagar tus ojos, tu sonrisa, la caricia

de tus manos

profundas

Y solo encuentro esta sentencia:

una cosa no existe: es el olvido

*

III

Navegando tu ausencia sin reparo.

Suave como un sauzal está la noche.

Pero es cierto que ya no me recuerdas.

*

IV

Mi vejez me acompaña como una sombra leve.

Los últimos senderos son de piedra y luna.

Pronto sabré quién soy.

*

V

Son estos los ojos

que alguna vez conversaron con los tuyos.

Y esta es la mano

que alguna vez tocaba

tu cabellera.

*

VI

Todo el jardín es luna

Toda memoria es el jazmín

que fue cayendo mientras te alejabas

VII

Cómo alcanzar el infinito

mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.

*

VIII

Se me ha perdido el último cuaderno

donde anotaba mis citas preferidas

Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar

*

IX

Clausuradas las puertas de la escuela, de la editorial, del cine

Al fin me encuentro

con mi destino suramericano

*

X

Morir es una costumbre

que sabe tener la gente

Pero también la vida,

esa cosa tan de siempre,

tan dulce y tan conocida.

*

XI

Morirás

como tuvieron que morir las rosas y Aristóteles.

Has gastado los años y te han gastado.

y todavía no has escrito el poema

*

XII

Oigo en la tarde

la voz deseada de mi padre que vuelve y que no ha muerto;

dijo estas cosas (estas cosas, no estas palabras):

Mirar el río hecho de tiempo y agua

y recordar que el tiempo es otro río

*

XIII

Y a pesar del

íntimo cuchillo en la garganta

oyes la voz del ruiseñor de Teócrito

XIV

Los años que he vivido en Europa son ilusorios.

Yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires.

Así dicen

los que eligieron morirse en Ginebra

*

XV

Me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.

(Porque amar es dar

lo que no se sabe que teníamos)

*

XVI

Alejandra: quiénes somos al juzgarte. Si te cubriste, por deliberada mano, de muerte

*

XVII

Que nadie ni nada nos separe de esta magia cenital, inacabable de la dulce vertiente etimológica

esta pura contemplación de un lenguaje del alba

*

XVIII

En las letras de la rosa está la rosa

Y todo el Nilo en la palabra Nilo

Ya puedes, Jorge Luis, morir tranquilo:

Siempre tuyo será el Nilo con la rosa

*

XIX

Qué importa el tiempo sucesivo si en él

hubo una plenitud, un éxtasis, una tarde

Qué importa el canon, el Nobel, la ruina

de las editoriales

si alguna vez tuvimos Borges.

*

XX

Nadie es la patria, pero todos lo somos.

Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,

ese límpido fuego misterioso

Si aún fuera así, si aún persistiera

ese límpido fuego misterioso.

Si aún fuéramos la patria.

Si la patria

todavía existiera

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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