jueves, 12 de septiembre de 2024

Kamala Harris ​vs. Donald Trump.








Kamala Harris ​vs. Donald Trump.
¿Quién ganó el debate por la presidencia de Estados Unidos?
La evaluación de los periodistas sobre la performance de los candidatos
Con el antecedente de un primer debate que fue determinante para que Joe Biden se baje de la carrera presidencial, Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron en un duelo crucial en el National Constitution Center de Filadelfia, cuando faltan 56 días para las elecciones en Estados Unidos, que se vislumbran muy reñidas de acuerdo a las últimas encuestas. Si bien todas las miradas se posaron sobre el desempeño de la candidata demócrata, que de manera inesperada irrumpió en la contienda electoral, también fue una prueba de fuego para Trump: tuvo enfrente a una rival más potente, que logró renovar las expectativas de su partido tras el paso al costado del actual presidente. Periodistas especializados  calificaron la performance de los candidatos en distintos aspectos y evaluaron el rendimiento de ambos para dictaminar: ¿Hubo un claro ganador? Y si fue así, ¿quién resultó el vencedor de la noche?



José Del Rio



HARRIS
3,3
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
3
Estrategia
3
Gestualidad
4



TRUMP
2,3
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
2
Estrategia
2
Gestualidad
3
El lenguaje gestual de Harris fue muy superior al de Trump. También sus guiños a la audiencia, a la que miró durante gran parte de las alocuciones del expresidente. La ahora candidata presidencial capitalizó el fracaso de Biden durante el primer debate y aprovechó su juventud para darle dinamismo al duelo frente a Trump, que mantuvo un gesto adusto durante los 90 minutos. El republicano no generó sorpresas y se puso a la defensiva una y otra vez. Después de una fuerte crítica al estado de la economía que deja el gobierno de Biden, Trump esgrimió una frase que suele utilizar en sus encuentros: dijo que Harris es “marxista”. “Si alguna vez fuera elegida, lo cambiaría todo. Y sería el fin de nuestro país. Ella es marxista, todo el mundo sabe que es marxista. Su padre es profesor marxista de economía y le enseñó bien”, aseguró. Harris respondió con una sonrisa. Un recurso que utilizó más de una vez. Tal como ocurre en la Argentina, los estadounidenses ubican a la economía en el puesto 1 de sus desvelos según las encuestas. Sin embargo, los planes presentados fueron más efectistas que reales. La candidata demócrata remarcó que tiene un programa para ayudar a las familias, en especial de clase media, que muestran preocupación por su costo de vida. Viviendas más accesibles y ampliar el crédito fiscal por hijo. Además de un “plan platita” made in Estados Unidos. Trump indicó que impondrá aranceles a otros países, puntualizó el caso de China, y cuestionó a la administración Biden por la inflación. Dijo que era “probablemente la peor en la historia de la nación”. Definición categórica para intentar recuperar ventaja en una final cada vez más competitiva de cara a las próximas elecciones.

Gail Scriven



HARRIS
3,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
4
Estrategia
3
Gestualidad
5


TRUMP
2,5
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
3
Estrategia
2
Gestualidad
3
Subió al escenario, caminó hasta el atril de su rival para estrecharle la mano y se presentó, casi con picardía: soy Kamala Harris. De ahí en más, no hubo tregua. Golpe tras golpe, gesto tras gesto y hasta sonrisas sarcásticas. La candidata demócrata tuvo una clara y eficaz estrategia, que fue sacar de quicio a Trump y mostrarlo como parte del pasado oscuro de Estados Unidos. Durante casi todo el debate, lo logró. Fue un verdadero show de caras y gestos en el que él, ofuscado, ni siquiera la miró y muchas veces terminó en terreno incómodo. Se enterró en el barro en temas como el aborto, sus problemas con la justicia, el asalto al Capitolio y hasta su admiración por líderes autoritarios como Viktor Orban. Cayó en casi todas las trampas y no pudo aprovechar varias oportunidades para atacar a Harris (por ejemplo cuando habló sobre economía). Una perla: el republicano ni siquiera tuvo reparos en reproducir una descabellada teoría conspirativa sobre inmigrantes haitianos al afirmar que “se están comiendo los perros y los gatos”. Pero se sabe: salvo unas pocas excepciones, como el demoledor cara a cara entre Trump y Biden, los debates muchas veces no mueven las agujas en las encuestas. Y un factor no menor a tener en cuenta es el “efecto víctima” del perdedor del debate. Los simpatizantes de Trump no tardaron ni 15 minutos en salir en masa a atacar por supuesta “parcialidad” a los moderadores de la cadena ABC, que hicieron un puntilloso chequeo en vivo de las frases del republicano.



Inés Capdevila



HARRIS
3,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
4
Estrategia
5
Gestualidad
3



TRUMP
1,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
1
Estrategia
2
Gestualidad
2
Como el debate que, en junio pasado, signó el fin de la candidatura de Biden, el cruce de anoche tuvo un ganador y no fue Trump. Harris atacó una y otra vez a Trump en temas que fueron desde la inmigración a las guerras y el aborto, y lo llevó a donde la campaña republicana no quería que lo condujera: a ponerse nervioso, gruñón, despectivo, repetitivo. Harris ganó anoche su primer debate presidencial. ¿Le servirá para transformarse, el 5 de noviembre, en la primera mujer presidente de Estados Unidos? Debería preguntárselo a Hillary Clinton, que dominó en sus tres debates contra Trump en 2016, pero perdió el Colegio Electoral y, por lo tanto, la Casa Blanca. Los seguidores del expresidente y su entorno, alertas ante la euforia demócrata, acusaron a ABC de hacer algo que ninguna cadena había hecho antes, chequear las mentiras de Trump en vivo y en directo. Los conductores del debate controlaron más las exageraciones y falsedades de Trump que las de su rival, es cierto; pero el candidato republicano perdió solo. Se dejó llevar por sus enojos, no aprovechó los momentos en los que podía golpear a Harris –la inflación, Afganistán-, interrumpió una y otra vez, no sacó ventaja de haber hablado bastante más tiempo que la vicepresidenta y apenas logró defender los puntos positivos de su presidencia. El reflejo de ese flojo desempeño fue la apelación a los elogios de Viktor Orban para demostrar que el mundo cree que él es un gran líder. Con defensas así… Harris, por su lado, sí hizo todo lo que su campaña esperaba: no titubeó, no se enredó en las palabras, no fue y vino sobre los temas, trampas en las que suele recaer. Fue al ataque de entrada, se mostró a los norteamericanos, fue directa con las audiencias en su lenguaje corporal, irritó a Trump e incluso dio vuelta algunos argumentos con los que su rival quiso arrinconarla. La vicepresidenta, sin embargo, no respondió a las dudas sobre sus planes, fue muy vaga en las propuestas y no reconoció los errores de este mandato. Precisamente ese déficit es el que, según las encuestas, hace desconfiar a los norteamericanos y el que determinará si la victoria de anoche es sinónimo de un triunfo electoral.

Martín Rodríguez Yebra



HARRIS
4,3
puntos promedio
Solidez argumentativa
4
Reflejo político
4
Estrategia
5
Gestualidad
4


TRUMP
1,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
1
Reflejo político
2
Estrategia
2
Gestualidad
2
Trump se enredó en la telaraña de Harris y dejó que el debate presidencial se convirtiera en otra cosa: un juicio sobre su personalidad y su pasado. La candidata demócrata lo sorprendió desde el saludo. Se acercó a darle la mano y se presentó por su nombre. Fue una señal de firmeza que contrastó con el titubeo de su rival, perturbado ante el poder disruptivo de la normalidad. La actitud combativa de la candidata demócrata sacó de libreto a Trump. Le impidió llevar la discusión a donde él quería y lo empujó al pantano de sus incomodidades. Lo martilló con sus condenas judiciales, el manejo de la pandemia y su papel durante el asalto al Capitolio de 2021; lo hizo trastabillar con el aborto y lo acusó de ser amigo de dictadores, como Vladimir Putin o Kim Jong-un. Trump se topó con un implacable ejercicio de repreguntas y chequeos de los moderadores de la cadena ABC. No pudo ocultar su fastidio cuando le marcaron sus recurrentes falsedades sin sustento. Como cuando dijo que en algunos estados se permite asesinar bebés una vez que nacen o cuando repitió una teoría conspirativa sobre supuestos inmigrantes haitianos que se comen los perros y gatos de la gente en una ciudad de Ohio. Harris desplegó una gestualidad acorde al espectáculo. Cuando Trump hablaba lo miraba con caras de asombro bien ensayadas, las cejas en alto, medias sonrisas y alguna carcajada. Ganó la batalla de la pantalla partida, ese artilugio que enterró a Biden en el primer debate. Él la acusó de marxista, dijo que es “peor que Biden” y descalificó sus propuestas al preguntarle por qué no hace ahora todo lo que promete. Pero no pudo nunca salir de entre las cuerdas. ¡Cuánto cambiaron las cosas en tres meses! La carrera electoral está mano a mano. Pero en el duelo televisivo se impuso la novata. Lo dejó a Trump -justo a él- como un aprendiz.

Rafael Mathus Ruiz


HARRIS
4,5
puntos promedio
Solidez argumentativa
4
Reflejo político
5
Estrategia
5
Gestualidad
4



TRUMP
1,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
1
Estrategia
2
Gestualidad
2
Harris arrancó nerviosa, un tanto acelerada, dura y muy apegada a su libreto. El primer eje, la economía, jugó a favor de Trump, que aprovechó para achacarle la inflación y llamarla “marxista”. Iban 10 minutos y pintaba un duelo parejo. Pero Harris se soltó cuando la discusión pasó al aborto, un tema en el que se mueve con solidez y comodidad. Y después, cuando llegó el turno de la inmigración, un caballito de batalla del trumpismo, Harris le pinchó un nervio al expresdiente: dio vuelta la discusión y empezó a hablar de los rallies del republicano, dijo que la gente se iba porque se aburría. Estrategia pura. Iracundo, Trump se salió del carril, se fue por las ramas, repitió la gastadísima frase respecto a que sus actos “son los más grandes” y terminó diciendo que en Ohio los inmigrantes se comen las mascotas de los vecinos. “¡Hablando de cosas extremas!”, respondió Harris, ágil, sin poder contener la risa. Trump nunca se recuperó. Molesto, hostil y por momentos fuera de sí, cayó una y otra vez en las trampas de Harris, y recurrió a ataques –algunos, personales– que pueden llegar a caer bien en su fiel base de seguidores, pero no necesariamente entre los votantes que decidirán la elección en los llamados “swing states”. Intentó pegar a Harris al presidente Biden, pero tampoco funcionó. “No soy Joe Biden, y claramente no soy Donald Trump, y lo que ofrezco es una nueva generación de liderazgo para nuestro país”, retrucó la candidata. Otro contragolpe efectivo, otro objetivo cumplido. Trump intentó tirarle a Harris la invasión de Rusia a Ucrania. Ella le dijo que si fuera presidente, “Putin estaría sentado en Kiev”. Y así toda la noche. Cada tema terminó siendo un martirio para Trump, que quedó reducido a ataques oxidados. Si la imagen del primer debate fue un Biden débil, boquiabierto, la de anoche fue la de un Trump irritado, con la mirada baja, ante una Harris que con el correr de los minutos pareció desear que el debate no se termine nunca. Poco importó que la vicepresidenta todavía no tenga respuestas convincentes al hablar de economía o que falte el granulado de sus planes. Al final, seis de cada 10 televidentes la dieron ganadora a Harris, según un sondeo de CNN. Harris logró timonear el debate, se diferenció de Trump y de Biden y se presentó ante la audiencia como una líder nueva, abanderada del cambio. Ganó y obtuvo más oxígeno. Superó la prueba en la que zozobró Biden. Pero una noche no la coloca rumbo a la victoria. Ella misma lo reconoció en una celebración luego del debate: “Hoy fue un buen día. Todavía tenemos 56 días por delante. Está ajustado”.

Juan Landaburu


HARRIS
3,3
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
2
Estrategia
4
Gestualidad
4


TRUMP
2,0
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
3
Estrategia
2
Gestualida
1
Había mucho en juego en este segundo debate electoral, pero sus consecuencias serán mucho menos dramáticas que las del primero, que dejó al presidente Biden fuera de carrera. Harris enfrentaba una prueba de fuego. Era su debut en un debate presidencial contra un candidato experimentado que ya había participado en seis duelos en tres campañas diferentes. Harris no perdió el tiempo y se puso rápido a la ofensiva, mostrándose como la persona sensata de la sala. Muy preparada para seguir su guion, fue ganando confianza, supo cuándo golpear e incluso sacó de las casillas a Trump en más de alguna ocasión, como cuando le cuestionó el entusiasmo que generan sus actos. Trump también tenía mucho para perder. Después del debate anterior, esta vez le tocó a él ser el candidato que generaba dudas por su edad. Esa prueba la superó, pero se lo vio más rígido y a la defensiva, mirando siempre fijo para adelante cuando su rival hablaba, como si no existiera. Lanzó más ataques personales (llamó marxista a Harris) y agarró algunos caminos insólitos. Su evocación de la teoría conspirativa sobre inmigrantes que comen perros y gatos no pasó desapercibida. Harris ganó el debate y pudo mostrarse presidenciable, pero las encuestas reflejan que va a necesitar más que eso para apuntalar su candidatura, que empieza a perder energía después de la euforia demócrata que siguió a la renuncia de Biden.

Guillermo Idiart



HARRIS
3,3
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
3
Estrategia
4
Gestualidad
3



TRUMP
2,0
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
2
Estrategia
2
Gestualidad
2
En un debate que se presumía crucial para las aspiraciones presidenciales de Harris y Trump, era la vicepresidenta norteamericana la que ponía más en juego en su intento por apuntalar su vertiginoso ascenso como candidata demócrata. Y, aunque puede ser que algunas de sus posiciones en temas claves no se hayan aclarado del todo –como la economía, su punto débil-, Harris subió al set con una estrategia clara que terminó por cumplir al pie de la letra: sacar de las casillas a su oponente. Más rápida de reflejos, pasional al hablar del aborto y por momentos ácida en sus provocaciones, logró que millones de norteamericanos vieran una versión de Trump muy diferente a la que mostró el republicano en el cara a cara con Biden, debate que quedó acaparado por la catastrófica actuación del presidente. Ofuscado, más anclado en el pasado, incómodo ante los ataques de Harris e incluso los fact checks (verificación de hechos) de los moderadores, el exmandatario llegó a decir que "las personas que entraron en Springfield se están comiendo a los perros y gatos”, en referencia a los migrantes. Harris se le rió en la cara. Muchas de las frases que Harris pronunció en el debate parecieron diseñadas para sacar de quicio a Trump, como cuando aguijoneó que el republicano “fue despedido por 81 millones de personas” en las elecciones pasadas. En el duelo de estrategia para aprovechar los puntos débiles de su rival, fue la clara ganadora. En gestualidad, también. Uno de los principales contrastes entre los candidatos fue que Trump estuvo centrado en el pasado y Harris se enfocó en los ataques directos a su oponente. “Hay que recordarle a Trump que no está compitiendo con Joe Biden, sino conmigo”, disparó la vicepresidenta, también en un intento por mostrarse como la candidata de la renovación y de enmarcar la elección en un duelo de futuro vs. pasado.

Julieta Nassau


HARRIS
3,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
3
Estrategia
4
Gestualidad
5


TRUMP
2,0
puntos promedio
Solidez argumentativ
2
Reflejo político
2
Estrategia
2
Gestualidad
2
La campaña en Estados Unidos es hoy absolutamente distinta de la que era el 27 de junio, cuando Trump se cruzó con Biden. Y en el debate de anoche quedó demostrado. La diferencia más clara fue, obviamente, el cambio de candidato. Salió Biden y entró Harris. Y, con ese reemplazo, el oficialismo mostró a una figura más activa, sagaz y hábil, que supo manejar a un rival difícil sin caer en el fango. Por su parte, Trump pasó de disfrutar de ver a su opositor desmoronarse a exponer su costado más irascible y reactivo. Del otro lado tenía esta vez a una rival que sabía por dónde herirlo: cuestionó el tamaño de las multitudes que van a sus actos y dijo que los líderes mundiales se ríen de él. Hubo algo que se mantuvo: el candidato republicano usó el prime time televisivo para diseminar afirmaciones falsas. No solo volvió a decir que los demócratas aceptan la ejecución de bebés recién nacidos (mientras hablaba del aborto) y que él ganó las elecciones de 2020, a pesar de no mostrar pruebas de fraude. En esta oportunidad replicó las insólitas historias que circulan en las redes y los medios conservadores sobre inmigrantes que comen mascotas, algo que fue desmentido por uno de los moderadores. Fue una situación que le molestó pero que, a su vez, reafirmó lo que había anticipado: un debate de “tres contra uno”. Trump se mostró tal cual es. Y como sus votantes ya saben que es. En cambio, según una encuesta del New York Times, un 28% de los estadounidenses dicen no conocer lo suficiente a la nueva candidata demócrata, su vicepresidenta. La pregunta es si, más allá de su gran logro de anoche (mostrarse como “presidenciable”), esos millones de potenciales votantes pudieron comprender cuáles son sus planes.

Pablo Gaggero


HARRIS
3,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
3
Reflejo político
3
Estrategia
5
Gestualidad
4


TRUMP
2,8
puntos promedio
Solidez argumentativa
2
Reflejo político
3
Estrategia
3
Gestualidad
3
El golpe palaciego de los barones demócratas, que humilló a Biden al obligarlo a dejar la fórmula presidencial, sigue de racha y con buenos resultados. Primero, con una Convención Nacional partidaria idílica en Chicago. Y, en las últimas horas, con la firme y convincente aparición de su candidata, en su primer debate ante Trump. Nerviosa, detrás de su sonrisa, Harris estuvo insegura en los primeros minutos cuando se abordaba la agenda económica –particularmente la inflación, “bestia negra” de la administración Biden– y el republicano descargaba su arsenal de críticas. Pasado el vendaval, Harris resucitó, pero en modo Trump: más agresiva –aunque con altura–, determinada en no caer en los golpes bajos –como lo había hecho Biden en junio– y llamando a los norteamericanos a dar vuelta la página y mirar hacia el futuro. Incluso pareció entretenida mientras escuchaba con su mano en el mentón el ya conocido guion del magnate que naufragaba en el desconcierto. La evidencia del revés que recibió Trump fue el pedido de su campaña, minutos después de que se apagaran las cámaras, de otro debate. Y cuanto antes. El lado B –B de bochorno– del encuentro fue para los moderadores, con un par de preguntas para Trump que parecían desproporcionadas respecto de las que recibió su rival. Una pena. Anoche, Harris no las necesitaba.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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